Hace solo unos días leímos y vimos a través de la media la tragedia de Paris donde más de un centenar de personas fueron asesinadas por terroristas, muchos asistiendo a un concierto, otros en cafes, en un viernes en la noche cuando muchas personas buscan la manera de aliviar el stress que la vida cotidiana produce.
Todavía bajo el estupor de este vil episodio, sucede una matanza en Bamako la capital de Mali, donde más de 20 personas mueren en un hotel por otro ataque terrorista. Las matanzas no reconocen entre hombres y mujeres, niños y ancianos. Aunque en Bamako quienes podían recitar versos del Korán se salvaron.
Todas las vidas son valiosas y desde el prisma religioso tienen un valor infinito porque fuimos creados en la imagen de Dios, poseemos un alma, un espíritu.
Dentro del grupo que fue exterminado en Bamako se encontraba Samuel Benalal, un intelectual que había dedicado su vida en crear y escribir programas educativos para instituciones en diferentes latitudes. Nacido en Venezuela, uno de mis hijos me hizo que recordar que Samuel fue presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Hebraica Moral y Luces, distinción que testimonia el aprecio y la estima de sus compañeros de estudio. Hizo Aliyá a Israel y regresó años más tarde como asesor de nuestros colegios, escribiendo e implementando programas de avanzada para mejorar el resultado de la enseñanza que se impartía. Se residenció por unos años en México como director y programador de un nuevo pensum para sus colegios.
Su reconocida competencia lo condujo hasta el África, donde en Mali sirvió también al ministerio de educación como experto en la materia.
Lamentablemente, Samuel fue una de las víctimas del terror. El fuego de los asesinos apagó su vida. Dejó una viuda y huérfanos, aunque se encontraba en lo que podía considerarse la mitad de su vida, podría haber aportado en el campo de la educación durante decenas de años más. No fue víctima de un cuchillo asesino en algún lugar de Israel sino en el lejano Bamako. Está claro que el terrorismo no reconoce fronteras.
Hace unos días también Ezra Schwartz de 18 años fue asesinado en una emboscada en Alon Shvut, en Israel. Ezra era ciudadano americano, pero el gobierno americano no se pronunció sobre su muerte. Al igual que el gobierno venezolano no deploró la muerte de Samuel.
Incluso cuando uno es víctima del terror que desconoce el sexo o la nacionalidad de la víctima, parece que hay que tener suerte para que las autoridades de sus respectivos gobiernos manifiesten repudio por el asesinato.
El judío tiene mayor oportunidad para ser víctima, y al mismo tiempo mayor chance para que su asesinato no sea considerado suficientemente importante para que las autoridades deploren su muerte.
Lamentables estas muertes. Injustas, absurdas, como todo lo que suele salir del odio. Y que mal que los gobiernos de los países de esas personas: EUA y Venezuela, no dijeran nada por la muerte de esos hijos, nacidos en esas tierras. Los gobiernos deben representar la voz de una colectividad, tanto para aplaudir a sus hijos ilustres como para lamentar y llorar los que sufren desgracias fuera de su patria. Del gobierno venezolano, por los vientos que han soplado en más de una década, mejor no preguntar por qué no se dice nada: ya mucho es que no bailen con estas muertes. Pero, ¿Y el gobierno norteamericano? Es allí donde me empieza a flaquear la fe en los ideales y la confianza en los principios políticos que proclaman los líderes mundiales. Es verdad que esas cosas no pueden detener el crimen, pero al menos deben tener la última palabra cuando se han cometido. La última palabra que debería ser ¡Nunca Más! Pero aquí, esa última palabra la han tenido las armas que segaron esas vidas. La paz sea con los difuntos.
Querido, recordado , respetado y admirado Rabino, muy elocuente y cierto su atinado comentario a raíz de lo acontecido en Mali con nuestro correligionario y compatriota Samuel Benalal. Estamos ante una irrupción terrorista inédita y frente a la cual dada sus particularidades , no será fácil combatir , ya que lo militar es solo un paño caliente. Natan
Ud. tiene razon Rabino, los judios estamos en desventaja siempre, el terrorismo en Paris despierta mas reacciones en el mundo que el de Tel Aviv o Jerusalem. Los acontercimientos recientes han hecho que se reunan todos bajo un mismo titulo el de terrorismo, sin embargo el que ocurre dentro de Israel es diferente del que ocurrio en Paris, en Mali y tiene asustados a los Belgas. Pareceria que deberian ser tratados y combatidos de manera diferente porque roguemos a Dios que el de Israel no se convierta en el otro.
? Acaso la sangre judía tiene menos valor que la sangre francesa, belga, americana …?
Esa fue la pregunta que hizo hoy el Ambajador israelí a la ONU, reunida para condenar a Israel una vez más … Y no para entender la ola de terrorismo diario sufrido por Israel ???