SHEMINÍ_LEVÍTICO IX:1-XI:47
El Mishkán debía servir como “la casa de Dios”, el lugar sagrado desde el cual Moshé tendrá comunicación directa con el Creador, aunque, tal como lo advierte la Torá, Dios reside betojam, en el seno del pueblo hebreo. Al mismo tiempo, el Mishkán era el sitio para las ofrendas y estos capítulos relatan la ceremonia que se realizó en el octavo día, después de que Aharón y sus hijos fuesen apartados por un período de siete días de purificación antes de emprender el servicio de los sacrificios.
En efecto, el primer Korbán fue un becerro, un sacrificio Jatat de expiación, y este becerro tenía como propósito solicitar el perdón por el pecado del “becerro de oro”, ídolo que confeccionaron cuando Moshé tardó en descender el monte Sinaí. No obstante que Aharón participó en la elaboración del “becerro de oro”, la Torá testimonia que su arrepentimiento por ese pecado permitió que dirigiera junto con sus hijos el servicio de las ofrendas en el momento de la inauguración.
El Talmud especula que Aharón nunca habría cometido este error de no haber sido porque Jur, hijo de su hermana Miryam, fue ultimado por las hordas cuando trató de impedir la elaboración del ídolo. Aharón pensó que correría la misma suerte que Jur y temía por la reacción Divina contra el pueblo frente a ese hecho. No temía por su vida, porque estaba dispuesto a ofrendarla, su recelo se centró en las consecuencias que el magnicidio podría acarrearle al pueblo.
Aharón posiblemente pensó que, si Moshé no retornaba, el pueblo sería castigado por la idolatría, pero si en su furia lo hubieran asesinado, el castigo sería mayor. Porque el Creador puede perdonar una falta contra Él, pero es implacable frente al asesinato de un ser humano. No obstante, el comportamiento de Aharón no fue el adecuado, especialmente cuando es contrastado con la acción decisiva de Moshé, quien al descender del monte Sinaí y observar el fervor de la danza idólatra, convocó: Mi LaShem elai, “quien esté con Dios, que venga a mi lado”.
La tribu de Leví respondió al llamado. Moshé percibió que quedaba un grupo fiel a las enseñanzas de los patriarcas, para quienes la revelación en el Sinaí había sido una experiencia inolvidable, significativa y duradera. En cambio, Aharón se apoyo sólo en su persona y sintió que no podía enfrentar una muchedumbre que clamaba por un nuevo líder debido a la ausencia de Moshé.
En efecto, Moshé tuvo que repetir la orden Divina para que Aharón se acercara al Mizbéaj, el altar sobre el cual se realizaría la ofrenda. Aharón no estaba seguro de haber obtenido el perdón de Dios después del episodio del “becerro de oro”. Sentía un enorme amor y empatía por el pueblo, pero también se sentía inseguro sobre si merecía ser el representante del pueblo en el momento de la ofrenda.
La Torá enseña que el ser humano más humilde era Moshé, pero esto no quiere decir que no pudiera enfrentar una situación de emergencia, que no reaccionaría con energía frente a la injusticia. A diferencia del padre, los hijos de Aharón, Nadav y Avihú, quienes padecían de una dosis excesiva de orgullo y según el Talmud su error fue anticipar la muerte de Moshé y Aharón para heredar el mando. Se sentían demasiado seguros de sí mismos.
Aharón utilizó las vestimentas que fueron adquiridas por el donativo, la participación de todo el pueblo, Nadav y Avihú trajeron sus utensilios personales al Mishkán, tal como si fuera un servicio individual y no representativo del colectivo.
Tal vez la Torá desea destacar que tanto la inseguridad de Aharón por un lado, y la excesiva confianza de sus hijos en sí mismos, por otro lado, no los hacía aptos para el liderazgo. El líder religioso debe representar una síntesis de estos sentimientos: humildad frente al prójimo a quien debe servir y, al mismo tiempo, confianza en la certeza y justicia de su cometido espiritual.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 6 MITSVOT POSITIVAS Y 11 PROHIBICIONES
- Levítico 10:6 Los Kohanim no deben entrar al Templo con pelo largo
- Levítico 10:6, 21:10 Los Kohanim no deben entrar al Templo con ropa rasgada
- Levítico 10:7 Los Kohanim no deben salir del Templo durante el Sagrado Servicio
- Levítico 10:9 Los Kohanim no deben entrar al Templo después de beber vino, ni deben pronunciar juicio cuando embriagados
- Levítico 11:2,3 Obligación de examinar las señales de los animales domésticos y salvajes (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:4-7 No comer animales domésticos o salvajes que son no-kasher
- Levítico 11:9 Obligación de examinar las señales de los peces (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:11 No comer peces que son no-kasher
- Levítico 11:13 No comer aves no-kasher
- Levítico 11:21 Obligación de examinar las señales de insectos (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:29,30 Leyes que rigen la impureza ritual de los 8 animales que andan sobre tierra
- Levítico 11:34 Leyes acerca de la impureza ritual de alimentos
- Levítico 11:39 Leyes acerca de la impureza ritual de cadáveres de animales
- Levítico 11:41 No comer animales que se arrastran sobre tierra
- Levítico 11:42 No comer insectos diminutivos que acompañan granos y frutas
- Levítico 11:43 No comer criaturas pequeñas que habitan las aguas
- Levítico 11:44 No ingerir los insectos que se forman de la materia en descomposición