LOS CONSEJEROS DE AVRAHAM

Parashá VAYERÁ

La relación del Creador con la primera pareja comenzó con un tropiezo: la desobediencia. Tal vez Adam y Javá quisieron demostrar su autonomía e independencia de juicio al desacatar el instructivo de no comer del fruto del árbol prohibido. La actitud rebelde continuó con su descendencia hasta que Dios decidió destruir a todos los seres vivientes, con la excepción de un personaje: Nóaj y sus familiares inmediatos. El arco iris que el Creador desplegó después del diluvio se convirtió en un el símbolo de un Brit, el pacto con el que Dios se comprometía a repetir la destrucción de la Humanidad en su totalidad.

Con esta promesa se inicia una nueva etapa de una Humanidad, que rápidamente olvida el compromiso con el Creador: éste consiste ahora en un conjunto de siete normas de conducta que deben asegurar la convivencia pacífica. Después de diez generaciones aparece Avraham, el gran iconoclasta, que rechazando la idolatría que se introdujo en el género humano, predica la existencia del Dios único. La misión de Avraham es clara: debe abandonar el entorno de sus padres para dirigirse a una nueva tierra donde fundará una nueva nación que enarbolará el estandarte del Dios único, con la obvia consecuencia de que todos los seres humanos provienen de la misma raíz porque un solo Creador es su padre común.

Para simbolizar este renovado pacto, Dios exige que Avraham y su descendencia practiquen, esta vez no un Brit simbólico, sino un Brit expresado a través de la circuncisión.

El hombre tendrá que aprender que el sacrificio es indispensable, la persona tiene que dar de sí misma para establecer cualquier relación de relevancia con Dios y su prójimo.

Más aún, el Brit adquirirá mayor significación con el “pacto” en el monte Sinaí, donde un conjunto ampliado de seiscientas trece Mitsvot formarán la base de la relación entre Dios y el pueblo judío.

De acuerdo con el Midrash, Avraham consultó con tres amigos antes de practicar el Brit corporal. Aner le advirtió que el Brit lo debilitaría y por ello podría ser vulnerable frente a sus enemigos, los monarcas que había derrotado recientemente.

Tal vez Aner se refería al hecho de que el Brit imponía obligaciones morales y los enemigos de Avraham podían inferir, en adelante, las limitaciones que regirían el comportamiento del patriarca en cualquier batalla y aprovecharse de ese conocimiento.

De manera similar, muchos enemigos de la democracia que utilizan el asesinato y el terror, cuando son apresados, apelan a los derechos que la democracia otorga y que ellos, a su vez, niegan a sus víctimas. Se aprovechan del respeto por la vida que rige al mundo civilizado que no está dispuesto a utilizar la metodología del terror, porque si lo hiciera caería en el engaño, le otorgaría la victoria a aquellos que quieren dar un golpe mortal a la democracia.

No obstante el consejo de Aner, Avraham se sometió al Brit, porque la debilidad que éste le produciría sería momentánea, mientras que el beneficio moral sería permanente.

El segundo consejero de Avraham, Eshkol, argumentó que la pérdida de sangre que produciría el Brit podría poner en peligro la vida del patriarca. Este argumento hace recordar que toda acción conlleva riesgo. Cuando un líder se arroga una tarea y señala un camino para su consecución, al mismo tiempo asume el riesgo del fracaso. El ideal monoteísta que Avraham proponía tuvo que hacer frente a numerosos intereses creados, al sacerdocio idólatra y a todos quienes de alguna manera se estaban beneficiando de manera social, política o económica, porque todo postulado renovador tiene que salir al encuentro de un pasado que se a resiste darle paso a un futuro distinto.

La tercera recomendación provino de Mamré, quien argumentó que Avraham debía tener confianza en Dios, el Dios que lo había salvado de los hornos de Nimrod y que le había otorgado la victoria sobre los cuatro poderosos reyes.

Mamré estaba apuntando a un principio de fe fundamental. Incluso en la presencia de la buena voluntad y la capacidad para enfrentar escenarios difíciles, el ser humano requiere de la intervención Divina. Por un lado, el ser humano no puede abstenerse de luchar contra cualquier enemigo, no puede relegar la ayuda y solidaridad con el prójimo a la bondad de Dios, pero al mismo tiempo, tiene que tomar conciencia que, en última instancia, Dios es quien dirige el destino de la historia. El ser humano no puede desistir de su tarea, aunque jamás podrá concluirla por sí solo.

LA ESPIRITUALIDAD NO DEBE SER COMPROMETIDA

Parashá Lej Lejá

El héroe de estos capítulos es el patriarca Avraham, que atiende la exhortación de Dios de abandonar la seguridad de su ciudad natal y el calor del hogar de sus padres para dirigirse a una nueva tierra la cual, en un principio, no había sido identificada. La familia se dirige inicialmente a la ciudad de Jarán y solamente Avraham, su sobrino Lot y sus respectivas familias continúan el viaje hacia la Tierra Prometida, conocida en aquellos tiempos como Canaán.

En realidad, Avraham no es el único héroe. Igualmente merecen mención de honor su esposa Sarai y su sobrino Lot, quienes también tomaron la decisión de dejar el confort de un entorno conocido para dirigirse a una tierra extraña y posiblemente hostil. Esta experiencia mancomunada debía haber acercado más al tío y al sobrino, tanto de manera espiritual como afectiva. Por ello resulta extraño cuando se presenta una riña entre sus respectivos pastores por las tierras de pasto y deciden separarse. Avraham insta a Lot a escoger el camino primero y él tomará la senda opuesta. En un principio, el ideal monoteísta los había unido y, ahora, la abundancia del ganado produce la separación.

Tal vez sea necesario entender mejor el primer versículo de nuestros capítulos: Lej lejá, “¡vete!”. ¿Acaso Avraham tenía que romper todos los lazos con sus familiares, incluyendo a Lot? ¿Cuál había sido la intención fundamental de la orden Divina, cuando Dios ordena a Avraham que abandone el hogar de sus padres, porque aparentemente allí no podrá consolidar su ideal? La existencia de un solo Dios. No se debe olvidar que su sobrino había perdido a su padre y ahora su tío Avraham lucía como el sustituto padre; por lo tanto, estaba dispuesto a seguirlo en una intrigante aventura.

¿Cuál era el motivo fundamental de Lot? ¿La fe en el Dios único o el lazo familiar y la seguridad que ofrecía la presencia de Avraham? El Midrash interpreta la riña entre los pastores de Avraham y Lot como una disputa moral. Los pastores de Lot estaban dispuestos a apoderarse de las tierras de los cananitas argumentado que Dios le había cedido estas tierras a Avraham, y como Lot era el heredero legítimo del patriarca, sus pastores podían aprovechar esas tierras de inmediato. El argumento de los pastores de Avraham era que mientras los cananitas habitaban el lugar no era legítimo utilizar lo que legítimamente les pertenecía.

Dios le había prometido a Avraham que sería el padre de una gran nación, pero su esposa Sarai –nombre que luego sería cambiado por Sara– no concebía un descendiente.

Avraham pensó que tal vez su descendencia se produciría a través de su sobrino Lot y por ello consideró que sólo debía separarse de su padre Téraj y del resto de la familia; en cambio, Lot sería la excepción.

Mientras que Lot aparece como una parte integral del entorno íntimo del patriarca, la abundancia de posesiones ocasiona un cambio. Los bienes ya no son mancomunados, Lot tiene pastores y ganado y Avraham tiene los suyos. Es posible que el caudal de los bienes tuviera un efecto espiritual y emocional. Mientras compartían los bienes también compartían las ideas, una vez que Lot adquiere independencia económica, posiblemente desea afirmar su independencia intelectual y espiritual.

En el caso de Avraham, los bienes materiales juegan un papel secundario. El móvil fundamental de su vida es el ideal monoteísta, por el cual se mostró dispuesto a sacrificar a su hijo único, tal como nos enteraremos en capítulos próximos.

La espiritualidad no podía ser comprometida. En cambio, Lot –al separarse de Avraham– escoge los valles fértiles para su ganado, no obstante que los habitantes de esos lugares estaban inmersos en la idolatría y en todo tipo de desviaciones sexuales. Está claro que el bienestar y el desarrollo de los bienes materiales es básico para Lot y está dispuesto a correr cualquier riesgo espiritual en el afán de convertirse en un potentado de la ganadería.

El futuro del monoteísmo no podía depender de la actitud de Lot. Era necesario hacer un corte y diferenciar a los futuros herederos que engendraría Sarai, de la filosofía de la vida representada por el materialismo que propugnaba Lot.

EL PECADO DE LA UNIFORMIDAD

Parashá NÓAJ

Diferentes culturas y tradiciones cuentan acerca de un catastrófico diluvio que cubrió la faz de la tierra; este hecho concuerda con el relato bíblico, que se diferencia de los otros porque destaca una importante moraleja: la naturaleza no permanece indiferente a las inmoralidades de los seres humanos. El castigo divino se produjo debido al comportamiento inmoral del hombre y de los animales, siendo el hurto el detonante del diluvio.

¿De dónde provino ese caudal de agua, suficiente para cubrir completamente el planeta? Algunos cálculos señalan que si se derritieran todos los icebergs y brotasen a la superficie vastas cantidades de líquido provocados por erupciones volcánicas, aún en ese caso no habría suficiente agua.

Por ello, se sugiere que se habría producido un diluvio parcial, el cual cubrió sólo un sector de la superficie de la tierra.

En efecto, Rabí Yojanán afirma que la Tierra de Israel no sufrió el diluvio. Más aún hay quienes sostienen que el diluvio estuvo circunscrito a Babilonia, considerada en la época como la totalidad del territorio habitado por la Humanidad.

En cualquier caso, la enseñanza es clara: la conducta inmoral no permanece impune, mientras que Nóaj, por ser un personaje justo y moral, fue salvado con su familia para convertirse en el progenitor de una renovada estirpe humana.

Para asegurar que jamás se produciría otra catástrofe similar, Dios trazó un arco iris en el firmamento, como unaseñal de un Brit, un renovado pacto con la Humanidad.

Nuestros capítulos contienen el relato de otra catástrofe: el episodio de la Torre de Babel. En este caso no está claro cuál fue el comportamiento indebido que condujo a la destrucción de la torre. Una lectura del texto bíblico sugiere que una edificación tan alta tenía como propósito servir de punto de referencia, de manera que la población no se dispersara.

Aunque la altura de la construcción podría ser vista como un reto al cielo, el supuesto recinto de Dios, está claro que el intento resultaría fallido. Por ello, no está muy claro, en qué consistió el desacato a la voluntad Divina implícita en esta torre.

No obstante, se puede razonar que la torre significaba un desafío a Dios. Al no visualizarlo en los cielos, tal vez quisieron negar su existencia. El castigo por este hecho consistió en su dispersión a lo largo y ancho de la tierra. En cambio, por sus pecados, la generación del diluvio fue totalmente eliminada. ¿A qué se debe esta diferencia de castigo por la desobediencia? Aparentemente, pecar contra otros seres humanos es peor que faltar ante Dios. La generación del diluvio fue destruida finalmente porque no respetó la propiedad del prójimo.

Rabenu Bajyá sostiene que sabiendo que Dios no destruiría la tierra por un nuevo diluvio, la generación de la torre temía ser aniquilada por unas llamas provenientes del cielo, amenaza que la elevada construcción prevendría.

El Netsiv tiene una idea muy original. Sostiene que la torre servía para vigilar los movimientos de las personas, una especie de “torre de control”. No deseaban que la gente se dispersara para poder supervisar sus pasos y acciones. De acuerdo con otros exegetas, la torre tenía el propósito de imponer una idolatría uniforme, y por ello, querían mantener a la gente concentrada geográficamente.

De las opiniones citadas se desprende que regía un grado de hermandad entre la gente. No deseaban alejarse unos de otros. En cambio, la enemistad y el desprecio eran una constante en la generación del diluvio, porque muchos trataron de impedir que Nóaj y sus familiares entraran al arca que los salvaría.

Tal vez el gran pecado de la generación de la Torre de Babel fue su deseo de imponer la uniformidad en el pensamiento y en la acción.

Porque cuando se introduce en la sociedad un criterio equivocado, en la presencia de una variedad de opiniones, existe la posibilidad de corregir el error. Pero cuando la sociedad, en su totalidad, está sometida a una sola idea, la posibilidad de un cambio, de un toque de timón, luce remota. Por ello, las dictaduras imponen la uniformidad, para evitar que surjan alternativas que puedan amenazar su hegemonía.

ALGUNAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN

Parashá Bereshit

El ciclo anual de la lectura y el estudio de la Torá, empezando nuevamente con Bereshit, conduce al asombro y la reverencia por el majestuoso despliegue y formulación de las etapas de la creación del universo. Seis días de creación que colocaron cada elemento en su sitio, desde la luz, que fue creada en el primer día; un proceso que culminó con la creación del hombre en el crepúsculo del séptimo día.

Desde sus inicios, la ciencia cuestionó la veracidad de este relato, que consideró simplista y elemental. Las últimas estimaciones científicas ubican la edad del universo en unos quince mil millones de años, cifra muy diferente al año 5765 que iniciamos. Existen numerosas explicaciones para esta diferencia cósmica, explicación es que tiene base científica y que, al mismo tiempo, toma en cuenta el primer capítulo de Bereshit. Personalmente, me identifico con quienes afirman que el número 5765 es un aproximado para la edad del mundo civilizado, tal como lo conocemos.

Moshe Kaveh, presidente de la universidad Bar Ilan, ha reflexionado sobre este tema haciendo varias observaciones interesantes. En el relato de Bereshit tropezamos con una primer dificultad al indagar de dónde provino la luz que Dios creó el primer día, en la ausencia del sol que recién sería creado el cuarto día. Debido a esta aparente incoherencia, Rashí sostiene que todas las luminarias en efecto fueron creadas durante el primer día, sólo que fueron colocadas en su lugar apropiado recién el cuarto día. Esto implica que la probable duración del día durante el proceso de la creación era totalmente diferente a nuestra experiencia actual. De tal manera que la cifra 5765, de años integrados por días de una duración de veinticuatro horas, no corresponde necesariamente a la edad del universo.

¿Qué quiere decir la Torá en los primeros versículos con la frase que Dios pronuncia: “¡Que se haga la luz!”? De acuerdo con Kaveh, dado que el ojo humano está limitado a cierto sector del espectro, si la temperatura de la superficie del sol fuese significativamente diferente, el ser humano no podría “ver” la luz.

La creación de dos luminarias, una para regir durante el día y la otra para reinar durante la noche es comentada en el Midrash. Aparentemente, la luna se había quejado ante Dios y alegó que no era posible que dos entidades compartieran una sola corona. Como un castigo por este injusto clamor que exteriorizaba el celo y la envidia, el Creador decidió disminuir el tamaño de la luna. Kaveh apunta que aunque más del sesenta por ciento de las estrellas nacen en pares de las grandes nubes de gases y polvo en el universo, nuestro sistema pertenece al grupo que contiene una sola estrella, el sol.

¿De dónde provino la luna? Existen varias teorías. La más probable atribuye su origen a una colisión cósmica entre un cuerpo celestial del tamaño del planeta Marte y la Tierra. El resultado fue la creación de la Luna, que contiene un material proveniente de este cuerpo espacial y el polvo terrenal. Y aunque la Luna es muchísimo más pequeña que el Sol, su relativa cercanía a la Tierra, en una perfecta proporción con la distancia entre la Tierra y el Sol, permite que se visualice tal como si fuera de un tamaño similar al Sol. Y así tenemos dos luminarias: una para el día y la otra para la noche, cuando la Luna refleja la luz del Sol.

La Torá no es un libro de cosmología, no obstante, al encontrar una concordancia entre las teorías científicas y el texto sagrado, este hecho constituye una prueba adicional acerca de su autenticidad y veracidad.

Esta breve incursión en algunos aspectos del primer capítulo de Bereshit no debe desviar nuestra atención de su contenido aleccionador, porque la Torá es, ante todo, un tratado moral que identifica con gran precisión cuál debe ser el comportamiento del ser humano. Cada relato que contiene debe ser visto como una enseñanza por la conducta ética del hombre. Incluso el capítulo de la creación debe producir el respeto por todos los elementos que integran la naturaleza, porque todo proviene de Dios.

De acuerdo a la tradición judía, el hecho de que el ser humano haya sido creado al final de este proceso, implica de cierta manera que todo fue hecho para el beneficio del hombre.

Al mismo tiempo, Dios marcó cuál debía ser el comportamiento del hombre cuando al colocarlo en el Gan Eden le instruyó que debía leovdó uleshomró, trabajar y cuidar el jardín. Aunque esta instrucción fue indicada para la primera pareja, continúa vigente hasta el presente.

LA CEREMONIA DE HAKHEL

Parashá HAAZINU

El último versículo del capítulo anterior reza: “Moshé pronunció a los oídos de toda la congregación (kahal) de Israel las palabras de este canto hasta su conclusión”. El canto referido es el texto de nuestros capítulos: Haazinu. De acuerdo con el mencionado capítulo anterior, este canto tenía que ser leído cada siete años durante la festividad de Sucot en una asamblea de todo el pueblo, reunión masiva denominada Hakhel, palabra relacionada con el vocablo kahal. Reunidos hombres, mujeres, niños y los extranjeros que residían con el pueblo de Israel, la lectura pública tenía el propósito de que (las mujeres) pudieran escuchar, (los hombres) lograran aprender y obtuvieran un mérito adicional por traer a las criaturas.

La presencia de todo el pueblo servía para revivir la experiencia en el Monte Sinaí y se convertía en una especie de renovación del pacto, el Brit, entre Dios y pueblo: el pueblo servirá al Dios único y Dios protegerá a su pueblo. Esta revelación Divina también es designada como Yom HaKahal,el día de la asamblea y de allí también la designación de Hakhel.

Yehudá Zoldan, de la Midrashá para mujeres de la Universidad Bar Ilán, hace recordar que en el Talmud hay una mención de tal celebración durante el período del Primer Beit HaMikdash durante el reino de Rejovoham, y otra celebración en la época del Segundo Beit HaMikdash dirigida por el rey Agripas. Después de la destrucción del Beit HaMikdash esta celebración quedó en desuso y por alguna razón, los jajamim no ordenaron que se celebrara como un recordatorio de la práctica anterior. Es posible que después del establecimiento de la lectura semanal de la Torá, esta convocación cada siete años careciera de la urgencia inicial.

Leemos el libro de Kohélet durante Shabat Jol HaMoed Sucot porque, según el Talmud, este libro era leído durante la ceremonia de Hakhel que se realizaba durante la festividad de Sucot. Está claro que la nomenclatura Kohélet está relacionada con el vocablo Hakhel. Se sugiere que la lectura de Kohélet durante esta ceremonia de gran significación, además de su contenido ético, sirvió para apuntalar su carácter espiritual y justificar su inclusión en el canon del Tanaj.

Los versos de Haazinu empiezan invocando al cielo y a la tierra como testigos eternos de la relación del hombre y Dios, elementos que recuerdan los primeros versículos de Bereshit que describen la creación del cielo y la tierra.

Manifiestan la cercanía de Moshé a ambos elementos que a su vez sintetiza una enseñanza básica del judaísmo que se refleja en el famoso sueño de Yaacov de la escalera que une a la tierra con el cielo. El judaísmo es una enseñanza de carácter espiritual que no niega el valor de lo que es terrenal, a su vez simbolizado por el ingrediente carnal y espiritual del ser humano.

Los jajamim encuentran el origen de bendecir a Dios, agradecerle por las numerosas bondades que brinda, en uno de los versículos, mientras que un segundo destaca que Dios siempre actúa con el patrón de justicia. El texto hace una relación entre las diferentes generaciones y subraya el rol de maestro del padre y del anciano. Pero sobre todo está la protección

Divina, tal como un águila que cuida a su nido y carga a sus polluelos sobre sus alas.

La abundancia, apunta el texto, conlleva a la rebelión y conduce a la adoración de dioses extraños que, cada generación probablemente sustituye por las tentaciones de la época.

El resultado es el ocultamiento de Dios, quien desaparece del escenario de la historia y permite que surja la perversidad y el mal. En nuestros días, un destacado líder espiritual israelí sugirió que el Holocausto probablemente es una consecuencia de las faltas cometidas por la gente de la época.

Esta afirmación produjo una reacción enérgica de protesta, especialmente si se toma en cuenta el fervor religioso de la gran mayoría de quienes fueron vilmente torturados y aniquilados.

A fin de cuentas, continúa el texto, Aní amit vajayé, majatsti vaaní erpá, “Soy (yo) Dios quien envía a la muerte y quien otorga la vida, quien hiere y quien cura”, afirmación que está envuelta en el misterio de la justicia Divina, muchas veces incomprensible para el individuo.

La ceremonia de Hakhel servía para renovar la experiencia en el Monte Sinaí y al mismo tiempo hacer recordar las bases sobre las cuales descansa la fe y la manera de vivir que el judaísmo predica.

RECORDANDO A SERGIO KIBLISKY z’l

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Recuerdo haber leído que la sociedad se compone de quienes forman parte del problema y quienes se identifican con la solución. Sergio era parte de la solución.

Era el referente de la familia entera en Caracas, especialmente después del fallecimiento accidental de su hermano Mauricio z’l, en cuya memoria Sergio patrocinó un Majzor de Rosh HaShaná que lleva el nombre Tefilat Moshé.

Inteligente, honesto, responsable y generoso, representaba en su persona el dicho de nuestros sabios: Eizehu jajam? Haroé et hanolad, que usualmente se traduce como “Quién es sabio,? El que ve el futuro”. En realidad, la palabra “nolad”, puede ser traducida como “nacido ya”, o sea que el adagio puede interpretarse como sagaz es la persona que comprende el presente, quien entiende lo que realmente está pasando, sabe deshojar las diferentes membranas que esconden al fruto.

Cualquier conversación era un deleite. Muy bien informado porque era un ávido lector, Sergio sabía analizar eventos, tanto los sucesos en Venezuela, como en Israel, USA y el mundo entero. Respetaba las libertades de USA, añoraba su patria natal Chile, tenía un lugar especial para Israel en su corazón. Pero no hay duda que Venezuela ocupaba el centro de su atención porque allí realmente formó familia y creó empresa.

Luchó por casi un año contra una temible enfermedad y su esposa Edith fue su mayor poyo emocional y afectivo. Lo visité en varias oportunidades en esa última etapa de su vida y siempre encontré hijos y nietos presentes, amigos que lo acompañaban y con quienes entablaba una conversación interesante y relevante.

Sonreía fácilmente, pero simultáneamente, profundizaba sobre temas serios, de consecuencia. Le interesaba y preocupaba el futuro de la humanidad y sus proyecciones se basaban en serias reflexiones acerca de las diferentes corrientes políticas y sociales del momento actual.

Siempre tenía presente la implicación de los eventos para Medinat Israel y el pueblo judío, no obstante que su visión tenía un carácter universal.

Me dio aliento y proporcionó sostén material en el afán de reunir a las diferentes confesiones religiosas en Venezuela bajo un manto común que se denomina CRISEV. Consciente de que somos minoría, era importantísimo mantener relaciones cercanas con los representantes de otros credos. A fin de cuentas actuar en pro de la solución, o al menos alivio, de los problemas sociales de pobreza y desigualdad es un desideratum común para todas las personas de fe.

Tuve mano libre para realizar reuniones y almuerzos de confraternidad religiosa gracias al apoyo concreto de Sergio, y cabe destacar a TELEVEN que puso a nuestra disposición en varias oportunidades un espacio físico en sus instalaciones para luego transmitir el contenido de nuestras reuniones por su canal.

Es difícil pensar y escribir en términos pretéritos sobre Sergio porque hacía sentir su presencia en cualquier reunión por su agudo intelecto. Nos quedará ahora el recuerdo, ejemplo de un padre preocupado por el bienestar de sus hijos y familia.

Tengo entendido que se último legado a los miembros más cercanos de su familia fue: “Nunca dejen de apoyar a Israel en todo sentido”.

Tov shem tov mishemen tov, el buen nombre es preferible a cualquier bien material, y Sergio dejó una herencia de rectitud y generosidad, características que se verán incrementadas con el pasar de los años.

Zijró baruj, sus restos mortales descansan en paz y su memoria es una bendición para todos.

David Yisrael Z”l

Unas semanas atrás falleció mi querido amigo David Yisrael en cuya casa mi esposa, tres hijos y yo, comimos nuestra primera comida casera caliente kasher cuando llegamos a Caracas en septiembre de 1967.

Unas semanas más tarde alquilamos un apartamento en el mismo edificio donde residían los Yisrael y nuestra amistad no aflojó desde aquel entonces. Celebramos juntos, especialmente Sucot en la Sucá que erigimos en el edificio.

David tuvo una vida con sufrimiento y alegrías, nunca fue un espectador, siempre participó, muchas veces condujo. El sufrimiento y el dolor es una referencia a los años de la Shoá. Logró sobrevivir Auschwitz y otros campos de concentración. Recuerdo algunas anécdotas de aquellos días de angustia y terror, de cómo facilitó que un rabino celebrara Sucot en una Sucá que improvisó en el espacio entre dos vagones de un tren.

Nació en Europa y después de sobrevivir el Holocausto, emigró a Israel donde sirvió en Tzahal, el ejército israelí. Dotado de facilidad con idiomas, aprendió hebreo a cabalidad y cuando luego llegó a Venezuela en la década de los cincuenta del siglo pasado, se abocó por aprender el Español que habló sin acento extranjero. No sé si tomó clases de Inglés pero lo escuché hablar en público en ese idioma, tal como si hubiera residido en USA por largo tiempo.

Fue uno de los fundadores del Minyan Shomrei Shabat de Caracas y engendró con su querida Dorita Broitman un hogar ejemplar. Formó un equipo familiar y eventualmente empresarial con sus cuatro hijos, siendo cada uno de ellos ejemplo de participación comunitaria. Siguieron el ejemplo de David que también presidió el Comité de Yad Vashem con la meta específica de no permitir que olvide lo que sucedió, especialmente para impedir que tal tragedia sea repetida. Presidió el de amigos de la Universidad Bar Ilan en Venezuela y presidió el Comité de Bonos de Israel en Venezuela, demostración adicional de su amor por la Estado de Israel que visitó luego en innumerables ocasiones.

Merece mención especial el finado Boris Berl Broitman, padre de Dorita que fue la fuente de inspiración para la creación de un Beit Avot en la comunidad judía de Caracas, no obstante que nunca tuvo que valerse personalmente de sus servicios.

David fue un hijo leal del pueblo judío y apreció lo que Venezuela ofreció porque conocía las alternativas, el antisemitismo que soportó personalmente, incluso antes de la Guerra, y desde luego presenció y sufrió los horrores del Holocausto que no puede expresarse con palabras. Plasmó sus memorias en un libro: NUNCA HABRÁ UN POR QUÉ, que es un intento serio de dejar un legado escrito que incluye lo que realmente no se puede reproducir a cabalidad: las angustias y sufrimientos de este hecho sin par en la Historia.

Aunque David vivió una gran parte de su vida en Caracas, nunca abandonó Israel, ni intelectualmente o emocionalmente. Siempre mantuvo un apartamento en Israel donde también celebró muchos jaguim, los días sagrados cuando se hacía peregrinaje a Jerusalem.

Desde joven, el hijo menor Milton hizo aliyá y formó su propia familia, razón adicional para que David y Dorita estén ligados a la tierra ancestral.

La hija mayor Goldy y su esposo Baruch residen ahora en Miami, y siguiendo la tradición familiar, Baruch es presidente de la sinagoga Young Israel de Aventura y Goldy reúne a la familia alrededor de su mesa en Shabat y festividades.

El hijo varón mayor Jacobo permanece en Caracas donde dirige los destinos de la empresa que David fundó y donde centenares de obreros y empleados han encontrado una fuente de trabajo para el sostenimiento de sus familias.

El hijo Billy y Malki residen no muy lejos, participan activamente en su sinagoga y en numerosas ocasiones caminan unos cuantos kilómetros para celebrar con los padres algún día de Yom Tov, una festividad religiosa.

Incluso después de la Guerra, David pasó por otros eventos trágicos. Sufrió la pérdida de hermanos y sobrinos, y se tornó obligatoriamente en la columna vertebral de la familia.

Menciono a cada uno de sus hijos, y hay nietos y bisnietos, porque cada uno tiene personalidad y valor propio. Pero además para indicar que Hitler y los Nazis no solo que no vencieron a David, éste a través de una numerosa, unida y tradicional familia, derrotó el diseño de darle una “solución final” al problema judío. Exterminarlos! Al contrario, de las cenizas de las chimeneas de Auschwith, David engendró un número importante y valeroso de descendientes que enarbolan con orgullo su condición judía.

La familia celebraba anualmente Pésaj, la festividad de “ish uveitó, “el hombre con su familia”, reunida en un mismo lugar. Apenas unos meses atrás la familia entera celebró en esa oportunidad el onomástico 89 de David. Gran recuerdo de amor y unión que puso un broche de oro a una larga trayectoria familiar, empresarial, comunitaria, de entrega y amor por Medinat Israel.

Zijró Baruj, sus restos yacen en paz en Medinat Israel.