¿QUIÉN TIENE LA ÚLTIMA PALABRA?

BEHAR – LEVÍTICO XXV – XXVI,2 y BEJUKOTAI_ LEVÍTICO XXVI, 3 – XX VII

El título de nuestro capítulo hace referencia al Monte Sinaí donde Moshé recibió las instrucciones específicas acerca de la ley de Shemitá, el descanso obligado de las tierras cada siete años. Los Jajamim se plantean la interrogante: ¿por qué se seleccionó esta ley, en particular, para que mereciera ser comentada en el propio Sinaí? La respuesta es que, en realidad, todas las leyes fueron analizadas en sus diferentes detalles en aquel momento histórico y la ley de Shemitá, por lo tanto, se utiliza, únicamente como un ejemplo.

Está claro que existen numerosas Mitsvot adicionales que no fueron enunciadas en el Sinaí. Tenemos un enorme equipaje de Mitsvot deRabanán, de leyes que fueron promulgadas por nuestros sabios en épocas posteriores las que por fuerza tuvieron que estar ausentes en Sinaí. Los Jajamim también se vieron obligados, de acuerdo con las circunstancias del momento, a afinar y a moderar las instrucciones de la Torá para poder mantenerse fieles a lo que consideraron era el espíritu de la Ley. Por ejemplo, la Torá prohíbe el cobro y el pago de intereses. En una sociedad agrícola es el cumplimiento de esta ordenanza es muy factible. 

Pero en una sociedad mercantil, y con mayor razón aún en nuestra sociedad industrial, o post industrial, el dinero se convierte en una mercancía, en un bien que posee valor propio. Hoy en día, por ejemplo, se habla del costo del dinero. Los que sufren son los menos afortunados, porque los préstamos les son negados. Por lo tanto, los Jajamim instituyeron la Héter iská, que es un documento legal que convierte al prestamista en una especie de inversionista. Así el cobro de intereses se convierte en los dividendos de una inversión. Para algunos, se trata de un artificio que evita la sanción de la ley. 

Para otros, es el resultado del ingenio de los eruditos, que por un lado facilita los préstamos al necesitado, pero que, al mismo tiempo, nos obliga a tomar conciencia de la prohibición básica de oprimir indiscriminadamente al prójimo. El mismo hecho de que tengamos que recurrir al Héter Iská, sirve para recordarnos que su ausencia implica que estaríamos violando una ley de la Torá.

El encendido de las luces de Janucá puede considerarse como el prototipo de una Mitsvá propiamente dicha, instituida por nuestros Jajamim. Los hechos que Janucá celebra ocurrieron siglos después de que la Torá fue otorgada en el Sinaí. Por lo tanto, podemos preguntar ¿cómo es posible recitar antes de encender estas luces Asher kideshanu bemitsvotav vetsivanu…? ¿Acaso fue Dios quien nos ordenó encender estas luces durante un lapso de ocho días? Según la opinión de nuestros sabios, las instrucciones futuras de los Jajamim fueron ordenadas, simbólicamente, en el Monte Sinaí. La Torá es la fuente de la autoridad de nuestros sabios. Así, el momento histórico del Sinaí se transforma en una revelación continua de la voluntad Divina a través de las interpretaciones y decisiones legales de los Jajamim de todas las épocas.

Tal como Dios es el autor de la Torá, es también Él quien creó el intelecto humano, el que tendrá que interpretar en el futuro estas Sagradas Escrituras. Más aún, el Talmud en el tratado de Bavá Metsiá relata una disputa entre Dios por un lado y el Tribunal Celestial por el otro, con referencia a una cuestión de Tum’á, que es la impureza ritual. Según el Todopoderoso, en la situación en cuestión no se produce una contaminación ritual; según el Tribunal Celestial sí la hay. El caso se llevó ante Rabá bar Najmani quien era muy estudioso de estas cuestiones, según el texto del Talmud citado. Está claro que carece de sentido instruir a Dios acerca de Su Ley. Él, Dios, siempre tiene razón en cualquier duda acerca de la interpretación correcta de Su Voluntad. 

Con todo, la enseñanza que podemos derivar de nuestro episodio es la insistencia del Talmud que la Torá fue dada al ser humano para que sea éste quien la interprete de acuerdo con ciertas normas. Lo bashamáyim hi, una vez que la Torá fue entregada en el Monte Sinaí, dejó de ser propiedad celestial. Ahora es el hombre quien tiene la posibilidad y la obligación de estudiarla, interpretarla y profundizarse en sus enseñanzas.

¿Acaso la Torá también le otorga a los Jajamim la autoridad para cambiar radicalmente la ley? Esta es una interrogante cuya respuesta no es fácil o simple. A veces, por ejemplo, tomando en cuenta el hecho de que los vendedores de pescado se aprovechaban de la víspera de Pésaj para especular indebidamente con los precios, el rabino de la aldea prohibía comer pescado en esa festividad. Y en efecto, la persona que lo desobedecía estaría violando la ley. Nos han llegado relatos de los campos de concentración en la época nazi que dan testimonio de que cierto rabino ordenó a los allí detenidos comer en Yom Kipur dado la grave condición de desnutrición que hacía peligrar seriamente sus vidas. 

Cuando le participaron al Jaféts Jayim que las vidas de los integrantes de una compañía de soldados judíos en Siberia peligraban porque no tenían con que alimentarse y el frío era muy severo, respondió que podían comer Jazir que era la única comida disponible (Óber nit shmochken di béiner, sin chuparse los dedos). Nuestros sabios se basan en el Pasuk de Tehilim que reza, Et laasot laShem heferu Torateja, “tiempo es de hacer algo para el Señor, porque destruyen Tu ley”.

¿Puede un rabino, o un maestro de nuestra ley, contradecir la decisión de otro rabino? El Mará deAtrá, el maestro del lugar tiene la última palabra en una cuestión legal. Sin embargo, un Beit Din, que es una Corte rabínica, o un Talmid Jajam, un sabio que pueda documentar la validez de una opinión contraria, citando fuentes autorizadas para tal efecto, podría anular la decisión original. ¿Quién decide cuál Beit Din tiene mayor autoridad que otro? ¿Cuáles son los parámetros que se utilizan para preferir entre dos autoridades rabínicas? Existen ciertos principios básicos. 

Generalmente consideramos que las generaciones anteriores eran más conocedoras de la ley, tal vez por estar más cercanas a nuestro comienzo en el marco del tiempo. Por ejemplo, los Amoraim que son los maestros de la Guemará, que contiene las discusiones de las academias y que forma parte del Talmud, no pueden cuestionar a los Tanaim que son los maestros de la Mishná, que es el compendio central y anterior de la Torá oral. Cuando enfrentamos una disputa entre los sabios de una misma generación, nos atenemos a varias reglas. Tal vez la más importante de ellas sea que respondemos a la mayoría, según la indicación de la Torá, Ajarei rabim lehatot.

El Talmud en el citado tratado de Bavá Metsiá relata que Rabí Eliézer, que por su piedad tenía poderes para alterar el curso de la naturaleza, invocó esta habilidad para imponer su punto de vista frente a la mayoría de los Jajamim, los sabios de la época. Los Jajamim se negaron a acatar la decisión de Rabí Eliézer, aun después de haber escuchado un Bat kol, que es una voz de origen celestial que le daba a este Rabí Eliézer la razón en la disputa. Lo bashamáyim hi, argumentaron los Jajamim. La Torá ya no se encuentra más en las alturas celestiales. Ahora somos nosotros, de acuerdo con las instrucciones de esta Torá, los que por ser mayoría tenemos la decisión en nuestras manos.

El Talmud establece una jerarquía respecto los Jajamim señalando que las decisiones de algunos de ellos tienen preferencia sobre las de otros. En ocasiones no se puede llegar a una conclusión y se permite que la decisión final quede en Teiku, en espera. No obstante, lo antedicho, la realidad es que en cada generación sobresalen ciertos Talmidei Jajamim como los grandes eruditos cuyas decisiones son respetadas universalmente. El finado Rabí Moshé Feinstein de la ciudad de New York fue una de esas personalidades excepcionales. 

No existen parámetros definidos para alcanzar una posición intelectual que amerite el respeto de todos. Las numerosas decisiones rabínicas de Rabí Moshé Feinstein fueron publicadas y casi nunca fueron refutadas por otros estudiosos. De tal modo se convirtió en el Posek, la persona cuyos fallos fueron mayoritariamente solicitados desde las más diversas y comunidades judías lejanas y cuyas decisiones son motivo de estudio en las diferentes Yeshivot, las academias que se dedican, con exclusividad, al estudio de las fuentes judías tradicionales.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 7 MITSVOT POSITIVAS Y 17 PROHIBICIONES

  1. 326.Levítico 25:4 No trabajar la tierra durante el año Sabático
  2. 327.Levítico 25:4 No hacer trabajo alguno con árboles en el año Sabático
  3. 328.Levítico 25:5 No cosechar lo que crece espontáneamente en el año Sabático
  4. 329.Levítico 25:5 No recoger el fruto del árbol en el año Sabático de la manera que es cosechado cada año
  5. 330.Levítico 25:8 Contar 7 ciclos de 7 años
  6. 331.Levítico 25:9, 10 Hacer sonar el Shofar en Yom Kipur en el año Jubilar
  7. 332.Levítico 25:9, 10 Santificar el año Jubilar
  8. 333.Levítico 25:11 No trabajar la tierra en el año Jubilar
  9. 334.Levítico 25:5 No cosechar lo que crece espontáneamente en el año Jubilar
  10. 335.Levítico 25:11 No recoger el fruto de los árboles en el año Jubilar de la manera que es cosechado cada año
  11. 336.Levítico 25:14 Hacer justicia entre vendedor y comprador
  12. 337.Levítico 25:14 No engañar en la compra y venta
  13. 338.Levítico 25:17 No oprimir verbalmente a un judío
  14. 339.Levítico 25:23 No vender un terreno en la Tierra de Israel de manera permanente
  15. 340.Levítico 25:24 Devolver los terrenos en la Tierra de Israel a sus dueños originales en el año Jubilar
  16. 341.Levítico 25:29 Redimir una propiedad heredada en una ciudad en el año (de su venta)
  17. 342.Levítico 25:34 No alterar los terrenos vacíos alrededor de las ciudades o campos de los Levitas
  18. 343.Levítico 25:37 No cargar intereses cuando prestando a un judío
  19. 344.Levítico 25:39 No obligar a un esclavo hebreo hacer trabajo denigrante como a un esclavo canaanita
  20. 345.Levítico 25:42 No vender un esclavo hebreo en una subasta
  21. 346.Levítico 25:43 No obligar a un esclavo hebreo hacer trabajos forzados
  22. 347.Levítico 25:43 Mantener de manera permanente un esclavo canaanita
  23. 348.Levítico 25:53 No permitir que un esclavo hebreo sea obligado trabajar de manera extrema por su dueño no-judío 
  24. 349.Levítico 26:1 No postrarse encima de una piedra grabada o esculpida, incluso en la veneración de Dios

BEJUKOTAI_ LEVÍTICO XXVI, 3 – XX VII

RESPONSABILIDAD MORAL Y LUCIDEZ

La porción sobresaliente de nuestros capítulos, que será repetida en forma ampliada en Ki Tavó, en el quinto libro de la Torá, se conoce bajo el nombre de Tojajá, la exhortación y advertencia de no desviarnos del sendero de las Mitsvot. La Torá es muy clara en su afirmación inicial de nuestra lectura semanal, Im bejukotai teleju… “si en Mis leyes anduviereis y cumpliereis Mis preceptos os brindaré lluvias a su tiempo y la tierra dará su producto y el árbol del campo dará su fruto”. 

Las bondades de la tierra son, según lo citado, el resultado del comportamiento y de las acciones de la gente. La tierra no es caprichosa y no requiere de sortilegios ni de brujería para su fertilidad. La abundancia de los frutos es el resultado de una función de la obediencia humana a las leyes. En forma paralela, los castigos y las desgracias son la consecuencia de la desobediencia y de la rebeldía. Veim lo tishmeú Li… “mas si no me escucharéis…, echaré sobre vosotros el terror…, y volveré Mi rostro contra vosotros…, y huiréis sin que nadie os persiga”.

En la visión de la Torá la naturaleza no es caprichosa y el mundo no se rige por el azar. (Einstein afirmó que no podía concebir a Dios jugando a los dados con el universo). Existe un orden y un por qué de las cosas. La actuación moral del hombre es la que determina el curso de los acontecimientos y la obligada reacción de la naturaleza. En los tiempos de Nóaj ya se había señalado Vatishajet haarets, que la tierra misma se había corrompido, incluyendo a todo ser viviente que la habitaba. El diluvio fue la consecuencia de la corrupción universal. En nuestros días podemos concluir en efecto, que, el hombre tiene los medios para hacer a la naturaleza más productiva. Al mismo tiempo estamos conscientes de que disponemos de medios nucleares para destruirla totalmente y hacerla inservible para las generaciones futuras por la contaminación radioactiva.

Con esta visión de las cosas, el enemigo externo es una consecuencia de la debilidad interna. Tal como el cuerpo humano está bajo la constante amenaza de microbios y virus que listos para aprovechar alguna fragilidad de nuestro sistema inmunológico, así, la sociedad y la naturaleza están bajo un acecho constante que puede materializarse, en una hecatombe por un simple descuido o por una flaqueza moral. El profeta Yeshayahu lo había advertido, Meharsáyij umajariváyij mimej yetseu, “tus asoladores y los que te saquearán saldrán de ti”. El verdadero enemigo está dentro de nosotros y somos, individual y personalmente, responsables de los males que nos azotan.

Hay quienes argumentan que la delicada situación política de Medinat Israel puede resolverse únicamente con la decidida solidaridad y unificación de propósitos de todo el pueblo judío. Al mismo tiempo se afirma que las más terribles consecuencias pueden darse en la ausencia de esta indispensable concertación de esfuerzos. Norman Podhoretz, el editor de COMMENTARY en su alarmante ensayo, ISRAEL: A LAMENTATION FROM THE FUTURE, (Israel: un lamento desde el futuro), advierte sobre los hechos y desarrollos que llevaron a la destrucción del Estado. Su alerta se dirige, en especial, al rol que jugamos, por la falta de claridad de propósitos y porque no existe una firme decisión de apoyo a nosotros mismos, algo que debería haber sido incondicional con referencia a la existencia del Estado. 

Nuestra lealtad se ve afectada debido, en parte, por la Intifada y los problemas de conciencia que despierta la lucha contra mujeres y niños. Los dirigentes de la Intifada, probablemente con el propósito de ganarse la buena voluntad del mundo, envían a sus mujeres y niños a lanzar piedras contra los soldados, entonces por atender con demasiada simpatía a lo que consideramos son los derechos de los Palestinos, al permitir es establecimiento de una Palestina dirigida por la OLP, comprometemos la seguridad de Israel.

Desde luego que el razonamiento en el que se basa el ensayo citado no goza de aprobación universal. Una fuerte polémica se ha entablado alrededor de esta tesis, que está siendo debatida con vehemencia y pasión. El argumento es controversial, pero, su enfoque es tradicional porque busca en nuestro propio medio las causas de la gravedad de la situación.

Desde cierto ángulo, ésta es una postura optimista porque afirma que el ser humano tiene el potencial y el vigor para sobreponerse a sus dificultades. La Tojajá que en sinagogas de práctica jasídica no constituye una Aliyá, porque no se llama a ningún feligrés para su lectura, contiene, en cierta forma, el germen de la Nejamá, que es la consolación. Porque la Tojajá no es una afirmación de lo desesperanzador e inevitable de nuestra situación. Hay bálsamos y soluciones para nuestras aflicciones. Los medios y los remedios pueden ser difíciles, costosos y amargos, pero existen y están a nuestro alcance. 

Según la tesis del citado Podhoretz, los resultados no son seguros, aun contando con el supuesto apoyo incondicional a Israel, debido a la interferencia de otras presiones internacionales. En el más lúgubre de los casos, sin embargo, evitaría remordimientos futuros y una depresión profunda como resultado de no haber actuado en su momento, a la medida de nuestras posibilidades.

La Tojajá de nuestra lectura es interrumpida por la mención alentadora de Vezajartí et berití Yaacov, “y recordaré Mi pacto con Yaacov.” Aun en los momentos de oscuridad y de Héster Panim, de la ausencia de la Shejiná que es la presencia Divina, el valor de nuestros patriarcas tiene actualidad y vigencia. La lección que se desprende es que, a pesar de nuestras desviaciones y descuidos, sigue vigente el ejemplo de los forjadores de nuestra tradición y fe. Aunque estén temporalmente bloqueados y ocultos, difusos e imprecisos, los ejemplos de Jésed de Avraham, de disposición al sacrificio de Yitsjak, y de dedicación al estudio de Yaacov, permanecen con nosotros. 

Tal vez sea ésta una manifestación más de una auto estima inflada. Pero la implicación es que aun en nuestro error y en nuestro pecado, continuamos siendo los descendientes espirituales y discípulos de éstos, los primeros iconoclastas y revolucionarios sociales. Men ken nit opshatsen a yídishe kishke, reza el dicho popular, que significa que no se puede menospreciar la gran moralidad de las entrañas judías por su profundo arraigo en nuestra íntima composición personal y humana.

Nuestra preocupación obsesiva por la introspección no debe conducirnos a desatender la multiplicidad de los factores externos circundantes. Por ejemplo, no puede analizarse el fenómeno Nazi, tan humillante para toda la humanidad, pretendiendo atribuir sus raíces al comportamiento de la comunidad judía de Alemania. Estamos presenciando hoy, la reaparición del antisemitismo organizado en diversos países. Sería infantil, ingenuo e irresponsable, dejar de detectar el fuerte ingrediente antijudío en la infame resolución de las Naciones Unidas que equipara al Sionismo con el racismo. (Unos años más tarde se anuló esta resolución). 

En la Polonia de la post guerra se vio un resurgimiento del antisemitismo que se basaba en la memoria de la presencia judía en el país. Es una especie de antisemitismo histórico, porque la gran masa judía ha perecido y sus sobrevivientes han emigrado. En Italia, en estos días, aparecen manifestaciones de antisemitismo en localidades donde no vive ni siquiera un judío. En Europa, de manera general, recrudece el sentimiento antijudío. ¿El odio ciego del islam contemporáneo hacia Israel no es una expresión de su antisemitismo? La guerra contra Israel no es un enfrentamiento contra el movimiento sionista exclusivamente. 

Nos encontramos cara a una confrontación de dimensiones casi globales contra el judaísmo, contra el pueblo judío en su totalidad en cualquier país donde resida actualmente. ¿Acaso los que cometen atentados terroristas saben distinguir entre judíos de la diáspora e israelíes? En la medida que la Golá aprecie, cada vez con mayor sinceridad y lucidez su identidad con el destino de Israel, mayor será la unidad entre ambos. Porque somos nosotros, todos juntos, los únicos garantes de nuestra sobrevivencia, para dar cumplimiento a la promesa profética de Nétsaj Israel lo yeshaker, de la innegable eternidad de Israel.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 7 MITSVOT POSITIVAS Y 5 PROHIBICIONES

  1. 350.Levítico 27:2 Quien promete donar el valor estimado de un hombre, debe dar el valor escrito en la Torá
  2. 351.Levítico 27:10 No sustituir animales consagrados como ofrendas sagradas
  3. 352.Levítico 27:10 Si un animal consagrado fuese sustituido por otro animal, ambos quedan consagrados
  4. 353.Levítico 27:11, 12 Quien promete el valor de un animal debe dar el valor que el Kohén asigna
  5. 354.Levítico 27:14 Quien promete el valor de una casa debe dar el valor que el Kohén asigna más una quinta parte adicional
  6. 355.Levítico 27:16 Quien promete el valor de un campo debe dar el valor que la Torá asigna
  7. 356.Levítico 27:26 No sustituir animales consagrados de un tipo por otro
  8. 357.Levítico 27:28 Si uno promete por vía de Jérem a parte de su propiedad, esta será entregada a los Kohanim
  9. 358.Levítico 27:28 Terreno bajo Jérem no debe ser vendido, será entregado a los Kohanim
  10. 359.Levítico 27:28 Terreno bajo Jérem no debe ser redimido
  11. 360.Levítico 27:32 El diezmo de los animales Kasher debe ser entregado anualmente
  12. 361.Levítico 27:33 El diezmo de los animales no debe ser vendido, debe ser consumido en Jerusalem

PLURALISM OF IDEAS – UNITY OF ACTION

LEVITICUS XXI – XXIV

PLURALISM OF IDEAS – UNITY OF ACTION

The text of the first part of our weekly reading is devoted to a number of laws that are relevant to The Kohen. The Torah urges the Kohen to remain ritually pure, in order to participate at all times, in the services of Beit HaMikdash. Therefore, you should not have direct contact with a corpse, or with any being or object whose closeness may result in a Tame rating meaning ritual impurity.

In an earlier chapter, we mentioned the unique importance of the notion of ritual purity during the period of the existence of the Beit HaMikdash, and the numerous considerations around the concept of Tame. Since the Kohen is the priest who officiates in the Temple and his figure is central to religious worship, it is of paramount importance that he does not come into contact with any being or object that could make him ritually unclean.

One of the consequences of the destruction of the Jerusalem Temple is the loss of the Kohen’s authority and importance in the realm of worship. In the absence of sacrifices, for which his figure was indispensable, the figure of the Rabbi, theteacher and scholar of the Law emerges. But even in the time of the Temple there was a duality of purposes or even some rivalry, among the caste of the Kohanim represented mainly by the group called the Tsedukim, the Sadducees; and the great exhibitors and masters of tradition, the Perushim, the Pharisees. We are not sure about the origin of this nomenclature. Priest Zadok may have given rise to the word Tsedukim, while the word Perushim refers to the fact that its adherents and members were outstanding Parshanim, which means exponents and interpreters of Scriptures.

The Tsedukim considered themselves the authorized guardians of the Law and were governed by traditions and interpretations they jealously and considered to be of their exclusive competence. The Perushim, on the other hand, although they clung to hermeneutic principles (rules for the interpretation of the Holy Scriptures), allowed for greater participation of the individual intellect. The Tsedukim considered themselves the possessors of all truth, while the Perushim, because of their dialectical conditioning, relied on methodology for the search of truth. The Tsedukim generally leaned on the literal meaning of the word of the Torah whilethe Perushim engaged in research and the search for a deeper meaning of the Divine message.

While the discussion was at the academic level, it unfolded according to the Geist of the Jewish tradition that allows the breadth of criteria, promotes research and stimulates intellectual discussions. But when controversy translates into alternative behavior, then there is a likelihood that the discussion will become a cause of fissures and possible divisions. For example, in our weekly reading, the Torah instructs us to count seven weeks between Pésaj and Shavuot. Shavuot is the only holiday that lacks a date in the Torah. It depends exclusively on the day of the celebration of Pésaj, which is celebrated on the fifteen of the first month of Nisán. At the end of seven weeks after Pésaj, Shavuot is celebrated. The discussion focused on the exact day when the account for these seven weeks begins. The Torah prays, Usefartem lajem mimojorat haShabat,” and they will do their count with the day after Shabbat.”  The controversy re swung around the meaning of the word Shabbat.

For the Tsedukim, the word Shabbat has the unique meaning of the seventh day of the week. The Perushim argued that a holiday also receives the Shabbat rating and since the context of our meeting is the holiday of Pésaj, in this case Mimojorat haShabat means the day after Pésaj. However, if the first day of Pésaj coincides with a Tuesday, for example, according to the Perushim it begins to count the seven weeks on Wednesday to reach the celebration of Shavuot that would take place on the fifty-second day. But according to the Tsedukim it would begin to count only the following Sunday. In this way there would be a four-day difference between the two celebrations, which means a discrepancy in opinions.

At a later time, the Karaim (in present-day Israel there are those who claim to belong to this group) will also insist on a literal reading of the Torah. The biblical instruction of placing Tsitsit, the ritual stripes on the four corners of our garments, gives rise to the Talit, the ritual mantle we use while reciting prayers. There is also a version called Talit katán that is used under the shirt, (although according to grammatical rules the word Ketaná should be used because Talit is feminine, the error has been incorporated into the daily vocabulary). 

The Torah ordains wearing Tsitsit suggesting the effect of Ureitem otam uzejartem et kol mitsvot HaShem, “and they shall see them and be reminded of all the ordinances of God”. The Tsitsit become a kind of flag, a reminder symbol, of our obligations according to divine instructions. Our Jajamim infer from the word Ureitem, that the Tsitsit should be wornonly when they can be seen, that is when there is natural light, that is, by day. Therefore, we do not wear a Talit in the synagogue during the recitation of night prayers. For the Karaim the word Ureitem suggests that a sample of a Talit should be placedin a visible place in the Synagogue, on a wall, for all attendees to see and, thereby, Uzejartem will be fulfilled, they will remember all the ordinances of God.

In our day, the attempt to define MiHu Yehudí, who is Jewish? or, rather, what are the factors that determine the status of Jew? has led to a situation of serious clashes between different sectors of world Jewry. In the United States, where members of the Jewish community identify individually with the various religious currents of Judaism, this issue has profoundly affected the sensitivity of community members. Because of different theological considerations that are important among the different currents, Mihu Yehudí that deals with basic Jewish identity causes violent reactions.

This fact was seen during recent attempts to form a government in Israel that intended to reform the Jok HaShevut, the Law of Return, invoking a new definition of Jewish status. (The problem arose when an attempt was made to incorporate into the Law the concept of Guiur keHalajá, which means that every conversion had to be carried out in accordance with Orthodox norms, thus excluding Conservative and Reform conversions).

We conclude our reflections, noting that Judaism always led to a climate of free thought in an atmosphere of constant questioning ideas in different areas. But, at the same time, Judaism insisted in uniformity in daily behavior, in the Halajá leMaasé, the rules of action. In this way historical continuity of Jewish identity could be maintained for centuries. This was done, even though we lacked our own land and were scattered in the far reaches of the globe. 

Because of the existence of the State of Israel can we afford some diversity of action while retaining a common identity? At the moment, in view of the delicate political situation in Israel, an ideological struggle could lead to division and would be inconvenient precisely when union is of vital importance. My personal preference is to avoid the possibility of unforeseen results while maintaining our commitment to traditional Halajá, especially in those aspects that affect our national character and idiosyncrasies.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 24 POSITIVE MITSVOT AND 39 PROHIBITIONS

  1. 263.Leviticus 21: 1-3 The Kohen must refrain from acquiring ritual impurity by contact with a human corpse, unless it is from a close relative
  2. 264.Leviticus 21: 3: 6 The ritual impurity the Kohen acquires by his close relatives, the obligation of every Jew to mourn for the death of the 6 close relatives mentioned in the Torah: mother, father, brother, sister, son, daughter
  3. 265.Leviticus 21: 7 The Kohen ritually impure for a day and who has already made immersion in a mikveh should not serve in the Temple until after the setting of the sun
  4. 266.Leviticus 21:7 The Kohen should not marry a woman who previously had forbidden relationships
  5. 267.Leviticus 21: 7 The Kohen should not marry a divorced woman
  6. 268.Leviticus 21: 8 Laws on the Consecration of the Descendants of Aaron
  7. 269.Leviticus 21: 11 The Kohen Gadol must not enter a tent where deceased lie
  8. 270.Leviticus 21: 11 The Kohen Gadol should not take care (of burial) of a corpse in order not to acquire ritual impurity (from burial) of a corpse
  9. 271.Leviticus 21: 13 The Kohen Gadol must marry a virgin
  10. 272.Leviticus 21: 14 The Kohen Gadol should not marry a widow
  11. 273.Leviticus 21: 15 The Kohen Gadol must not have sex with a widow
  12. 274.Leviticus 21:17 The Kohen who has a disqualified defect, should not serve in the Temple
  13. 275.Leviticus 21:2 1 The Kohen who has a temporary disqualifying defect should not serve in the Temple
  14. 276.Leviticus 21:23 The Kohen who has a defect that disqualifies, should not enter the Temple
  15. 277.Leviticus 22:  2 The ritually unclean Kohen should not serve in the Temple
  16. 278.Leviticus 22:  2 The ritually impure Kohen should not eat terumah
  17. 279.Leviticus 22:  10 Who is not a Kohen should not eat terumah
  18. 280.Leviticus 22: 10 Both the one who works continuously, and the one who works per day for the Kohen cannot eat terumah
  19. 281.Leviticus 22:  4 The individual who is not circumcised should not eat terumah
  20. 282.Leviticus 22:  12 A woman born of a union that violated the sanctity of the Priesthood should not eat terumah
  21. 283.Leviticus 22:  15 Do not eat tevel
  22. 284.Leviticus 22:  20 Do not consecrate defective animals that would be offered on the Altar
  23. 285.Leviticus 22:  21 Animal offerings must be a perfect specimen without defects
  24. 286.Leviticus 22:  21 Do not create a defect in a consecrated animal for an offering
  25. 287.Leviticus 22:  22 Do not splash the blood of a defective animal on the Altar
  26. 288.Leviticus 22:  22 Do not ritually sacrifice defective animals for offerings
  27. 289.Leviticus 22:  22 Do not burn parts of a defective animal on the Altar
  28. 290.Leviticus 22:  24 Do not neuter any animal
  29. 291.Leviticus 22:  25 Do not offer a faulty offering received from a non-Jew
  30. 292.Leviticus 22:  27 The animal to be offered must be older than 8 days
  31. 293.Leviticus 22:  28 Do not ritually offer an animal and its puppy (male or female) on the same day
  32. 294.Leviticus 22:  32 Doing nothing that leads to desecrating the Name of God among the people
  33. 295.Leviticus 22: 32 Sanctifying the Name of God
  34. 296.Leviticus 23: 7 Resting from work on the first day of Pesach
  35. 297.Leviticus 23: 7 Doing no work on the first day of Pesach
  36. 298.Leviticus 23: 8 The additional offering on the 7 days of Pesach
  37. 299.Leviticus 23: 8 Resting from work on the seventh day of Pesach
  38. 300.Leviticus 23: 8 Do no work on the seventh day of Pesach
  39. 301.Leviticus 23: 10, 11 The offering of the Omer on the second day of Pesach
  40. 302.Leviticus 23: 14 Do not eat (bread) from the new grain harvest before the 16 of Nisan
  41. 303.Leviticus 23: 14 Do not eat toasted grains from the new harvest before the end of 16 Nisan
  42. 304.Leviticus 23: 14 Do not eat toasted spikes from the new harvest before the end of 16 Nisan
  43. 305.Leviticus 23: 15 Count 49 days from the offering of the Omer
  44. 306.Leviticus 23: 16 The Offering of New Wheat on Shavuot
  45. 307.Leviticus 23: 21 Resting from work on Shavuot
  46. 308.Leviticus 23: 21 Doing no work on Shavuot
  47. 309.Leviticus 23: 24 Resting from work on Rosh HaShana
  48. 310.Leviticus 23: 24, 25 Do no work on Rosh HaShana
  49. 311.Leviticus 23:24, 25 Rosh HaShana’s Additional Offering
  50. 312.Leviticus 23: 28 The Fast of the 10 Tishrei (Yom Kippur)  
  51. 313.Leviticus 23: 27 The Additional Offering of 10 Tishrei (Yom Kippur)  
  52. 314.Leviticus 23:27 Doing no work on 10 Tishrei 
  53. 315.Leviticus 23: 29 Neither eat nor drink on Yom Kippur
  54. 316.Leviticus 23: 32 Resting from work on Yom Kippur
  55. 317.Leviticus 23: 35 Resting from work on Sucot first day
  56. 318.Leviticus 23: 34, 35 Do no work the first day of Sucot
  57. 319.Leviticus 23: 36 Sucot’s additional 7-day offering
  58. 320.Leviticus 23: 36 Resting from work on the eighth day of Sucot
  59. 321.Leviticus 23: 36 The Additional Offering on Shemini Atseret
  60. 322.Leviticus 23:36 Doing no work on Shemini Atseret
  61. 323.Leviticus 23: 40 Take hold of the Lulav
  62. 324.Leviticus 23: 42 Residing in the Sucah for 7 days

PLURALISMO DE IDEAS – UNIDAD DE ACCIÓN

EMOR

LEVÍTICO XXI – XXIV

PLURALISMO DE IDEAS – UNIDAD DE ACCIÓN

El texto de la primera parte de nuestra lectura semanal está dedicado a una serie de leyes que son pertinentes al Kohén. La Torá insta al Kohén mantenerse ritualmente puro, para poder participar en todo momento, en los servicios del Beit HaMikdash. Por lo tanto, no debe tener contacto directo con un cadáver, ni con cualquier ser u objeto cuya cercanía puede resultar en su calificación de Tamé que significa la impureza ritual. 

En un capítulo anterior, mencionamos la importancia singular que tenía la noción de pureza ritual durante el período de la existencia del Beit HaMikdash, y las numerosas consideraciones que giraban alrededor del concepto de Tamé. Dado que el Kohén es el sacerdote que oficia en el Templo y su figura es central en el culto religioso, es de importancia capital que no entre en contacto con cualquier ser u objeto que pudiera convertirlo en ritualmente impuro.

Una de las consecuencias de la destrucción del Templo de Jerusalem es la pérdida de la autoridad e importancia del Kohén dentro del ámbito del culto. En ausencia de los sacrificios, para los cuales su figura era indispensable, surge ahora la figura del rabí, el maestro y erudito de las leyes. Pero aun en la época del Templo se observaba una dualidad de propósitos o, incluso, cierta rivalidad, entre la casta de los Kohanim, representada por el grupo denominado los Tsedukim que son los Saduceos y los grandes expositores y maestros de la tradición, los Perushim que son los Fariseos. No conocemos con certeza el origen de esta nomenclatura. Es posible que el sacerdote Zadok dé origen a la palabra Tsedukim, mientras que la palabra Perushim hace referencia al hecho de que sus adeptos e integrantes eran grandes Parshanim, que quiere decir expositores e intérpretes de las Escrituras.

Los Tsedukim se consideraban los guardianes autorizados de la ley y se regían por las tradiciones y las interpretaciones que guardaban celosamente y que consideraban de su exclusiva competencia. Los Perushim, en cambio, aunque se aferraban a los principios hermenéuticos (reglas para la interpretación de las Sagradas Escrituras), permitían una mayor participación del intelecto individual. Los Tsedukim se consideraban los poseedores de toda la verdad, mientras que los Perushim, por su condicionamiento dialéctico, confiaban en su metodología para la búsqueda de esa verdad. Los Tsedukim se apoyaban, generalmente, en el sentido literal de la palabra de la Torá y los Perushim se dedicaban a la investigación y a la búsqueda de algún significado más profundo del mensaje Divino.

Mientras la discusión se situó en el plano académico, ésta se desenvolvía de acuerdo con el Geist de la tradición judía que permite la amplitud de criterios, promueve la investigación y estimula las discusiones intelectuales. Pero cuando la polémica se traduce en un comportamiento alternativo, entonces, existe la probabilidad de que la discusión se convierta en causal de fisuras y de posibles divisiones. Por ejemplo, en nuestra lectura semanal, la Torá nos instruye que hay que contar siete semanas entre Pésaj y Shavuot. Shavuot es la única festividad que carece de fecha en nuestro calendario. Depende exclusivamente del día de la celebración de Pésaj, que es el quince del primer mes Nisán. Al término de siete semanas después de Pésaj, se celebra Shavuot. La discusión se centró en el día exacto cuando se empieza la cuenta de estas siete semanas. La Torá reza, Usefartem lajem mimojorat haShabat, “y harán su conteo con el día siguiente del Shabat”. La controversia giró alrededor del significado de la palabra Shabat.

Para los Tsedukim el vocablo Shabat tiene el significado único del séptimo día de la semana. Los Perushim argumentaron que una festividad también recibe el calificativo de Shabat y dado que el contexto de nuestra cita es la festividad de Pésaj, en este caso Mimojorat haShabat quiere decir el día siguiente a Pésaj. Ahora bien, si el primer día de Pésaj coincide con un martes, por ejemplo, de acuerdo con los Perushim se empieza a contar las siete semanas el miércoles para llegar a la celebración de Shavuot que se realizaría el cincuentavo día. Pero de acuerdo con los Tsedukim se comenzaría a contar recién el domingo siguiente. De este modo habría una diferencia de cuatro días entre las dos celebraciones, lo que significa una discrepancia en las opiniones.

En una época posterior, los Karaim (en la Israel actual existen aquellos que alegan pertenecer a este grupo) también insistirán en una lectura literal de la Torá. La instrucción bíblica de colocar Tsitsit, las franjas rituales en las cuatro esquinas de nuestras vestimentas, da origen al Talit, el manto ritual que utilizamos mientras recitamos las plegarias. Existe igualmente una versión que se denomina Talit katán que se usa bajo la camisa, (aunque según las reglas gramaticales se deberían utilizar la palabra Ketaná porque Talit es de género femenino, el error se ha incorporado al vocabulario diario). 

La Torá ordena vestir los Tsitsit sugiriendo el efecto de Ureitem otam uzejartem et kol mitsvot HaShem, “y los verán y se recordarán de todas las ordenanzas de Dios”. Los Tsitsit vienen a ser una especie de bandera, de símbolo recordatorio, de nuestras obligaciones según las instrucciones Divinas. Nuestros Jajamim deducen de la palabra Ureitem, que los Tsitsit deben ponerse únicamente cuando se puede ver, cuando hay luz natural, es decir de día. Por lo tanto, no vestimos el Talit en la sinagoga en la recitación de los rezos nocturnos. Para los Karaim la palabra Ureitem sugiere que hay que colocar un ejemplar de un Talit en un lugar visible de la Sinagoga, sobre una pared, para que todos los asistentes lo vean y se cumpla Uzejartem, y recordarán todas las ordenanzas de Dios.

En nuestros días, el intento de definir Mi hu Yehudí, ¿quién es judío? o, mejor dicho, ¿cuáles son los factores que determinan la condición de judío? ha conducido a una situación de serios enfrentamientos entre diferentes sectores del mundo judío. En los Estados Unidos, donde los miembros de la comunidad judía se identifican, individualmente, con las diversas corrientes religiosas del judaísmo, este tema ha afectado profundamente la sensibilidad de los miembros de la comunidad. A pesar de la existencia de diversas consideraciones teológicas, muy importantes y de gran significación, entre las distintas corrientes, Mi hu Yehudí cuestiona la identidad judía de la persona y por lo tanto la reacción es muy violenta. 

Este hecho se pudo apreciar durante los recientes intentos de formación de un gobierno en Israel que se proponía reformar el Jok hashevut, la ley del retorno, invocando una nueva definición de la condición judía. (El problema se presentó cuando se intentó incorporar en la ley el concepto de Guiur kehalajá. Es decir que toda conversión, una de las maneras de ingresar al judaísmo para quien no nació judío, tenía que realizarse de acuerdo con las normas ortodoxas, quedando excluido, en consecuencia, el método de los Conservadores y él de los Reformistas).

Concluimos nuestras reflexiones, señalando que el judaísmo siempre propició un clima de libre pensamiento en un ambiente de cuestionamiento constante respecto a las ideas reinantes en las diferentes épocas. Pero, al mismo tiempo, insistió en cierta uniformidad en el comportamiento diario, en la Halajá lemaasé, en las normas de acción y de esta manera se pudo mantener durante siglos una continuidad histórica de la identidad judía. Esto se hizo, aunque carecíamos de tierra propia y dispersos en los confines del globo. 

A partir de la existencia del Estado de Israel ¿podemos permitirnos la diversidad de acción y retener al mismo tiempo una identidad común? Por el momento, en vista de la delicada situación política en Israel, resulta inconveniente una lucha ideológica que llevaría a la división justamente cuando la unión es vital importancia. A pesar de los señalamientos de otras corrientes, mi preferencia personal se inclina por una actitud que evite la posibilidad de resultados imprevistos y mantener nuestro compromiso con la Halajá tradicional, especialmente en aquellos aspectos que afectan nuestro carácter e idiosincrasia nacionales.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 24 MITSVOT POSITIVAS Y 39 PROHIBICIONES

  1. 263.Levítico 21: 1-3 El Kohén debe abstenerse de adquirir impureza ritual por contacto con un cadáver humano, al menos que sea de un familiar cercano
  2. 264.Levítico 21: 3: 6 La impureza ritual que adquiere el Kohén por sus parientes cercanos, la obligación de todo judío de lamentar por la muerte de los 6 familiares cercanos mencionados en la Torá: madre, padre, hermano, hermana, hijo, hija
  3. 265.Levítico 21: 7 El Kohén impuro ritualmente por un día y quien ya hizo inmersión en un mikvé no debe servir en el Templo sino después de la caída del sol
  4. 266.Levítico 21: 7 El Kohén no debe casarse con una mujer que tuvo anteriormente relaciones prohibidas
  5. 267.Levítico 21: 7 El Kohén no debe casarse con una mujer divorciada
  6. 268.Levítico 21: 8 Leyes sobre la consagración de los descendientes de Aharón
  7. 269.Levítico 21: 11 El Kohén Gadol no debe entrar en una carpa donde yace un difunto
  8. 270.Levítico 21: 11 El Kohén Gadol no debe ocuparse (del entierro) de un cadáver para no adquirir impureza ritual (del entierro) de un cadáver
  9. 271.Levítico 21: 13 El Kohén Gadol debe casarse con una virgen
  10. 272.Levítico 21: 14 El Kohén Gadol no debe casarse con una viuda
  11. 273.Levítico 21: 15 El Kohén Gadol no debe tener relaciones con una viuda
  12. 274.Levítico 21: 17 El Kohén que tiene un defecto que descalifica, no debería servir en el Templo
  13. 275.Levítico 21: 21 El Kohén que tiene un defecto descalificador temporal no debería servir en el Templo
  14. 276.Levítico 21: 23 El Kohén que tiene un defecto que descalifica, no debería entrar en el Templo
  15. 277.Levítico 22: 2 El Kohén ritualmente impuro no debería servir en el Templo
  16. 278.Levítico 22: 2 El Kohén ritualmente impuro no debe comer terumá 
  17. 279.Levítico 22: 10 Quien no es Kohén no debe comer terumá
  18. 280.Levítico 22: 10 Tanto el que trabaja continuamente, como el que trabaja por jornada para el Kohén no pueden comer terumá
  19. 281.Levítico 22: 4 El individuo que no está circuncidado no debe comer terumá
  20. 282.Levítico 22: 12 Una mujer que nació de una unión que violó la santidad del Sacerdocio no debe comer terumá
  21. 283.Levítico 22: 15 No comer tével
  22. 284.Levítico 22: 20 No consagrar animales defectuosos que serían ofrecidos sobre el Altar
  23. 285.Levítico 22: 21 La ofrenda animal debe ser de ejemplar perfecto sin defectos
  24. 286.Levítico 22: 21 No crear un defecto en un animal consagrado para una ofrenda
  25. 287.Levítico 22: 22 No salpicar la sangre de un animal defectuoso sobre el Altar
  26. 288.Levítico 22: 22 No sacrificar ritualmente animales defectuosos para la ofrenda
  27. 289.Levítico 22: 22 No quemar partes de un animal defectuoso sobre el Altar
  28. 290.Levítico 22: 24 No castrar ningún animal
  29. 291.Levítico 22: 25 No ofrendar una ofrenda defectuosa recibida de un no-judío
  30. 292.Levítico 22: 27 El animal a ser ofrendado debe ser mayor de 8 días
  31. 293.Levítico 22: 28 No ofrendar ritualmente un animal y su cachorro (macho o hembra) en el mismo día
  32. 294.Levítico 22: 32 No hacer nada que conduzca a profanar el Nombre de Dios entre la gente
  33. 295.Levítico 22: 32 Santificar el Nombre de Dios
  34. 296.Levítico 23: 7 Descansar del trabajo el primer día de Pésaj
  35. 297.Levítico 23: 7 No hacer ninguna labor el primer día de Pésaj
  36. 298.Levítico 23: 8 La ofrenda adicional los 7 días de Pésaj
  37. 299.Levítico 23: 8 Descansar del trabajo el séptimo día de Pésaj
  38. 300.Levítico 23: 8 No hacer labor alguna el séptimo día de Pésaj
  39. 301.Levítico 23: 10, 11 La ofrenda del Ómer en el segundo día de Pésaj
  40. 302.Levítico 23: 14 No comer (pan) de la nueva cosecha de granos antes del 16 de Nisán
  41. 303.Levítico 23: 14 No comer granos tostados de la nueva cosecha antes del final del 16 de Nisán
  42. 304.Levítico 23: 14 No comer espigas tostadas de la nueva cosecha antes del final del 16 de Nisán
  43. 305.Levítico 23: 15 Contar 49 días desde la ofrenda del Ómer
  44. 306.Levítico 23: 16 La ofrenda del trigo nuevo en Shavuot
  45. 307.Levítico 23: 21 Descansar del trabajo en Shavuot
  46. 308.Levítico 23: 21 No hacer labor alguna en Shavuot
  47. 309.Levítico 23: 24 Descansar del trabajo en Rosh HaShaná
  48. 310.Levítico 23: 24, 25 No hacer labor alguna en Rosh HaShaná
  49. 311.Levítico 23: 24, 25 La ofrenda adicional de Rosh HaShaná
  50. 312.Levítico 23: 28 El ayuno del 10 de Tishrei
  51. 313.Levítico 23: 27 La ofrenda adicional del 10 de Tishrei (Yom Kipur)
  52. 314.Levítico 23: 27 No hacer labor alguna el 10 de Tishrei
  53. 315.Levítico 23: 29 Ni comer ni beber en Yom Kipur
  54. 316.Levítico 23: 32 Descansar del trabajo en Yom Kipur
  55. 317.Levítico 23: 35 Descansar del trabajo el primer día de Sucot
  56. 318.Levítico 23: 34, 35 No hacer labor alguna el prime dé de Sucot
  57. 319.Levítico 23: 36 La ofrenda adicional de los 7 días de Sucot
  58. 320.Levítico 23: 36 Descansar del trabajo el octavo día de Sucot
  59. 321.Levítico 23: 36 La ofrenda adicional en Sheminí Atséret
  60. 322.Levítico 23: 36 No hacer labor alguna en Sheminí Atséret
  61. 323.Levítico 23: 40 Agarrar el Lulav
  62. 324.Levítico 23: 42 Residir en la Sucá durante 7 días

EL DÍA DEL PERDÓN, EL RITUAL Y LA ESENCIA

AJAREI MOT_ LEVÍTICO XVI – XVIII y KEDOSHIM LEVÍTICO XIX – XX

En Yom Kipur, que es el día más sagrado de nuestro calendario (en nuestros tiempos adquiere un significado adicional por haberle prestado su nombre a la guerra de 1973 entre Israel y sus vecinos), se da lectura pública a algunos párrafos de nuestros capítulos semanales. En la mañana de Yom Kipur se lee acerca de los dos chivos que formaban parte del ritual del día. Por intermedio de un sorteo se designaba cual de estos animales sería el sacrificado. 

Después de la confesión pública del Kohén de los errores cometidos por el pueblo, el segundo de los chivos era enviado al desierto. Un tal Ish ití, que era una persona designada de antemano para tal propósito, era el encargado de conducir a ese chivo al desierto. Este ritual da origen a la expresión “chivo expiatorio” (cargarle a otro las culpas de uno) utilizada en la mayoría de las lenguas occidentales.

Durante la noche anterior a la festividad, el Kohén (el que oficia el ritual en Yom Kipur es el Kohén gadol, aquel que ocupa la posición ejercida por primera vez por Aharón, el hermano de Moshé) permanecía despierto repasando el orden de los servicios religiosos del día siguiente. En ocasiones cuando el Kohén no era lo suficientemente ilustrado para el estudio propio, los sabios repetían con él, las diferentes instrucciones y ordenanzas que tendría que cumplir durante el día de Yom Kipur. Se le exigía un juramento al Kohén en el que prometía no desviarse del orden establecido por los Jajamim

Esto se debe probablemente a la diferencia de opinión entre los Perushim y los Tsedukim con referencia al orden exacto de los ritos de este día sagrado. Los Jajamim querían asegurarse de que el Kohén siguiera el orden de los Perushim, especialmente cuando su actividad tenía lugar en privado durante su permanencia en el Kódesh hakodashim, que es el lugar de mayor santidad en el Beit HaMikdash. No se le permitía al Kohén conciliar el sueño durante toda la noche y los Pirjei kehuná (jóvenes aprendices del sacerdocio) lo despertaban, cuando observaban que se adormecía.

El Kohén ofrecía quince sacrificios en su propósito de solicitar el perdón Baadó, por sus pecados personales, por beitó, los pecados de su familia (la palabra Beitó, que quiere decir familia u hogar, se identifica con la esposa), y por lo tanto era indispensable que este Kohén fuera un hombre casado. Se escogía una sustituta para su esposa, en caso de que ésta falleciera en la víspera de Yom Kipur y su muerte causara que el Kohén se viera impedido de cumplir cabalmente sus funciones por no tener esposa y, por este motivo, posiblemente podría no ser atendido en su petición del perdón por los pecados de todo el pueblo de Israel

En el curso de las ofrendas de sacrificios, el Kohén tenía que cambiar su ropaje cinco veces, previa inmersión cada vez en una Mikvé, la piscina ritual. En el cumplimiento de sus obligaciones durante el resto del año, el Kohén se cubría con unas ocho vestimentas que contenían hilos dorados, para el oficio religioso. En Yom Kipur, en cambio, y en señal de humildad vestía cuatro túnicas simples de lino blanco. El lujo y la ostentación no son compatibles con la petición por el perdón que ese día era el propósito esencial del Kohén.

En el transcurso de Yom Kipur, el Kohén implora el perdón en tres oportunidades. Ante todo, solicita el perdón por sus pecados y por los de su familia. Luego pide nuevamente el perdón por sus pecados y por los de sus familiares, pero esta vez incluye una petición por el perdón por los pecados de los demás Kohanim. La solicitud por el perdón de todo el pueblo de Israel, la hace el Kohén unos momentos antes de enviar el segundo chivo al desierto. Cuando el pueblo escuchaba como el Kohén pronunciaba el “Nombre explícito” de Dios, todos se postraban y repetían Baruj Shem kevod maljutó leolam vaed, “bendito sea Su majestuoso Nombre por siempre jamás”. Esta es la misma frase que generalmente se pronuncia en silencio, pero que es recitada en voz alta en la sinagoga durante los rezos de Yom Kipur.

Por lo citado del ritual de ese día, es evidente que nuestra celebración actual de Yom Kipur difiere mucho de la majestuosidad y solemnidad de los tiempos del Beit HaMikdash. El ritual se centraba, en aquel entonces, en el Kohén el cual tenía que realizar una serie de sacrificios y abluciones y tenía que obtener Kapará, que es la absolución y el perdón por los pecados cometidos por todos. Con la destrucción del Beit HaMikdash, el pueblo judío quedó inconsolable porque desconocía si había una manera tradicional diferente para obtener anualmente el perdón Divino. 

Pero el genio de nuestro pueblo no permaneció inerte. La Sinagoga, con su enseñanza de que la palabra y la oración son el auténtico “servicio del corazón” en la feliz expresión del Talmud, ofreció una alternativa al Templo de Jerusalén. Efectivamente, durante el transcurso de las oraciones de Yom Kipur, se “recita” el orden de los sacrificios y se rememoran todas las actividades del Kohén en ese día. Uneshalmá farim sefatenu, “y nuestros labios ocuparán el lugar de los toros”, (los animales que eran sacrificados) esta frase del profeta Hoshea, ofreció un texto bíblico de apoyo, para la sustitución de los sacrificios por las oraciones.

A la conclusión del período de ayuno y de oraciones de Yom Kipur, la mayoría sentimos una especie de catarsis, de alivio emocional y de elevación espiritual al salir de las sinagogas. En épocas anteriores, según el Talmud, a la conclusión del día de Yom Kipur había celebraciones de regocijo por la ansiada y anticipada aceptación Divina de los oficios del Kohén. Las jóvenes, elegantemente vestidas danzaban en las calles y solicitaban a los jóvenes de edad matrimonial que escogiesen pareja. Joven: ¡no te fijes en la belleza superficial y observa mas bien el ancestro y la procedencia!, solían exclamar. 

Tal vez, debido a esta tradición popular de la búsqueda de Shidujim en esta fecha, la lectura de la Torá escogida para la tarde de Yom Kipur exhorta en contra de los matrimonios prohibidos y contra el incesto en particular. O tal vez, dado que en Yom Kipur se congregaba a las grandes mayorías, se aprovechaba el momento para dar lectura a la lista de prohibiciones sexuales, cuyo conocimiento es esencial para la estructura de toda sociedad humana.

El siguiente es un listado de las relaciones sexuales prohibidas según nuestro texto bíblico:

     a. Entre madre e hijo. 

b. Entre madrastra e hijastro.

c. Entre hermano y hermana, o hermanastro y hermanastra. Un hombre puede casarse con la hija de un padrastro o de una madrastra, producto de un matrimonio anterior.

d. Entre padre e hija, o entre abuelo y nieta.

e. Con la hermana del padre o de la madre.

f. Con la esposa del hermano de (su) padre.

g. Con su nuera, aunque ésta ya no esté casada con su hijo.

h. Con la esposa de su hermano o de su hermanastro.

i. Con una mujer y su hija (en la Torá se concibe tener más de una esposa).

j. Con una mujer y la hija de su (de la mujer) hijo.

k. Con una mujer y la hija de su (de la mujer) hija.

l. Con la hermana de su esposa (durante la vida de su esposa).

Concluimos nuestros apuntes semanales con una breve reflexión acerca del hecho de que en el judaísmo el sexo no es un tabú, ni una manifestación exclusiva y obsesiva del deseo carnal del ser humano. De ninguna manera debemos considerar al sexo como una concesión al instinto animal del ser humano y a su absoluta necesidad para la sobrevivencia de la especie. Desde luego que nuestras consideraciones están matizadas por los conocimientos científicos de nuestros días. 

Sin embargo, se puede documentar ampliamente con textos bíblicos, con fuentes del Midrash y del Talmud, que en el judaísmo existe una actitud positiva frente al sexo. Más aún, la Kabalá, en particular, contiene numerosas citas que exaltan lo sublime del acto sexual. Nuestros capítulos, sin embargo, establecen límites a la actividad sexual, (a la cual hay que añadir la modificación impuesta por el Beit Din de Rabenu Guershom Maor Hagolá que prohibió la poligamia) límites que han sido adoptados, casi al pie de la letra, por la sociedad moderna occidental.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS Y 26 PROHIBICIONES

  1. 184.Levítico 16:2 El Kohén no debe entrar al Templo en cualquier momento (solamente para el Servicio en el Templo) más aún no debe entrar quien no es Kohén
  2. 185.Levítico 16:3 El Servicio del Templo en Yom Kipur
  3. 186.Levítico 17:3,4 No degollar la ofrenda de manera ritual fuera del patio del Templo
  4. 187.Levítico 17:13 Mitsvá de cubrir la sangre (después del rito de degollar)
  5. 188.Levítico 18:6 No tener placer con personas que le son prohibidas al individuo
  6. 189.Levítico 18:7 No tener relaciones con el padre de uno
  7. 190.Levítico 18:7 No tener relaciones con la madre de uno
  8. 191.Levítico 18:8 No tener relaciones con la esposa del padre, aunque no sea su madre
  9. 192.Levítico 18:9 No tener relaciones con una hermana, sea su hermana de cualquier manera
  10. 193.Levítico 18:10 No tener relaciones con la hija de un hijo
  11. 194.Levítico 18:10 No tener relaciones con la hija de una hija
  12. 195.Levítico 18:10 No tener relaciones con una hija
  13. 196.Levítico 18:11 No tener relaciones con la hermana de un hijo, hija de la misma madre y de un esposo diferente
  14. 197.Levítico 18:12 No tener relaciones con la hermana del padre de uno
  15. 198.Levítico 18:13 No tener relaciones con la hermana de la madre de uno
  16. 199.Levítico 18:14 No tener relaciones con el hermano del padre de uno
  17. 200.Levítico 18:14 No tener relaciones con la esposa del hermano del padre de uno
  18. 201.Levítico 18:15 No tener relaciones con la esposa de un hijo
  19. 202.Levítico 18:16 No tener relaciones con la esposa de un hermano
  20. 203.Levítico 18:17 No tener relaciones con ambas, una mujer y su hija
  21. 204.Levítico 18:17 No tener relaciones con ambas, una mujer y la hija de su hijo
  22. 205.Levítico 18:17 No tener relaciones con ambas, una mujer y la hija de su hija
  23. 206.Levítico 18:18 No tener relaciones con 2 hermanas, mientras ambas están con vida
  24. 207.Levítico 18:19 No tener relaciones con una mujer durante la menstruación
  25. 208.Levítico 18:21 No dedicar a ningún hijo o hija para la idolatría de Mólej
  26. 209.Levítico 18:22 Un hombre no debe tener relaciones con otro hombre
  27. 210.Levítico 18:23 Un hombre no debe tener relaciones con animales
  28. 211.Levítico 18:23 Una mujer no debe tener relaciones con animales

KEDOSHIM

LEVÍTICO XIX – XX

“HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE”

El título de nuestra lectura bíblica proviene de la raíz hebrea Kadosh que quiere decir santo o sagrado. Dios le dice a Moshé que instruya a toda la congregación de Israel ser Kedoshim, santificados, porque El, también lo es. Según Rashí, la instrucción de Kedoshim debe entenderse en el sentido de que nos separemos o que nos mantengamos aparte, que no participemos en las relaciones sexuales incestuosas que son el tema de los capítulos anteriores. Al mismo tiempo debemos mantenernos separados de cualquier Averá, que es la desobediencia a una Mitsvá, la que a su vez es una ordenanza Divina contenida en la Torá.

La oración central de las tardes de Shabat reza Atá ejad, veShimejá ejad, umí keamejá Israel, goy ejad baárets, que quiere decir Tu (Dios) eres Uno (único), y Tu Nombre es Uno, y quien como Tu pueblo Israel, que es un pueblo único en la tierra. Efectivamente, desde el comienzo de nuestra historia como pueblo, hemos sido Kedoshim, diferentes y “otros” en relación con el resto de la humanidad. Según el Midrash, Avraham se llamaba Ivrí, porque él, se situaba en un éver o lado del río y el resto del mundo estaba en la orilla opuesta. Avraham enfrenta al resto del mundo y lo estimula con su concepción de la Divinidad única.

Golda Meir se refirió a esta característica también, cuando, en el seno de las Naciones Unidas, señaló que cada una de las naciones que la integran, tiene alguna afinidad especial con alguna otra. Ya sea por pertenecer al mismo bloque ideológico y político, ya sea por razones culturales o históricas, ya sea por compartir el idioma o la religión. Venezuela, por ejemplo, pertenece al grupo Latinoamericano. El español, que es su idioma, es compartido por un amplio sector del continente. La religión católica es practicada por la mayoría de sus habitantes y por un gran número de los habitantes de las otras naciones del continente americano. La afinidad entre los diferentes países árabes es por todos conocida. El caso de Israel, en cambio, es único. No comparte ni el idioma, ni la religión con nación alguna. Israel, es diferente. Israel, es único. Israel es el judío de las Naciones Unidas.

El pueblo judío no adhiere a los principios y a las normas de la historia universal. El historiador Arnold Toynbee tuvo grandes dificultades en integrar e incluir a este pueblo en su esquema de la humanidad. Es posible que no hubiese manifestado prejuicios de antisemitismo cuando nos calificó de pueblo fósil. Parece que no pudo ubicarnos, cómodamente, en su modelo histórico: es el único caso en los anales de la humanidad, donde que un pueblo se mantiene fiel a su identidad nacional y religiosa, por el largo lapso de dos milenios, sin tierra propia bajo sus pies. Los estudiosos ofrecen diversos motivos y causas para este hecho. Pero la realidad continúa igual. Hemos desafiado todas las teorías y continuamos siendo, cuando ya debíamos haber dejado de existir.

De manera similar, la nomenclatura que es aplicable a otros pueblos no es rigurosa en nuestro caso. El judaísmo no es exactamente una religión. (El finado Rabino Dr. Leo Jung del Jewish Center de New York solía enseñarnos en un curso que dictaba en Yeshiva University, que, en el judaísmo, no hay dogmas, a sabiendas de que el dogma es fundamental para las religiones). Ser judío no equivale (no es idéntico) a la práctica del judaísmo. Es mucho más fácil responder a la famosa interrogante de ¿quién es judío? (aunque políticamente es una cuestión candente en la actualidad, que repercute en este momento histórico cuando deberíamos sumar fuerzas y abstenernos de divisiones internas adicionales), que a la pregunta ¿qué es un judío?

La “elección” del pueblo judío que es una noción que repetimos cuando somos llamados a la lectura de la Torá al recitar Asher bájar banu mikol haamim, significa “que nos escogió entre todos los pueblos”, tiene que ser entendida y explicada de alguna manera. Es arrogante y seguramente erróneo, presumir que somos mejores que otros. Si nos destacamos en algunas disciplinas, somos débiles en otros campos. 

No cabe duda, sin embargo, que el mundo en el cual hemos actuado nos considera diferentes y “otros”. Nuestra “elección”, se debe manifestar tal vez, en la firmeza de nuestras convicciones y en la disposición a entregar nuestras vidas, a mantenernos fieles, leales y consecuentes con nuestros ideales, que al fin de cuentas debe ser el modelo para seguir por toda la humanidad. Se nos ha comparado con una corriente en las cercanías de las islas de Bermuda, que está en medio de un inmenso océano y que, sin embargo, no permite que sus aguas se confundan con las aguas que la rodean manteniendo esta corriente sus características especiales.

La Torá le pone un marco y un límite adicional a la relación entre padres e hijos al incluir en el mismo versículo de nuestro texto semanal, el temor a los padres y la obligatoriedad de cuidar el Shabat. Los Jajamim utilizan esta coincidencia para enseñar que la obediencia a los padres está condicionada a las enseñanzas de la tradición. O sea que la Torá es suprema cuando un padre ordena el desafío a sus leyes. Este tema, el de la interacción entre padres e hijos, está incluido en el listado de los Diez Mandamientos. 

Según los Jajamim, el dictamen que ordena “honra a tu padre y a tu madre” sirve para que se produzca la transición entre las obligaciones del ser humano con su Creador, que es el patrón del primer grupo y las leyes que rigen las relaciones entre los hombres, contenidas en los últimos cinco mandamientos. Dios es el creador del cosmos y nuestros padres son nuestros “creadores” biológicos.

En nuestros días, cuando observamos el debilitamiento de la unidad familiar se hace imperioso el énfasis en el cumplimiento de esta ley de “honrar y temer” a los padres. El Talmud especifica esta relación señalando que un hijo no debe sentarse en el puesto fijo del padre en la mesa, no debe contradecirlo, y cuando su padre está debatiendo con otra persona, el hijo debe abstenerse de participar. Ni siquiera para darle la razón a su padre. Lo antedicho forma parte de morá, el “temor” al padre. La “honra” que se le debe al padre, Kibud, en hebreo, se traduce en brindarle comida y bebida (en caso de pobreza,) de proporcionarle vestimentas (si fuese necesario), y de permitirle entrar o salir primero de cualquier lugar.

El Talmud, igualmente en el tratado de Kidushín, afirma que el padre también tiene obligaciones específicas con su hijo. El padre tiene la responsabilidad de enseñarle Torá (desde tiempos antiguos se transfirió la tarea de la educación a los maestros y a las escuelas), de facilitarle un oficio para que pueda defenderse en la vida (durante la Edad Media, los judíos fueron excluidos de los gremios de artesanos y por lo tanto tuvieron que dedicarse a otras actividades). 

El padre debe circuncidarlo (Brit milá) a los ocho días, “redimirlo”, cuando es aplicable, a los treinta días (Pidyón habén). Un padre tiene que enseñarle a nadar (physical fitness) a su hijo. Quizás la intención de esta instrucción es que un padre debe ayudar para que su hijo pueda defenderse en las diferentes situaciones que la vida y la naturaleza le pueden presentar. Un padre debe encontrar una esposa para su hijo (la referencia probable es prepararlo emocional y económicamente para contraer matrimonio). De esta manera, la tradición judía no se satisface con una instrucción abstracta, sino que define la manera como debemos llevar a la práctica esta relación entre padres e hijos.

Nuestros capítulos semanales contienen numerosas leyes e instrucciones adicionales que son de importancia capital y que merecen un estudio minucioso. Terminamos nuestras líneas citando a continuación la ley que prohíbe no sólo la adoración de los ídolos, sino qué incluso está prohibido considerar la mera posibilidad de su existencia. Es obvio entonces, que consultar diariamente el horóscopo, o acudir a un adivino o hechicero, no es algo acorde con nuestra ley. 

Nuestro asombro fue enorme, cuando nos enteramos de que la esposa de Ronald Reagan consultaba con una astróloga de Los Ángeles, porque temía por la vida de su esposo. Para Nancy Reagan, los secretos de la astronomía (que podían ser descubiertos por la nave espacial Challenger), no se comparan con los vaticinios infalibles para ella, que la vidente astróloga le proporcionaba. Si esto es así, quien puede menospreciar la urgente necesidad del estudio de la Torá (con sus normas que prohíben la práctica de la magia y de la superstición) y de la práctica de sus leyes, que obviamente continúa vigente en nuestra modernidad.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 13 MITSVOT POSITIVAS Y 38 PROHIBICIONES

  1. 212.Levítico 19:3 Temer al padre y a la madre
  2. 213.Levítico 19:4 No volverse hacia idolatría en pensamiento, ni verbalizando, incluso presenciando
  3. 214.Levítico 19:4 No fabricar un ídolo para uso personal o para otros
  4. 215.Levítico 19:6,8 No comer carne restante de ofrenda después del tiempo prescrito para ello
  5. 216.Levítico 19:10 Dejar parte del campo sembrado para el pobre
  6. 217.Levítico 19:9 No cosechar hasta el límite del campo
  7. 218.Levítico 19:10 Dejar espigas para el pobre
  8. 219.Levítico 19:9 No recoger espigas caídas durante la cosecha
  9. 220.Levítico 19:10 Dejar un límite del viñedo para el pobre
  10. 221.Levítico 19:10 No cosechar los límites del viñedo
  11. 222.Levítico 19:10 Dejar sobre la tierra las uvas caídas en el viñedo para el pobre
  12. 223.Levítico 19:10 No recoger las uvas caídas del viñedo
  13. 224.Levítico 19:11 No robar
  14. 225.Levítico 19:11 No negar la posesión de un objeto perteneciente a otra persona
  15. 226.Levítico 19:11 No jurar en falso acerca de un objeto de valor
  16. 227.Levítico 19:12 No jurar en falso
  17. 228.Levítico 19:13 No retener propiedad ajena
  18. 229.Levítico 19:13 No cometer el robo
  19. 230.Levítico 19:13 No postergar el pago de un obrero asalariado
  20. 231.Levítico 19:14 No maldecir un judío, ni hombre, ni mujer
  21. 232.Levítico 19:14 No conduzcas al yerro a un individuo dándole consejo equívoco
  22. 233.Levítico 19:15 No pervertir la justicia, en un juicio civil
  23. 234.Levítico 19:15 No dar honores especiales en el juicio a un individuo eminente
  24. 235.Levítico 19:15 El juez debe emitir un juicio correcto
  25. 236.Levítico 19:16 No difamar (chismear)
  26. 237.Levítico 19:16 No permanecer indiferente ante la sangre de otro
  27. 238.Levítico 19:17 No odiar a otro judío
  28. 239.Levítico 19:17 Reprochar al judío que no se conduce de manera apropiada
  29. 240.Levítico 19:17 No colocarás a otro judío en una situación incómoda
  30. 241.Levítico 19:18 No te vengarás
  31. 242.Levítico 19:18 No guardarás rencor
  32. 243.Levítico 19:18 Amar a otro judío
  33. 244.Levítico 19:19 No aparees animales de diferentes especies
  34. 245.Levítico 19:19 No sembrar juntas semillas de diferentes especies en la Tierra de Israel, igualmente con árboles de diferentes especies
  35. 246.Levítico 19:23 No comer el fruto del árbol los primeros 3 años
  36. 247.Levítico 19:23, 24 Leyes acerca del fruto del árbol en el cuarto año
  37. 248.Levítico 19:26 No comer ni beber como un glotón
  38. 249.Levítico 19:26 No practicar la adivinación 
  39. 250.Levítico 19:26 No conjurarás (magia)
  40. 251.Levítico 19:27 No quitarás el pelo de las patillas de la cara
  41. 252.Levítico 19:27 No destruirás los extremos de tu barba
  42. 253.Levítico 19:28 No harás un tatú sobre tu carne (piel)
  43. 254.Levítico 19:30 Respetar el Templo
  44. 255.Levítico 19:31 No actuar como un espiritista (especie de magia)
  45. 256.Levítico 19:31 No practicar yidón (especie de magia)
  46. 257.Levítico 19:32 Honrar a los estudiosos de la Torá
  47. 258.Levítico 19:35 No engañar con medidas
  48. 259.Levítico 19:36 Crear balanzas exactas, pesas y medidas
  49. 260.Levítico 20:9 No maldecir ni al padre ni a la madre de uno
  50. 261.Levítico 20:14 Incinerar a la persona que ha sido sentenciada morir por fuego
  51. 262.Levítico 20:23 No seguir el comportamiento de los idólatras

THE DAY OF FORGIVENESS, RITUAL, AND ESSENCE

ACHAREI MOT LEVITICUS XVI – XVIII and KEDOSHIM LEVITICUS XIX – XX

Some paragraphs of our weekly chapters are given public reading on Yom Kippur, the holiest day of our calendar (in our time it takes on an additional meaning because it has lent its name to the 1973 war between Israel and its neighbors). In the morning of Yom Kippur, we read about the two scape goats that were part of the ritual of the day. A lot was drawn in order to designate which of these animals would be slaughtered. 

After the Kohen’s publicconfessionof the mistakes made by the people, the second of the scape goats was sent into the wilderness. An Ish ití, who was a person designated in advance for this purpose, was in charge of leading that goat into the wilderness. This ritual gives rise to the term “scapegoat” (to blame another) used in most Western languages.

During the night before the Holy Day, the Kohen (the one who officiates the ritual on Yom Kippur is the Kohen Gadol, who occupies a position first held by Aharon, Moshe’s brother) remained awake reviewing the order of the religious services for the following day. Sometimes when the Kohen was not sufficiently learned, the sages repeated with him the different instructions and ordinances he would have to follow during on Yom Kippur. The Kohen was required to take an oath by which he promised not to deviate from the order established by the Jajamim.

This is probably due to the difference of opinion between the Perushim and the Tsedukim with reference to the exact order of the ritual of this sacred day. The Jajamim wanted to ensure that the Kohen Gadol follow the order of the Perushim, since his duties took place privately while in the Kodesh HaKodashim, the holiest site of the Beit HaMikdash. The Kohen Gadol was not permitted to fall asleep throughout the night, and the Pirchei Kehuna (young priesthood apprentices) awoke him, when they observed that he was slumbering.

The Kohen Gadol offered fifteen sacrifices in the process of requesting forgiveness Baado, for his personal sins, for Beito, the sins ofhis family (the word Beito, which means family or home, identifies also with a wife), and therefore it was indispensable that this Kohen Gadol be a married man. A surrogate was chosen for his wife, should his wife die on the eve of Yom Kippur and this death would prevent the Kohen Gadol from completely fulfilling his duties because he had no wife and, therefore, could not request forgiveness for the sins of all the people of Israel.

In the course of the sacrificial offerings, the Kohen Gadol had to change his clothes five times, after each time immersion in a Mikveh, the ritual pool. While fulfilling his obligations the rest of the year, the Kohen Gadol was covered with eight garments containing golden threads. On Yom Kippur, on the other hand, and as a sign of humility, he wore four simple white linen robes. Luxury and ostentation are not compatible with a request for forgiveness that was the essential duty of the Kohen Gadol on Yom Kippur.

Over the course of Yom Kippur, the Kohen Gadol implores forgiveness on three occasions. First, he asks for forgiveness for his own sins and those of his family. He then asks again for forgiveness for his sins and for those of his relatives, but this time includes a request for forgiveness for the sins of other Kohanim. The request for forgiveness for the entire people of Israel is made by the Kohen Gadol a few moments before sending the second goat into the wilderness. When the people listened as the Kohen Gadol pronounced God’s “explicit name,” everyone prostrated and repeated Baruj Shem kevod malchuto leolam vaed, “Blessed be His majestic Name forever and ever.” This is the same phrase that is usually uttered in silence, but which is recited aloud in the synagogue on Yom Kippur’s prayers.

From the aforementioned ritual of that day, it is clear that our current celebration of Yom Kippur differs greatly from the majesty and solemnity of the times of the Beit HaMikdash. The ritual focused, at the time, on the Kohen Gadol who had to make a series of sacrifices and ablutions and obtain Kaparah, absolution and forgiveness for the sins committed by all. With the destruction of the Beit HaMikdash, the Jewish people became inconsolable because they did not know if there was a different traditional way to obtain Divine forgiveness annually.

But the genius of our people did not remain inert. The Synagogue, with its teaching that word and prayer are the true “service of the heart” in the happy expression of the Talmud, offeredan alternative to the Jerusalem Temple. Indeed, during the course of Yom Kippur’s prayers, the order of sacrifices is “recited” and all of Kohen Gadol’s activities are recalled. Uneshalma farim sefatenu, “and our lips will take the place of the bulls”, (the animals that were sacrificed) the phrase of the prophet Hoshea, offered biblical support, for the substitution of sacrifices with prayers.

At the conclusion of the fast of Yom Kippur, most feel a kind of catharsis, emotional relief, and spiritual elevation as they leave the synagogues. In earlier times, according to the Talmud, at the conclusion of Yom Kippur there were celebrations of rejoicing at the longed-for and anticipated Divine acceptance of the supplications of the Kohen Gadol. The young women, elegantly dressed, danced in the streets and asked the young men to choose a partner. “Young man, don’t look at shallow beauty and look more at the ancestor and the provenance”, they used to exclaim. 

Perhaps, because of this popular tradition of the search for Shiduchim on this date, the Torah reading chosen for the afternoon of Yom Kippur exhorts against forbidden marriages and against incest in particular. Or perhaps, since large groups were gathered in Yom Kippur, the time was consider appropriate for repeating the list of sexual prohibitions, knowledge of that is essential to the structure of every society.

The following is a list of sexual intercourse prohibited according to our biblical text:

    to. Between mother and son. 

B. Between stepmother and stepson.

c. Between brother and sister, or stepbrother and stepbrother. A man may marry the daughter of a stepfather or stepmother, the product of a previous marriage.

d. Between father and daughter, or between grandfather and granddaughter.

E. With the father’s or mother’s sister.

F. With the wife of the brother of (his) father.

G. With her daughter-in-law, even if she’s no longer married to her son.

H. With his brother’s wife or his half-brother’s wife.

i. With a woman and her daughter (The Torah conceived the possibility of having more than one wife).

j. With a woman and the daughter of his (of the woman) son.

K. With a woman and the daughter of his (of the woman) daughter.

l. With his wife’s sister (during his wife’s life).

We conclude our weekly notes with a brief reflection on the fact that in Judaism sex is not a taboo, nor an exclusive and obsessive manifestation of the carnal desire of humans. In no way should we regard sex as a concession to the animal instinct of the individual and to his absolute need for the survival of the species. Of course, our considerations are nuanced by the scientific knowledge of our day. 

However, it can be widely documented with biblical texts, with sources of Midrash and Talmud, that in Judaism there is a positive attitude towards sex. Moreover, the Kabalah, in particular, contains numerous quotations that exalt the the sexual act. Our chapters, however, set limits on sexual activity, (to which we must add the amendment imposed by Rabenu Guershom Maor Hagolá’s Beit Din which banned polygamy) limits that have been adopted, almost to the letter, by modern Western society.

MITSVA: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHÁ

CONTAINS 2 POSITIVE MITSVOT AND 26 PROHIBITIONS

  1. 184.Leviticus 16:2 A Kohen must not enter the Temple at any time (only for Temple Service) but still should not enter who is not a Kohen
  2. 185.Leviticus 16:3 Temple Service in Yom Kippur
  3. 186.Leviticus 17:3,4 Do not ritually slit the offering outside the temple yard
  4. 187.Leviticus 17:13 Mitsvah to cover blood (after the rite of slitting)
  5. 188.Leviticus 18:6 Having no pleasure with people who are forbidden to the individual
  6. 189.Leviticus 18:7 Not having sex with one’s father
  7. 190.Leviticus 18:7 Not having sex with one’s mother
  8. 191.Leviticus 18:8 Not having sex with the father’s wife, even if it is not his mother
  9. 192.Leviticus 18:9 Not having sex with a sister, be it your sister in any way
  10. 193.Leviticus 18:10 Not having sex with a son’s daughter
  11. 194.Leviticus 18:10 Not having sex with a daughter’s daughter
  12. 195.Leviticus 18:10 Not having sex with a daughter
  13. 196.Leviticus 18:11 Not having sex with the sister of a son, daughter of the same mother and of a different husband
  14. 197.Leviticus 18:12 Have no sexual relationships with one’s father’s sister
  15. 198.Leviticus 18:13 Not having sex with one’s mother’s sister
  16. 199.Leviticus 18:14 Having no relations with one’s father’s brother
  17. 200.Leviticus 18:14 Having no relations with the wife of one’s father’s brother
  18. 201.Leviticus 18:15 Not having sex with a child’s wife
  19. 202.Leviticus 18:16 Not having sex with a brother’s wife
  20. 203.Leviticus 18:17 Not having sex with both a woman and her daughter
  21. 204.Leviticus 18:17 Not having sex with both, a woman and her son’s daughter
  22. 205.Leviticus 18:17 Not having sex with both, a woman and her daughter’s daughter
  23. 206.Leviticus 18:18 Having no relationships with 2 sisters while both are alive
  24. 207.Leviticus 18:19 Not having sex with a woman during menstruation
  25. 208.Leviticus 18:21 Do not dedicate any son or daughter to the idolatry of Molech
  26. 209.Leviticus 18:22 A man should not have relations with another man
  27. 210.Leviticus 18:23 A man should not have sex with animals
  28. 211.Leviticus 18:23 A woman should not have sex with animals

KEDOSHIM

LEVITICUS XIX – XX

“HONOR YOUR FATHER AND YOUR MOTHER”

The title of our biblical reading comes from the Hebrew root Kadosh which means holy or sacred. God tells Moshe to instruct the entire congregation of Israel to be   Kedoshim, sanctified, because He is also sanctified. According to Rashi, Kedoshim’s instruction must be understood as keeping apart, not participating in incestuous sexual intercourse, the subject of previous chapters. At the same time, we must remain separate from any Averah, which is disobedience to a Mitsvah, which is a Divine ordinance contained in the Torah.

The central prayer of Shabbat afternoon affirms: “Atah echad, veShimcha echad, umi keamecha Israel goi echad ba’arets”, which means “You (God) isOne (unique), andYour Name is One, and who is as Your peopleIsrael, a unique people on earth”. Indeed, since the beginning of our history as a people, we have been Kedoshim, different and “other” in relation to the rest of humanity. According to the Midrash, Avraham was called Ivri, because he was located on one side of the river and the rest of the world was on the opposite bank. Avraham confronts the rest of the world and invites all to accept the existence of a unique and only God.

Golda Meir also referred to this characteristic, when, at the United Nations, she noted that each of the nations that belong have some special affinity with others. Whether because they belong to the same ideological and political bloc, either because of cultural or historical reasons, or by sharing language or religion. Venezuela, for example, belongs to the Latin American group. Spanish, which is its language, is shared by a large section of the continent. The Catholic religion is practiced by the majority of its inhabitants and by a large number of the inhabitants of the other nations of the Americas. The affinity between the different Arab countries is well known. The case of Israel, on the other hand, is unique. It shares neither language nor religion with any nation. Israelis different. Israelis unique. Israel is “the Jew of the United Nations”.

The Jewish people do not adhere to the principles and norms of universal history. Historian Arnold Toynbee had great difficulty integrating and including this people in his scheme of humanity. It is possible that he had not expressed prejudices of anti-Semitism when he called us a fossil people. It seems that he could not comfortably place us in his historical model: “It is the only case in the annals of humanity, where a people remain faithful to their national and religious identity, for the long span of two millennia, without their own land under their feet. Scholars offer various reasons and causes for this fact. But reality remains the same. We have defied all theories and continue to be, when according to accepted norms we should have ceased to exist.

Similarly, the nomenclature that applies to other peoples does not really fit us. Judaism is not exactly a religion. (The late Rabbi Dr. Leo Jung of the Jewish Center in New York used to teach us in a course he taught at Yeshiva University, where he stated that in Judaism, there are no dogmas, knowing that dogma is fundamental to religions). (Others argue that the existence of the One and Only God is a dogma in Judaism). Being Jewish does not (is not identical) to the practice of Judaism. It’s much easier to answer the famous question of who’s Jewish than what is a Jew? (although politically it is a hot issue today and has an impact at this historic moment when we should join forces and refrain from additional internal divisions).

The “choice” of the Jewish people, which is a notion that we repeat when we are called to read the Torah by reciting: “Asher bachar banu mikol haamim”, which means “Who chose us among all peoples”, has to be understood and explained in some way. It’s arrogant and surely wrong, to presume that we’re better than others. If we excel in some disciplines, we are weak in other fields. 

There is no doubt, however, that the world in which we have acted considers us different and “other”. Our “choice” must perhaps be manifested, in the firmness of our convictions and in the willingness to give our lives, to remain faithful, loyal and consistent with our ideals, that at the end of the day it must be the model to follow for all mankind. We have been compared to a current in the vicinity of the Bermuda Islands, which is in the middle of an immense ocean and which, however, does not allow its waters to be confused with the waters that surround it while this current maintains its special characteristics.

The Torah places an additional framework and limit on the relationship between parents and children by including in the same verse of our weekly text, fear of parents and the obligation to care for Shabbat. The Jajamim use this apparent coincidence to teach that obedience to parents is conditioned on the teachings of tradition. So that the Torah is supreme when a father orders a challenge to its Laws. This topic, that of parent-child interaction, is included in the Ten Commandments. 

According to the Jajamim, the opinion ordering “honor your father and your mother” serves to bring about the transition between human obligations to the obligations to the Creator. God is the creator of the cosmos and our parents are our biological “creators”.

In our day, when we observe the weakening of the family unity, the emphasis on fulfilling this law of “honoring and fearing” parents becomes imperative. The Talmud specifies this relationship by noting that a child should not sit in the parent’s fixed seat at the table, should not contradict him, and when his father is debating with another person, a child should refrain from participating. Not even to side with his father. The above is part of Mora, “fear” of the father. The “honor” owed the father, Kibud, in Hebrew, translates into providing him with food and drink (in case of poverty)) of providing him with clothing (if necessary), and allowing him to enter or leave from anywhere first.

The Talmud, also in the Treaty of Kidushín, states that the father also has specific obligations toward his son. The father has the responsibility to teach Torah (since in ancient times the task of education was transferred to teachers and schools), to provide him with a trade so that he can defend himself in life (during the Middle Ages, Jews were excluded from craftsmen’s guilds and therefore had to engage in other activities).

The father must circumcise him (Brit Milah) at eight days, “redeem him”, when applicable, at thirty days (Pidyon haben). A parent has to teach his child to swim (¿physicalfitness?). Perhaps the intention of this instruction is that a parent must help his child defend himself in different situations that life and nature can present to him. A parent should find a wife for their child (the likely reference is to prepare him emotionally and financially for marriage). In this way, Jewish tradition is not satisfied with abstract instruction, but defines how we should implement this relationship between parents and children.

Our weekly chapters contain numerous additional laws and instructions that are of paramount importance and deserve careful study. We conclude our lines by quoting below the Law that forbids not only idol worship, but also forbids to consider the mere possibility of their existence. It is obvious then that consulting the horoscope daily, or going to a fortune teller or sorcerer, is not something in line with our Law. 

Our astonishment was enormous, when we learned that President Ronald Reagan’s wife was in consultation with an astrologer from Los Angeles, because she feared for her husband’s life. For Nancy Reagan, the secrets of astronomy (which could be discovered by the Challenger spacecraft) do not compare to the foolproof prognostications the astrologer provided. If so, those who may belittle the urgent need for the study of the Torah (with its rules prohibiting the practice of magic and superstition) obviously remains vital in modernity.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 13 POSITIVE MITSVOT AND 38 PROHIBITIONS

  1. 212.Leviticus 19:3 Fearing the father and the mother
  2. 213.Leviticus 19:4 Do not turn to idolatry in thought, nor verbalizing, including witnessing
  3. 214.Leviticus 19:4 Do not make an idol for personal use or for others
  4. 215.Leviticus 19:6,8 Do not eat remaining offering meat after the prescribed time for it
  5. 216.Leviticus 19:10 Leaving part of the field planted for the poor
  6. 217.Leviticus 19:9 Do not harvest to the edge of the field
  7. 218.Leviticus 19:10 Leaving spikes for the poor
  8. 219.Leviticus 19:9 Do not collect spikes dropped during harvest
  9. 220.Leviticus 19:10 Leaving a vineyard boundary for the poor
  10. 221.Leviticus 19:10 Do not harvest the boundaries of the vineyard
  11. 222.Leviticus 19:10 Leave the fallen grapes on the ground in the vineyard for the poor
  12. 223.Leviticus 19:10 Do not collect fallen grapes from the vineyard
  13. 224.Leviticus 19:11 Don’t steal (Not to steal of the Ten Commandments refers to kidnapping according to Jewish tradition
  14. 225.Leviticus 19:11 Do not deny possession of an object belonging to another person
  15. 226.Leviticus 19:11 Don’t swear falsely about an object of value
  16. 227.Leviticus 19:12 Don’t swear falsely
  17. 228.Leviticus 19:13 Do not retain other people’s property
  18. 229.Leviticus 19:13 Do not commit theft
  19. 230.Leviticus 19:13 Do not delay paying a wage laborer
  20. 231.Leviticus 19:14 De not curse a Jew, man, or woman
  21. 232.Leviticus 19:14 Do not lead an individual to error by giving him equivocal counsel
  22. 233.Leviticus 19:15 Do not pervert justice, in a civil trial
  23. 234.Leviticus 19:15 Do not give special honors in a trial to an eminent individual
  24. 235.Leviticus 19:15 The judge must make a correct judgment
  25. 236.Leviticus 19:16 Do not defame (gossip)
  26. 237.Leviticus 19:16 Do not remain indifferent at the blood of another
  27. 238.Leviticus 19:17 Don’t hate another Jew
  28. 239.Leviticus 19:17 Reproach the Jew who is not behaving properly
  29. 240.Leviticus 19:17 You will not place another Jew in an uncomfortable situation
  30. 241.Leviticus 19:18 You will not avenge
  31. 242.Leviticus 19:18 You will not hold a grudge
  32. 243.Leviticus 19:18 Loving another Jew
  33. 244.Leviticus 19:19 Don’t mate animals of different species
  34. 245.Leviticus 19:19 Do not sow seeds of different species together in the Land of Israel, the same with trees of different species
  35. 246.Leviticus 19:23 Not eating the fruit of the tree for the first 3 years
  36. 247.Leviticus 19:23, 24 Laws of the ‘Fruit of the Tree’ in the Fourth Year
  37. 248.Leviticus 19:26 Do not eat or drink like a glutton
  38. 249.Leviticus 19:26 Do not practice divination 
  39. 250.Leviticus 19:26 You will not conjure (magic)
  40. 251.Leviticus 19:27 You will not remove the hair from the sideburns of the face
  41. 252.Leviticus 19:27 You will not destroy the ends of your beard
  42. 253.Leviticus 19:28 You will not do a tattoo on your flesh (skin)
  43. 254.Leviticus 19:30 Respect the Temple
  44. 255.Leviticus 19:31 Do not act like a spiritualist (magic species)
  45. 256.Leviticus 19:31 Do not practice Yidon (magic species)
  46. 257.Leviticus 19:32 Honor Torah scholars
  47. 258.Leviticus 19:35 Do not deceive with measures
  48. 259.Leviticus 19:36 Create exact balances, weights and measurements
  49. 260.Leviticus 20:9 Do not curse your father or mother
  50. 261.Leviticus 20:14 Incinerate the person who has been sentenced to die by fire
  51. 262.Leviticus 20:23 Do not follow the behavior of idolaters

Una fuente de Santidad

Cuando Hay una simbiosis entre Dios y el pueblo judío hay permanencia. La tradición judía es un encuentro ente las instrucciones de Dios y nuestra reacción a las mismas. El cumplimiento de esos mandatos nos da la santidad y fuerza para permanecer como pueblo hoy y en el futuro.

LA ETIOLOGÍA MORAL DE LA LEPRA

TAZRÍA_Levítico XII – XIII

En opinión de numerosos estudiosos de la realidad religiosa y social de nuestro pueblo, Shabat y kashrut son los dos pilares fundamentales de nuestra tradición. Al igual que muchas otras generalizaciones que resultan frágiles frente a cuestionamientos serios, éstas también sucumben ante un análisis cuidadoso. Sin embargo, tiene un uso pragmático porque sirve para un análisis precoz de la condición religiosa del individuo o de una comunidad. Los mencionados pilares de la tradición son una especie de barómetro que sirven para medir el grado de observancia de nuestras leyes. 

Asumimos, generalmente, que las personas que observan Shabat y kashrut, también cumplen, con otras mitsvot. No corremos ningún riesgo si inferimos que las personas que son meticulosas con las numerosas leyes de Shabat, igualmente escuchan los sonidos del shofar, que es el cuerno de un cordero, en Rosh HaShaná  y se abstienen de comer jamets, que son los alimentos leudantes prohibidos en Pésaj.

Dado que el kashrut distingue diariamente al hogar judío, esta mitsvá tiene una importancia singular en nuestra tradición. Además, toda una industria de alimentos ha surgido a su alrededor. Especialmente en festividad de Pésaj hay muchos preparativos en los hogares y los alimentos kasher lePésaj juegan un papel determinante en todas nuestras comunidades. Esta palabra, generalmente pronunciada kósher por los americanos, forma parte del idioma inglés, al menos el que utilizan todos, judíos y gentiles, en los grandes centros urbanos de los Estados Unidos. Taref o terefá, significa “no es kasher”, o sea un alimento prohibido. Estos dos vocablos kasher y taref, por lo tanto, desempeñan un papel singular y significativo en la vida hogareña y comunitaria del mundo judío contemporáneo.

Si nos remontamos un par de milenios atrás, a la época de la existencia del Beit HaMikdash, que es el sagrado Templo de Jerusalem, nos encontramos conque kasher y taref no son ubicuos en la vida cotidiana y no juegan el papel determinante de nuestros días. Tamé, que quiere decir lo que es ritualmente impuro; y tahor, lo que es ritualmente puro; son los dos conceptos claves que acaparan la atención y la preocupación cotidiana de la sociedad judía de aquel entonces. 

El servicio y el ritual del Beit HaMikdash cuyo alrededor giraba el grueso del culto religioso de la época, obliga a la consideración de estas dos condiciones rituales de un judío. El ingreso del feligrés al recinto del Templo y su posible participación en alguno de los rituales dependen de su estado de “pureza ritual” para ese momento. Para poder pasar de un estado de tamé al de tahor se tiene que cumplir con varios pasos que pueden incluir el ofrecimiento de sacrificios y las abluciones en un mikvé, una piscina de agua ritual, según lo que se indique para cada situación en particular.

Nuestros capítulos semanales dan comienzo a un análisis de este mundo de tahará, de la pureza ritual, con una descripción de la enfermedad nega tsaráat, usualmente identificada con la lepra. Si partimos del punto de vista de que la Biblia no es un texto de medicina, cabe preguntarnos, ¿qué lugar ocupa un tratado detallado acerca de esta contagiosa enfermedad tsaráat en un compendio de principios morales? Aparentemente, en la concepción de las sagradas escrituras, contraer esta enfermedad no es accidental, sino el castigo por un comportamiento dudoso o ciertamente inmoral. 

En Shemot (Éxodo) IV, 6, leemos, “y añadió el Eterno: pon ahora tu mano en tu pecho. Y puso (Moshé) su mano en su pecho y la retiró como leprosa, blanca como la nieve”. En el próximo versículo, Dios hace desaparecer la lepra, lo que constituye una demostración de poderes extraordinarios que Moshé podría utilizar para convencer al Faraón de que permitiese la salida de los hebreos de su territorio.

En realidad, ésta es la segunda demostración que Dios le hace a Moshé. La primera de ellas consiste en arrojar su bastón al suelo para que se convierta en una serpiente. ¿Cuál es el propósito de la segunda demostración, la lepra? Hay quien considera que tal vez la prueba de la lepra fue un castigo para Moshé, porque en el primer versículo de este mismo capítulo leemos, “y respondió Moshé, ¿y si ellos (los hebreos) no me creyeran y no me escucharan porque dijeran: no se te apareció el Eterno”? 

Esta falta de confianza en el pueblo que se desprende de las palabras de Moshé es la causa de que Dios ordene, aunque sólo sea momentáneamente, el azote de la lepra en la mano de Moisés. En el Talmud, Resh Lakish afirma que quien tenga sospechas de una persona que no es culpable sufre un castigo corporal y cita como prueba la mano leprosa de Moshé.

En Bemidbar (Números) XII, 1, dice el texto: “y hablaron Miryam y Aharón contra Moshé por causa de la mujer kushit (etíope) que él había tomado por mujer”. Algunos versículos más adelante leemos, “no es así con mi siervo Moshé, que Me es fiel en gran manera. Con él hablo cara a cara, en visión clara… Y cuando la nube se retiró del tabernáculo he aquí que Miryam se convirtió en leprosa, blanca como la nieve…”. Según este relato, la lepra que sufre Miryam también se debe al haber hablado en contra de Moshé.

De los dos casos citados se desprende entonces, que tsaráat es una aflicción resultante de alguna falta moral que no está ligada a una acción, sino a la calumnia o a la apreciación errónea del calibre moral del prójimo. Sin embargo, esta tsaráat se manifiesta como una enfermedad fisiológica y el Kohén tiene la función de diagnosticar y luego indicar el tratamiento requerido. De acuerdo con ciertas tonalidades de color y de apariencia, se le indica al doliente si es necesario que se aparte del campamento comunitario por un período prudencial, hasta que la herida cure de acuerdo con la opinión del Kohén

Las vestimentas del afligido tienen que ser lavadas, y luego salpicadas siete veces con el líquido que contiene también la sangre de un ave sacrificada. Su ropa se lava nuevamente y tiene que quitarse los vellos del cuerpo, hacer una inmersión, salir fuera del ámbito de la comunidad por un período de siete días, para luego ser considerado tahor. En el octavo día tiene que ofrecer unos sacrificios acompañados de un complejo ceremonial. ¿Por qué se le exige el ofrecimiento de un sacrificio? ¿Acaso tiene la persona alguna responsabilidad moral por haberse enfermado? Forzosamente debemos concluir, según la perspectiva de la Torá, que uno contrae nega tsaráat por haber cometido una falta de tipo religioso moral que requiere kapará, la expiación a través de la ofrenda de algún sacrificio.

En otros libros bíblicos también encontramos episodios donde se menciona la lepra. El rey Uziyahu, por ejemplo, es castigado con lepra por intentar participar en el ritual de los sacrificios en el Templo. En la tradición judía hay una separación entre kéter malejut, que es la corona del reino, y kéter kehuná, que es la corona del sacerdocio. Por ello, Uziyahu fue exilado de la comunidad hasta el día de su muerte.

Si por un lado se considera que la lepra es un castigo, su curación se estima como el resultado de la intervención Divina. En los libros de los profetas se nos enseña que Naamán, el general del rey de Aram, es curado por el profeta Elisha, quien le ordena siete abluciones en el río Jordán. Mientras que el joven aprendiz del profeta, Guejazí, se contagia con la misma lepra, por haber recibido en contra de la voluntad del profeta, un regalo de Naamán. De esta manera, nuestra tradición le da una perspectiva moral a una enfermedad que azotó a la humanidad por siglos y que para muchos era el resultado del caprichoso comportamiento de la naturaleza y de la ira imprevista de los dioses que su imaginación había creado.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 2 PROHIBICIONES

  1. 166.Levítico 12:2,5 La impureza ritual de la mujer después de dar a luz
  2. 167.Levítico 12:4 La persona ritualmente impura no de ingerir Sacrificios Sagrados
  3. 168.Levítico 12:6 La ofrenda que trae la mujer después de dar a luz
  4. 169.Levítico 13:2 La impureza ritual de la persona que tiene tsaráat (se manifiesta con una erupción en la piel)
  5. 170.Levítico 13:33 No cortar el pelo de una lesión nétek (tipo de tsaráat)
  6. 171.Levítico 13:45 La persona que tiene tsaráat o cualquiera que puede transmitir impureza ritual a otros, no debería cortar su pelo y dejar sus prendas de vestir rasgadas
  7. 172.Levítico 13:47 Leyes pertinentes a tsaráat de prendas de vestir

METSORÁ

Levítico XIV – XV

¿SUFRIRÁ EL JUSTO Y EL INJUSTO SERÁ RECOMPENSADO?

Tal como lo constatamos anteriormente, nega tsaráat, que es la enfermedad que se identifica frecuentemente con la lepra, era un terrible azote para la humanidad. La Torá se hace eco de esa preocupación del ser humano, al dedicarle capítulos enteros a su diagnóstico, pronóstico y curación. El Kohén, el sacerdote que ejerce las funciones medicinales en esta área se ocupa adicionalmente de la “lepra de las vestimentas” y la “lepra de las casas”. El proceso de la curación de esta dolencia implica ser excluido del ámbito comunitario, la inspección periódica de las lesiones y el ofrecimiento eventual de algunos sacrificios.

Cualquier reflexión sobre este tema requiere responder ante todo a la siguiente interrogante: ¿por qué se ocupa la Torá de una enfermedad? ¿Es acaso la Torá un texto de medicina? Obviamente la respuesta es negativa. Concebimos la Torá como una guía para nuestro comportamiento espiritual, moral y social. Todos los relatos que contiene deben evidenciar una enseñanza moral. Porque la Torá no es un libro de historia, y desde la perspectiva de esta misma Torá, al ser creadas el hombre y la mujer fueron dotados con un intelecto que les permite investigar y descubrir, que tiene la capacidad de crear y de ingeniarse para enfrentar los desafíos de la naturaleza y descubrir sus mecanismos primarios. Esto incluye, desde luego, la posibilidad de encontrar los remedios y las curaciones de los males que nos aquejan.

Nuestros Jajamim entendieron esta dificultad y sugieren que nega tsaráat no es una enfermedad fisiológica adicional, sino una manifestación externa de desviaciones morales que atañen particularmente al dominio de la injuria y de la calumnia. La dolencia nega tsaráat según esta concepción, viene a ser un fiel retrato a lo Dorian Gray que pone en evidencia el estado espiritual del doliente. Entonces, tal vez sería oportuno, investigar si en la visión judía, las enfermedades son accidentales en la naturaleza o el resultado de ciertos malos hábitos físicos, o si constituyen un castigo por errores cometidos en el ámbito de la ética y del culto.

Es posible documentar, con textos bíblicos, el argumento de que la enfermedad es un castigo por desobediencia a la palabra de Dios y por cometer aberraciones del orden moral. Podemos citar, por ejemplo, la muerte del hijo que nace de la unión entre Bat Sheva y el rey David. Recordemos que el rey envía a Uría, el esposo de Bat Sheva, a una muerte segura en las primeras filas de la batalla, para poder apoderarse de la bella mujer. (Esta explicación nos debe conducir a considerar un problema que causa mayor consternación aún, que es la muerte del recién nacido, totalmente inocente de los quehaceres de sus progenitores). 

El rey Ajav muere en el curso de una batalla porque se había apoderado del viñedo de Navot y así sucesivamente. ¿Cuál es el propósito del castigo? ¿Nos encontramos acaso frente a manifestaciones de venganza, debido al carácter severo del Dios de Israel, como sostienen algunos de los detractores de nuestra fe? Tal vez se puede considerar al castigo como una advertencia, que a veces es implacable, pero cuyo propósito principal es el de prevenir para que el error no se repita.

El libro bíblico de Iyov (Job) puede considerarse como un intento de respuesta al problema del sufrimiento de una humanidad que en numerosas ocasiones no puede encontrar una relación de causa y efecto entre el crimen y el castigo. Iyov se rebela ante la sugerencia de uno de sus amigos, Elifaz el Teimanita, que le dice, “has memoria: ¿quién murió siendo inocente? O, ¿cuándo fue una persona recta destruida? Conforme a lo que he visto, los que siembran la iniquidad y aran la desdicha, cosechan lo mismo”. (Job IV; 7,8). 

En las páginas de la Mishná, Rabí Yanai expresa el sentimiento de muchos de sus contemporáneos al exclamar: “no está a nuestro alcance explicar la prosperidad de los malvados y el sufrimiento de los justos”. Esta es una clara admisión de la complejidad del problema y de lo insuficiente de nuestro razonamiento para explicar una realidad siempre conflictiva que resulta inconsistente con nuestra estimación de la justicia.

Nuestro maestro, Harav Yosef Dov Haleví Soloveitchik, solía enseñarnos, haciéndose eco de los exegetas, que la desobediencia de los Diez Mandamientos tenía como consecuencia inevitable cierto castigo. No es indispensable castigar, externamente, la falta de respeto a padre y madre. La disolución de las relaciones familiares arrastra consigo sus propias nefastas consecuencias. Quien comete un asesinato, termina eventualmente como víctima de una acción similar. Así argumenta Soloveitchik. Siguiendo esta orientación en nuestro razonamiento, nuestros Jajamim tal vez entendieron que nega tsaráat es una advertencia que señala que la injuria y la calumnia no perjudican únicamente al injuriado y al calumniado, sino que se devuelven para castigar a la persona culpable, o sea al que injuria y al que calumnia.

El hecho de que el Kohén es la persona escogida para “curar” a este “leproso espiritual” implica que la aflicción no tiene que ser permanente y que por tanto el castigo es reversible. Se trata entonces de una admonición que le dice al hombre, cuidado con la calumnia, porque su resultado es comparable a la odiosa lepra. Y tal como esta lepra puede ser “curada” si se siguen las instrucciones del Kohén ofreciendo sacrificios que constituyen una admisión de culpa, igualmente, la injuria puede ser expiada. De esta manera podemos considerar a nega tsaráat como un proceso aleccionador y de prevención, en lugar de un castigo permanente por un pecado cometido.

Para el piadoso, el sufrimiento se convierte en una ocasión para obtener la atención de Dios. El peor castigo para el hombre de fe es el aparente abandono de Dios, héster panim en el lenguaje de la Kabalá. Para el religioso auténtico, el sufrimiento es preferible a la indiferencia de la Deidad y opta por el dolor frente a la posibilidad de la apatía Divina. Así dice el salmista: “feliz es el hombre al que Tu instruyes (se puede traducir igualmente del hebreo, ‘al que Tu castigas’),  ¡ oh ! Eterno, y le enseñas Tu ley” (Salmos XCIV, 12).

Puede argumentarse también que el sufrimiento desarrolla y permite que salgan a relucir las cualidades de nobleza y, en ocasiones, de grandeza de los seres humanos. El sufrimiento nos hace más sensibles a las necesidades de otros y nos permite identificarnos, o al menos, comprender las miserias de los menos afortunados. ¿Cómo podríamos saborear lo dulce, si no probamos lo amargo? ¿Podríamos apreciar la dicha si desconocemos el sufrimiento y el dolor? Yisurim shel ahavá son los dolores de amor, en el lenguaje de los Jajamim. Hermann Cohen, el gran filósofo judío dijo en una ocasión que “sin leid no podía haber mittleid”.

Las personas que poseen una fe profunda sostienen que los hombres tenemos una visión fraccionada de la realidad, que percibimos los hechos desde una perspectiva muy angosta. Por lo tanto, continuando con este argumento, hay ocasiones en las que el sufrimiento es un beneficio y no una dolencia. 

Recuerdo el relato de un sobreviviente del holocausto. En cierta oportunidad, cuando se estaba reuniendo una cantidad exacta de personas para ser enviadas a un campo de trabajo forzado, él, para aquel entonces un joven de diecisiete años, fue brutalmente desalojado de su puesto, por alguien que poseía una gran musculatura. Suponían que todos los que subían a ese vagón del tren se salvarían, a pesar del trabajo forzado al que serían sometidos. Los que quedaron atrás, correrían directamente una suerte diferente, la muerte. Pero el destino fue diferente. El vagón de ese tren se dirigía a los hornos de gas. El joven que fue sacado violenta e injustificadamente de su lugar sobrevivió para contar este relato.

Aun para quienes las dolencias tienen un origen fisiológico exclusivamente, el ingrediente emocional y espiritual juega un papel importante en el desarrollo y la evolución de la enfermedad. La interpretación tradicional de nuestra lectura semanal sugiere en cambio, que, en ciertas enfermedades, el parámetro espiritual es esencial y la nega tsaráat viene a ser una manifestación superficial de una dolencia interna que, en su origen, es un mal moral.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 11 MITSVOT POSITIVAS

  1. 173.Levítico 14:2 Ritual de purificación por tsaráat
  2. 174.Levítico 14:9 Afeitar al afectado por tsaráat en el séptimo día (parte del ritual de purificación)
  3. 175.Levítico 14:9 Inmersión del individuo impuro en un mikvé para su purificación ritual
  4. 176.Levítico 14:10 La ofrenda del individuo con tsaráat cuando es curado de su aflicción
  5. 177.Levítico 14:35 Leyes de impureza ritual de una casa contaminada con tsaráat
  6. 178.Levítico 15:2,3 Leyes de impureza ritual de la persona que tiene emisiones, zav, quien es objeto y causa de su impureza ritual 
  7. 179.Levítico 15:13,14 Ofrenda del zav cuando es curado de las emisiones
  8. 180.Levítico 15:16 Leyes sobre la impureza ritual del semen, que es ritualmente impuro y causa impureza ritual
  9. 181.Levítico 15:19 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual
  10. 182.Levítico 15:25 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando de manera anormal que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual
  11. 183.Levítico 15:28,29 Ofrenda de la mujer zavá, que está menstruando de manera anormal cuando ya ha sido ritualmente purificada

THE MORAL ETIOLOGY OF LEPROSY

TAZRIA_Leviticus XII – XIII

In the opinion of numerous scholars of the religious and social reality of our people, Shabbat and Kashrut are the two fundamental pillars of our tradition. Like many other generalizations that are fragile in the face of serious questions, they also succumb to careful analysis. However, it has pragmatic use because it serves for an early analysis of the religious status of the individual or a community. These pillars of tradition are a kind of barometer that serve to measure the degree of observance of our Laws. 

We assume, generally, that people who observe Shabbat and Kashrut also comply, with other Mitsvot. We take no risk if we infer that people who are meticulous with the numerous laws of Shabbat, also hear on Rosh HaShana the sounds of the Shofar, which is the horn of a lamb, and refrain from eating Chamets, which are the fermented foods forbidden on Pesach.

Since Kashrut distinguishes the Jewish home daily, this Mitsvah has unique importance in our tradition. In addition, an entire food industry has sprung up around it. Especially during the celebration of Pesach there are many necessary preparations in the homes and Kasher lePesach foods play a decisive role in all our communities. This word, usually pronounced as kosher by Americans, has been integrated into the English language, at least the one used by all, Jews and Gentiles, in the great urban centers of the United States. Taref, or terefa, means “not kosher”, forbidden food. These two words kosher and taref, therefore, play a unique and significant role in the home and community life of the contemporary Jewish world.

If we go back a couple of millennia, the time of the existence of the Beit HaMikdash, which is the sacred Temple of Jerusalem, we find that kosher and taref are not ubiquitous in everyday life and do not play the decisive role of our day. Tame, which means what is ritually impure; and tahor, which is ritually pure; are the two key concepts that grab the attention and daily concern of Jewish society at that time.

The service and ritual of Beit HaMikdash, whose surroundings encompassed the bulk of the religious cult of the time, made compulsory the consideration of these two ritual conditions of a Jew. The entrance of the parishioner to the Temple precinct and his possible participation in one of the rituals depended on his state of “ritual purity” at that time. To move from a tame state to the tahor state, several steps had to be completed that would include offering sacrifices and ablutions in a mikve, a ritual water pool, as indicated for each particular situation.

Our weekly chapters begin with an analysis of this world of tahara, of ritual purity, with a description of the disease nega tsara´at, erroneouslyusually identified with leprosy. If we start from the point of view that the Bible is not a text of medicine, we may ask ourselves, what place does a detailed treatise on this contagious tsara´at disease occupy in a compendium of moral principles? Apparently, in the conception of the Scriptures, contracting this disease is not accidental, but the punishment for dubious or certain immoral behavior. 

In Shemot (Exodus) IV, 6, we read, “and added the Eternal: put your hand on your chest now. And he (Moshe) puthis hand on his chest and removed it as leper, snow-white.” In the next verse, God makes leprosy disappear, which is a demonstration of extraordinary powers that Moshe could use to convince Pharaoh to allow the Hebrews to leave his land.

This is God’s second demonstration to Moshe. The first was to throw his cane to the ground to become a snake. What is the purpose of the second demonstration with leprosy? Some suppose that the test of leprosy was a punishment for Moshe, because in the first verse of this same chapter we read, “and Moshe replied: “What if they (the Hebrews) did not believe me and did not listen to me and said that the Eternal did not appear to me?”

This lack of trust in the people that comes from Moshe’s words is the cause of God ordering, even momentarily, the scourge of leprosy on Moses’ hand. In the Talmud, Resh Lakish states that anyone who suspects a person who is not guilty suffers corporal punishment and cites as evidence Moshe’s leper´s hand.

In Bemidbar (Numbers) XII, 1, the text reads: “And Miryam and Aharon spoke against Moshe because of the Kushit (Ethiopian) woman he had taken as a woman.”  Some verses later we read: “This is not the case with my servant Moshe, who is greatly faithful to Me. With him I speak face to face, in clear vision…. And when the cloud retreated from the tabernacle behold, Miryam became a leper, with skin white as snow…” According to this account, Miryam’s leprosy was also due to having spoken out against Moshe.

It follows from the two cases cited then that tsara´at is an affliction resulting from some moral failing which is not linked to an action, but rather to slander or misperception of the moral caliber of others. However, this tsara´at manifests itself as a physiological disease and a Kohen has the function of diagnosing and then indicating the required treatment. According to certain shades of color and appearance, the mourner is instructed if it is necessary to leave the community camp for a reasonable period, until the wound heals according to Kohen’s opinion.

The clothing of the afflicted must be washed, and then sprinkled seven times with the liquid that also contains the blood of a slaughtered bird. These clothes are washed again and the hairs from the body must be removed, immerse in water, go outside the community for a period of seven days, and then could be considered tahor. On the eighth day he had to offer sacrifices accompanied by a ceremony. Why is he required to offer a sacrifice? Does the person have any moral responsibility for getting sick? We must necessarily conclude, according to the perspective of the Torah, one contracts tsara´at for commiting a moral religious misdeed that requires Kaparah, atonement through the offering of a sacrifice.

We also find episodes where leprosy elsewhere in the Bible. King Uziyahu, forexample, is punished with leprosy for attempting to participate in the ritual of sacrifices in the Temple. In Jewish tradition there is a separation between Keter Malchtut, which is the crown of kingdom, and Keter Kehuna, the crown of priesthood. For this reason, Uziyahu was exiled from the community until the day of his death.

If leprosy is considered a punishment, its healing is considered the result of Divine intervention. In the books of the prophets, we are taught that Naaman, the general of the king of Aram, is healed by the prophet Elisha, who instructs him to do seven ablutions in the Jordan river. The prophet’s young apprentice, Gechazi, is infected with the same leprosy, for having received a gift from Naaman against the will of the prophet. In this manner, our tradition gives a moral perspective to a disease that whipped humanity for centuries and which for many was the result of the capricious behavior of nature and the unforeseen anger of the gods that his imagination had created.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHA

CONTAINS 5POSITIVE MITSVOT AND 2 PROHIBITIONS

  1. 166.Leviticus 12:2,5 The woman’s ritual impurity after giving birth
  2. 167.Leviticus 12:4 The ritually unclean person does not ingest Sacred Sacrifices
  3. 168.Leviticus 12:6 The offering the woman brings after giving birth
  4. 169.Leviticus 13:2 The ritual impurity of the person who has tsara´at (it manifests with a rash on the skin)
  5. 170.Leviticus 13:33 Do not cut the hair of a netek lesion (type of tsara´at)
  6. 171.Leviticus 13:45 The person who has tsara´at or anyone who can transmit ritual impurity to others should not cut his hair and leave his garments torn
  7. 172.Leviticus 13:47 Laws relevant to clothing tsara´at 

METSORÁ

Leviticus XIV – XV

WILL THE RIGHTEOUS SUFFER AND WILL THE UNJUST BE REWARDED?

As noted previously, nega tsara´at, the disease erroneously identified with leprosy, was a terrible scourge for humanity. The Torah echoes this concern, by dedicating entire chapters to its diagnosis, prognosis, and healing. The Kohen, the priest who performs medicinal functions in this area, additionally deals with the “leprosy of clothing” and the “leprosy of houses”. The process of curing this ailment involves being excluded from community living, regular inspection of injuries and eventual offering of some sacrifices.

Any reflection on this subject requires answering first and foremost the following question: why does the Torah dealwith a disease? We conceived the Torah asa guide to our spiritual, moral, and social behavior. All the narratives it relates must direct to a moral teaching. Because the Torah is not a book of history, and from the perspective of this same Torah, when man and woman were created, they were endowed with an intellect that allows them to investigate and discover. They can create, manage, and face the challenges of nature and discover its primary mechanisms. This includes, of course, the possibility of finding remedies and healings for the evils that afflict them.

Our Chachamim understood this difficulty and suggest that Nega tsara´at is not an additional physiological disease, but an external manifestation of moral deviations that particularly concern the mastery of insult and slander. According to this conception, Tsara´at is a kind of Dorian Gray portrait that highlights the spiritual state of the mourner. It would be appropriate to investigate whether in the vision of Judaism, diseases are accidental in nature and the result of certain bad physical habits, or whether they constitute a punishment for mistakes made in the field of ethics and worship.

It is possible to document, through biblical texts, the argument that disease is a punishment for disobedience to the Word of God and for committing aberrations of a moral order. We can cite, for example, the death of the son born of the union between Bat Sheva and King David. Let us remember that the King sends Uria, Bat Sheva’s husband, to certain death in the front lines of battle, so that he can take to himself his beautiful wife. (This reasoning should lead us to consider a problem that causes great dismay, which is the death of a newborn, a wholly innocent being.) 

King Achav dies during a battle because he had taken over the vineyard of Navot and so on. What is the purpose of punishment? Are we faced with manifestations of vengeance, because of the harsh character of the God of Israel ,as some detractors of our faith think? Punishment can perhaps be regarded as a warning, which is sometimes relentless, but whose primary purpose is to prevent the error from being repeated.

The biblical book of Iyov (Job) can be seen as an attempt to respond to the problem of the suffering of a humanity that on numerous occasions cannot find a cause-and-effect relationship between crime and punishment. Iyov rebels at the suggestion of one of his friends, Elifaz the Theimanite, who tells him, “You have to remember: Who died innocent? Or when was a righteous person destroyed? According to what I have seen, those who sow iniquity and misery harvest the same”. (Job IV; 7.8). 

In the pages of the Mishnah, Rabbi Yanai expresses the feeling of many of his contemporaries by exclaiming, “It is not within our power to explain the prosperity of the wicked and the suffering of the righteous”. This is a clear admission of the complexity of the problem and the limits of our reasoning to explain an ever-conflicting reality that is inconsistent with our concept of justice.

Our teacher, Harav Yosef Dov Halevi Soloveitchik, used to teach us, echoing the exegetes, that the disobedience of the Ten Commandments had the inevitable consequence of punishment. It is not essential to punish, externally, disrespect for father and mother. The dissolution of family relationships carries with it its own dire consequences. Whoever commits murder eventually ends up as a victim of a similar action. This is how Soloveitchik argues. Following this guidance in our reasoning, our Chachamim may have understood that Nega tsara´at is a warning that insult and slander do not harm only the injured and slandered, but return to punish the guilty person, that is, the one who insults and slanders.

The fact that the Kohen is the person chosen to “cure” this “spiritual leper” implies that affliction does not have to be permanent, and that punishment is therefore reversible. It is an admonition that tells man, beware of slander, because its result is comparable to the odious leprosy. And just as this leprosy can be “healed” if the Instructions of the Kohen are followed by offering sacrifices that constitute an admission of guilt, the insult can also be atoned for. In this way we can regard Nega tsara´at as a sobering and prevention process, rather than as a permanent punishment for a sin committed.

For the pious, suffering becomes an occasion to obtain God’s attention. The worst punishment for man of faith is the apparent abandonment of God, Hester panim, in the language of the Kabalah. For the authentic religious, suffering is preferable to the indifference of the Deity and would opt for pain over the possibility of Divine apathy. Thus says the Psalmist: “Happy is the man to which You instruct (it can be translated equally from Hebrew, ‘to which You punish’), Oh! Eternal, and you teach him Thy law” (Psalms XCIV, 12).

It can also be argued that suffering develops and allows that the qualities of nobility and even greatness of human beings come to light. Suffering makes us more sensitive to the needs of others and allows us to identify, or at least understand the miseries of the less fortunate. How could we taste the sweet if we don’t taste the bitter? Could we appreciate bliss if we do not know suffering and pain? Yisurim shel ahava, pains of love, in the language of the Chachamim. Hermann Cohen, the great Jewish philosopher once said that “without leid there could be no mittleid”.

People who have deep faith argue that men have a fractional view of reality, that we perceive facts from a very narrow perspective. Therefore, continuing with this argument, there are times when suffering is a benefit and not an ailment. 

I remember the story of a Holocaust survivor. On one occasion, when an exact number of people were gathering to be sent to a forced labour camp, he, at that time a seventeen-year-old, was brutally evicted from his post by someone who possessed greater strength. They assumed that everyone who got on that train car would be saved, despite the forced labour to which they would be subjected. Those left behind would run a different fate, death. But fate was different. That train’s car was headed for the gas furnaces. The young man who was violently and unjustifiably removed from his place survived to tell this story.

Even for those who have a physiological weakness, the emotional and spiritual ingredient plays an important role in the development and evolution of a disease. The traditional interpretation of our weekly reading suggests, on the other hand, that, in certain diseases, the spiritual parameter is essential and Nega tsara´at becomes an external and superficial manifestation of an internal ailment which, in its origin, is a moral evil.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHA

CONTAINS 11 POSITIVE MITSVOT  

  1. 173.Leviticus 14:2 Ritual of purification by tsara´at
  2. 174.Leviticus 14:9 Shave the one affected by tsara´at on the seventh day (part of the purification ritual)
  3. 175.Leviticus 14:9 Immersion of the unclean individual in a Mikve for ritual purification
  4. 176.Leviticus 14:10 The offering of the individual with tsara´at when cured of his affliction
  5. 177.Leviticus 14:35 Laws of ritual impurity of a house contaminated with tsara´at
  6. 178.Leviticus 15:2,3 Laws of ritual impurity of the person who has emissions, zav, who is the object and cause of ritual impurity 
  7. 179.Leviticus 15:13,14 Offering of the zav when cured of emissions
  8. 180.Leviticus 15:16 Laws about ritual impurity of semen, which is ritually impure and causes ritual impurity
  9. 181.Leviticus 15:19 Laws of ritual impurity of the menstruating person who acquires ritual impurity and causes ritual impurity
  10. 182.Leviticus 15:25 Laws of ritual impurity of the person who is menstruating abnormally acquiring ritual impurity and causing ritual impurity
  11. 183.Leviticus 15:28,29 Offering of the zava, a woman, menstruating abnormally when she has already been ritually purified