HAAZINU

DEUTERONOMIO XXXII:1-XXII:52

ALGUNOS GIGANTES DEL ESPÍRITU

Estos capítulos aparecen en forma de verso en la Torá, que hace una excepción para este canto que está escrito en 2 columnas angostas, las cuales ocupan el espacio que normalmente está asignado a una columna. Dado que se trata de uno de los últimos pronunciamientos de Moshé, este poema adquiere mayor importancia. Nuestro texto empieza con Haazinu hashamáyim…vetishmá haarets…: “Escuchen los cielos… y que escuche la tierra…”. Palabras similares se encuentran en el libro de Yeshayahu, en el que el profeta exclama Shim’í shamáyim vehaazin erets: “Escucha cielo, y que escuche la tierra”. 

En el hebreo original se puede notar que, en cada caso, hay 2 palabras diferentes para señalar escuchar: lehaazín y lishmoa. Rashí señala que lehaazín se refiere a escuchar de cerca, mientras que lishmoa quiere decir escuchar un sonido lejano. Moshé, quien era de talla espiritual más elevada a la del profeta Yeshayahu, estaba más cercano al cielo; por ello se utiliza la palabra lehaazín cuando se señala un sonido que debe ser escuchado en los cielos, mientras que ese vocablo es utilizado por Yeshayahu con referencia a su cercanía a la tierra, solamente cuando se le compara con Moshé.

Con esta distinción en mente, señalamos que hay episodios bíblicos que son muy difíciles de comprender. Por ejemplo, el caso de la atadura de Yitsjak sobre un altar nos resulta incomprensible cuando leemos que fue el padre, Avraham, quien lo colocó para ser sacrificado. ¿Cómo puede un padre contemplar tal sacrificio? Cuando Dios le instruyó conducir a su hijo al holocausto, la respuesta de Avraham debería haber sido: “Estoy personalmente dispuesto a ofrecer mi vida si eso es lo que se exige, pero no puedo ofrendara mi hijo”. Incluso esta conducta sería considerada como de absoluta valentía, hecho que muy pocas personas estarían dispuestas a hacer y demostraría la profunda fe de la persona. 

Nuestro asombro ante la actitud de Avraham es el resultado del intento de colocarnos en el lugar del patriarca. Si consideramos que Avrahamrevolucionó el mundo de las ideas y del espíritu con su propuesta de la existencia de un solo Dios que rige el destino de cada ser, debemos asumir que estamos en presencia de una personalidad singular, sin parangón anterior, un personaje para el cual no se puede aplicar las usuales mediciones o evaluaciones. La fe de Avraham en Dios era total, sin titubeo alguno. Avraham “sabía en su mente” y “sentía en su corazón”, sin asomo de duda alguna, que Dios era justo y que jamás cometería un equívoco o una inmoralidad.

De acuerdo con la tradición judía, Moshé estaba en un nivel espiritual superior al de los patriarcas: no tenía parangón. Era un gigante del espíritu. La Biblia testimonia que Dios le hablaba a Moshé “boca a boca” y no en un sueño o en una aparición nocturna. Bejol beití neemán hu, “En toda mi casa es la persona de confianza”, es la expresión que la Torá atribuye a Dios con referencia a Moshé.

La sentencia Divina que le impidió a Moshé pisar la Tierra Prometida provocó el ruego y la petición, vaetjanán, y Moshé imploró. El citado Rashí comenta que la solicitud de Moshé no estaba basada en mérito alguno, porque Dios conoce incluso los pensamientos y sentimientos que no han sido expresados con palabras. Moshé imploró apelando a la Misericordia Divina, que esta vez tuvo que dar paso al patrón de la Justicia Absoluta. 

Por ello, la vida de Moshé es una especie de sinfonía espiritual inconclusa: extrae al pueblo esclavizado de Egipto y los conduce al Sinaí, donde Dios revela Su Voluntad y especifica un conjunto de normas que conducirán a la realización espiritual y social de la Humanidad. Así como la vida de Moshé fue una sinfonía inconclusa, la mortalidad recuerda con toda crudeza que ninguna persona puede terminar su cometido sobre la tierra. 

Serán las generaciones futuras las encargadas de construir sobre lo edificado con anterioridad, ampliar el cúmulo del conocimiento basándose en las memorias de otras generaciones. La sinfonía tendrá una conclusión en alguna época mesiánica, que depende probablemente de una actuación solidaria con los desfavorecidos, de una conducta personal apegada totalmente a esos diez instructivos que fueron grabados sobre piedra que ningún tirano ha podido borrar.

HA’AZINU

DEUTERONOMY XXXII:1-XXII:52

SOME GIANTS OF THE SPIRIT

These chapters appear in verse form in the Torah, which makes an exception for this chant, which is written in 2 narrow columns, which occupy the space normally assigned to a column. Since it is one of Moses’ last pronouncements, this poem takes on greater importance. Our text begins with Haazinu hashamayim… vetishma haarets…: “Listen the heavens… and let the earth listen…” Similar words are found in the book of Yeshayahu, in which the prophet exclaims Shim’i shamayim vehaazinerets: “Hear heaven, and let the earth hear.” 

In the original Hebrew it can be noted that, in each case, there are 2 different words to signal to hear: lehaazin and lishmoaRashi points out that lehaazin refers to listening closely, while lishmoa means listening to a distant sound. Moshe (Moses), who was of higher spiritual stature than the prophet Yeshayahu (Isaiah), was closer to heaven; hence the word lehaazin is used  when pointing to a sound that must be heard in the heavens, while that word is used by Yeshayahu in reference to his nearness to the earth, only when compared to Moshe.

With this distinction in mind, we point out that there are biblical episodes that are very difficult to comprehend. For example, the case of Yitschak’s(Isaac’s) binding on an altar is incomprehensible to us when we read that it was the father, Avraham (Abraham), who placed him to be sacrificed. How can a father contemplate such a sacrifice? When God instructed him to lead his son to the burnt offering, Avraham‘s response  should have been, “I am personally willing to offer my life if that is what is required, but I cannot offer my son to him.” Even this behavior would be regarded as absolute courage, which very few people would be willing to do, and it would demonstrate the person’s deep faith. 

Our amazement at Avraham’s attitude  is the result of the attempt to put us in the place of the patriarch. If we consider that Avraham revolutionized the world of ideas and spirit with his proposal of the existence of a single God who governs the destiny of each being, we must assume that we are in the presence of a singular personality, without previous parallel, a character for whom the usual measurements or evaluations cannot be applied. Avraham’s faith in God was total, without any wavering. Avraham“knew in his mind” and “felt in his heart,” without a shadow of a doubt, that God was just and that he would never make a mistake or an immorality.

According to Jewish tradition, Moshe was on a higher spiritual level than the patriarchs: he was unparalleled. He was a giant of the spirit. The Bible testifies that God spoke to Moshe “by mouth” and not in a dream or nighttime apparition. Bechol beiti neeman hu, “In all my house he is the person of trust,” is the expression that the Torah attributes to God with reference to Moshe.

The Divine sentence that prevented Moshe from setting foot in the Promised Land provoked the plea and petition, vaetchanan, and Mosheimplored. Rashi comments that Moshe‘s request  was not based on any merit, because God knows even thoughts and feelings that have not been expressed in words. Moshe implored by appealing to Divine Mercy, which this time had to give way to the patron saint of Absolute Justice. 

Therefore, the life of Moshe is a kind of unfinished spiritual symphony: he extracts the enslaved people from Egypt and leads them to Sinai, where God reveals His Will and specifies a set of rules that will lead to the spiritual and social realization of Humanity. Just as Moshe’s life  was an unfinished symphony, mortality is a stark reminder that no person can finish his or her mission on earth. 

It will be future generations who will oversee building on what has been built previously, expanding the accumulation of knowledge based on the memories of other generations. The symphony will have a conclusion in some messianic era, which probably depends on an action in solidarity with the disadvantaged, on a personal conduct totally attached to those ten instructions that were engraved on stone that no tyrant has been able to erase.

VAYÉLEJ

DEUTERONOMIO XXI:1-30

LECTURA PÚBLICA DE LA TORÁ

Después de estimular a Yehoshúa (Josué) con la expresión de Jazak Veemáts, el deseo de que su liderazgo sobre el pueblo sea fuerte y persistente, Moshé (Moisés) instruye que a la conclusión del período de la Shemitá, el descanso anual de la tierra después de 7 años, se debe reunir al pueblo para la lectura pública de la Torá. El momento será propicio para destacar que el año sabático de Shemitá no tiene solamente el propósito del “descanso de las tierras”. Tiene que ser un período de reflexión y estudio, de crecimiento espiritual que será coronado con la lectura pública, que a su vez puede considerarse como un renovado compromiso con la Torá. Al escuchar su contenido debe producirse una movilización y renovación del Brit asumido en Har Sinai (Monte Sinaí): Dios se compromete a velar por el bienestar del pueblo y el pueblo se compromete cumplir las Mitsvot, obedecer la Voluntad Divina. 

Quien debía efectuar la lectura pública era el rey, el rector administrativo del pueblo, como señal de que la Torá tenía un mensaje público; sus normas debían regir el comportamiento de la sociedad en todas sus manifestaciones. Tanto adultos como niños, ancianos y jóvenes tenían que escuchar esta lectura. Esta reunión recibió el nombre de Hakhel, cuya raíz es Kahal, el colectivo, la totalidad del pueblo hebreo.

Con el establecimiento del Estado de Israel se hizo intentos de renovar esta actividad. En este sentido el Gran Rabino Yitzchak Herzog escribió una Teshuvá en su libro Heichal Yitzchak, donde sugiere que incluso en la ausencia del Beit HaMikdash se puede celebrar ZéjerleHakhel, un recuerdo de esta actividad, y que el jefe del Estado podría dirigirla lectura pública de la Torá.

Como nota histórica, cabe mencionar que fue un hijo de este gran rabino, el general Yaacov Herzog, embajador de Israel ante las Naciones Unidas, quien en un célebre discurso reaccionó en noviembre de 1975 a la adopción del infame documento de la Asamblea General que hacía una equivalencia entre Sionismo y racismo. Mientras que la Torá es un documento de convivencia de gran contenido ético, el documento de la ONU tenía la función de promover el odio, una expresión de la inmoralidad de su contenido que constituía una tergiversación histórica del movimiento sionista. Yaacov Herzog terminó su brillante alocución rompiendo públicamente el papel en el cual estaba escrita esta resolución.

Días atrás, en una conferencia de prensa pública, otro general israelí, hijo de Yaacov Herzog, en una conmemoración de los 30 años de esa infame resolución, disertó acerca de su injusticia histórica y, nuevamente, ante las cámaras de televisión, rompió el documento. Cabe destacar que la Asamblea General de la ONU subsecuentemente resolvió anular la decisión original, en una enmienda justa a una lamentable decisión anterior. 

El Gran Rabino Yitzchak Herzog había sugerido una reunión masiva ante el Kótel para hacer la lectura de la Torá, que debía ser precedida por el sonido del Shofar. De acuerdo con muchos exégetas, debe leerse el SéferDevarim, el último Libro de la Torá. También se puede mencionar como dato de interés que, años atrás, una sinagoga de Nueva York programó la lectura pública del Tanaj (Biblia) e invitó a diferentes personalidades públicas a participar en este evento. La audiencia recibió ejemplares del Tanaj mientras que en el podio se hacía la lectura, capítulo por capítulo.

Hakhel es una demostración adicional de la centralidad del estudio de la Torá para todos los sectores de la sociedad. La presencia de los niños destaca que desde la infancia se debe inculcar el amor por la Torá y el estudio, el factor decisivo para la sobrevivencia del pueblo judío.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS

612. Deuteronomio 31:12 Reunir a todo el pueblo para escuchar la lectura de la Torá después del año Sabático

613. Deuteronomio 31:12 Cada judío debe escribir una Torá para sí mismo

VAYELECH

DEUTERONOMY XXI:1-30

PUBLIC READING OF THE TORAH

After encouraging Yehoshua (Joshua) with the expression of ChazakVeemats, the desire for his leadership over the people to be strong and persistent, Moshe (Moses) instructs that at the conclusion of the Shemitahperiod, the annual rest of the land after 7 years, the people should be gathered for the public reading of the Torah. The timing will be propitious to emphasize that the Shemitah sabbatical year  is not only for the purpose of “rest of the lands.” It must be a period of reflection and study, of spiritual growth that will be crowned with public reading, which in turn can be considered as a renewed commitment to the Torah. Listening to its content, there must be a mobilization and renewal of the Brit assumed in Har Sinai: God undertakes to watch over the well-being of the people and the people commit themselves to fulfill the Mitsvot, to obey the Divine Will. 

The one who had to perform the public reading was the king, the administrative ruler of the people, as a sign that the Torah had a public message; its rules were to govern the behavior of society in all its manifestations. Adults and children, the elderly and young alike had to listen to this reading. This gathering was called Hakhel, whose root is Kahal, the collective, the totality of the Hebrew people.

With the establishment of the State of Israel, attempts were made to renew this activity. In this regard, Chief Rabbi Yitzchak Herzog wrote a teshuvahin his book Heichal Yitzchak, where he suggests that even in the absence of the Beis HaMikdash, one  can celebrate Zecher leHakhel, a remembrance of this activity, and that the head of state could lead the public reading of the Torah.

As a historical note, it is worth mentioning that it was a son of this great rabbi, General Yaacov Herzog, Israel’s ambassador to the United Nations, who in a famous speech reacted in November 1975 to the adoption of the infamous General Assembly document that made an equivalence between Zionism and racism. While the Torah is a document of coexistence with great ethical content, the UN document had the function of promoting hatred, an expression of the immorality of its content that constituted a historical distortion of the Zionist movement. Yaakov Herzog ended his brilliant speech by publicly tearing up the paper on which this resolution was written.

Days ago, at a public press conference, another Israeli general, son of Yaacov Herzog, in a commemoration of the 30th anniversary of that infamous resolution, spoke about its historical injustice and, again, in front of the television cameras, tore up the document. It should be noted that the UN General Assembly subsequently resolved to overturn the original decision, in a fair amendment to an earlier regrettable decision. 

Chief Rabbi Yitzchak Herzog had suggested a mass gathering before the Kotel to do the Torah reading, which was to be preceded by the blowing of the Shofar. According to many exegetes, one should read the Sefer Devarim, the last Book of the Torah. It can also be mentioned as an interesting fact that, years ago, a synagogue in New York scheduled the public reading of the Tanakh and invited different public personalities to participate in this event. The audience received copies of the Tanach while the reading was done on the podium, chapter by chapter. 

Hakhel is a further demonstration of the centrality of Torah study for all sectors of society. The presence of the children highlights that from childhood a love for Torah and study must be instilled  , the decisive factor for the survival of the Jewish people.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 2 POSITIVE MITSVOT

612. Deuteronomy 31:12 Gather all the people to hear the Torah reading  after the sabbatical year

613. Deuteronomy 31:12 Every Jew must write a Torah for himself

NITSAVIM

DEUTERONOMIO XXIX:9-XXX:20

NIVELES OCULTOS DE LA TORÁ

Hershel SchachterRosh Kolel de Yeshiva University, cita un escrito de Rabí Chaim de Volozhin, uno de los discípulos más distinguidos del Gaón de Vilna. Según Rabí Chaim, el Gaón sostenía que el Jumash Devarim, el quinto de los cinco libros de la Torá, consiste de diez Sidrot determinadas por la lectura semanal y que las secciones de Nitsavim y Vayélej deben ser consideradas como una sola unidad.

De acuerdo con el Talmud, el mundo tendrá una duración de 6 milenios, que luego darán paso a un Shabat universal. Estos seis milenios están divididos en 3 etapas. La primera de ellas se denomina tohu, porque se refiere al desorden y anarquía que la caracterizaron. La segunda etapa, que empezó con la aparición de los tres patriarcas, se fundamenta en la Torárecibida en el monte Sinaí, documento en el cual Dios manifestó Su Voluntad a la Humanidad por intermedio del pueblo judío y especificó el sendero que debe transitar para conquistar y eliminar el tohu, el caos que reinó en un principio. 

En la actualidad nos encontramos en la tercera etapa: la redención, el momento mesiánico. El cálculo es el siguiente. El patriarca Avraham nació en el año 1948 después de la creación del universo (partimos de la referencia de que en la actualidad nos encontramos en el año 5763, según la tradición judía) y comenzó su misión de propagar el ideal monoteísta a la edad de 52 años. 

De acuerdo con el Talmud, la nomenclatura utilizada para el documento que Moshé escribió de acuerdo con la expresa Voluntad de Dios es la Torá Shebijtav, la Torá Escrita, aunque simultáneamente se fue desarrollando la Torá Shebealpé, la Torá Oral que recoge las diferentes explicaciones sobre las Mitsvot, ordenanzas y relatos contenidos en el documento escrito. La Torá Shebealpé fue finalmente formulada de manera escrita en el texto que se denomina Mishná. El autor de esta Mishná fue Rabí Yehudá Hanasí, quien falleció en el año 220 de la Era Común. Si se considera que después de su muerte todavía se hicieron algunas enmiendas, arribamos al año 240, que completa el segundo período de 2 milenios. De tal manera que el año 2240 de la era común señalará la finalización del tercer período: los días del Mashíaj.

El Gaón de Vilna sostenía que las 10 Sidrot de Devarim representan los últimos 10 siglos de la Humanidad, y en cada una de estas secciones se puede encontrar algún mensaje puntual sobre el siglo específico. De alguna manera, la Torá vaticina los sucesos que se desarrollaron en cada etapa. Un ejemplo notable es el hecho de que la Sidrá (usualmente referida como ParasháKi Tavó, que corresponde al siglo comprendido entre 1840 y 1490 de la era común, contiene la Tojajá, que consiste en una serie de advertencias acerca de los desastres que le ocurrirán al pueblo judío si se aleja del sendero de la Torá. Está claro que el siglo aludido incluye numerosos pogromos y el inicio del período nazi, que produjo el genocidio: la mayor destrucción de la historia de la Humanidad.

Los capítulos contenidos en Nitsavim y Vayélej mencionan la próxima conquista de la Tierra Prometida, la necesidad de la Teshuvá: el retorno a las raíces ancestrales y la Mitsvá de escribir el texto de la Torá. Al tomar en cuenta el establecimiento del Estado de Israel en 1948, el fenómeno intensivo de los Baalei teshuvá, los miles de jóvenes que retornan día a día a la tradición de sus antepasados, y el vigoroso resurgimiento del estudio de la Torá en nuestros días, se puede apreciar una directa correspondencia entre el texto bíblico y los sucesos actuales.

Personajes excepcionales como el Gaón de Vilna, poseedores de un intelecto privilegiado y de profunda espiritualidad, pueden ver con mayor claridad la correspondencia entre las Escrituras Sagradas y el desarrollo de la Historia. No obstante es un ejercicio intelectual aleccionador que invita a leer la Torá con mayor atención a los mensajes que no son obvios en el transcurso de una lectura ligera.

NITSAVIM

DEUTERONOMY XXIX:9-XXX:20

HIDDEN LEVELS OF THE TORAH

Hershel SchachterRosh Kolel of Yeshiva University, quotes a writing by Rabbi Chaim of Volozhin, one of the most distinguished disciples of the Vilna Gaon. According to Rabbi Chaim, the Gaon held that the Chumash Devarim, the fifth of the five books of the Torah, consists of ten Sidrotdetermined by the weekly reading and that the sections of Nitsavim and Vayelech should be considered as a single unit.

According to the Talmud, the world will last for 6 millennia, which will then give way to a  universal Shabbat. These six millennia are divided into 3 stages. The first of these is called tohu, because it refers to the disorder and anarchy that characterized it. The second stage, which began with the appearance of the three patriarchs, is based on the Torah received at Mount Sinai, a document in which God manifested His Will to Humanity through the Jewish people and specified the path that must be traveled to conquer and eliminate the tohu, the chaos that reigned in the beginning. 

Today we are in the third stage: redemption, the messianic moment. The calculation is as follows. Patriarch Avraham was born in 1948 after the creation of the universe (we start from the reference that we are currently in the year 5763, according to Jewish tradition) and began his mission to propagate the monotheistic ideal at the age of 52. 

According to the Talmud, the nomenclature used for the document that Moses wrote in accordance with the express Will of God is the TorahShebichtav, the Written Torah, although simultaneously the ShebealpehTorah, the Oral Torah that collects the different explanations of the Mitsvot, was developed, ordinances and stories contained in the written document. The Torah Shebealpeh was finally formulated in written form in the text that is called the Mishnah. The author of this Mishnah was Rabbi Yehuda Hanasi, who passed away in 220 C.E. If we consider that after his death some amendments were still made, we arrive at the year 240, which completes the second period of 2 millennia. So the year 2240 of the Common Era will mark the end of the third period: the days of Moshiach.

The Vilna Gaon held that the 10 Sidrot of Devarim represent the last 10 centuries of humanity, and in each of these sections you can find some specific message about the specific century. In a way, the Torah foretells the events that unfolded at each stage. A notable example is the fact that the Sidra (usually referred to as ParshahKi Tavo, which corresponds to the century between 1840 and 1490 CE, contains the Tochacha, which consists of a series of warnings about the disasters that will befall the Jewish people if they stray from the path of Torah . The century in question includes numerous pogroms and the beginning of the Naziperiod, which produced genocide: the greatest destruction in the history of humanity.

The chapters contained in Nitsavim and Vayelech mention the coming conquest of the Promised Land, the necessity of teshuvah: the return to ancestral roots, and the Mitzvah to write the text of the Torah. By taking into account the establishment of the State of Israel in 1948, the intensive phenomenon of the Baalei teshuvah, the thousands of young people who return day by day to the tradition of their ancestors, and the vigorous resurgence of Torah study  in our day, one can see a direct correspondence between the biblical text and current events.

Exceptional figures such as the Vilna Gaon, possessors of a privileged intellect and profound spirituality, can see more clearly the correspondence between the Sacred Scriptures and the development of history. Nonetheless, it is a sobering intellectual exercise that invites one to read the Torah with greater attention to the messages that are not obvious during a light reading.

KI TAVO

DEUTERONOMY XXVI:1-XXIX:8

THE CHOSEN PEOPLE

Our biblical text includes the divine affirmation that the Hebrew people are ASegulah: a “nation that is a treasure,” fulfilling its obligation and therefore a people consecrated to the Lord. This text, which highlights the uniqueness of the Hebrew people, served to enable the Jew to tolerate and resist the adversities that history presented to him. While a large part of humanity viewed the Jew with contempt, the Bible considered him a “treasure” people, chosen by God. 

Sholem Aleichem, a literate man of the last century who wrote in the Yiddish vernacular and on whose work, Tevye der milchiger, “Fiddler on the Roof” is based, puts on the lips of his hero Tevye: “Why don’t you choose another people for a while?” in one of his frequent conversations with God. If the “choice” produced the persecution, Tevye is willing to give up this distinction, at least for a while. 

There are those who maintain that this “choice” created a feeling of superiority in the Jew, a fact that in turn produced general rejection, because no people is willing to recognize the superiority, intellectual or spiritual, of another nation. A superficial review of the history of humanity prevents us from concluding that the Jewish people would have been privileged; on the contrary, this people was persecuted in an typical manner. However, it cannot be denied that they are a stubborn people; In biblical language it is AKesheh Oreph, a people with an unbeatable neck, who do not bow to adversity. This people wasbeaten and wounded by different armies and bandits, but has survived to the present, while Medinat Israel (State of Israel) secures its future.

The biblical narrative in Bereshit (Genesis) about the creation of a single man, Adam, father of mankind, prevents the Jew from claiming descent from more illustrious ancestors. The “choice” obviously cannot have a biological or genetic root. It is becauseAvraham (Abraham), the Patriarch and father of the Jewish people, conceived the existence of a single God, which is the most powerful idea that has had the greatest influence on humanity in all fields, including the scientific one, which assumes the existence of universal norms that are not governed according to the whims of some deity of the world of idolatry. “God does not play dice with the universe,” Albert Einstein said. The idea of the existence of only one God produces the corollary that there must be some reason for every phenomenon of nature.

To be a member of this “chosen” group one must be born from a Jewish womb. The Jewish condition is transmitted through chromosomes. But there is a second way: conversion. The person who considers that the principles enunciated by Judaism respond to his personal spiritual concerns and manifests the disposition to govern his life according to the principles and instructions of Judaism, can choose conversion and demand to belong to that people “chosen” by God. The choice is not racial, because if that were the case, there would be no conversion.

Belonging is open to those who wish to enroll in a brotherhood that has a cardinal mission: the dissemination of the idea of the existence of one God and, above all, what this ideal implies for human behavior. It is not only an intellectual or theological act of faith: it has a clear and definite implication for man. Faith in one God requires a behavior of solidarity with one’s neighbor, of assistance to the needy and the persecuted. At the same time, Judaism imposes a strict regime of personal conduct, the purpose of which is also self-discipline: “For man does not live by bread alone, but through the word of God man lives.”

When President Kennedy suggested to the American people “Don’t say what the country can do for you, but what you can do for the country,” he was enunciating a basic tenet of Judaism. Because being Jewish involves a series of obligations and duties, tasks and not privileges. Privileges and prerogatives weaken the individual and the nation. Tasks and commitments strengthen the character of the individual and the collective.

The challenges and tests tempered the character of the Jewish people and allowed them not to bow to the adversity, persecution and even genocide of one-third of their people a little more than half a century ago. The Jew was not created in the image and likeness of God: Adam, the first man and father of mankind, was infused with the spirit of the Creator. This implies that every human being can return to the roots of his creation and that no one can consider that for some reason he is superior to his neighbor. Superiority, if such a concept exists, can only be a function of moral and ethical behavior that follows from the teachings of the Holy Scriptures, of the Torah (Pentateuch).

Our chapters condition the conquest of the Promised Land by the Jewish people with their behavior in accordance with the Mitzvot (duties instructed in the Torah). The fact that distinguishes the Jew and transforms him into a “treasure” is a life ruled by Mitzvah, which transforms what is mundane and everyday into a spiritual act, it alters even the indispensable bread that man eats to exist, because what gives content and meaning to existence is a life in accordance with the word of God.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 3  POSITIVE MITSVOT AND 3 PROHIBITIONS

606. Deuteronomy 26:5 Recite a declaration when bringing the first fruits to the Temple

607. Deuteronomy 26:13 Recite a statement when bringing tithing to the Temple

608. Deuteronomy 26:13 Do not eat the Second Tithe in a state of mourning

609. Deuteronomy 26:14 Do not ingest the Second Tithe while in a state of ritual uncleanness

610. Deuteronomy 26:14 Not spending the money for food and drink for which the Second Tithe has been redeemed

611. Deuteronomy 28:9 Imitating God’s Ways by keeping His Commandments

KI TAVÓ

DEUTERONOMIO XXVI:1-XXIX:8

EL PUEBLO ELEGIDO

Nuestro texto bíblico incluye la afirmación divina de que el pueblo hebreo es am segulá: una “nación que es un tesoro”, que cumple sus instructivos y, por ello, será un pueblo consagrado al Señor. Este texto que destaca la singularidad del pueblo hebreo sirvió para que el judío pudiera tolerar y resistir las adversidades que la historia le presentó. Mientrasque gran parte de la Humanidad veía con sentimientos de´desprecio al judío, la Biblia lo consideraba un pueblo “tesoro”, elegido por Dios. 

Sholem Aleijem, hombre letrado del siglo pasado que escribió en el vernáculo yídish y en cuya obra, Toivie der mílijiguer, se basa “El violinista sobre el tejado”, pone en los labios de su héroe Tevye: “¿Por qué no escoges por un tiempo a otro pueblo?”, en una de sus frecuentes conversaciones con Dios. Si la “elección” produjo la persecución, Tevye está dispuesto a renunciar a esta distinción, al menos por un tiempo. 

Hay quienes sostienen que esta “elección” produjo un sentimiento de superioridad en el judío, hecho que a su vez produjo el rechazo general, porque ningún pueblo está dispuesto a reconocer la superioridad, intelectual o espiritual, de otra nación. Una revisión superficial de la historia de la Humanidad impide concluir que el pueblo judío hubiera sido privilegiado; al contrario, fue perseguido de manera ejemplar. Sin embargo, no se puede negar que es un pueblo testarudo; en el lenguaje bíblico es am keshé óref, un pueblo con un cuello invencible, no se doblega ante la adversidad. Fue golpeado y herido por diferentes ejércitos y bandoleros, pero ha sobrevivido hasta el presente, mientras que Medinat Israel asegura su futuro.

La narración bíblica en Bereshit acerca de la creación de un solo hombre, Adam, padre de la Humanidad, impide que el judío alegue que desciende de ancestros más ilustres. La “elección” obviamente no puede tener una raíz biológica o genética. Se basa en el hecho de que Avraham, padre del pueblo judío, concibió la existencia de un solo Dios, que es la idea más poderosa y que ha tenido la mayor influencia sobre la Humanidad en todos los campos, incluso el científico, que asume la existencia de normas universales que no se rigen de acuerdo con los caprichos de alguna deidad del mundo de la idolatría. “Dios no juega dados con el universo”, sentenció Albert Einstein. La idea de la existencia de un solo Dios produce el corolario de que tiene que haber alguna razón para todo fenómeno de la naturaleza.

Para ser miembro de este grupo “escogido” hay que nacer de un vientre judío. La condición judía se transmite por medio de los cromosomas. Pero hay una segunda vía: la conversión. La persona que considere que los principios que enuncia el judaísmo responden a sus inquietudes espirituales personales y manifiesta la disposición de regir su vida de acuerdo con los principios e instructivos del judaísmo, puede optar por la conversión y exigir pertenencia a ese pueblo “escogido” por Dios. Está claro que la escogencia no es racial, porque si tal fuera el caso no existiría la conversión. 

La pertenencia está abierta a quien desea inscribirse en una hermandad que tiene una misión cardinal: la diseminación de la idea de la existencia de un solo Dios y, sobre todo, lo que este ideal implica para el comportamiento humano. No es sólo un acto de fe de orden intelectual o teológico: tiene una clara y definida implicación para el hombre. La fe en un solo Dios exige un comportamiento solidario con el prójimo, de asistencia al necesitado y al perseguido. Al mismo tiempo, el judaísmo impone un régimen estricto de conducta personal, cuyo propósito también es la autodisciplina: “Porque no sólo para el pan vive el hombre, sino a través de la palabra de Dios vive el hombre”.

Cuando el presidente Kennedy le sugirió al pueblo americano “No digas qué es lo que el país puede hacer por ti, sino qué es lo que tú puedes hacer por el país”, estaba enunciando un principio básico del judaísmo. Porque ser judío involucra una serie de obligaciones y deberes, tareas y no privilegios. Los privilegios y las prerrogativas debilitan al individuo y la nación. Las tareas y los compromisos fortalecen el carácter de la persona y del colectivo. 

Los retos y los desafíos templaron el carácter del pueblo judío y permitieron que no se doblegara ante la adversidad, la persecución e incluso el genocidio de la tercera parte de su gente medio siglo atrás. El judío no fue creado a la imagen y semejanza de Dios: Adam, el primer hombre y padre de la Humanidad, fue insuflado con el espíritu del Creador. Esto implica que todo ser humano puede retornar a las raíces de su creación y que nadie puede considerar que por alguna razón es superior al prójimo. La superioridad, si existe tal concepto, sólo puede ser una función de un comportamiento moral y ético que se desprende de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, de la Torá.

Nuestros capítulos condicionan la conquista de la Tierra Prometida por el pueblo judío con un comportamiento acorde con las Mitsvot. El hecho que destaca al judío y lo transforma en un “tesoro” es una vida regida por la Mitsvá, que transforma lo que es mundano y cotidiano en un acto espiritual, transforma incluso el indispensable pan que el hombre ingiere para existir, porque lo que da contenido y sentido a la existencia es una vida acorde con la palabra de Dios.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 3 MITSVOT POSITIVAS Y 3 PROHIBICIONES

606. Deuteronomio 26:5 Recitar una declaración al traer los primeros frutos al Templo

607. Deuteronomio 26:13 Recitar una declaración al traer el diezmo al Templo

608. Deuteronomio 26:13 No ingerir el Segundo Diezmo en un estado de luto

609. Deuteronomio 26:14 No ingerir el Segundo Diezmo mientras en estado de impureza ritual

610. Deuteronomio 26:14 No gastar el dinero para alimento y bebida por el cual se ha canjeado el Segundo Diezmo

611. Deuteronomio 28:9 Imitar los caminos de Dios cumpliendo Sus Mandamientos

KI TETSÉ

DEUTERONOMIO XXI:10-XXV:19

EL CUIDADO DE LA FLORA Y LA FAUNA

El respeto de la Torá por la flora y fauna que prohíbe la destrucción de un árbol que tiene fruto y que reduce el consumo de carne a un pequeño grupo de animales, sirve de tema para un ensayo de Yael Shemesh sobre nuestros capítulos. De acuerdo con la tradición judía, el ser humano fue instalado sobre la tierra durante la última hora del sexto día de la creación para señalar que todo lo que fue creado con anterioridad era para el uso y beneficio de este ser, que recibió el soplo de la Divinidad en el momento de su creación.

Según esta perspectiva, el hombre puede disponer de la naturaleza de acuerdo con sus necesidades, sin prestar excesiva atención a las consecuencias sobre el delicado balance ecológico. Por otro lado, si se considera que el hombre es un enteque debe enmarcarse en la totalidad de la creación, este hombre debe asumir la responsabilidad de un comportamiento acorde con las exigencias de la naturaleza para su sana supervivencia. Eso quiere decir que el hombre tiene que cuidar los ríos y los océanos, velar por los bosques y las selvas, asegurar la pureza del aire y una apropiada temperatura para el globo terrestre. 

Mientras que el relato de la creación en el Génesis apunta a una posición antropocéntrica, Shemesh señala que el Libro de Job redimensiona la importancia del hombre, al enseñar que el interés de Dios va mucho más allá de las necesidades e intereses del hombre. No hay duda de que la naturaleza contiene muchos elementos que no sirven en propósito alguno al hombre; al contrario, muchas criaturas lo retan y desafían. 

Es suficiente con citar la existencia de los virus y retrovirus, que constituyen una amenaza constante. ¿Cuál es el beneficio que ofrece al hombre una pantera o un rinoceronte? Aparentemente, estas criaturas tienen una razón individual para su existencia, que es independiente de cualquier interés o necesidad del ser humano. Se pueden sustentar ambas posiciones de acuerdo con la tradición judía. Según el Talmud, el hombre fue la última creación de Dios para que, tal como un rey terrenal, entrara en el salón del banquete después de que se hubiesen realizado los arreglos necesarios. Pero si el hombre se infla con un orgullo falso, se le puede recordar que un humilde mosquito fue creado primero.

El caso del año sabático de Shemitá, según la Torá, sirve para confirmar la fe del hombre en Dios, quien le proveerá con el sustento indispensable; no obstante, la tierra no será sembrada el séptimo año. Al mismo tiempo no se puede negarla importancia de esta norma para el sistema ecológico, que permite la renovación de la tierra. En este sentido también se puede mencionar las leyes que prohíben la mezcla sexual de diferentes animales, con el obvio propósito de preservar las cualidades particulares de cada especie.

Pese a que el salmista afirma Hashamáyim shamáyim LaShem, vehaárets natán livenei adam, “mientras que los cielos son el hábitat de Dios, le ha concedido la tierra al hombre”, no cabe duda de que la tradición judía exige el respeto por la naturaleza. Desde el principio, cuando Adam fue colocado en el Gan Eden, recibió la instrucción Divina de que debía “trabajar y cuidar” ese jardín.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 27 MITSVOT POSITIVAS Y 47 PROHIBICIONES

532. Deuteronomio 21:11 Ley referente a la mujer bella capturada en la guerra

533. Deuteronomio 21:14 No vender la mujer bella capturada en la guerra

534. Deuteronomio 21:14 No obligar a trabajar como esclava a la mujer bella capturada en la guerra después de haber tenido relaciones con ella

535. Deuteronomio 21:22 Colgar a la persona ejecutada cuando así es indicado

536. Deuteronomio 21:23 No dejar al ahorcado que trasnoche en la horca y no permitir que un cadáver trasnoche en su hogar, a menos que sea en su honor

537. Deuteronomio 21:23 Enterrar al que fue sentenciado por la corte a morir, o cualquier otra persona el mismo día de su muerte

538. Deuteronomio 22:1 Devolver la propiedad perdida a su dueño

539. Deuteronomio 22:3 No evitar la vista de un objeto perdido

540. Deuteronomio 22:4 No ignorar al animal caído tu prójimo por el peso de su carga

541. Deuteronomio 22:4 Ayudar a levantar una carga pesada de un judío

542. Deuteronomio 22:5 La mujer no debe vestir ropa de hombre

543. Deuteronomio 22:5 El hombre no debe vestir ropa de mujer

544. Deuteronomio 22:6 No apoderarse del ave madre mientras los huevos o los polluelos están en el nido

545. Deuteronomio 22:7 Ahuyentar al ave madre del nido antes tomar los huevos o polluelos

546. Deuteronomio 22:8 Construir un pretil alrededor de un techo u hoyo peligrosos

547. Deuteronomio 22:8 No dejar un techo u hoyo peligrosos sin pretil

548. Deuteronomio 22:9 No sembrar una mezcla de semillas en un viñedo en la Tierra de Israel

549. Deuteronomio 22:9 No comer el producto de una mezcla de semillas en un viñedo de la Tierra de Israel

550. Deuteronomio 22:10 No trabajar con animales de especie diferente juntos

551. Deuteronomio 22:10 No vestir tela de lino y lana

552. Deuteronomio 22:13 La mitsvá de Kidushín (esposar una mujer)

553. Deuteronomio 22:19 El hombre que disemina un informe maligno sobre la inmoralidad de su esposa permanecerá con ella por siempre 

554. Deuteronomio 22:19 El hombre que disemina un informe maligno sobre la inmoralidad de su esposa no puede divorciar esa mujer

555. Deuteronomio 22:24 La Corte debe lapidar la persona así sentenciada

556. Deuteronomio 22:26 No castigar a la persona que ha sido obligada a transgredir

557. Deuteronomio 22:29 El violador debe casarse con su víctima

558. Deuteronomio 22:29 El violador no puede divorciar a su víctima

559. Deuteronomio 23:3 El hombre esterilizado no debe casarse con una joven judía

560. Deuteronomio 23:4 El bastardo, producto de una unión adúltera o incestuosa no debe casarse con una joven judía

561. Deuteronomio 23:6 Una persona perteneciente a los pueblos de Amón o Moav no debe casarse con una joven judía

562. Deuteronomio 23:7 No hacer las paces con las naciones Amón o Moav antes de una guerra

563. Deuteronomio 23:9 Un descendiente de Esav no puede casarse con una persona judía incluso después de haberse convertido al judaísmo, ni puede hacerlo su hijo o hija

564. Deuteronomio 23:8 Un egipcio no puede casarse con una persona judía incluso después de haberse convertido al judaísmo, ni puede hacerlo su hijo o hija

565. Deuteronomio 23:11 La persona ritualmente impura no debe ingresar el campo (Monte del Templo) de los Levitas

566. Deuteronomio 23:13 Preparar un lavatorio fuera del campo durante la guerra

567. Deuteronomio 23:14 Preparar una pala para cada persona en el ejército para que pueda tapar su excremento

568. Deuteronomio 23:16 No devolver a la Tierra de Israel a un esclavo que huyó a la diáspora

569. Deuteronomio 23:18 No oprimir a un esclavo que huyó de su amo en la diáspora hacia la Tierra de Israel

570. Deuteronomio 23:11 No tener relaciones con una mujer fuera del matrimonio

571. Deuteronomio 23:19 No llevar como ofrenda al Templo la paga de una prostituta o el precio-valor de un perro

572. Deuteronomio 23:20 No prestar de un judío dinero con intereses

573. Deuteronomio 23:21 Cobrar intereses al no-judío

574. Deuteronomio 23:22 No postergar el voto de hacer una ofrenda, ni postergar la ofrenda de un animal consagrado para las Tres Festividades

575. Deuteronomio 23:24 Cumplir las promesas y juramentos

576. Deuteronomio 23:25 Permitir que el obrero coma ciertos productos mientras trabaja

577. Deuteronomio 23:25 El obrero no debe mayor cantidad de los productos que le son permitidos

578. Deuteronomio 23:26 Un obrero no debe comer de la cosecha de su empleador durante su trabajo

579. Deuteronomio 24:1 Quien desea divorciar a su esposa debe hacerlo a través de un Get (documento de divorcio)

580. Deuteronomio 24:4 El divorciado no puede casarse con la mujer que divorció después de que ésta se haya casado y divorciado nuevamente con otro o enviudado

581. Deuteronomio 24:5 El recién casado no debe separarse de su esposa durante el primer año de matrimonio

582. Deuteronomio 24:5 El recién casado debe permanecer con su esposa durante el primer año de matrimonio

583. Deuteronomio 24:6 No empeñar objetos con los que se prepara alimentos para el sustento

584. Deuteronomio 24:8 No arrancar marcas de tsaráat

585. Deuteronomio 24:10 No agarrar por fuerza una prenda de empeño del deudor

586. Deuteronomio 24:12 No retener una prenda de empeño de su dueño cuando la necesite

587. Deuteronomio 24:13 Devolver la prenda de empeño cuando su dueño la necesite

588. Deuteronomio 24:15 Pagar al obrero en el día que trabajó

589. Deuteronomio 24:16 Una persona no puede dar testimonio en un juicio sobre un familiar cercano

590. Deuteronomio 24:17 No pervertir la justicia en el caso de un converso o un huérfano 

591. Deuteronomio 24:17 No tomar una prenda de empeño de una viuda

592. Deuteronomio 24:19 Dejar las gavillas olvidadas para los pobres

593. Deuteronomio 24:19 No agarrar las gavillas de granos o la fruta olvidadas

594. Deuteronomio 25:2 Azotar a la persona que transgrede ciertas prohibiciones

595. Deuteronomio 25:3 No dar azotes adicionales ni pegar a un judío

596. Deuteronomio 25:4 No ponerle bozal a un animal doméstico mientras trabaja

597. Deuteronomio 25:5 La viuda sin hijos no debe casarse con otra persona sino con el hermano de su difunto esposo

598. Deuteronomio 25:5 La viuda sin hijos debe casarse con el hermano del esposo difunto

599. Deuteronomio 25:9 La mitsvá de jalitsá (libera a la mujer de casarse con el hermano de su difunto esposo)

600. Deuteronomio 25:12 Salvar a la persona perseguida por un asesino, atacando al asesino

601. Deuteronomio 25:12 No tener piedad de un asesino que persigue

602. Deuteronomio 25:13 No mantener balanzas o pesas imprecisas, aún cuando no estén en uso

603. Deuteronomio 25:17 Recordar lo que hizo Amalek al pueblo judío cuando salió de Egipto

604. Deuteronomio 25:19 Erradicar los descendientes de Amalek

605. Deuteronomio 25:19 No olvidar lo que hizo Amalek al pueblo judío cuando salió de Egipto

KI TETSÉ

DEUTERONOMY XXI:10-XXV:19

CARE OF FLORA AND FAUNA

The Torah’s respect for flora and fauna, which forbids the destruction of a tree bearing fruit and reduces the consumption of meat to a small group of animals, serves as the subject of an essay by Yael Shemesh on our chapters. According to Jewish tradition, the human being was installed on earth during the last hour of the sixth day of creation to signal that everything that was previously created was for the use and benefit of this being, who received the breath of the Divine at the time of his creation.

According to this perspective, man can dispose of nature according to his needs, without paying too much attention to the consequences on the delicate ecological balance. On the other hand, if it is considered that man is an entity that must be framed in the totality of creation, this man must assume the responsibility of behavior in accordance with the demands of nature for his healthy survival. That means that man must take care of the rivers and oceans, watch over the forests and jungles, ensure the purity of the air and an appropriate temperature for the terrestrial globe.

While the creation account in Bereshit (Genesis) points to an anthropocentric position, Shemesh points out that the Book of Iyov (Job) resizes the importance of man, teaching that God’s interest goes far beyond man’s needs and interests. There is no doubt that nature contains many elements which serve no purpose to man; on the contrary, many creatures challenge and defy it. 

It is enough to mention the existence of viruses and retroviruses, which constitute a constant threat. What is the benefit that a panther or a rhinoceros offers to man? Apparently, these creatures have an individual reason for their existence, which is independent of any human interests or needs. Both positions can be held according to Jewish tradition. According to the Talmud, man was God’s last creation so that, like an earthly king, he would enter the banquet hall after the necessary arrangements had been made. But if man inflates himself with false pride, he can be reminded that a humble mosquito was created first.

The case of the Shemitah (Sabbatical year), according to the Torah, serves to confirm man’s faith in God, who will provide him with the indispensable sustenance; notwithstanding that the land will not be sown in the seventh year. At the same time, we take note of the importance of this norm for the ecological system, which allows the renewal of the earth, cannot be denied. In this connection one may also mention the laws prohibiting the sexual mixing of different animals, with the obvious purpose of preserving the qualities of each species.

Although the psalmist states Hashamayim shamayim LaShemvehaarets natan livenei adam, “while the heavens are the habitat of God, he has granted the earth to man,” there is no doubt that Jewish tradition demands respect for nature. From the beginning, when Adam was placed in Gan Eden (Garden of Eden), he received the Divine instruction that he was to “work and take care” of that garden.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 27  POSITIVE MITSVOT AND 47 PROHIBITIONS

532. Deuteronomy 21:11 Law concerning the beautiful woman captured in war

533. Deuteronomy 21:14 Do not sell the beautiful woman captured in war

534. Deuteronomy 21:14 Do not force a beautiful woman captured in war after having sex with her to work as a slave

535. Deuteronomy 21:22 Hang the executed person when so directed

536. Deuteronomy 21:23 Do not leave the hanged man at night on the gallows, and do not allow a dead body to stay up at night in his home, unless it is in his honor

537. Deuteronomy 21:23 To bury the one who was sentenced by the court to die, or any other person on the very day of his death

538. Deuteronomy 22:1 Return lost property to its owner

539. Deuteronomy 22:3 Do not avoid the sight of a lost object

540. Deuteronomy 22:4 Do not ignore your neighbor’s fallen animal because of the weight of his burden

541. Deuteronomy 22:4 Helping to lift a heavy burden of a Jew

542. Deuteronomy 22:5 A woman must not wear men’s clothes

543. Deuteronomy 22:5 A man must not wear women’s clothes

544. Deuteronomy 22:6 Do not seize the mother bird while the eggs or chicks are in the nest

545. Deuteronomy 22:7 To drive away the mother bird from the nest before taking the eggs or chicks

546. Deuteronomy 22:8 To build a parapet around a dangerous roof or pit

547. Deuteronomy 22:8 Do not leave a dangerous roof or hole without a parapet

548. Deuteronomy 22:9 Do not sow a mixture of seeds in a vineyard in the Land of Israel

549. Deuteronomy 22:9 Do not eat the produce of a mixture of seeds in a vineyard of the Land of Israel

550. Deuteronomy 22:10 Do not work with animals of different species together

551. Deuteronomy 22:10 Do not wear linen and woolen cloth

552. Deuteronomy 22:13 The mitzvah of Kiddushin (marrying a woman)

553. Deuteronomy 22:19 The man who spreads an evil report of his wife’s immorality will remain with her forever

554. Deuteronomy 22:19 A man who spreads an evil report of his wife’s immorality cannot divorce that woman

555. Deuteronomy 22:24 The Court is to stone the person so sentenced

556. Deuteronomy 22:26 Do not punish the person who has been compelled to transgress

557. Deuteronomy 22:29 The rapist must marry his victim

558. Deuteronomy 22:29 A rapist cannot divorce his victim

559. Deuteronomy 23:3 A sterile man must not marry a young Jewish girl

560. Deuteronomy 23:4 A bastard who is the product of an adulterous or incestuous union must not marry a young Jewish girl

561. Deuteronomy 23:6 A person belonging to the peoples of Ammon or Moav should not marry a young Jewish girl

562. Deuteronomy 23:7 Not to make peace with the nations of Ammon or Moav before a war

563. Deuteronomy 23:9 A descendant of Esau cannot marry a Jewish person even after he has converted to Judaism, nor can his son or daughter

564. Deuteronomy 23:8 An Egyptian cannot marry a Jewish person even after he has converted to Judaism, nor can his son or daughter

565. Deuteronomy 23:11 The ritually unclean person must not enter the area (Temple Mount) of the Levites

566. Deuteronomy 23:13 Preparing a washing outside the field during war

567. Deuteronomy 23:14 Prepare a shovel for every person in the army so that he can cover his excrement

568. Deuteronomy 23:16 Not to return to the Land of Israel a slave who fled to the diaspora

569. Deuteronomy 23:18 Do not oppress a slave who fled from his master to the diaspora to the Land of Israel

570. Deuteronomy 23:11 Do not have relations with a woman outside of marriage

571. Deuteronomy 23:19 Do not bring to the Temple the pay of a prostitute or the price-value of a dog

572. Deuteronomy 23:20 Do not lend money with interest from a Jew

573. Deuteronomy 23:21 Charging interest to the non-Jew

574. Deuteronomy 23:22 Do not postpone the vow to make an offering, nor postpone the offering of an animal consecrated for the Three Feasts

575. Deuteronomy 23:24 Keep promises and oaths

576. Deuteronomy 23:25 Allow the laborer to eat certain products while he works

577. Deuteronomy 23:25 The laborer owes no more of the produce that is permitted to him

578. Deuteronomy 23:26 A laborer should not eat of his employer’s harvest during his work

579. Deuteronomy 24:1 Whoever wishes to divorce his wife must do so through a Get (divorce document)

580. Deuteronomy 24:4 A divorced man cannot marry the woman he divorced after she has married and divorced another or widowed

581. Deuteronomy 24:5 A newlywed should not separate from his wife during the first year of marriage

582. Deuteronomy 24:5 A newlywed is to remain with his wife during the first year of marriage

583. Deuteronomy 24:6 Do not pawn objects with which food is prepared for sustenance

584. Deuteronomy 24:8 Do not pluck marks from tzaraat

585. Deuteronomy 24:10 Do not forcibly seize a pledge of pawn from the debtor

586. Deuteronomy 24:12 Do not withhold a pledge from its owner when he needs it

587. Deuteronomy 24:13 Return the pledge when its owner needs it

588. Deuteronomy 24:15 To pay the laborer in the day he labored

589. Deuteronomy 24:16 A person cannot testify in a trial about a close family member

590. Deuteronomy 24:17 Do not pervert righteousness in the case of a convert or an orphan

591. Deuteronomy 24:17 Do not take a pledge from a widow

592. Deuteronomy 24:19 Leave the sheaves forgotten for the poor

593. Deuteronomy 24:19 Do not take the sheaves of forgotten grain or fruit

594. Deuteronomy 25:2 Scourging a person who transgresses certain prohibitions

595. Deuteronomy 25:3 Do not give additional scourging or beat a Jew

596. Deuteronomy 25:4 Do not muzzle a domestic animal while you are working

597. Deuteronomy 25:5 A childless widow is not to marry anyone else but her deceased husband’s brother

598. Deuteronomy 25:5 A childless widow should marry the brother of the deceased husband

599. Deuteronomy 25:9 The mitzvah of Chalitsah (frees a woman from marrying her deceased husband’s brother)

600. Deuteronomy 25:12 To save the person persecuted by a murderer by attacking the murderer

601. Deuteronomy 25:12 Have no mercy on a murderer who persecutes

602. Deuteronomy 25:13 Do not keep inaccurate scales or weights, even when they are not in use

603. Deuteronomy 25:17 Remember what Amalek did to the Jewish people when he left Egypt

604. Deuteronomy 25:19 Eradicating the descendants of Amalek

605. Deuteronomy 25:19 Do not forget what Amalek did to the Jewish people when he left Egypt