GÉNESIS XLVII:28-L:26
LA HERENCIA COMO DESTINO
Yosef heredó la doble porción generalmente reservada para el primogénito de la familia. El anciano Yaacov estaba enfermo y reposaba sobre una cama cuando recibió la visita de su hijo Yosef con sus dos nietos: Efráyim y Menashé. La bendición que Yaacov ofreció a sus nietos, a quienes no reconoció, aseguró que cada uno de ellos tendría el estatus de un hijo.
Tomando en cuenta que la tribu de Leví no participaría en la futura repartición de la Tierra Prometida, ésta fue dividida en doce partes y a Yosef le correspondieron dos porciones, una para cada uno de sus hijos. Yaacov consideró a Yosef como si fuera el primogénito, porque era el primer nacido de su querida esposa Rajel, aunque no fue el primer hijo que el patriarca engendró.
En el momento de la bendición, Yaacov colocó su mano derecha sobre la cabeza de Efráyim, el nieto menor. Yosef quiso corregir lo que pensó era un error y trató de desviar la mano del anciano patriarca hacia la cabeza de Menashé, pero Yaacov consciente de su acción, insistió en dar la distinción a Efráyim. El tema de no preferir al primogénito es ubicuo en el relato de los patriarcas.
El profesor Yonah Bar-Maoz sugiere que el patriarca Yitsjak no fue realmente engañado por su hijo Esav, quien había fingido sensibilidad y espiritualidad cuando estaba en presencia del padre. Cuando Yitsjak llama a Esav y le pide que vaya al campo a cazar un animal, le solicita que prepare comida para ofrecerle su bendición. Con ese gesto desea acercar al hijo que no actúa en conformidad a las enseñanzas del abuelo Avraham. Yitsjakno quiere repetirlo que ocurrió en el hogar de su padre, cuando Avraham desterró a Yishmael debido a la insistencia de su madre Sará.
Sará percibió que Yishmael tenía una influencia negativa sobre Yitsjak y decidió que era necesario separar a los jóvenes para que Yitsjak pudiera convertirse en el futuro vocero del monoteísmo que Avraham había introducido en el mundo. Para Yitsjak, el acercamiento al seno de la familia es la respuesta al alejamiento de Esav del sendero de los valores patriarcales. De acuerdo con el relato bíblico, ninguna de las dos actitudes produjo el efecto deseado. Tanto Yishmael como Esav se alejaron de la familia y engendraron naciones antagónicas al pueblo judío.
En su lecho de muerte, Yaacov hace un recuento de su relación con cada uno de sus hijos. Conoce las debilidades de cada uno de ellos y aplaude sus aciertos y logros. Yaacov identifica a cada uno de sus hijos y lo evalúa por sus méritos individuales. Tal vez por ello el pueblo judío es conocido como Benei Israel, hijos del tercer patriarca, Yaacov, quien también asumió el nombre de Israel.
Incluso Yaacov incumple con el principio de no diferenciar entre los hijos y no esconde su preferencia por Yosef. Reconoce el talento del joven soñador, el joven apuesto e inteligente, que al mismo tiempo demuestra una excesiva soberbia. Para los hermanos estaba clara la preferencia del padre por el altanero Yosef, pero rechazaban su liderazgo. Los hermanos probablemente se arrepintieron por el daño que le hicieron a Yosef al venderlo como un esclavo. Sin embargo, es dudoso que su arrepentimiento se hubiera convertido en amor.
No podían negar los talentos que facilitaron que llegase a una posición de mando en Egipto, pero su cualidad de soñador implicaba que, en ocasiones, estuviera alejado de la realidad. Nunca logró una intimidad emocional con sus hermanos. Era perfecto, y la perfección no acerca, tiende a espantar a quienes se sienten inferiores.
Los hermanos reconocieron el liderazgo de Yehudá porque demostró lealtad y firmeza, lo cual, aunado a sus errores y desaciertos del pasado, lo presentaba como alguien más humano, un ser perfectible. Una persona que podía entenderlas debilidades ajenas y enseñar el camino hacia la superación. Mientras que en los casos de Yishmael y Yitsjak, y Yaacov y Esav, los hermanos se alejaron y crearon naciones diferentes y antagónicas, Menashé y Efráyim permanecieron unidos. Yaacovseguramente no quiso ver una repetición de la competencia fraternal anterior y entregó una parcela de la Tierra Prometida a cada uno.