PÉSAJ

EL NÚMERO CUATRO

En el caso del Séder de Pésaj que recientemente celebramos, el número cuatro aparece en varias oportunidades. Ma Nishtaná, las cuatro preguntas que los niños plantean la noche del Séder, que según algunos comentaristas deben ser recitadas también por los adultos porque forman parte del texto de la Hagadá. La tipología de los 4 posibles jóvenes que pueden estar presentes: Jajam, el inteligente; Rashá, el malvado; Tam, el simple y Sheenó yodea lish’ol, quien no sabe plantear una pregunta. Todo ello y algunas cosas más, se desprende de las 3 expresiones que la Torátestimonia que fueron utilizadas por Dios para asegurar a los hebreos que los sacaría de la servidumbre egipcia.

Incluso el instructivo Vehigadetá, “y le relatarás”–que da nombre a la Hagadá– también está repetido 4 veces en la Torá. ¿Por qué hay cuatro expresiones? ¿Acaso una de ellas no era suficiente? Haniel Farberargumenta que se debe leer detenidamente el texto bíblico para descubrir que se trata de una evolución de la libertad y la salvación, hecho que a su vez es reflejado en el carácter individual de los diferentes jóvenes presentes alrededor de la mesa del Séder. Incluso la palabra Pésaj se puede leer como Pe Saj, boca que habla, y de esta manera se destaca la diferencia de esta festividad y las de Shavuot y Sucot que también conmemoran el éxodo de Egipto, sin el soporte de una Hagadá.

¿Por qué se da tanta importancia a los niños esa noche? Tal vez porque la esclavitud egipcia también tuvo la característica de una “guerra contra los niños”. Los edictos del faraón estaban dirigidos contra ellos. Dado que, según el Midrash, sus astrólogos vaticinaron que el salvador de los hebreos estaba por nacer, ordenó que todos los varones fueran muertos de inmediato después de nacer. Pero las comadronas hebreas, que según el Midrash eran realmente la madre y hermana de Moshé, desobedecieron el edicto del faraón. Cabe destacar que quienes desobedecieron el edicto real fueron las mujeres, quienes en muchas oportunidades posteriores de la historia mostraron más valentía por encima de los varones.

Cuando el faraón se percató que su edicto no era obedecido ordenó que todos los varones fuesen arrojados al río para sufrir allí una muerte segura. Es obvio que el blanco principal del faraón fueron las nuevas generaciones y, tal vez por ello, cuando Moshé se presentó ante el monarca le informó que su intención de viajar al desierto para servir a Dios incluía a los niños, porque el judaísmo exige, ante todo, la continuidad. 

La validez del presente está condicionada por la promesa del mañana. La primera expresión, Vehotsetí, “y los sacaré” del yugo egipcio es la promesa fundamental, porque cualquier avance y evolución en el campo religioso exige ante todo la rotura física de la esclavitud, escapar del entorno de la servidumbre. 

El Jajam entiende que, para el crecimiento emocional y espiritual, es necesario salir del entorno de la esclavitud. El Rashá también puede ser inteligente, pero utiliza sus dotes intelectuales erróneamente. La respuesta de la libertad física es insuficiente para él, por ello la segunda expresión, Vehitsaltí, habla de la salvación del espíritu, la posibilidad de la regeneración, de un nuevo prisma es su apreciación del entorno. 

Para el Tam, que no está contaminado con ideales ajenos, la promesa de Vegaaltí apunta hacia la redención del alma, que se eleva por encima de la idolatría en la cual Egipto estaba inmerso. 

Finalmente, el Sheenó Yodea Lish’ol, quien no sabe formular una pregunta, debe sentir que para Dios es importante. Por ello, Velakajtí li, Dios le dice “te acercaré a Mí, para Mí tú tienes valor como un ser humano cuya alma también tiene un ingrediente que proviene directamente de Mí”.

Falta destacar que existen dos personajes que aparecen momentáneamente, no se quedan para el Séder, pero que son fundamentales. No se quedan para la cena completa del Séder que se está celebrando en esa noche y sin embargo, tienen un rol determinante en la historia del pueblo hebreo.

El primero es Moshé cuyo nombre solo aparece en una cita bíblica, porque el autor de la Hagadá simplemente ignora su determinante participación en el relato del Éxodo. La razón de este hecho puede ser para que no se confundan los hechos. Moshé era el emisario de Dios para enfrentar al Faraón y convencer a los hebreos acerca de las bondades de la libertad. Pero quien produjo las plagas que resultaron en el Éxodo, ese fue Dios. Pero, por otro lado, tampoco se debe olvidar el liderazgo de Moshé quien consagró su vida, e incluso desatendió a su familia inmediata, para dedicar todos sus esfuerzos en beneficio del pueblo.

El segundo personaje que aparece momentáneamente en la noche del Séder es el profeta Eliyahu quien también anunciará la venida final del salvador, el Mashíaj.

El Séder por lo tanto habla del pasado a través de la figura de Moshé, y de un futuro redentor a través del profeta Eliyahu.

Pésaj tiene 4 nombres: Jag HaAviv, la festividad de la primavera; Jag HaJerut, la festividad de la libertad; Pésaj, el nombre del Korbán y en recuerdo de que Dios pasó por alto los hogares hebreos cuando fueron muertos los primogénitos, y Jag HaMatsot, que es el nombre usual en la Torá. Por la Matsá, el pan de la pobreza, que los hebreos comieron en Egipto y en su prisa por salir de la esclavitud, sin esperar que la masa leudara. 

Aunque el número 4 es un pivote alrededor del cual giran muchas cosas como las cuatro copas de vino, el Séder se implantó como la fecha más celebrada en el mundo judío porque su centro es la familia: el padre que lo conduce, la madre que hace todos los preparativos necesarios asistida por el resto de la familia, la participación de todos los comensales. 

Si quieren saber cuál es la energía vital que permitió la supervivencia del pueblo judío no obstante los avatares de la historia fíjense bien quien se encuentra alrededor de su mesa la noche del Séder: la familia bien definida y conformada es la mayor fuerza social y espiritual del judaísmo.

PASSOVER

NUMBER FOUR

In the Passover Seder we recently celebrated, the number four appears several times. Ma Nishtana, the four questions that children ask on Sedernight, which some commentators say should also be recited by adults because they are part of the Haggadah text. The typology of the 4 possible young people who may be present: Chacham, the intelligent one; Rasha, the wicked one; Tam, the simple, and Sheeno yodea lish’ol, who doesn’t know how to ask a question. All this, and a few other things, can be seen from the 3 expressions that the Torah testifies were used by God to assure the Hebrews that He would bring them out of Egyptian bondage.

Even the instructive Vehigadeta, “and thou shalt tell him”—which gives its name to the Haggadah—is also repeated 4 times in the Torah. Why are there four expressions? Wasn’t one of them enough? Haniel Farber argues that one must read the biblical text carefully to discover that it is an evolution of freedom and salvation, a fact that in turn is reflected in the individual character of the different young people present around the Seder table. Even the word Pesach can be read as Pe Sach, mouth that speaks, and in this way the difference between this holiday and those of Shavuot and Sukkot that also commemorate the exodus from Egypt, without the support of a Haggadah, is highlighted.

Why is so much importance given to children that night? Perhaps because Egyptian slavery also had the characteristic of a “war on children.” Pharaoh’s edicts were directed against them. Since, according to the Midrash, his astrologers foretold that the savior of the Hebrews was about to be born, he ordered that all males be put to death immediately after birth. But the Hebrew midwives, who according to the Midrash were Moshe’s (Moses’) mother and sister, disobeyed Pharaoh’s edict. It should be noted that those who disobeyed the royal edict were women, who on many later occasions in history showed more courage than men.

When Pharaoh realized that his edict was not obeyed, he ordered all the males to be thrown into the river to suffer certain death there. It is obvious that Pharaoh’s main target was the new generations and, perhaps for this reason, when Moshe presented himself to the monarch he informed him that his intention to travel to the desert to serve God included children, because Judaism demands, above all, continuity. 

The validity of the present is conditioned by the promise of tomorrow. The first expression, Vehotseti, “and I will take them away” from the Egyptian yoke is the fundamental promise, because any progress and evolution in the religious field requires first the physical breaking of slavery, escape from the environment of servitude. 

The Chacham understands that, for emotional and spiritual growth, it is necessary to get out of the environment of slavery. The Rasha may also be intelligent, but he uses his intellectual gifts wrongly. The answer of physical freedom is insufficient for him, so the second expression, Vehitsalti, speaks of the salvation of the spirit, the possibility of regeneration, of a new prism is his appreciation of the environment. 

For the Tam, who is untainted by alien ideals, the promise of Vegaaltipoints to the redemption of the soul, which rises above the idolatry in which Egypt was immersed. 

Finally, the Sheeno Yodea Lish’ol, who does not know how to ask a question, must feel that he is important to God. That is why, Velakachti Li, God says to him, “I will bring you closer to Me, for Me you have value as a human being whose soul also has an ingredient that comes directly from Me.”

It should be noted that there are two characters who appear momentarily, they do not stay for the Seder, but they are fundamental. They don’t stay for the full Seder meal  that is being celebrated that night, and yet they have a defining role in the history of the Hebrew people.

The first is Moshe, whose name appears only in a biblical quotation, because the author of the Haggada simply ignores his decisive participation in the Exodus account. The reason for this may be so that the facts are not confused. Moshe was God’s emissary to confront Pharaoh and convince the Hebrews of the benefits of freedom. But the one who produced the plagues that resulted in the Exodus, that was God. But, on the other hand, we should not forget the leadership of Moshe who consecrated his life, and even neglected his immediate family, to dedicate all his efforts for the benefit of the people.

The second character to appear momentarily on the night of the Seder is the prophet Eliyahu who will also announce the final coming of the savior, Mashiach.

The Seder therefore speaks of the past through the figure of Moshe, and of a redemptive future through the prophet Eliyahu.

Passover has 4 names: Chag HaAviv, the spring holiday; Chag HaCherut, the holiday of freedom; Pesach, the name of the Korban, sacrifice, and in remembrance of God’s bypassing the Hebrew homes when the firstborn were killed, and Chag HaMatsot, which is the usual name in the Torah. For the Matza, the bread of poverty, which the Hebrews ate in Egypt and in their haste to get out of slavery, without waiting for the dough to leaven. 

Although the number 4 is a pivot around which many things revolve such as the four cups of wine, the Seder was implanted as the most celebrated date in the Jewish world because its center is the family: the father who leads it, the mother who makes all the necessary preparations assisted by the rest of the family,  the participation of all diners. 

If you want to know what is the vital energy that allowed the survival of the Jewish people despite the vicissitudes of history, look carefully at who is around their table on the night of the Seder: the well-defined and conformed family is the greatest social and spiritual force of Judaism.

METSORÁ

LEVÍTICO XIV:1-XV:33

MANIFESTACIÓN CUTÁNEA DE LA CALUMNIA

El gran expositor bíblico y defensor de la ortodoxia, HaRavSamson Raphael Hirsch de Alemania, insistió que no se debe confundir Tsaráat, la aflicción que ocupa la atención del texto bíblico, con la lepra. En el caso de la lepra se debe acudir al médico; en cambio, para la cura del Tsaráat–que también se presenta como una lesión de la piel–, la persona indicada para examinar la herida es el Kohén, quien luego dispone cuál es el remedio para su curación. Porque, de acuerdo con el Talmud, Tsaráat es una manifestación externa de un mal espiritual interno. Según los Jajamim, el vocablo Tsaráat proviene de Lashón HaRá, (Lehotsí ra) el uso perverso del lenguaje para injuriar al prójimo. 

No se trata de inventar una calumnia, sino la propagación de alguna deficiencia real del prójimo, una característica negativa de la persona. O sea, contar una verdad que presenta a la otra persona desde una perspectiva negativa. Si alguien miente, contarle al prójimo este hecho constituye Lashón Hará. No obstante, si alguien está por contratar a una persona para un cargo que requiere confianza en su palabra, es menester advertir que esa persona miente.

La facultad del uso de la palabra es tal vez la mayor distinción del ser humano por encima de las otras criaturas que habitan la tierra. El lenguaje permite la abstracción mental, la construcción de modelos para describir la naturaleza. Es el medio a través del cual Dios se comunica con el hombre. Pero, así como suele ser el medio más eficaz para el desarrollo, también es el instrumento más eficiente para la destrucción. Con una palabra, bien colocada, se puede ayudar a una persona para que consiga un puesto de trabajo, mientras que con una calumnia se puede destruir una reputación que duró décadas para ser consolidada.

Si el Kohén determinaba que la lesión cutánea era efectivamente Tsaráat, expulsaba al afligido de la comunidad por un período de 7 días, lapso en el cual la persona tenía que salir del campamento. Ese período de siete días tenía también el propósito de permitir que la persona hiciera un examen de su comportamiento, durante su travesía por el desierto. La intención era que pudiera reconocer dónde estaba el error que había cometido y cuál era el daño que su calumnia había ocasionado. Porque la cura de la lesión se producía a través de la Teshuvá, el reconocimiento de la injuria contra el prójimo y la decisión firme de no repetir el error en el futuro.

Cabe destacar que la oración de mayor recogimiento en el día de Yom Kipur se denomina Kol Nidrei, afirmación que no es una plegaria, sino una promesa de no incurrir en el incumplimiento de una promesa en el futuro. Nuevamente se subraya la importancia de la palabra, la promesa empeñada pero incumplida.

El Talmud relata que uno de los Tanaim le pidió a su sirviente que fuese al mercado y le trajera el manjar más delicioso que encontrara. Fielmente, el sirviente retornó con la lengua de un animal. Cuando al día siguiente le pidió que esta vez le trajera la peor comida, el sirviente nuevamente trajo a casa una lengua. La obvia moraleja es que con la lengua se puede componer versos, hacer la paz entre litigantes; pero al mismo tiempo se puede calumniar y destruir la reputación de una persona honrada.

En otros capítulos de la Torá se destacará la importancia de cumplir con la promesa. Los primeros capítulos de la Torátestimonian que Dios creó el universo con la palabra. Dios dijo y se hizo. Expresó Su Voluntad, que se convirtió en hechos físicos que el hombre puede apreciar con sus sentidos. La Toráconsiste en palabras: la palabra de Dios y los Diez Mandamientos reciben la designación de Aséret HaDibrot, las Diez Palabras. La condición de Tsaráat enseña que la palabra mal utilizada tiene una consecuencia real, una lesión sobre la piel que puede ser apreciada por todos.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 11 MITSVOT POSITIVAS

173. Levítico 14:2 Ritual de purificación por tsaráat

174. Levítico 14:9 Afeitar al afectado por tsaráat en el séptimo día (parte del ritual de purificación)

175. Levítico 14:9 Inmersión del individuo impuro en un mikvépara su purificación ritual

176. Levítico 14:10 La ofrenda del individuo con tsaráat cuando es curado de su aflicción

177. Levítico 14:35 Leyes de impureza ritual de una casa contaminada con tsaráat

178. Levítico 15:2,3 Leyes de impureza ritual de la persona que tiene emisiones, zav, quien es objeto y causa de su impureza ritual 

179. Levítico 15:13,14 Ofrenda del zav cuando es curado de las emisiones

180. Levítico 15:16 Leyes sobre la impureza ritual del semen, que es ritualmente impuro y causa impureza ritual

181. Levítico 15:19 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual

182. Levítico 15:25 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando de manera anormal que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual

183. Levítico 15:28,29 Ofrenda de la mujer zavá, que está menstruando de manera anormal cuando ya ha sido ritualmente purificada

METSORA

LEVITICUS XIV:1-XV:33

CUTANEOUS MANIFESTATION OF SLANDER

The great biblical expositor and defender of orthodoxy, HaRavSamson Raphael Hirsch of Germany, insisted that Tsara’at, the affliction that occupies the attention of the biblical text, should not be confused with leprosy. In the case of leprosy, you should see a doctor. On the other hand, for the healing of Tsara’at – which also presents itself as a skin injury – the person indicated to examine the wound is the Kohen, the Priest who then prescribes the remedy for its healing. Because, according to the Talmud, Tsara’at is an outward manifestation of an inner spiritual malady. According to the Chachamim, the word Tsara’at comes from Motsi Shem Ra, the perverse use of language to injure one’s neighbor. 

It is not a question only of slander, of propagating some real deficiency of the neighbor, a negative characteristic of the person. Including, telling a truth that presents the other person from a negative perspective. If someone lies, telling his neighbor about it is Lashon Hara. However, if someone is about to hire a person for a position that requires trust in his word, it is necessary to warn that the person is lying.

The faculty of the use of speech is perhaps the greatest distinction of the human being above the other creatures that inhabit the earth. Language allows for mental abstraction, the construction of models to describe nature. It is the medium through which God communicates with man. But, just as it is often the most effective means for development, it is also the most efficient instrument for destruction. A well-placed word can help a person get a job, while slander can destroy a reputation that took decades to consolidate.

If the Kohen determined that the skin lesion was indeed Tsara’at disease, he expelled the afflicted person from the community for a period of 7 days, during which time the person had to leave the camp. This seven-day period was also intended to allow a person to examine his behavior during his journey through the desert. The intention was for him to recognize where he made a mistake and what the damage his slander had caused. Because the healing of the injury came through Teshuva, the recognition of the injury against one’s neighbor and the firm decision not to repeat the mistake in the future.

It should be noted that the prayer of greatest recollection on the day of Yom Kippur is called Kol Nidrei, a statement that is not a prayer, but a promise not to break a promise in the future. Once again, the importance of the word, the promise pledged but unfulfilled, is underlined.

The Talmud relates that one of the Tanaim asked his servant to go to the market and bring him the most delicious delicacy he could find. Faithfully, the servant returned with the tongue of an animal. When he asked her to bring him the worst food this time, the servant again brought home a tongue. The obvious moral is that with language you can compose verses, make peace between litigants; But it can also be used for slander todestroy the reputation of an honest person.

Other chapters of the Torah will emphasize the importance of keeping the promise. The first chapters of the Torah testify that God created the universe with the word. God said, and it was done. He expressed His Will, which became a physical fact that man can appreciate with his senses. The Torah consists of words: the word of God and the Ten Commandments are designated as Aseret HaDibrot, the Ten Words. The Tsaraatcondition teaches that the misused word has a real consequence, an injury to the skin that can be appreciated by all.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 11 POSITIVE MITSVOT

173. Leviticus 14:2 Ritual of purification by Tsara’at.

174. Leviticus 14:9 Shaving the person affected by Tsara’at on the seventh day (part of the purification ritual).

175. Leviticus 14:9 Immersion of the unclean individual in a Mikve for ritual purification.

176. Leviticus 14:10 The Offering of the Individual with Tzaraat when he Is healed of his affliction.

177. Leviticus 14:35 Laws of ritual Impurity of a house defiled with Tsara’at.

178. Leviticus 15:2,3 Laws of ritual impurity of the person who has emissions, Zav, that is the cause of his ritual impurity.

179. Leviticus 15:13,14 Zav offering  when he is cured of emissions.

180. Leviticus 15:16 Laws on the ritual impurity of semen, which is ritually unclean and causes ritual impurity.

181. Leviticus 15:19 Laws of ritual impurity of the menstruating person who acquires ritual impurity and causes ritual impurity.

182. Leviticus 15:25 Laws of ritual impurity of the abnormally menstruating person who acquires ritual impurity and causes ritual impurity.

183. Leviticus 15:28,29 Offering of the Zava woman , who is menstruating abnormally when she has already been ritually purified.

TAZRÍA

LEVÍTICO XII:1-XIII:59

SOBRE PUREZA E IMPUREZA EN EL JUDAÍSMO

En la Parashá Sheminí se advierte acerca de los animales que están permitidos y aquellos cuya carne no se debe ingerir. Todo ello está enmarcado dentro del conjunto de leyes acerca de la impureza y pureza ritual, que es el tema fundamental de nuestros capítulos Tazría. El contacto con ciertos animales, especialmente con sus cadáveres, introducía a la persona en un estado de impureza que en la época del Beit HaMikdash se convertía en un impedimento importante. 

Los Kohanim habían sido advertidos de que debían abstenerse de tener contacto personal con el cadáver de un ser humano, que constituye la mayor fuente de impureza. El razonamiento es que el pase de la santidad a la impureza es proporcional, o sea, que el ser que puede adquirir al mayor grado de santidad es el ser que produce la impureza más intensa. Sin embargo, se debe destacar que atender a un fallecido es una Mitsváimportantísima, pese a que las personas que se ocupan del fallecido entran en un estado de impureza. 

En la actualidad, se considera que todos están en un estado de impureza, porque en la ausencia del Beit HaMikdash no se puede remediar esta situación que exige el sacrificio de la Pará Adumá, la vaca bermeja de cuyas cenizas se obtenía el elemento indispensable para la purificación. Esta es una razón adicional que imposibilita la reconstrucción del Beit HaMikdash, actividad que exige la pureza que no se puede obtener en la actualidad. 

Al tomar en cuenta que el entierro de una persona es una Mitsvá, se puede concluir que no existe una prohibición contra la adquisición del estado de impureza ritual. Durante la existencia del Beit HaMikdash se observaban con mucho esmero estas leyes, porque la persona “impura” no tenía acceso al recinto sagrado que era el centro de la actividad ritual del judaísmo. 

Este hecho introdujo divisiones dentro de la sociedad y los eruditos se abstenían de comer en los hogares de los que ignoraban los detalles de la ley, asumiendo que probablemente no habían entregado al Kohén y al Leví la Terumá y el Maasercorrespondientes, o sea, no habían separado un porcentaje de la cosecha para el mantenimiento de quienes dedicaban sus labores al culto.

En la antigüedad, los Esenios cuidaban estas leyes en especial y por ello se mantenían aparte. La Mishná enseña que “las vestimentas” del ignorante eran consideradas impuras para los fariseos, cuyas vestimentas, a su vez, eran impuras para quienes ingieren Terumá, siendo las vestimentas de éstos impuras para quienes ingerían Kódesh, las partes del animal sacrificado que no eran consumidas por el fuego del altar. Incluso las vestimentas de quienes comían Kódesh eran impuras para quienes se ocupaban de las ‘aguas de purificación’.Yosé ben Yoézer era muy piadoso y, sin embargo, su delantal era impuro para Kódesh”. 

La citada Mishná implica que existían niveles de santidad y pureza, que a su vez implican una separación entre los diferentes grupos de la sociedad de la época. En la actualidad, existe un paralelismo con el Kashrut. Se han creado diferentes niveles, los cuales incluyen el famoso Glat Kasher, que quiere decir que nunca hubo duda acerca del kashrut del animal que exigió el fallo del Shojet, quien decide si la carne es apta para el consumo humano.

Según el Talmud, las escuelas de Hillel y Shamai tuvieron serias diferencias con respecto a las leyes de pureza. “Los unos califican de impuros los casos que los otros habían purificado”. Esta discusión tuvo un carácter académico, porque en la práctica intercambiaban los utensilios de cocina. De esta manera, la diferencia de opinión entre estas dos grandes escuelas nunca produjo una división de facto en la sociedad. 

En general, ésta es la actitud del Talmud, que recoge las diferencias de opiniones, aunque la Halajá emite un veredicto que refleja una sola opinión. El judaísmo siempre ha estimulado la divergencia de opiniones en el campo intelectual, pero, al mismo tiempo, ha señalado un camino específico que se debe seguir en el quehacer diario.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 2 PROHIBICIONES

166. Levítico 12:2,5 La impureza ritual de la mujer después de dar a luz

167. Levítico 12:4 La persona ritualmente impura no de ingerir Sacrificios Sagrados

168. Levítico 12:6 La ofrenda que trae la mujer después de dar a luz

169. Levítico 13:2 La impureza ritual de la persona que tiene tsaráat (se manifiesta con una erupción en la piel)

170. Levítico 13:33 No cortar el pelo de una lesión nétek (tipo de tsaráat)

171. Levítico 13:45 La persona que tiene tsaráat o cualquiera que puede transmitir impureza ritual a otros, no debería cortar su pelo y dejar sus prendas de vestir rasgadas

172. Levítico 13:47 Leyes pertinentes a tsaráat de prendas de vestir

TAZRIA

LEVITICUS XII:1-XIII:59

ON PURITY AND IMPURITY IN JUDAISM

Parshat Shemini warns about the animals that are permissible and those whose flesh should not be eaten. All of this is framed within the set of laws about ritual impurity and purity, which is the fundamental theme of our chapters of Tazria. Contact with certain animals, especially their carcasses, introduced a person into a state of impurity that at the time of the Beit HaMikdash(Temple of Jerusalem) became a major impediment. 

The Kohanim (Priests) had been warned that they should refrain from personal contact with the corpse of a human being, which constitutes the greatest source of impurity. The reasoning is that the passage from holiness to impurity is proportional, i.e., that the being that can acquire the highest degree of holiness is the being that produces the most intense impurity. However, it should be noted that caring for a deceased person is a very important Mitsva, even though the people who care for the deceased enter a state of impurity. 

At present, everyone is in a state of impurity, because in the absence of the Beit HaMikdash it is not possible to remedy this situation that requires the sacrifice of the Para Aduma, the red cow, from whose ashes the indispensable element for purification was obtained. This is an additional reason that makes it impossible to rebuild the Beit HaMikdash, an activity that demands purity that cannot be obtained today. 

Considering that the burial of a person is a Mitsva, it can be concluded that there is no prohibition against acquiring the state of ritual impurity. During the existence of the Beit HaMikdash, these laws were carefully observed, because the “impure” person did not have access to the sacred precinct that was the center of Judaism’s ritual activity. 

This created divisions within society, and scholars abstained from eating in the homes of those who were ignorant of the details of the law, on the assumption that they had probably not given  the Kohen and Levi the corresponding Teruma and Maaser, that is, they had not set aside a percentage of the harvest for the maintenance of those who devoted their labors to worship.

In ancient times, the Essenes took special care of these laws and therefore kept themselves apart. The Mishna (Oral Law) teaches that the “garments” of the ignorant were considered impure to the Pharisees, whose garments, in turn, were impure to those who ingest Teruma. The garments of the Pharisees being impure to those who ingest Kodesh, the parts of the sacrificed animal that were not consumed by the fire of the altar. Even the garments of those who ate Kodesh were impure to those who tended in the ‘waters of purification’. Yose ben Yoezer was very pious, and yet his apron was unclean to Kodesh.” 

The Mishna implies that there were levels of holiness and purity, which in turn imply a separation between the different groups of society at the time. Today, there is a parallel with Kashrut. Different levels have been created, including the famous Glat Kosher, which means that there was never any doubt about the Kashrut of the animal that demanded the ruling of the Shochet (Ritual slaughterer), who decides whether the meat is fit for human consumption.

According to the Talmud (Oral Law), the schools of Hillel and Shammai had serious differences regarding the laws of purity. “The former call impure the cases which the others had purified.” This discussion had an academic character, because in practice they exchanged kitchen utensils. In this way, the difference of opinion between these two great schools never produced a de facto division in society. 

In general, this is the attitude of the Talmud, which reflects differences of opinion, although the Halacha renders a verdict that reflects only one opinion. Judaism has always encouraged divergence of opinions in the intellectual field, but at the same time it has pointed out a specific path to be followed by all in daily life.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 5  POSITIVE MITSVOT AND 2 PROHIBIITONS

166. Leviticus 12:2,5 A woman’s ritual impurity after childbirth.

167. Leviticus 12:4 A ritually impure person does not ingest sacred sacrifices.

168. Leviticus 12:6 The offering a woman brings after giving birth.

169. Leviticus 13:2 The ritual impurity of the person who has Tsaraat (manifested by a rash on the skin).

170. Leviticus 13:33 Do not cut the hair of a Netek lesion (type of Tsaraat).

171. Leviticus 13:45 A person who has Tsaraat or anyone who can transmit ritual impurity to others should not cut his hair and leave his garments torn.

172. Leviticus 13:47 Laws concerning Tsaraat of clothing.

SHEMINÍ

LEVÍTICO IX:1-XI:47

SEPARACIÓN DE PODERES

A la conclusión de los siete días preparativos, Aharón (Aaron)y sus hijos procedieron con los sacrificios para la dedicación del Tabernáculo, el Mishkán en el octavo día. Incluso en este episodio, como figura central de la ToráMoshé (Moisés) transmite las instrucciones acerca de los Korbanot a su hermano Aharón, el Kohén Gadol. Más aún exclama “Kerav el hamizbéaj vaasé”: “acércate al altar y actúa”, ante la inamovilidad de Aharón

Aharón probablemente no se sintió seguro de sí mismo, tal vez por la tragedia que aconteció con sus hijos Nadav y Avihú en ese día, tal como leeremos en el noveno capítulo del SéferVayikrá. Fallecieron en el momento de la ofrenda, fueron consumidos por una llama celestial. Aharón pensó que Dios tampoco estaría dispuesto a aceptar su ofrenda porque asumía que no poseía los atributos éticos necesarios para acercarse al Creador en representación del pueblo hebreo. Las palabras de Moshé kerav el hamizbéaj”, lo estimularon para hacerlo.

La humildad era una de las características del Kohén quien desde la juventud recibía el entrenamiento para el servicio de Dios y de la comunidad. Además de oficiar en el Beit HaMikdash, el Kohén era el maestro que impartía los conocimientos de la tradición a las nuevas generaciones. Como no era poseedor de tierras, el Kohén subsistía gracias a las partes de los Korbanot que podía consumir y de la Terumá, el aporte que recibía de las cosechas. 

El Kohén era el auténtico líder religioso, mientras que el rey era el líder laico y político de la sociedad. Y se debía mantener la separación de los poderes. Esta separación fue violada en la época de los Jashmonaim, quienes siendo Kohanim asumieron también el manto de la monarquía, de acuerdo con los acontecimientos que condujeron a la celebración de Januká.

De acuerdo con Rambán, el período de los Jashmonaim terminó en la desgracia debido a esa falta de división entre el poder administrativo y laico por un lado y el poder religioso. Hay quienes señalan que la ausencia de un volumen del Talmudsobre Januká, a diferencia de Purim que es explicado en el tratado de Meguilá, se debe a que los Jajamim mantuvieron reservas con referencia a la actuación de los Jashmonaim.

Al analizar el rol del liderazgo en la tradición judía nos remontamos a la época de los patriarcas. No hay duda de que después de la muerte del tercer patriarca Yaacov, el hijo que tenía la mejor preparación para asumir el manto del liderazgo era Yosef quien se había destacado como un gran estadista en la corte del faraón. ¿Acaso no había salvado a la humanidad de la época de una muerte segura por el período de hambruna? De no haber sido por sus dotes administrativos que consistieron en parte, en almacenar los excesos del período de abundancia para los siete años de “las vacas flacas”, los egipcios y los pueblos vecinos hubieron perecido.

¿Por qué exclamó Yaacov en el lecho de la muerte “¿Lo yasurshévet miYehudá”, “el cetro del mando no debe ser apartado deYehudá”? ¿Por qué no escogió Yaacov a Yosef, en lugar de designar a su cuarto hijo, Yehudá, para ser el progenitor de los reyes del pueblo judío?

El gran erudito Harav Aharón Soloveichik z’l, hermano de mi difunto maestro, explicó que la razón por la cual Yosef no fue escogido era porque era perfecto en todas sus actuaciones. A diferencia de Yehudá quien tuvo una relación dudosa con la hija de Shúa y luego procreó mellizos con su nuera TamarYosef, en cambio, no sucumbió a los avances sexuales de la esposa de Potifar. El líder de un pueblo no puede ser una persona de tales características morales que la sociedad no pueda identificarse con él o ella, para luego concluir que no podrá alcanzar ese grado de perfección. El líder deber ser perfectible, más no perfecto.

Es posible que un razonamiento similar impidiera que el Kohénejerciera el liderazgo administrativo de la comunidad. El estricto entrenamiento del Kohén bíblico lo preparaba para una vida de desprendimiento de los bienes materiales y a una dedicación exclusiva al bienestar espiritual del pueblo, hechos que lo convertían en un ser casi celestial o angelical. Tanto el líder espiritual como el líder político sirven como modelos de comportamiento para la sociedad, por ello su escogencia es crítica para inculcar los valores espirituales y sociales necesarios para la salud moral y el bienestar material de las nuevas generaciones.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 6 MITSVOT POSITIVAS Y 11 PROHIBICIONES

149. Levítico 10:6 Los Kohanim no deben entrar al Templo con pelo largo

150. Levítico 10:6, 21:10 Los Kohanim no deben entrar al Templo con ropa rasgada

151. Levítico 10:7 Los Kohanim no deben salir del Templo durante el Sagrado Servicio

152. Levítico 10:9 Los Kohanim no deben entrar al Templo después de beber vino, ni deben pronunciar juicio cuando embriagados

153. Levítico 11:2,3 Obligación de examinar las señales de los animales domésticos y salvajes (para determinar si son kasher)

154. Levítico 11:4-7 No comer animales domésticos o salvajes que son no-kasher

155. Levítico 11:9 Obligación de examinar las señales de los peces (para determinar si son kasher)

156. Levítico 11:11 No comer peces que son no-kasher

157. Levítico 11:13 No comer aves no-kasher

158. Levítico 11:21 Obligación de examinar las señales de insectos (para determinar si son kasher)

159. Levítico 11:29,30 Leyes que rigen la impureza ritual de los 8 animales que andan sobre tierra

160. Levítico 11:34 Leyes acerca de la impureza ritual de alimentos

161. Levítico 11:39 Leyes acerca de la impureza ritual de cadáveres de animales

162. Levítico 11:41 No comer animales que se arrastran sobre tierra

163. Levítico 11:42 No comer insectos diminutivos que acompañan granos y frutas

164. Levítico 11:43 No comer criaturas pequeñas que habitan las aguas

165. Levítico 11:44 No ingerir los insectos que se forman de la materia en descomposición

SHEMINI

LEVITICUS IX:1-XI:47

SEPARATION OF POWERS

At the conclusion of the seven days of preparation, Aharon(Aaron) and his sons proceeded with the sacrifices for the dedication of the Tabernacle, the Mishkan on the eighth day. Even in this episode, as a central figure in the TorahMoshe(Moses) relays the instructions about the Korbanot to his brother Aharon, the Kohen Gadol (High Priest). Moreover, he exclaims, “Kerav el hamizbeach vaase“: “Approach the altar and act,” in the face of Aharon’s immobility. 

Aharon probably did not feel sure of himself, perhaps because of the tragedy that befell his sons Nadav and Avihu on that day, as we will read in the ninth chapter of Sefer Vayikra. They passed away at the time of the offering, they were consumed by a heavenly flame. Aharon thought that God would also not be willing to accept his offering because he assumed that he did not possess the ethical attributes necessary to approach the Creator on behalf of the Hebrew people. Moshe’s words, “kerav el hamizbeach,” spurred him on to do so.

Humility was one of the characteristics of the Kohen,  who from youth received training for the service of God and the community. In addition to officiating at the Beit HaMikdash, the Kohen was the master who imparted the knowledge of tradition to the new generations. Since he did not own land, the Kohen subsisted on the shares of the Korbanot that he could consume and the Teruma, the contribution he received from the crops. 

The Kohen was the authentic religious leader, while the king was the secular and political leader of the society. And the separation of powers had to be maintained. This separation was violated in the time of the Chashmonaim, who, while being Kohanim, also assumed the mantle of the monarchy, in accordance with the events leading up to the celebration of Chanukkah.

According to Ramban, the period of the Chashmonaim ended in disgrace due to that lack of division between the administrative and secular power on the one hand and the religious power on the other. Some point out that the absence of a volume of the Talmud on Chanukkah, as opposed to Purim,which is explained in the tractate Megilla, is due to the fact that the Chachamim maintained reservations regarding the actions of the Chashmonaim.

In analyzing the role of leadership in Jewish tradition, we go back to the time of the patriarchs. There is no doubt that after the death of the third patriarch Yaakov (Jacob), the son who was best prepared to assume the mantle of leadership was Yosef(Joseph), who had distinguished himself as a great statesman in Pharaoh’s court. Had he not saved mankind from the time of certain death by the period of famine? Had it not been for their administrative skills, which consisted, in part, in storing up the excesses of the period of plenty for the seven years of “lean cows,” the Egyptians and neighboring peoples would have perished.

Why did Yaakov exclaim  on his deathbed, “Lo yasur shevet miYehuda,” “the scepter of command must not be taken away from Yehuda”? Why didn’t Yaakov choose Yosef, instead of appointing his fourth son, Yehuda, to be the progenitor of the kings of the Jewish people?

The great scholar Harav Aharon Soloveichik z’l, brother of my late teacher, explained that the reason Yosef was not chosen was because he was perfect in all his performances. Unlike Yehudawho had a dubious relationship with Shua’s daughter and then fathered twins with his daughter-in-law TamarYosef, on the other hand, did not succumb to the sexual advances of Potiphar’s wife. The leader of a people cannot be a person of such moral characteristics that society cannot identify with him or her, and then conclude that he or she will not be able to attain that degree of perfection. The leader must be perfectible, but not perfect.

It is possible that similar reasoning prevented the Kohen from exercising administrative leadership of the community. The strict training of the biblical Kohen prepared him for a life of detachment from material goods and an exclusive dedication to the spiritual well-being of the people, facts that made him an almost heavenly or angelic being. Both the spiritual leader and the political leader serve as role models for society, so their choice is critical to inculcate the spiritual and social values necessary for the moral health and material well-being of the new generations.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 6  POSITIVE MITSVOT AND 11 PROHIBITIONS

149. Leviticus 10:6 Kohanim should not enter the Temple with long hair.

150. Leviticus 10:6, 21:10 Kohanim should not enter the Temple with torn clothes.

151. Leviticus 10:7 Kohanim should not leave the Temple during the Holy Service

152. Leviticus 10:9 The Kohanim should not enter the Temple after drinking wine, nor should they pronounce judgment when drunk.

153. Leviticus 11:2,3 Obligation to examine the signs of domestic and wild animals (to determine whether they are kosher).

154. Leviticus 11:4-7 Do not eat domestic or wild animals that are non-kosher.

155. Leviticus 11:9 Obligation to examine the signs of fish (to determine if they are kosher).

156. Leviticus 11:11 Do not eat fish that are non-kosher.

157. Leviticus 11:13 Do not eat non-kosher birds.

158. Leviticus 11:21 Obligation to examine insect signs (to determine if they are kosher).

159. Leviticus 11:29,30 Laws governing the ritual impurity of the 8 animals that walk on land.

160. Leviticus 11:34 Laws concerning ritual impurity of food.

161. Leviticus 11:39 Laws concerning the ritual impurity of animal carcasses.

162. Leviticus 11:41 Do not eat animals that crawl on the ground.

163. Leviticus 11:42 Do not eat diminutive insects that accompany grains and fruits.

164. Leviticus 11:43 Do not eat small creatures that inhabit the waters.

165. Leviticus 11:44 Do not ingest insects that form from decaying matter.

TSAV

LEVÍTICO VI:1-VIII:36

LA HERENCIA DEL KOHÉN

El tema central de estos capítulos es la figura del Kohén, el sacerdote que oficiará en el ofrecimiento de los sacrificios. En etapas posteriores, después de la conquista de la Tierra Prometida durante el período del Beit HaMikdash, la casta de los Kohanim condujo el culto que se centró en el recinto de esta Casa Sagrada. Mientras que el título de Rav, “maestro”, depende del estudio sostenido de las Sagradas Escrituras –y en especial de la Torá Oral representada por el Talmud–, la Kehuná, la condición de Kohén, tiene un origen genético. Los descendientes de Aharón, el hermano de Moshé, acceden al derecho a la Kehuná por razón de nacimiento. 

Más aún, el Kohén no puede renunciar a su naturaleza sacerdotal, condición que es sólo afectada por ciertos defectos biológicos o por el matrimonio prohibido contraído por su progenitor. La Torá prohíbe que el Kohén se case, por ejemplo, con una mujer divorciada. En el caso del Kohén Gadol, jefe de los Kohanim, esta prohibición incluye a la viuda. Quien desciende de tal unión vedada recibe la designación de JalalKohén inhabilitado para oficiar. Asimismo, serán calificados los descendientes de este Jalal.

Tal como señala Rachel Lifshitz, el Kohén tenía privilegios y obligaciones. Especialmente durante la existencia del Beit HaMikdash, el Kohén tenía una posición de privilegio que incluía la obtención gratuita de algunas partes del animal ofrendado y recibía la contribución denominada Terumá, que incluso los otros miembros de la tribu de Leví tenían que ofrecer. Aunque la Torá no estipula el monto del aporte, el Talmud sugiere una cantidad no menor de una cincuentava parte de la renta anual. 

La Mishná enseña que el Kohén Gadol era retenido en el ámbito del Beit HaMikdash durante los 7 días previos a Yom HaKipurim (Día del Perdón) con el propósito de que pudiera repasar el orden del servicio de ofrendas del Día del Perdón. La obtención del perdón divino dependía de las labores del Kohén Gadol, quien no podía desviarse del orden que los Jajamimhabían establecido de acuerdo con su interpretación del texto sagrado. Esto era necesario, porque se habían dado situaciones de Kohanim que no eran doctos en la tradición. Más aún, los Jajamim querían asegurar que el Kohén siguiera la opinión de los Perushim y no la de los Tsedukim en los casos en que había divergencia de opinión. 

El Kohén Gadol se introducía en el Kódesh HaKodashim (lugar más sagrado del Templo de Jerusalem) solamente en Yom HaKipurim para pedir el perdón divino por sus pecados personales, los errores de sus familiares y de todo el pueblo. En la actualidad después de la destrucción del Beit HaMikdash, este día sagrado es celebrado principalmente por medio de rezos y oraciones y la abstención de comida y bebida. 

Durante el período de la existencia física del Beit HaMikdash, el culto se centraba en las ofrendas que realizaba el Kohén Gadol, el sorteo de los animales para seleccionar al “chivo expiatorio” que cargaría, simbólicamente sobre sí, los pecados del pueblo judío. El momento crucial, sin embargo, era cuando el Kohén Gadol ingresaba en el interior del KódeshHaKodashim. El pueblo aguardaba con ansiedad para observar si el Kohén Gadol salía con vida de ese recinto, señal de que sus peticiones por el perdón habían sido aceptadas.

Después de la destrucción del Beit HaMikdash, el Kohén ha quedado limitado a ciertos privilegios tales como oficiar en el Pidyón Habén, la redención del primogénito; ser llamado a la primera sección de la lectura de la Torá, y recitar la “triple bendición” durante la repetición de la Amidá.

Tal vez por encima de la figura del Kohén, el Rav, el Talmid Jajam, maestro, tiene especial relevancia en el presente. En ausencia del Beit HaMikdash, el estudio de la Torá y del Talmud han adquirido supremacía y el estudio se ha convertido en el vehículo preferido para asegurar la continuidad y desarrollo espiritual del judaísmo.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 9 MITSVOT POSITIVAS Y 9 PROHIBICIONES

131. Levítico 6:3 Levantar las cenizas (del Altar)

132. Levítico 6:6 A diario prender el fuego sobre el Altar

133. Levítico 6:6 No apagar el fuego del Altar

134. Levítico 6:9 Comer el restante de la ofrenda Minjá 

135. Levítico 6:10 No leudar el restante de la ofrenda Minjá

136. Levítico 6:13 La ofrenda Minjá diaria del Kohén Gadol(Sumo Sacerdote)

137. Levítico 6:16 La ofrenda Minjá de un Kohén no es consumida

138. Levítico 6:18 El procedimiento con la ofrenda Jatat (por pecado)

139. Levítico 6:23 No comer la carne de la ofrenda Jatat cuya sangre es salpicada dentro (del Santuario

140. Levítico 7:1 El procedimiento con la ofrenda Asham (por culpa)

141. Levítico 7:11 El procedimiento con la ofrenda Shelamim(por la paz)

142. Levítico 7:15 No dejar ninguna carne de la ofrenda Todá(agradecimiento) pasado el tiempo asignado para su consumo 

143. Levítico 7:17 La obligación de quemar los remanentes de las ofrendas sagradas

144. Levítico 7:18 No comer de la ofrenda Pigul, ofrenda con intenciones incorrectas

145. Levítico 7:19 No comer la carne de ofrendas sagradas convertidas impuras

146. Levítico 7:19 La obligación de quemar carne sagrada convertida impura

147. Levítico 7:23 No comer Jélev (grasa prohibida de la ofrenda)

148. Levítico 7:26 No ingerir la sangre de cualquier animal o ave

TSAV

LEVITICUS VI:1-VIII:36

THE KOHEN’S HERITAGE

The central theme of these chapters is the figure of the Kohen, the priest who will officiate at the offering of the sacrifices. In later stages, after the conquest of the Promised Land during the period of the Beit HaMikdash, the Kohanim caste  conducted the cult that centered on the precincts of this Holy House. While the title of Rav, “teacher,” depends on the sustained study of the Holy Scriptures—and especially the Oral Torah represented by the TalmudKehuna, the condition of Kohen, has a genetic origin. The descendants of Aharon (Aaron), the brother of Moshe (Moses), have the right to the Kehuna by birth. 

Moreover, the Kohen cannot renounce his priestly nature, a condition which is affected only by certain biological defects or by the forbidden marriage contracted by his parent. The Torahforbids the Kohen to marry, for example, a divorced woman. In the case of the Kohen Gadol, chief of the Kohanim, this prohibition includes the widow. Whoever descends from such a forbidden union receives the designation of Kohen Chalal, disqualified from officiating. Likewise, the descendants of this Chalal will be qualified.

As Rachel Lifshitz points out, the Kohen had privileges and obligations. Especially during the existence of the Beit HaMikdash, the Kohen had a privileged position that included obtaining some parts of the animal offered free of charge and receiving the contribution called Terumah, which even the other members of the tribe of Levi had to offer. Although the Torahdoes not stipulate the amount of the contribution, the Talmudsuggests an amount of not less than one-fiftieth of the annual income. 

The Mishnah teaches that the Kohen Gadol was held in the BeitHaMikdash during the 7 days prior to Yom HaKippurim (Day of Atonement) so that he could review the order of the sacrifices or that day. Obtaining divine forgiveness depended on the activities of the Kohen Gadol, who could not deviate from the order that the Chachamim had established according to their interpretation of the sacred text. This was necessary, because there had been situations of Kohanim who were not learned in the tradition. Moreover, the Chachamim wanted to ensure that the Kohen would follow the opinion of the Perushim(Pharisees) and not that of the Tsedukim (Sadducees) in cases where there was divergence of opinion. 

The Kohen Gadol entered the Kodesh HaKodashim (Holy of Holies) only on Yom HaKippurim to ask for divine forgiveness for his personal sins, the mistakes of his relatives and the entirenation. Today, after the destruction of the Beit HaMikdash, this holy day is celebrated primarily through prayers and abstention from food and drink. 

During the period of the Beit HaMikdash‘s physical existence, worship centered on the offerings made by the Kohen Gadol, the drawing of lots for animals to select the “scapegoat” who would symbolically bear the sins of the Jewish people. The crucial moment, however, was when the Kohen Gadol entered the interior of the Kodesh HaKodashim. The people waited anxiously to see if the Kohen Gadol would  come out of the compound alive, a sign that their requests for forgiveness had been accepted.

After the destruction of the Beit HaMikdash, the Kohen has been limited to certain privileges such as officiating at the Pidyon Haben, the redemption of the firstborn, being called to the first section of the Torah reading and reciting the “threefold blessing” during the repetition of the Amidah.

Perhaps above the figure of the Kohen, the Rav, the Talmid Chacham, the teacher, has special relevance in the present. In the absence of the Beit HaMikdash, the study of the Torah and the Talmud has gained supremacy, and the study has become the preferred vehicle for ensuring the continuity and spiritual development of Judaism.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 9  POSITIVE MITSVOT AND 9 PROHIBITIONS

131. Leviticus 6:3 Lifting up the ashes (from the Altar).

132. Leviticus 6:6 Daily light the fire on the altar.

133. Leviticus 6:6 Do not quench the fire of the altar.

134. Leviticus 6:9 Eat the remainder of the Mincha offering.

135. Leviticus 6:10 Do not leaven the remainder of the Mincha offering.

136. Leviticus 6:13 The Daily Mincha offering  of the Kohen Gadol (High Priest).

137. Leviticus 6:16 A Kohen’s Mincha offering Is not consumed.

138. Leviticus 6:18 The procedure with the Chatat (sin) offering.

139. Leviticus 6:23 Do not eat the meat of the Chatat offering whose blood is sprinkled within (the sanctuary).

140. Leviticus 7:1 The procedure with the Asham offering (Guilt).

141. Leviticus 7:11 The procedure with the Shelamim (peace) offering.

142. Leviticus 7:15 Do not leave any meat of the Toda(thanksgiving) offering after the time allotted for consumption.

143. Leviticus 7:17 The obligation to burn the remnants of the sacred offerings.

144. Leviticus 7:18 Do not eat from the Pigul offering, an offering for wrong intentions.

145. Leviticus 7:19 Do not eat the flesh of sacred offerings that are declared unclean.

146. Leviticus 7:19 The obligation to burn sacred flesh made unclean.

147. Leviticus 7:23 Do not eat Chelev (forbidden fat from the offering).

148. Leviticus 7:26 Do not ingest the blood of any animal or bird.