FALLECIÓ MI AMIGO ALBERTO GALSKY z’l

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Mi difunto padre, el rabino Abram Brener z’l, sirvió durante 30 años la comunidad judía de Lima, Perú. Fue su rabino, shojet y mohel. En aquellos días, final de los años treinta y cuarenta del siglo pasado, la carnicería solo ofrecía carne Kasher de res. Mi padre había convertido en casa un espacio que anteriormente era usado como lavadero, como sitio para la Shejitá, el sacrificio ritual según las leyes de kashrut. En aquellos días, se compraba el ave vivo en un mercado para traerlo a mi casa. El padre de Alberto solía visitarnos, en ocasiones, acompañado por una mujer de servicio con los pollos. Era ocasión también para una tertulia, aunque a veces presente, no entendía la conversación. Pero sabía que mi padre estimaba al señor Galsky y lo calificaba como “kliger yid”, hombre inteligente, más aún como persona que entendía el meollo, la raíz responsable por algún efecto o evento.

Me fui del Perú en 1947 y no recuerdo detalles de esta familia, hasta el arribo de tres hermanos Galsky a Caracas. Esta familia había creado una industria pesquera muy importante en el Perú, país que que goza de abundancia de peces, en parte debido a la corriente El Niño que cursa lo largo de su costa. El cuarto hermano, Isaac z’l permaneció en Lima y se ocupó de la industria. Lamentablemente fallecido unos años atrás, había pasado por varias cirugías mayores y su cuerpo físico finalmente se rindió. Lo visité en Lima cuando invitado a celebrar una ceremonia religiosa para la familia de uno de mis amigos de infancia, y encontré a Isaac z’l rodeado de familia y sobre todo con un renombre de benefactor de muchas instituciones en Lima.

El hermano Salomon es un industrial de renombre en Caracas y recuerdo que en una ocasión cuando le pedí ayuda para la publicación de uno de mis libros, me respondió que lo haría ya que lo solicitaba, pero quería que sepa que le interesa más proyectos “vivos”, directamente con gente necesitada. Me quedó grabada la respuesta, pero continué con mis libros por considerar que también tenían valor.

El centro comunitario Hebraica en Caracas tiene un gimnasio que incorpora todos los instrumentos y aparatos necesarios para la promoción de la salud física que porta el nombre “Gimnasio Galsky” gracias a la generosidad de Clara, Alberto y Salomon Galsky

Por eso, no me sorprendió ver el patrocinio de la familia Galsky en el letrero de entrada a “K Space”, lugar de encuentro para solteros, que ofrece numerosos programas dirigidos exitosamente por el rabino Yossi Smierc que ya tiene en su haber varias docenas de “Shidujim”, parejas que contrajeron matrimonio que se conocieron por primera vez en “K Space”. Allí se ayuda a gente, a individuos que ansían conectarse con otras personas de carne y hueso, y acercarse a la tradición judía.

Llego por último al fallecido Alberto para señalar que el entorno, la herencia familiar moldeó su actuar. Pero eso es insuficiente. Alberto tenía características personales que considero excepcionales. Citaré un solo ejemplo. Soy testigo del caso de un miembro de la comunidad judía quien prestó atención especial a Alberto cuando llegó a Caracas. Alberto se encargó luego del pago de la educación de los hijos de este miembro de la comunidad que tenía recursos limitados. Pagó por sus viajes al exterior y le ayudó materialmente durante varios años en Miami. Cuando ese amigo estaba en ya en las últimas semanas de vida debido a una terrible enfermedad, Alberto se comunicó conmigo y sugirió que llamara al enfermo para darle ánimo de vida. Hice la llamada y quedé sorprendido por la reacción del enfermo quien me dijo que se sentía inmensamente alagado y honrado por mi llamada y que le había ofrecido ese día una dosis de esperanza. Me hizo pensar otra vez acerca de la importancia de extender un brazo fraternal, una palabra de aliento a otra persona, especialmente cuando el individuo siente que no ocupa un lugar de privilegio en la sociedad. Pensé que había hecho una mitzvá especial ese día con mi llamada. Pero la realidad es que Alberto fue quien solicitó esa llamada. Me hizo reflexionar que Alberto no tan solo apoyaba materialmente a ese individuo, tenía empatía por él, se situaba en su situación para preguntarse qué más podía hacer para aliviar el sufrimiento del enfermo. La mitzvá realmente le pertenecía a Alberto, yo solo había sido su “shalíaj” su emisario para realizar la buena acción.

En ocasiones, Alberto me llamaba para asistir al almuerzo semanal que ofrecía los martes, día en el cual reunía entre 20 y 30 amigos para una comida generosa y suntuosa en su oficina. No era solamente una experiencia culinaria. Invariablemente estaban presentes un par de rabinos para enseñar, para presentar una explicación sobre algún tema de la tradición o sobre la lectura semanal de la Torá. Rabí Jananyá ben Teradyón había dicho de acuerdo con la Mishná: “Si dos se sientan juntos y no hay un intercambio de palabras de Torá entre ellos, ésta se convierte en una reunión de burlones…, pero si intercambian palabras de Torá la Presencia Divina se posa sobre ellos…”. Qué maravilloso es tener la facultad de invitar la Presencia Divina. Alberto tenía esa facultad.

Construyó una magnífica casa en un área privilegiada de Miami y en varias ocasiones estuve presente para celebrar alguna fecha familiar. Pero siempre había rabinos presentes para invitar la Presencia Divina también con sus enseñanzas. No ostentaba lujos personales, pero tenía mano abierta para ayudar directamente a numerosas personas y causas que consideraba justas y que tendrían efecto sobre la educación y el bienestar de los más necesitados.

Salomon me dijo que Alberto no cuidaba con suficiente esmero su salud personal por más que lo estimulaba hacerlo. Claramente, daba mayor atención a las necesidades ajenas, con devoción por sus hijos, esposa y familia.

Nuestros patriarcas se distinguieron en ciertas áreas de manera individual: Avraham en guemilut jasadim, ayuda al prójimo; Yitschak en devoción y sacrificio; Yaacov en el estudio de la Torá. Alberto fue digno discípulo de Avraham, siempre pensó en mejorar la condición humana de otros, devoto y sincero con sus amigos, incentivó el estudio de la Torá.

Zijró baruj, su memoria es una bendición

A foray into the religious history of humanity

Devarim (English) Deuteronomy I - III, 22

The fifth of the Chumashim, which are the biblical books that make up the Pentateuch, is called Devarim, Deuteronomy, which means the second law or the repetition of the law. In our Chumash many laws are reiterated and, notably, the Ten Commandments. For our Chachamim there is no superfluous word in the sacred text, and therefore they seek and find new teachings in what appears to be a repetition.

Devarim gathers Moshe’s speeches in the last days of his life. The first speech consists of a summary of the trips of our ancestors through the desert, with special emphasis on some outstanding events, such as the episode of the Meraglim, the spies who were sent to investigate the promised land. The apparent purpose of recounting the various experiences in the desert is to highlight the ever-present Divine Providence, which protected the Jewish people throughout the journey.

A large part of this Chumash Devarim is dedicated to Moshe’s second speech which includes, as we already mentioned, the Aséret Hadibrot, the Ten Commandments. A series of additional Mitsvot are also detailed on permitted and prohibited foods, the various festivals, the obligation of tithing, the selection of judges, and other laws. Before Moshe’s third speech begins, a digression is made to alert the people to the blessings and curses they will receive, respectively, as the law is fulfilled or disobeyed.

Moshe’s third speech, which also contains paragraphs written in the form of poetry, underlines the need for unequivocal loyalty to the Creator and the instruction to read the book Devarim, (according to some, only certain chapters of this Chumash) publicly, every seven years in a ceremony called Hakhel. The singing of Moshe (Haazinu), the blessing of Moshe (Vezot HaBeracha), the appointment of Yehoshua as the successor in leadership of the people, and some details of the death of Moshe, lead us to the conclusion of the Torah.

Careful reading of our text reveals that certain groups of laws were omitted from Devarim. Ramban’s father alerts us to the fact that the rules that govern the Kohanim and the Korbanot, which are sacrifices, are not mentioned in our chapters. This is explained by the fact that priests are considered to be very jealous in the performance of their duties and do not need to a repetition of the instructions. On the other hand, on many occasions the exhortation is reiterated to the people not to fall into the cult of idolatry. It was necessary to remind our ancestors insistently about the danger of behaving like all peoples, kechol hagoyim, especially at the beginning of the period of the conquest of the Promised Land. Since the inhabitants of Canaan were idolaters, it was important to warn the Hebrews not to imitate their cult. Despite this, the practice of idolatry constitutes the primary national spiritual problem during the existence of the first Beit HaMikdash.

The opposition to all kinds of idolatry is emphasized because the Torah fundamentally teaches a completely opposite idea: Monotheism. Adín Steinzaltz, a modern thinker and great scholar of mysticism and the Talmud, reminds us that Avraham’s monotheistic formulation, as we noted, is the cardinal notion of Torah and does not constitute a revolutionary idea. Steinsaltz’s perspective with reference to the intellectual development of humanity is based on the fact that in the beginning, humanity affirmed the existence of a single God. That was, after all, the reality of man in Gan Eden, the Garden of Eden. In Bereshit we read about the frequent encounters and dialogues between primitive man and the Creator.

Steinsaltz believes that despite the constant encounter of humans with the divinity, the monotheistic notion of antiquity is primary and primitive. Idolatry constitutes from this prism, a narrow intellectual advance for our species, because it is associated with different natural phenomena that begin to identify with some particular deity. Man becomes aware of what is happening around him, although this leads him to erroneous conclusions regarding the deity. Avraham’s monotheistic teaching is not novel in nature but constitutes a case of rediscovery of a known truth.

Devarim also presents us with some laws that are novel. We read about divorce; the Yibum obligation, which is to marry the widow of a brother who left no children and other rules. Although we meet these laws for the first time in Devarim, we understand that all the Mitsvot were enacted on Mount Sinai or in the Mishkan, which is the Tabernacle, during the first year after the Exodus from Egypt.

Abarbanel raises the question of whether we can consider these discourses by Moshe as an integral part of the authentic word of God. According to the Talmud, for example, the division of the Tanach, the Sacred Scriptures or the Bible, indicates at the same time a hierarchy with respect to the relative Kedusha, sanctity, of each of the parts. Ketuvim, which is the third portion of the Tanach, has a lower degree of Kedusha than the second part called Neviim. The Torah, the Five Books of Moses, is the one with the highest degree of Kedusha, a fact that implies that each word of its text was dictated by the Creator. Abarbanel maintains, for example, that not all of Moshe’s discourses were included in our text. God chose only those that have transcendence, granting them holiness by incorporating them into the Torah. The Torah does not collect or echo all the events that occurred at the dawn of our History. The Torah is a Divine and selective edition of the events considered by Him as instructive and timeless, containing a set of Mitsvot that are indispensable for the emotional and spiritual development of man and to make possible his coexistence with fellow men.

Una incursión en la historia religiosa de la humanidad

DEVARIM - Deuteronomio I - III,22

El quinto de los Jumashim, que son los libros bíblicos que componen el Pentateuco, se denomina Devarim, Deuteronomio, que quiere decir la segunda ley o la repetición de la ley. En nuestro Jumash se reiteran muchas leyes y, notablemente, los Diez Mandamientos. Para nuestros Jajamim no existe ningún vocablo superfluo en el texto sagrado, y por lo tanto, buscan y encuentran nuevas enseñanzas en lo que parece ser una repetición.

Devarim recoge los discursos de Moshé en los últimos días de su vida. El primer discurso consiste en un resumen de los viajes de nuestros antepasados por el desierto, con especial énfasis en algunos acontecimientos resaltantes, tales como el episodio de los Meraglim, que son los espías que fueron enviados para investigar la tierra prometida. El propósito aparente de volver a relatar las diversas experiencias en el desierto es el de subrayar la omnipresente Providencia Divina, que protegió al pueblo judío durante todo el trayecto.

Una gran parte de este Jumash Devarim, está dedicado al segundo discurso de Moshé que incluye, como ya mencionamos, los Aséret Hadibrot, que son Los Diez Mandamientos. También se detallan una serie de Mitsvot adicionales sobre los alimentos permitidos y los prohibidos, las diversas festividades, la obligación del diezmo, la selección de los jueces y otras leyes. Antes de dar comienzo al tercer discurso de Moshé, se hace una digresión para alertar al pueblo acerca de las bendiciones y de las maldiciones que recibirán, respectivamente, según se cumpla o se desobedezca la ley.

El tercer discurso de Moshé, que también contiene párrafos escritos en forma de poesía, insiste en la necesidad de una lealtad inequívoca al Creador y la instrucción de leer el libro Devarim, (según algunos, únicamente ciertos capítulos de este Jumash) públicamente, cada siete años en una ceremonia que se denomina Hakhel. El canto de Moshé (Haazinu), la bendición de Moshé (Vezot HaBerajá), el nombramiento de Yehoshua como el sucesor en el liderazgo del pueblo y algunos detalles de la muerte de Moshé, nos conducen a la conclusión de la Torá.

La lectura cuidadosa de nuestro texto revela que ciertos grupos de leyes fueron omitidos en Devarim. El padre de Rambán nos alerta sobre el hecho de que las normas que rigen a los Kohanim y a los Korbanot, que son los sacrificios, no están mencionadas en nuestros capítulos. Esto se explica por el hecho de que se considera que los sacerdotes son muy celosos en el cumplimiento de sus labores y no necesitan la repetición de las instrucciones. En cambio, en numerosas oportunidades se le reitera al pueblo la exhortación de no caer en el culto de la idolatría. Era menester recordarle insistentemente, a nuestros antepasados, acerca del peligro de comportarse igual que todos los pueblos, kejol hagoyim, especialmente, al comienzo del período de la conquista de la Tierra Prometida. Dado que los habitantes de Canaán eran idólatras, fue importante advertirles a los hebreos que no imitasen ese culto. A pesar de lo cual, la práctica de la idolatría constituye el problema espiritual nacional primordial durante los siglos del primer Beit HaMikdash.

La oposición a todo tipo de idolatría se debe a que la Torá enseña fundamentalmente una idea totalmente opuesta: el monoteísmo. Adín Steinzaltz, un pensador moderno y gran erudito del misticismo y del Talmud, nos hace recordar que la formulación monoteísta de Avraham, y que es, como anotamos, la noción cardinal de la Torá no constituye una idea revolucionaria. Esta perspectiva de Steinsaltz con referencia al desarrollo intelectual de la humanidad está basada en el hecho que en un principio, el ser humano afirma la existencia de un solo Dios. Esa era, después de todo, la realidad del hombre en Gan Eden, que es el Jardín de Edén. En Bereshit leemos acerca de los encuentros frecuentes y diálogos entre el hombre primitivo y el Creador.

Steinsaltz opina, que no obstante el encuentro constante del ser humano con la divinidad, la noción monoteísta de la antigüedad es primaria y primitiva. La idolatría constituye desde este prisma, estrecho un avance intelectual para nuestra especie, porque se asocia a diferentes fenómenos naturales que comienzan a identificarse con alguna deidad en particular. El hombre toma conciencia de lo que ocurre a su alrededor, aunque esto lo lleva a conclusiones erróneas con referencia a la deidad. La enseñanza monoteísta de Avraham no es novedosa en su naturaleza, sino que constituye un caso del redescubrimiento de una verdad conocida.

Devarim también nos presenta algunas leyes que son novedosas. Leemos acerca del divorcio; sobre la obligación de Yibum, que consiste en casarse con la viuda de un hermano que no tenga hijos y otras normas. Aunque nos encontramos con estas leyes por primera vez en Devarim, entendemos que todas las Mitsvot fueron promulgadas en el Monte Sinaí o en el Mishkán, que es el tabernáculo, durante el primer año después del éxodo de Egipto.

Abarbanel plantea la interrogante de si podemos considerar estos discursos de Moshé como parte íntegra de la palabra auténtica de Dios. Según el Talmud, por ejemplo, la división del Tanaj, que son las escrituras sagradas o Biblia, señala al mismo tiempo una jerarquía con respecto a la relativa Kedushá, la santidad, de cada una de las partes. Ketuvim, que es la tercera porción del Tanaj, posee un grado inferior de Kedushá a la segunda parte denominada Neviim. La Torá es la que posee el grado supremo de Kedushá, hecho que implica que cada palabra de su texto fue dictada por el Creador. Abarbanel sostiene, por ejemplo, que no todos los discursos de Moshé fueron incluidos en nuestro texto. Dios escogió únicamente los que tienen trascendencia, otorgándoles santidad al incorporarlos a la Torá. La Torá no recoge ni se hace eco tampoco de todos los hechos ocurridos en los albores de nuestra Historia. La Torá es una edición Divina y selectiva de los acontecimientos considerados por El como aleccionadores, que contiene un conjunto de Mitsvot que son indispensables para el desarrollo emocional y espiritual del ser humano y para hacer posible la convivencia con sus semejantes.

Promesa, culpa y absolución – El rol de los Sabios

MATOT - MASEI Números XXX,2 - XXXII

Estudiar nuestras fuentes religiosas nos enfrenta a una exigencia adicional: la necesidad de entender las realidades social y política propias del momento histórico que nos interesa. Por ejemplo, una apreciación de nuestro entorno moderno, que es esencialmente materialista, supone una obsesiva preocupación por la adquisición constante de objetos y bienes y de toda índole. Esta hambre insaciable por lo material es la actitud que prevalece hoy en nuestra cultura occidental. En otros sistemas culturales, el orden de los valores suele ser diferente. Por lo tanto, evaluar otras culturas de acuerdo a nuestro patrón jerárquico de los valores, nos conduce, con frecuencia, a interpretar incorrectamente las causas y el significado de los acontecimientos.

Muchos sostienen que en nuestro entorno cultural no se le da suficiente importancia a la palabra, a una promesa. Nuestros pronunciamientos y compromisos verbales son tratados a la ligera. En el mundo bíblico, en cambio, un voto, una promesa, un juramento, son considerados claves y obligantes. Motsá sefateja tishmor veasita, “lo que emana de tus labios cuidarás y cumplirás”, es un dictamen fundamental de la Torá. (En el mundo latinoamericano, en particular, no se hace énfasis en el cumplimiento de los compromisos verbales). Nuestro texto comienza con un análisis de las promesas, de la obligatoriedad de su cumplimiento y de las condiciones bajo las cuales se pueden modificar, calificar o anular las mismas. Se parte probablemente de la premisa de que el ser humano, ente pensante, debe reflexionar antes de pronunciarse en cualquier sentido. La habilidad humana de concebir el universo a través de modelos intelectuales, hecho que se relaciona con su competencia lingüística, (aptitud que separa al ser humano de cualquier otra creación) supone guardar y cuidar celosamente esta facultad.

Hay ciertas promesas, néder en hebreo, que desde su inicio carecen de validez. Por ejemplo, el néder havai, que quiere decir una promesa que se fundamenta en un hecho imposible, tal como el prometer un camello volador. Cuando uno hace involuntariamente una promesa, ésta se denomina néder shegagá, y también carece de valor. Néder onsim se refiere a una promesa que no se puede cumplir debido a que ocurre algo inesperado, por ejemplo, una dolencia súbita que impide que la realización de cierta acción en un momento dado.

Nuestros jajamim diferencian entre néder y shevuá que es un juramento. El sujeto del néder es un objeto o una circunstancia, (excepto el néder de donar una suma para beneficencia o para el Beit HaMikdash, en cuyo caso la propia persona queda comprometida) mientras que el sujeto de la shevuá es el propio ser humano. Carece de validez el néder que hace una equivalencia entre lo que está permitido con lo que está prohibido según la Torá. Por ejemplo, no tiene validez afirmar que una manzana me será prohibida como si fuera carne de cerdo. (A menos que la prohibición se hubiese dado por otro pronunciamiento verbal, tal como la promesa de ofrecer cierto animal en sacrificio. El resultado es que desde aquel momento en adelante no se pueda ingerir la carne de ese animal, porque pertenece de inmediato al Beit HaMikdash). Al mismo tiempo no se puede jurar sobre algo que contradice nuestros preceptos. No tiene sentido una shevuá en la que uno afirma que va a ingerir  carne de cerdo, tal como carece de validez una shevuá en la cual se promete no colocarse los tefilín para el rezo matutino de Shajarit.

Está claro que nuestra tradición no simpatiza con las promesas y los juramentos. En opinión de nuestros jajamim los seres humanos debemos actuar correctamente sin el recurso extremo del néder y de la shevuá. Si una persona se arrepiente inmediatamente después de hacer una promesa es posible anularla retroactivamente. El proceso de hatarat nedarim, que es una especie de absolución, permite que un erudito o tres personas, lo eximan a uno de una promesa, preguntándole primero, por si acaso hubiese hecho la promesa a sabiendas de cuáles serían las consecuencias de la misma. Según nuestros capítulos, un esposo puede relevar a su esposa de una promesa y un padre puede hacer lo mismo con su hija menor de edad.

Aunque los jajamim opinan tov sheló tidor, que es preferible no prometer, se consideran ciertas excepciones. Por ejemplo, hacer un néder de abstenerse de bebidas alcohólicas, es provechoso según Rambam y Rambán. Algunos autores del Talmud opinan que algunas promesas demuestran cierta arrogancia. El néder de abstenerse de comer carne, por ejemplo, (cuando no se especifica un lapso determinado, hace que  se considere que la promesa dura treinta días) es una especie de demostración de sentirse superior, porque la persona señala que puede vivir sin cierto esplendor, mientras que otros no lo pueden hacer.

Nuestros capítulos también se refieren al tema de la persona que da muerte a otra persona sin intención de hacerlo. (Esta persona es denominada shogueg, que hace alusión a la falta de intención de matar, pero no supone la ausencia total de culpa. Se estima que hubo descuido o falta de previsión, que resultó en la muerte de un ser humano). La Torá ordena la construcción de seis ciudades, en hebreo ir miklat, que sirven de refugio para estas personas. Además, las cuarenta y dos ciudades de la tribu de Leví también eran consideradas ciudades de refugio. Según el texto bíblico, el goel hadam, que quiere decir el redentor de la sangre derramada (probablemente un pariente cercano del muerto, o tal vez se trata de alguien designado específicamente para vengar esa muerte) podía matar a la persona que había cometido el crimen, a pesar de que no existía la intención de matar. El ir miklat ofrecía protección contra el goel hadam. Según los jajamim, si el goel hadam violara el amparo de estos lugares, sería sentenciado a su vez por haber cometido un crimen mortal.

La persona en cuestión debía permanecer en el ir miklat hasta el momento de la muerte del Kohén Gadol, que era el jefe de los kohanim que estaba en funciones cuando el crimen se cometió. Desde ese momento, el que había cometido involuntariamente el crimen podía regresar a su lugar de residencia sin temer por la venganza del goel hadam. ¿Cuál es la relación entre el Kohén Gadol y el crimen cometido? Desde cierta perspectiva el líder de la comunidad es igualmente responsable de todo lo que sucede, incluyendo los crímenes que se han cometido. El argumento se basa en el hecho de que el asesinato da testimonio de que la afectividad del mentor no fue adecuada a, pues de haberlo sido, hubiese inspirado y motivado a sus feligreses a abstenerse de cometer un crimen. En la tradición judía, mitá mejapéret, la muerte es la gran expiadora de los pecados, y por lo tanto el fallecimiento del Kohén Gadol libera de culpa a los involucrados. Según Abarbanel, la muerte del Kohén Gadol es motivo de luto y tristeza nacional y la magnitud de este dolor colectivo, sirve para amortiguar la ira del goel hadam con el fin de que desista de su propósito de venganza.

Según el comentarista Sforno, Dios conoce el grado de culpabilidad de quien perpetró el crimen y puede determinar con certeza si hubo o no la intención de asesinar a otra persona. La longevidad del Kohén Gadol, por  tanto, está de alguna manera  relacionada con la relativa inocencia de quien incurrió en el crimen. Hay quienes permanecen en un ir miklat por el resto de sus vidas debido a la larga vida del Kohén Gadol. Esta explicación  presenta la dificultad de que los años de vida del Kohén Gadol son una función del grado de culpabilidad de otra persona. Podríamos salir de nuestro apuro, al considerar, tal como lo mencionamos, que el Kohén Gadol está indirectamente involucrado en lo que sucede en la sociedad y es, por lo tanto, responsable por el comportamiento individual de los miembros de su comunidad.

MASEI

El rol de los Sabios

Números XXXIII – XXXVI

Nuestros capítulos describen detalladamente los viajes de los hebreos por el desierto, señalando las localidades que tocaron en su travesía hacia la tierra prometida. En el lugar denominado Hor Hahar, cerca de la tierra de Edom, fallece Aharón, el jefe de los Kohanim. Aharón muere a la edad de los ciento veintitrés años, a escasos meses del inicio de la conquista de Israel. Moshé también fallece en el desierto y surge un nuevo, liderato encabezado por Yehoshua que será el conductor del pueblo en la tarea de transformarse en una nación en la tierra de Canaán.

El pueblo judío está preparado para esta tarea por los siglos de esclavitud en Egipto, que la dan su valor real a la libertad. También le ha sido comunicado, en el Monte Sinaí un sistema complejo y completo de leyes, para que pueda desarrollarse ordenadamente en un medio independiente. Desde luego que el proceso de conquista de Canaán es largo y tedioso, pero más difícil aún es la transformación de la familia descendiente de Yaacov, en pueblo, en nación. Los dos grandes líderes, Aharón y Moshé, fallecen y una nueva generación toma las riendas del mando y la tutela del pueblo. La figura dominante entre los hermanos había sido, indiscutiblemente, la de Moshé. MiMoshé ad Moshé lo kam keMoshé, se solía decir que desde la época del bíblico Moshé hasta los días de Maimónides, no había surgido ninguna personalidad comparable. Los descendientes de Moshé no heredan su liderazgo y sus hijos desaparecen de las páginas de la historia. El caso de Aharón, que desempeña un rol secundario al de su hermano, es diferente, porque sus hijos sí son sus herederos reales y espirituales. El Beit HaMikdash como núcleo principal para el pueblo judío dependía para su funcionamiento de los kohanim, los descendientes de Aharón.

Moshé crece en el palacio de Paró, que es el Faraón. Moshé conoce y se desenvuelve en la corte real y desconoce la calle y la esclavitud. Moshé está condicionado, desde su niñez, para el liderazgo y la nobleza. Recién de adulto tropieza con la realidad del destino de su gente que es la servidumbre. Moshé puede dirigir e instruir, liderizar e inspirar, pero no pertenece al amejá, que es el pueblo. Moshé pertenece a los selectos y a la realeza. Le es, probablemente, difícil descender a un nivel popular. Su suegro Yitró, le reclama en una oportunidad que el pueblo tiene que estar de pie todo el día para poder tener acceso a su juicio, mientras que él, Moshé, permanece sentado. (Guardando las distancias del caso, es interesante notar que Teodoro Herzl, el gran líder del sionismo político, también desconoce los pogroms y las persecuciones. Herzl sufre un shock cultural por el caso del Capitán Dreyfus al descubrir que el antisemitismo existía en el entorno de la civilizada Europa).

Aharón en cambio, nace, crece y se desarrolla en el seno del pueblo hasta llegar a la posición de líder. Pero sus raíces, al igual que la del resto de sus correligionarios, están en la amargura de la esclavitud. En el episodio del éguel hazahav, Aharón se identifica con su gente, siente su desconsuelo por la tardanza de Moshé y entiende su temor, desconcierto e incertidumbre al suponerse perdidos, abandonados, en el desierto hostil. La inseguridad fomentada por las décadas de esclavitud se  siente aún. Sólo otra generación que desconozca el yugo egipcio podrá construir una sociedad que permita las opciones y la libertad.

El contraste entre las personalidades de Moshé y Aharón tal vez puede considerarse desde la siguiente perspectiva. Moshé es el  transmisor de la voluntad Divina al pueblo. Moshé es el portavoz de la Ley, del imperativo que se le exige a la sociedad para su elevación y superación. Aharón en cambio es el defensor y abogado, el mediador e interlocutor para la presentación de las necesidades del pueblo ante el trono Divino. Aharón es quien se empeña en crear puentes y acercar la comunidad al Creador. El rol de Moshé es traer el mensaje de Dios a la tierra. El papel de Aharón es el de elevar lo mundano a lo celestial. El punto de partida de Moshé es el Eterno. Para Aharón el centro de su preocupación es Am Israel. Mientras Moshé es el mensajero de Dios, Aharón es el defensor de los intereses del pueblo. Hemos enumerado algunas diferencias que no son absolutas ya que nuestro propósito es didáctico. En numerosas oportunidades Moshé intercede para que las necesidades del pueblo sean satisfechas, mientras que Aharón y sus descendientes se dedican al culto religioso y al servicio de Dios.

Para los sabios del Talmud la característica esencial de Aharón es su compromiso con shalom, que es la paz. Todos debemos aprender del ejemplo de Aharón, según nuestros jajamim. Debemos ser ohev shalom y rodef shalom, ser amantes de la paz y tener la paz como propósito. Este concepto de shalom es utilizado en la culminación de la bendición que los kohanim imparten al pueblo por orden Divina. La plegaria central de todo servicio religioso, la amidá, concluye con una bendición que califica a Dios como quien bendice a Su pueblo Israel con shalom.

Según el Talmud, los estudiosos propagan la paz por el mundo al proclamar, talmidei jajamim marbim shalom baolam. En la antigüedad la pax romana se había convertido en el eje fundamental de la política de Roma. Pero ésta era una paz obtenida gracias a la fuerte marcha de sus legiones. Era una paz que ocultaba los conflictos ideológicos y que no permitía la expresión de algún pensamiento conflictivo o diferente al de los Patricios o a los del Senado de Roma. En la tradición judía, en cambio, shalom es la armonía que surge del análisis serio de las diferentes alternativas que el intelecto concibe. Shalom es la concordancia y la coincidencia de las conclusiones, después del estudio exhaustivo de los diversos caminos posibles.

Ser un rodef shalom hace referencia a un estado mental. Es una meta distante y, tal vez, inalcanzable, pero al encaminarnos por este sendero nos aproximamos al shalom. Al reducir la distancia entre las diferentes opiniones, se obtiene un mayor acercamiento y entendimiento entre los seres humanos y, por ende, mayor tolerancia.

Moshé y Aharón representan cierta separación entre los poderes. Moshé se asemeja más al líder político, mientras que Aharón es el que conduce el ritual (en especial del orden de los sacrificios), y es el instructor de las masas. Es natural que esta diferenciación no es la exacta, porque Moshé es considerado tradicionalmente como el maestro por excelencia y conocido como Moshé Rabenu, “Nuestro Maestro Moshé”. Con el tiempo, los descendientes de Aharón fueron los primeros maestros populares y los que intervenían y adjudicaban en los casos de tsaráat, que es la lepra, y los de la tumá, que es la impureza ritual, en general.

Durante la última etapa del segundo Beit HaMikdash, en la época de los Jashmonaim, los kohanim también eran los reyes. Hay quienes sostienen que éste fue el momento de mayor gloria del pueblo judío en la antigüedad. Para otros, la coincidencia del sacerdocio con la autoridad civil constituye un conflicto de intereses de consecuencias negativas para la sociedad. La destrucción del segundo Beit HaMikdash relevó a los kohanim de su posición de importancia (debido a la imposibilidad de continuar con el servicio de los sacrificios) y los jajamim, que son los eruditos, asumieron, desde aquel entonces, el liderazgo espiritual del pueblo judío.

SLAVERY IS WRONG AND INHUMAN

Slavery is wrong. It’s practice is amoral and constitutes a crime that inevitably leads to malignant social, economic and political consequences. This is one of the problems our contemporary minds face when reading the Bible that contemplates slavery, a condition that the Talmud regulates to an extent that it proved to be a burden to own a Jewish slave. At the same time, the greatest story of the biblical narrative: the Hebrew’s exodus from Egypt, their transition from slavery to freedom has become the clarion call for human dignity that points to the lasting message about the equality of all men in the eyes of the Law. The Bible posits the creation on one man in the beginning, maybe to show that we all have the same ancestor and, therefore, are equal in rights, and in the eyes of God. The fundamental lesson of the exodus is that slavery is immoral. As a sign of the intrinsic spiritual value of all men, these same slaves merited to hear the manifested will of the Almighty at Mount Sinai sculpted in Two Tablets of the Law.

Mankind had to travel through centuries of history to come to the conclusion that slavery is evil. Yet, we still face vestiges of slavery in certain parts of the globe even today. Nowadays, no country legally tolerates the enslavement of man by other men. Yet, one could still argue that contemporary slavery has muted, it has become more subtle. And these modern manifestations of unadulterated evil have to be addressed and eradicated.

In this process, we should reflect as to whether present day society should assume responsibility for the misdemeanors and crimes perpetrated by previous generations? I do not think that it is proper, let alone legal or moral, to blame children for the sins of the fathers and vice versa. The Bible thinks so. On the other hand, society should make manifest a sense of responsibility and make every effort to alleviate and redress the damage, the hurt and shame, the evil consequences of slavery. And of discrimination as well.

What about the children of the oppressed, those whose ancestors were the victims of slavery and manners of discrimination, because of racial motives or religious identity. What should their attitude be?

Today’s generation, especially the descendants of the aggrieved should be on guard, in the forefront of the fight against these immoral tendencies and deeds that continue to plague us. It seems that discrimination and unethical behavior is an evil virus that doesn’t disappear, it only keeps mutating and, therefore, must be dealt with, even if it were determined that it is genetically part of our DNA.

It is a moral duty to protest, to confront and remedy all evil. On the other hand, the rule of law and of what is right, should not be confronted by lawlessness. Regardless of the damage that was done, the future of society demands we behave within certain parameters. Otherwise, new evils will supplant the old ones we try to eradicate. Justice must be achieved through means that are just in themselves.

Rallies and protests that turn into wanton destruction demean the purpose of the demonstrations and are surely to produce a negative effect that feeds the misguided original motives of the discrimination it purports to fight.

The middle class and small merchants suffer most from the indiscriminate, and many a time purposeful destruction of storefronts and looting. Powerful economic enterprises are able to absorb vandalism with greater ease. On the other hand, the neighborhood store built with hard work and limited resources finds it hard or impossible to recover from plunder and destruction. So that, the sympathy and empathy for a just cause ends up producing pain as well as eventual rejection.

Moreover, protests have a tendency of attracting many who reject any kind of rule. It appeals to those who want to be free to express themselves, including without consideration of any hurt they cause others. Anarchists and malcontents attach themselves to authentic and honest protests and taint their rightful motives.

On the one hand the fight against discrimination is meant to assure that it not be repeated again, but simultaneously it may give a springboard and create an environment for new or repackaged evil.

We end up in turnstile. In our endeavor to right wrongs, we wake up the light sleeping discriminators and haters.

Protests are necessary and healthy. However, to point out the sins of the past is insufficient if it does not, at the same time, signal to a different future. Discrimination and hate seek out the weakest sectors of society. It is, therefore, of utmost importance for these same sectors to address their shortcomings. We must remember that hate is a virus that has been present for centuries in humankind. We should continue denouncing it with energy, but it may also be a time for introspection, for improving our own social and moral standards.

I want to be clear. There is no justification for hate and discrimination. Period.

Yet, when we examine our own behavior and become conscious of the fact that we also commit some, if not many of the crimes we associate with hate mongers, our arguments become weakened. And what is most important, we fail to contribute to real and tangible solutions to this evil.

At this stage of American history most of us are on the same page as far as equal opportunity for all. However, reality may be different, and discrimination is still present in many areas.

We should consider that instead of tearing down statues, we concentrate in adopting new norms of conduct. Let us strengthen our root family units, reward fidelity and loyalty. We are firm in denouncing public figures for any racial slur, yet tolerate marital infidelity, and don’t castigate publicly those who abandon the children they brought into life.

Don’t the leaders of these protests and of BLM that is by now a movement, know all the above, that violence will only engender violence, that destruction will only result in a negative attitude of all those whose property was violated?

It would be very naïve to think so. I remember a rabbi who was my teacher of oratory: “always underestimate the knowledge of you audience, therefore tell them all the details, always overestimate their intelligence, they most likely will see through you.”

Who was behind the protests in Chile of a couple of months ago? We are speaking of one of the most successful countries, if not the most successful country in Latin America with respect to social benefits, inflation, progress, exports. Protests that include the torching of subway stations had to be very well organized and funded. Who suffered by this irrational destruction? Obviously the poor and middle class. They are the most vulnerable sectors of society. The successful and rich always mange to overcome these situations. They are usually temporary obstacles for them.

One begins to wonder, what is behind all the manifestations of revenge and hate of many of these protesters? Who provides the means to carry them out? Protests require thought, organization, preparation.

In Venezuela, a statue of Christopher Columbus was decapitated 20 years ago. USA is behind in this relentless effort to rewrite history. Is it really moral and ethical to judge figures like Washington and Lincoln, Jefferson, Hamilton and Theodore Roosevelt by today’s standards? If some of the Southern generals should not receive this kind of recognition, let these statutes be relegated to a museum. Or do we want to destroy every museum in the world that has relics from antiquity, such as the mummies of Egyptian Pharaohs who practiced slavery?

Shall we castigate some of the black slaves of those years for not rebelling against their masters and who failed to cry out: “Give me liberty or give me death” and subsequently act accordingly? They most probably experienced great suffering and personal demeaning so that it was impossible for them to even think about it, let alone do it.

We should rather marvel at our civilization by recognizing that it has relentlessly embarked on a road of greater equality.

I arrived in the US in 1947 and remember that schools were segregated in many places, blacks had to ride in the back of buses in some cities. That was not the case in New York City where I lived, but I know it was different in some southern cities.

Personally, I was the object and subject of religious discrimination when seeking a position as an apprentice to be an actuary in a small insurance company after obtaining a Master of Arts degree in Mathematical Statistics from Columbia University. I opted then for another career and am not sorry for it. Yet, I was very hurt at the time and consider to this day that it was a great social injustice for which there is no moral justification. Illegal in a modern society.

There may be sufficient reasons to think that there are hidden motives present in today’s protests, motives that may even be unknown to the majority who participate in them. It is turning to become a matter of rewriting history in order to recreate our nation under different parameters and principles.

The persona and sanctification of George Floyd, whose murder is inexcusable, is being used by some influential and occult forces as a springboard to bring about the downfall of our society as it is presently constituted.

The USA is the best, the greatest country in the annals of History. Is it perfect? No! But its system permits that it be perfectible, it can be changed and for the better via the instruments and rules that are on its books, its Constitution.

I lived in Venezuela for over 44 years and witnessed how an imperfect democracy was unseated and replaced by a curiously denominated “Socialism of the XXI Century” that only ended up in a corrupt, autocratic regime governed by criminals who have the blood of children and adults on their hands because the sick and hungry could not receive the necessary drugs for the cure of their ailments. A system that imprisons congressmen notwithstanding the immunity granted them by the law, that torture military personnel and also murders some of them because they dare question the legality of this regime.

We are not dealing with iconoclasts who want to destroy idols. We are facing malcontents, anarchists who want to lead us to a road of destruction that will cause misery and poverty, even slavery for most. 

Why do many people knock on our doors asking for entry? If this society is fundamentally evil, many of its citizens should be looking to reside in other places on the planet. But this is not so, fortunately, because they recognize the basic freedoms and opportunities the USA offers. We never had nobility nor social classes. Of course, we all discriminate, we chose our friends, school. However, we believe in basic human dignity and rights for all, regardless of color, faith or origin. We are all equal in the eyes of the Law.

We should, therefore, be on guard. We may be facing an organized movement to undo our way of life. It goes to the bases of our society. When we look at those nations that have brought about fundamental changes, such as the old Soviet Union, China, North Korea, Venezuela, Nicaragua, we observe that there is no change of the guard in these places, there are no powers that alternate. Once in power, you remain in power, at all costs. If not, ask the Cuban people.

The Venezuelan government recently passed a law against hate, that is against inciting or provoking hate. This law has been used to arrest congressmen. Who defines hate? What are its parameters? It is obviously not well defined and left for judges to apply in any manner or reason they wish, in order to comply with previously received instructions.

As I write down these thoughts, I read in EL NACIONAL, the most prestigious Venezuelan daily that is now available only in its digital edition el-nacional.com reports that Nicmer Evans, director of a news and analysis site puntodecorte.com was apprehended by government forces because he disseminates hate, i.e., he reports what goes on the country, including the numerous daily popular protests that take place.

I read that FACEBOOK is trying to identify hate speech postings. And who will decide what constitutes hate?

Senator Bernie Sanders does not project a likable image in the media that has become so powerful in influencing our thought processes. Why does he have so many followers? In his case, I conclude because of the appeal of his ideas and not the false make up that hides the facial scars of other political leaders. Bernie may have lost the primaries to become the Democratic Presidential Candidate, but he won with regard to the substance of the agenda, his views are now defining a great part of the democratic platform.

I was amazed to find that this same ambiguous and subjective criterion of hate is being applied in American Universities where free speech should reign even if it even in the case of the absence of a constitutional amendment that guarantees it. So that instead of continuing with the sacred tradition of the free confrontation of ideas, without restriction, we see that speakers are interrupted and booed, unless they conform to the “accepted” criteria of the extreme groups that insist on conformity instead of diversity, that rightfully criticize discrimination, but only when practiced by others.

The notion that hate speech should be barred and prohibited is obviously not a spontaneous reaction to some esoteric views. It is an integral part of an international concerted effort to exile any alternate thought, view or agenda from what is perceived to be the exclusive territory of a self-proclaimed intellectual elite. University grounds are sacred only to the ideas of groups that conform and fortify a revolutionary route that wants to rewrite history and reinvent our civilization by eliminating voices and opinions who think otherwise.

Western society is far from perfect. There is no question we can improve. Only God is perfect. We humans should be perfectible. Let us, therefore, set guidelines for excellence, recognize and reward community service.

Let us stop requesting so much and start contributing and producing.

Happiness is a function of what you give to others.

The response to the pandemic that keeps us circumscribed to our homes and forces to give up some liberties and the depression this may cause, can be alleviated by extending a helping hand to others.

Think less about yourself and more about your neighbor.

Do for others! That is the basic principle for feeling well with oneself, of giving purpose to your existence.

And when you wake up tomorrow morning, don’t forget to thank God for your health and family and for giving you the privilege of living in the greatest country History has known. The United States of America.

LA ESCLAVITUD ES INCORRECTA E INHUMANA


La esclavitud es un mal. Su práctica es amoral y constituye un delito que conduce inevitablemente a consecuencias sociales, económicas y políticas malignas. Este es uno de los problemas que enfrentan nuestros cerebros contemporáneos al leer la Biblia que contempla la esclavitud, condición que el Talmud regula hasta el punto de que resultó ser una carga tener un esclavo judío. Al mismo tiempo, el mejor relato de la narrativa bíblica: el éxodo de los hebreos de Egipto, su transición de la esclavitud a la libertad se ha convertido en el clamor, por excelencia, acerca de la dignidad humana que apunta al mensaje duradero sobre la igualdad de todos los hombres a los ojos de la humanidad y la Ley. La Biblia postula la creación de un solo hombre al principio, tal vez para mostrar que todos tenemos el mismo antepasado y, por lo tanto, somos iguales en derechos y ante los ojos de Dios. La lección fundamental del éxodo es que la esclavitud es inmoral. Como una señal del valor espiritual intrínseco de todos los hombres, estos mismos esclavos merecieron escuchar la voluntad manifiesta del Todopoderoso en el Monte Sinaí esculpida en Dos Tablas de la Ley.

La humanidad tuvo que transitar por siglos de historia para llegar a la conclusión de que la esclavitud es malvada. Sin embargo, aún enfrentamos vestigios de esclavitud en ciertas partes del mundo, incluso hoy. Hoy en día, ningún país tolera legalmente la esclavitud del hombre por otros hombres. Sin embargo, uno podría argumentar que la esclavitud contemporánea se ha tan solo silenciado, se ha vuelto más sutil. Y estas manifestaciones modernas de maldad no adulterada deben ser abordadas y erradicadas.

En este proceso, debemos reflexionar sobre si la sociedad actual debe asumir la responsabilidad de los delitos y crímenes perpetrados por generaciones anteriores. No creo que sea apropiado, y mucho menos legal o moral, culpar a los niños por los pecados de los padres y viceversa. Eso es lo que enseña la Biblia. Por otro lado, la sociedad debe manifestar su sentido de responsabilidad y hacer todo lo posible para aliviar y reparar el daño, el dolor y la vergüenza, las consecuencias malvadas de la esclavitud. Y de discriminación también.

¿Qué pasa con los hijos de los oprimidos, aquellos cuyos antepasados ​​fueron víctimas de la esclavitud y las formas de discriminación, por motivos raciales o identidad religiosa? ¿Cuál debería ser su actitud?

La generación de hoy, especialmente los descendientes de los agraviados deben estar en guardia, a la vanguardia de la lucha contra estas tendencias y hechos inmorales que siguen plagándonos. Parece que la discriminación y el comportamiento poco ético es un virus maligno que no desaparece, solo sigue mutando y, por lo tanto, debe tratarse. Incluso si se determina que es genéticamente parte de nuestro ADN.

Es un deber moral protestar, confrontar y remediar todo mal. Por otro lado, el imperio de la ley y lo que es correcto no debe ser confrontado por la anarquía. Independientemente del daño que se hizo, el futuro de la sociedad exige que nos comportemos dentro de ciertos parámetros. De lo contrario, los nuevos males suplantarán a los viejos que intentamos erradicar. La justicia debe lograrse a través de medios que son justos en sí mismos.

Las manifestaciones y protestas que se convierten en destrucción sin sentido degradan el propósito de las manifestaciones y seguramente producirán un efecto negativo que alimente los motivos originales equivocados de la discriminación que pretende combatir.

La clase media y los pequeños comerciantes son los que más sufren la destrucción indiscriminada y muchas veces intencionada de los saqueos. Las empresas económicas poderosas pueden absorber el vandalismo con mayor facilidad. Por otro lado, la tienda del vecindario construida con trabajo duro y recursos limitados encuentra difícil o imposible recuperarse del saqueo y la destrucción. De modo que la simpatía y la empatía por una causa justa termina produciendo dolor y un eventual rechazo.

Además, las protestas tienden a atraer a muchos que rechazan cualquier tipo de regla. Hace un llamamiento a aquellos que quieren ser libres de expresarse, incluso sin tener en cuenta el daño que causan a otros. Los anarquistas y los descontentos se adhieren a protestas auténticas y honestas y contaminan sus motivos legítimos.

Por un lado, la lucha contra la discriminación tiene por objeto garantizar que no se repita nuevamente, pero al mismo tiempo puede dar un trampolín y crear un entorno para un mal nuevo o re-empaquetado.

Terminamos en el torniquete. En nuestro esfuerzo por corregir los errores, despertamos a los discriminadores y enemigos que fingen sueño.

Las protestas son necesarias y saludables. Sin embargo, señalar los pecados del pasado es insuficiente si, al mismo tiempo, no se indica un futuro diferente. La discriminación y el odio afectan los sectores más débiles de la sociedad. Por lo tanto, es de suma importancia que estos mismos sectores aborden sus deficiencias. Debemos recordar que el odio es un virus que ha estado presente durante siglos en la humanidad. Deberíamos seguir denunciándolo con energía, pero también puede ser un momento de introspección, para mejorar nuestros propios estándares sociales y morales.

Quiero ser claro. No hay justificación para el odio y la discriminación. Período.

Sin embargo, cuando examinamos nuestro propio comportamiento y nos damos cuenta del hecho de que también cometemos algunos, si no muchos de los crímenes que asociamos con traficantes de odio, nuestros argumentos se debilitan. Y lo que es más importante, no contribuimos a soluciones reales y tangibles a este mal.

En esta etapa de la historia estadounidense, la mayoría estamos en la misma página en lo que respecta a la igualdad de oportunidades para todos. Sin embargo, la realidad puede ser diferente y la discriminación todavía está presente en muchas áreas.


Deberíamos considerar en lugar de derribar las estatuas, nos concentremos en adoptar nuevas normas de conducta. Fortalezcamos nuestra unidad familiar, recompensemos la fidelidad y la lealtad. Somos firmes en denunciar a las figuras públicas por cualquier insulto racial, pero toleramos la infidelidad conyugal y no castigamos públicamente a quienes abandonan a los niños que trajeron a la vida.

¿No saben los líderes de estas protestas y de BLM (Black Lives Matter) que ahora es un movimiento, todo lo anteriormente expresado, que la violencia solo engendrará violencia, que la destrucción solo dará como resultado una actitud negativa de todos aquellos cuya propiedad fue violada?

Sería muy ingenuo pensar eso. Recuerdo a un rabino que era mi maestro de oratoria: “siempre subestimes el conocimiento de tu audiencia, por lo tanto, cuéntales todos los detalles, siempre sobreestimes su inteligencia, lo más probable es que vean a través de ti”.

¿Quién estuvo detrás de las protestas en Chile de hace un par de meses? Estamos hablando de uno de los países más exitosos, si no el país más exitoso de América Latina con respecto a los beneficios sociales, la inflación, el progreso, las exportaciones. Las protestas que incluyen el incendio de estaciones de metro tuvieron que estar muy bien organizadas y financiadas. ¿Quién sufrió por esta destrucción irracional? Obviamente los pobres y la clase media. Son los sectores más vulnerables de la sociedad. Los exitosos y ricos siempre logran superar estas situaciones. Suelen ser obstáculos temporales para ellos.

Uno comienza a preguntarse, ¿qué hay detrás de todas las manifestaciones de venganza y odio de muchos de estos manifestantes? ¿Quién proporciona los medios para llevarlos a cabo? Las protestas requieren pensamiento, organización, preparación.

En Venezuela, una estatua de Cristóbal Colón fue decapitada hace 20 años. Estados Unidos está atrasado en este esfuerzo implacable para reescribir la historia. ¿Es realmente moral y ético juzgar a figuras como Washington y Lincoln, Jefferson, Hamilton y Theodore Roosevelt según los estándares de hoy? Si algunos de los generales del Sur no deben recibir este tipo de reconocimiento, deje que estas estatuas sean relegados a un museo. ¿O queremos destruir todos los museos del mundo que tengan reliquias de la antigüedad, como las momias de faraones egipcios que practicaban la esclavitud?

¿Castigaremos a algunos de los esclavos negros de aquellos años por no rebelarse contra sus amos y que no pudieron gritar: “Dame libertad o dame muerte” y luego actuaron en consecuencia? Probablemente experimentaron un gran sufrimiento y degradación personal, por lo que les fue imposible pensar en ello, y mucho menos hacerlo.

Deberíamos maravillarnos con nuestra civilización al reconocer que se ha embarcado implacablemente en un camino de mayor igualdad.

Llegué a los EE. UU. En 1947 y recuerdo que las escuelas estaban segregadas en muchos lugares, los negros tenían que viajar en la parte trasera de los autobuses en algunas ciudades. Ese no fue el caso en la ciudad de Nueva York donde vivía, pero sé que era diferente en algunas ciudades del Sur.

Personalmente, fui objeto y sujeto de discriminación religiosa cuando buscaba un puesto como aprendiz para trabajar como actuario en una pequeña compañía de seguros después de obtener un título de Maestría en Estadísticas Matemáticas de la Universidad de Columbia. Entonces opté por otra carrera y no lo lamento. Sin embargo, me dolió mucho en ese momento y considero hasta el día de hoy que fue una gran injusticia social para la cual no hay justificación moral. Ilegal en una sociedad moderna.

Puede haber suficientes razones para pensar que hay motivos ocultos presentes en las protestas de hoy, motivos que incluso pueden ser desconocidos por la mayoría que participa en ellos. Se está convirtiendo en una cuestión de reescribir la historia para recrear nuestra nación bajo diferentes parámetros y principios.

La personalidad y la santificación de George Floyd, cuyo asesinato es inexcusable, está siendo utilizado por algunas fuerzas influyentes y ocultas como trampolín para provocar la caída de nuestra sociedad tal como está actualmente constituida.

Estados Unidos es el mejor, el país más extraordinario en los anales de la historia. ¿Es perfecto? ¡No! Pero su sistema permite que sea perfecto, se pueda cambiar y para mejor a través de los instrumentos y las reglas que están en sus libros, su Constitución.

Viví en Venezuela durante más de 44 años y fui testigo de cómo una democracia imperfecta fue desmantelada y reemplazada por un curiosamente denominado “Socialismo del siglo XXI” que solo terminó en un régimen corrupto y autocrático gobernado por criminales que tienen la sangre de niños y adultos en sus manos porque los enfermos y los hambrientos no han podido recibir los medicamentos necesarios para la cura de sus dolencias. Un sistema que encarcela a los congresistas a pesar de la inmunidad que les otorga la Ley, que tortura al personal militar y también asesina a algunos de ellos porque se atreven a cuestionar la legalidad de este régimen.

No estamos tratando con iconoclastas que quieren destruir ídolos. Nos enfrentamos a descontentos, anarquistas que quieren llevarnos por un camino de destrucción que causará miseria y pobreza, incluso la esclavitud para la mayoría.

¿Por qué muchas personas golpean nuestras puertas pidiendo entrada? Si esta sociedad es fundamentalmente malvada, muchos de sus ciudadanos deberían buscar cómo residir en otros lugares del planeta. Pero esto no es así, afortunadamente, porque reconocen las libertades y oportunidades básicas que ofrece Estados Unidos. Nunca tuvimos nobleza ni clases sociales. Por supuesto, todos discriminamos, elegimos a nuestros amigos, a la escuela. Sin embargo, creemos en la dignidad y los derechos humanos básicos para todos, independientemente de su color, fe u origen. Todos somos iguales a los ojos de la Ley.

Deberíamos, por lo tanto, estar en guardia. Podemos estar enfrentando un movimiento organizado para socavar nuestra forma de vida. Va a las bases de nuestra sociedad. Cuando observamos aquellas naciones que han provocado cambios fundamentales, como la antigua Unión Soviética, China, Corea del Norte, Venezuela, Nicaragua, notamos que no hay cambio de guardia en estos lugares, no hay poderes que se alternen. Una vez en el poder, permanece en el poder, a toda costa. Si no, pregúntale al pueblo cubano.

Mientras escribo estas ideas, leí en EL NACIONAL, el diario venezolano más prestigioso que ahora está disponible solo en su edición digital, el-nacional.com informa que Nicmer Evans, director de un sitio de noticias y análisis puntodecorte.com fue detenido por fuerzas del gobierno porque difunde el odio, es decir, informa lo que sucede en el país, incluidas las numerosas protestas populares diarias que tienen lugar.

Leí que FACEBOOK está tratando de identificar publicaciones de discurso de odio. ¿Y quién decidirá qué constituye odio?

El senador Bernard Sanders no proyecta una imagen agradable en la media que es tan poderosa para influir en nuestros procesos de pensamiento. ¿Por qué tiene tantos seguidores? En su caso, concluyo que es por lo atractivo de sus ideas y no por un maquillaje falso que oculta las cicatrices faciales de otros líderes políticos. Bernie puede haber perdido las primarias para convertirse en el candidato presidencial demócrata, pero venció con respecto a la esencia de la agenda, sus puntos de vista ahora están definiendo gran parte de la plataforma del Partido Demócrata en Estados Unidos.

El gobierno venezolano aprobó recientemente una ley contra el odio, que es contra incitar o provocar odio. Esta ley se ha utilizado para arrestar a congresistas. ¿Quién define el odio? ¿Cuáles son sus parámetros? Obviamente, no está bien definido y se deja a los jueces que lo interpreten de cualquier manera o razón que deseen, para poder cumplir con las instrucciones recibidas previamente.

Me sorprendió descubrir que este mismo criterio ambiguo se está aplicando en las universidades estadounidenses donde la libertad de expresión debería reinar incluso si no existiera una enmienda constitucional que lo garantice. De modo que, en lugar de continuar con la sagrada tradición de la libre confrontación de ideas, sin restricciones, vemos que los oradores son interrumpidos y abucheados, a menos que se ajusten a los criterios “aceptados” de los grupos extremos que insisten en la conformidad en lugar de la diversidad, que critica legítimamente la discriminación, pero solo cuando es practicada por otros.

La noción de que el discurso de odio debería prohibirse, obviamente no es una reacción espontánea de algunos que ostentan puntos de vista esotéricos. Es parte integral de un esfuerzo concertado para exiliar cualquier pensamiento, visión o agenda alternativa en lo que se percibe como el territorio exclusivo de una autoproclamada élite intelectual. Los terrenos universitarios son sagrados solo para las ideas de grupos que conforman y fortalecen una ruta revolucionaria que quiere reescribir la historia y reinventar nuestra civilización eliminando la voz de aquellos que piensan lo contrario.

La sociedad occidental está lejos de ser perfecta. No hay duda de que podemos mejorar. Solo Dios es perfecto. Los humanos deberíamos ser perfectibles. Por lo tanto, establezcamos pautas para la excelencia, reconozca y recompense el servicio comunitario.

No hay duda de que podemos mejorar. Solo Dios es perfecto. Los humanos deberíamos ser perfectibles. Por lo tanto, establezcamos pautas para la excelencia, que reconozca y recompense el servicio comunitario.

Dejemos de pedir tanto y comencemos a contribuir y producir.

La felicidad es una función de lo que le das a los demás.

La respuesta a la pandemia que nos mantiene circunscritos a nuestros hogares y obliga a renunciar a algunas libertades, y la depresión que esto puede causar, se puede aliviar extendiendo una mano amiga a los demás.

Piensa menos en ti y más en tu vecino.

¡Haz algo por otros! Ese es el principio básico para sentirse bien con uno mismo, para dar propósito a su existencia.

Y cuando te levantes mañana por la mañana, no olvides agradecer a Dios por tu salud y tu familia, por darte el privilegio de vivir en el país más privilegiado que la historia ha conocido. Los Estados Unidos de América.

Pinjás y la lealtad

PINJÁS - Números XXV,10 - XXX,1

Tras el fracasado intento de Bileam de maldecir al pueblo, Balak decide enviar a las hijas de Moav para seducir y atraer a los judíos al culto de Báal Peor. El atractivo sexual será el instrumento para distraerlos de su encuentro permanente con el Dios único y para desviarlos de su recién lograda espiritualidad en el Monte Sinaí. La ira Divina no se deja esperar y se ordena ejecutar a todo aquel que participe en las orgías. Súbitamente, un hebreo (según algunos comentaristas se trata de un tal Zimrí) con su mujer Midianita se acercan a Moshé en ademán de desafío. Nuestros jajamim consideran que esto representaba un reto personal para Moshé, porque su esposa tampoco había nacido en el seno del pueblo. Tsiporá, la esposa de Moshé, era hija de Yitró, el sacerdote de Midyán. Según los comentaristas de nuestro texto, Zimri es uno de los líderes y por lo tanto el reto a la autoridad de Moshé tenía, probablemente, amplio respaldo. Además, eran muchos los cautivados por los encantos de las mujeres de Moav, y estos, probablemente, se plegarían a quien ahora desafiaba la autoridad establecida.

Este era un momento que requería mantenerse al margen de las cosas y observar cuidadosamente el desarrollo de los sucesos. La prudencia dicta que es sabio abstenerse de tomar posiciones cuando los resultados de un conflicto no son claros. Para Moshé, en cambio, esta era  la ocasión cuando necesitaba el apoyo leal de sus compañeros. En la cúspide del poder el líder se encuentra rodeado de aduladores y de admiradores. Pero cuando las circunstancias producen cuestionamientos y se empieza a dudar de la capacidad del conductor para dirigir el destino del pueblo, entonces, únicamente, los amigos genuinos y los seguidores sinceros demuestran su fidelidad y compromiso auténtico.

La Torá cuenta que cuando se cuestiona y desafía el mando de Moshé, el joven kohén Pinjás, sin titubeo alguno, atraviesa con una lanza al Hebreo y a su mujer Midianita. La Torá califica esta acción como una demostración de kanaut, de celo por la autoridad de Moshé y como ejemplo de una tarea oportuna ejecutada con eficiencia y sinceridad. El momento era histórico y crucial, no se podía postergar y esperar para someter a la pareja a un juicio formal. En el seno del pueblo reinaba un clima de rebeldía y se vislumbraba una sublevación inminente. Pinjás toma una decisión firme en el momento adecuado. Siglos más tarde, el Talmud planteará la pregunta, ¿avid ínish dinei lenafshei, puede el hombre tomar la ley por sus propias manos? Este es un tema que amerita un análisis aparte.

Según la opinión de Rabí Barpazi en el Talmud Yerushalmi, los jajamim iban a excomulgar a Pinjás, de no haber sido por la voz Divina que anunciaba kehunat olam, que el sacerdocio eterno se le asignaba a Pinjás y a sus descendientes. En el Talmud Bavlí encontramos diversas opiniones. Rav sugiere que Pinjás actuó con el conocimiento de Moshé. Shemuel opina que Pinjás tomó la decisión en presencia de su maestro Moshé (la dificultad reside en el hecho de que un discípulo debe abstenerse de tomar iniciativas en la presencia de su mentor, si este no había sido consultado antes) porque consideraba que el honor y el prestigio de la autoridad moral y religiosa estaban en juego. Según Rabí Yitsjak, Pinjás intuyó que el castigo Divino contra todo el pueblo era inminente, a menos que se tomaran las previsiones del caso y por lo tanto actuó de inmediato.

El Profeta Eliyahu también se manifiesta en la misma línea de pensamiento de kanaut como centinela de la dignidad del pueblo y celoso guardián de la fe. (La tribu de Efráyim había abandonado la práctica del berit milá, que es la circuncisión, y Eliyahu reaccionó con indignación, invocando a los cielos para que cesaran las lluvias indispensables para la agricultura. Este celo de velar por la continua práctica de la milá, fue reconocida por la colocación de una silla especial designada la de Eliyahu, como parte del ritual de la circuncisión). Según nuestra tradición, Pinjás hu Eliyahu, el Profeta Eliyahu y el Pinjás de nuestro texto, son la misma persona. (Esta ecuación se hace con referencia al papel de Eliyahu en el proceso de la redención mesiánica). Se desprende de los diferentes ejemplos bíblicos que la conducta de kanaut requiere la existencia de una condición de apremio, de emergencia. Cuando un acto no precisa ser ejecutado inmediatamente, se debe recurrir de preferencia a las autoridades competentes para su evaluación previa y eventual fallo.

En nuestro texto, Dios le otorga a Pinjás su berití shalom, que es su pacto de paz. ¿En qué forma podemos entender que la violencia sea reconocida como se reconoce la paz? Después de todo, la actuación de Pinjás es brusca y beligerante, y, en apariencia, incongruente con nuestro concepto de paz que incluye la armonía y especialmente la ausencia de beligerancia. Hay quienes sugieren que el berit shalom fue un contrapeso para la violencia, un convenio para que Pinjás, por su parte, hiciese el esfuerzo necesario para superar su furia latente aun cuando estuviese dirigida a hacer el bien.

Tal vez la lección de este episodio de nuestra parashá Pinjás sea que no cabe la posibilidad de transigir o de llegar a un acuerdo con el mal. No se deben considerar los arreglos y las soluciones a medias cuando existe el enfrentamiento directo en una situación apremiante. En las palabras del salmista, ohavei HaShem, sinú ra, “los que amen a Dios, detesten el mal”. La historia contiene muchos ejemplos de convenios temporales que llevaron a la sociedad a la ruina. El nombre del ministro Chamberlain, (Segunda Guerra Mundial), se ha convertido en un término genérico para designar tanto a los indecisos como a las medidas paliativas que no conducen a la solución de un problema. Al transmitir un falso sentimiento de seguridad, estos acuerdos inconclusos propician  tragedias de mayores proporciones. Los enemigos de la democracia aprovechan estos períodos de entendimiento parcial para consolidarse y preparar una futura y segura agresión.

Algunos de los movimientos reformistas del judaísmo, buscaron, en sus inicios, una avenencia circunstancial para enfrentar las nuevas realidades que el naciente nacionalismo europeo ocasionaba. En un principio, estas nuevas modalidades del judaísmo, proporcionaron una especie de vía para aquellos que deseaban mantener parcialmente su identidad judía y participar plenamente al mismo tiempo en la sociedad. Pero con el transcurrir del tiempo quedó ampliamente demostrado que las reformas no eran transitorias y que éstas no podían ser transmitidas como herencia. Las reformas, en su intención de diferenciarse lo menos posible de las otras confesiones religiosas, estimulaban indirectamente los matrimonios mixtos y contribuían a la pérdida de nuestra individualidad y singularidad. Sucedió entonces que las generaciones siguientes, optaban por abandonar el judaísmo. En la entrada principal del Templo Emanu El de New York están inscritos los nombres de sus fundadores. Hoy en día ninguno de sus descendientes (salvo alguna excepción) forma parte de las filas de nuestro pueblo.

Concluimos nuestra reflexión semanal señalando que una paz auténtica y duradera no admite que se comprometan los principios esenciales y básicos. Es evidente que la convivencia entre los humanos requiere dar y recibir, y exige concesiones mutuas. Pero, cuando en nuestro afán por lograr armonía y tranquilidad, hacemos concesiones en relación a lo que es básico y sustancial, estamos abriendo la puerta a la posibilidad de enfrentamientos posteriores. Por lo tanto, el proceso de paz entre Israel y el mundo Arabe, por ejemplo, tiene que estar fundamentado sobre bases aceptables (y en lo posible satisfactorias) para ambas partes. Las soluciones a medias y los parches para cubrir grietas profundas, sólo pueden traer un alivio temporal y precario.