Aunque Sucot forma parte de los Shalosh Regalim, festividades que incluyen a Pésaj y Shavuot, su proximidad con los Yamim Noraim alude a una relación con el tema del Juicio que domina el entorno religioso de Rosh HaShaná y Yom Kipur. Durante Sucot se practicaba una ceremonia denominada Simjat Beit Hashoevá en el Beit HaMikdash, que tenía como elemento central el agua, símbolo de la vida debido al líquido contenido en la placenta de la madre. Esta idea se manifiesta también en el ritual del mikvé, piscina ritual que sirve para eliminar la impureza espiritual y que simboliza una especie de renacer de la persona que efectúa la inmersión. Sucot es la fecha para el “Juicio de las Aguas”, momento en el cual se decide su abundancia o escasez en el año venidero.
Textos sagrados antiguos señalan que, en Sucot, específicamente en Hoshaná Rabá, los seres humanos también son juzgados; por lo tanto, las hoshanot que se recitan durante la festividad consiste en peticiones para la reconsideración del fallo emitido en los Yamim Noraim. Durante Hoshaná Rabá se suele saludar en yídish con el voto por que la persona reciba “a gut kvítl”, una buena boleta para el año venidero, señal de que el dictamen de Yom Kipur aún no era el definitivo. Dios aparentemente daba unos días adicionales de prórroga para que la persona iniciara un proceso de teshuvá, para que enmendara su comportamiento para ser merecedor de la vida.
Tal como lo indica la nomenclatura Yamim Noraim, Rosh HaShaná y Yom Kipur son días solemnes en los cuales la idea del juicio impone un ambiente de seriedad. En cambio, Sucot es la festividad del regocijo, tal como la Torá instruye:UCOT vehayita aj saméaj, “y estarás excesivamente alegre”. Los jajamim afirman kol mi sheló raá Simjat Beit Hashoevá lo raá simjá miyamav, “quien no presenció la ceremonia de Beit Hashoevá no conoce lo que es el regocijo”.
Tal vez la insistencia específica del regocijo intenso durante Sucot, a diferencia de los otros Regalim que también deben estar acompañados de la alegría, se debe efectivamente a su contigüidad y relación con los Yamim Noraim.
Sucot refleja la profunda alegría espiritual de haber sido definitivamente inscritos por un año de vida. El doble regocijo, debido a la festividad de Sucot –que conmemora la protección Divina durante los cuarenta años de travesía por el desierto– y la finalización del veredicto que empezó en Rosh HaShaná, se manifiesta también por medio del número de sacrificios que se ofrendaban en el Beit HaMikdash. La Torá ordena que el número de sacrificios sea duplicado en el caso de Sucot.
La Torá identifica a cada uno de los Shalosh Regalim con un evento agrícola. Sucot es Jag Haasif, la festividad que celebra la última cosecha del año, mientras que Pésaj conmemora el renacer de la naturaleza en la primavera. Cuando se establece una relación entre Sucot y el Día del Juicio también se está sentando una relación entre el producto de la naturaleza indispensable para la supervivencia física de la persona con la idea de la teshuvá, el elemento espiritual indispensable para el individuo. Es una manifestación adicional de cómo el judaísmo destaca la integridad del ser humano, porque la división entre lo material y espiritual tiene razones didácticas: ambas son expresiones del Creador, quien hizo en un principio cielo y tierra, lo celestial y lo terrenal.
Tal como el agua y la lluvia son vitales para el desarrollo material, el ingrediente moral representado por los Yamim Noraim es trascendental para el espíritu.