BILEAM: PROFETA E IDÓLATRA

BALAK NÚMEROS XXII,2 – XXV,9

Sijón, el rey de Emorí y Og, el rey de Bashán han sido derrotados y ahora el pueblo se aproxima a Moav, para terror de su rey Balak. ¿Cómo detener la marcha inexorable de unos siervos egipcios en su afán de conquistar nuevas tierras y pueblos? Balak concluye que resultará inútil enfrentarse con soldados y armas a unas tribus de esclavos desesperados, ebrios de entusiasmo a causa de su reciente libertad. Es imposible, concluye, tratar de detenerlos recurriendo al uso del poder, porque está al tanto del hecho de que la fortaleza hebrea no es de orden físico, sino que reside en convicciones firmes y en su apego a una nueva ideología. 

El arrojo invencible de estas tribus, que fueron arrojadas al desierto, demuestra que las ideas y el pensamiento son su alimento, que se nutren de la palabra y de la reflexión. Balak concluye que la palabra debe ser enfrentada con la palabra y que la idea sólo puede ser conquistada por otra idea. En su intento de frenar al avance de estas hordas, Balak recurre a los servicios del profeta de los gentiles, Bileam

Nuestro texto nos enseña que la sensibilidad de Bileam, (caracterizado en la tradición judía como ejemplo del malvado, pero con la capacidad de la comunicación Divina directa que es la profecía), no es indiferente a la sobresaliente armonía que reina en el campamento hebreo. Y cuando, atendiendo a la petición de Balak se dispone a maldecir a los hebreos, su verbo se convierte en uno de los comentarios más hermosos y descriptivos sobre la estructura del hogar judío. En efecto, su frase Ma tovu ohaleja Yaacov, mishkenoteja Israel, que quiere decir, “cuán hermosas son tus tiendas, oh Yaacov, y tus moradas, oh, Israel”, se utiliza para iniciar nuestros rezos diarios. 

Parece irónico el hecho de que no fue posible encontrar un Pasuk, (versículo de la Biblia), auténticamente judío y que tuviésemos que recurrir a la elocuencia de un gentil para dar comienzo a nuestro servicio religioso matutino. Cabe argumentar, que ésta es una demostración de nuestra amplitud de criterio y, a la vez, de nuestra perspicacia para reconocer la calidad de lo auténtico, sin prejuicio alguno en cuanto a la fuente de donde provenga.

El relato correspondiente a nuestros capítulos semanales comienza con el envío de una delegación de notables para solicitar los servicios de Bileam para maldecir al pueblo judío. La respuesta de Bileam es que él responde únicamente a las directrices del Creador. El resultado de una consulta Divina es negativo. Balak decide entonces enviar una comitiva compuesta por emisarios de mayor categoría y esta vez, después de una nueva consulta nocturna con Dios, Bileam accede a la petición. Según nuestro texto, Bileam incurre en la ira de Dios por haber aceptado la invitación de Balak

Tal vez el enojo del Eterno se da porque Bileam convierte un “permiso” en una “misión sagrada”, y convierte una “opción” en una Mitsvá. Aunque Bileam afirma constantemente que él responde estrictamente a las instrucciones Divinas, se puede leer entre líneas lo que él busca es la oportunidad adecuada a fin de que los designios de Balak sean satisfechos totalmente.

Una de las cualidades esenciales de todo profeta es su absoluta sinceridad cuando eleva su oración. La profecía es el momento supremo de la honestidad y de la autenticidad, cuando se deja de lado toda consideración por las consecuencias eventuales de las palabras, que pueden resultar no sólo dolorosas sino también fatales. ¿Cómo se explica, por ejemplo, el atrevimiento del profeta Natán cuando enfrenta al poderoso y autoritario rey David por haber enviado a Uría, el esposo de la codiciada Bat Sheva, a una muerte segura? Atá haish, “tú eres el hombre”, exclama el profeta cuando acusa a David del vil crimen.

La profecía hace que el profeta se traslade a una dimensión diferente de la realidad, donde el temor y el instinto por sobrevivir no juegan papel alguno. La profecía exige y permite una visión clara de las cosas que no está matizada ni distorsionada por intereses personales o por consideraciones particulares que interfieren con la correcta apreciación de la condición humana.

Bileam es, sin dudas, una personalidad compleja y conflictiva. Pertenece al mundo de los gentiles y se identifica personalmente con los temores de Balak ante el aparente poderío y la aplastante fuerza de los esclavos hebreos liberados. Conoce las hazañas y ha escuchado acerca de la trayectoria victoriosa del pueblo judío y por lo tanto anticipa con terror al posible destino del pueblo de Moav. Pero al mismo tiempo, se ha independizado intelectualmente de la hechicería, de la idolatría y ha abandonado las supersticiones que afectan el pensamiento de sus contemporáneos. 

Bileam sabe que hay un solo Dios que rige los destinos del universo. Intelectual y espiritualmente, Bileam es un profeta, pero emocionalmente sigue ligado a conceptos e ideas que permiten que un ser humano sea considerado como un objeto, que el hombre puede ser propiedad de otro ser humano. Continúa en la creencia de que es posible y   Aun considera que es posible y por lo tanto, correcto intentar, por medio de sobornos y alabanzas, influir en la voluntad Divina con el fin de modificarla. 

La profecía de Moshé, en cambio, no es parcial ni circunstancial porque todo su ser participa en la misma. En el libro de Shemot nos habíamos encontrado la expresión hu Moshé veAharón, “son el mismo Moshé y Aharón”, que es un versículo que podemos interpretar como la calificación de la cualidad de indivisible de la personalidad de Moshé. En ningún momento detectamos en él duda alguna acerca de la Providencia. La única debilidad que podemos detectar en Moshé es cierta vacilación con respecto a la voluntad de su gente, los hebreos, para sobreponerse a las dificultades inherentes a la construcción de una sociedad y un pueblo nuevos.

Moshé desconoce la esclavitud en carne propia pues fue educado en el palacio del Faraón por su hermana Miryam y su madre Yojéved. Por esta razón, Moshé no necesita sustituir su bagaje cultural y religioso por el de los egipcios, ya que no estuvo realmente expuesto a ellos. En cambio, Bileam sobresale porque rompe con la tradición de los suyos para iniciarse en el servicio del Dios único de toda la humanidad. Sostengo, sin embargo, que Bileam no logra apartarse por completo del entorno que lo nutrió. En su fuero interno hay cabida aún para sortilegios y hechizos. Aunque no totalmente, vive en un mundo donde se concibe la posibilidad de influir en los designios Divinos a través de la ofrenda de animales sacrificados.

Muchos siglos han transcurrido desde entonces y muchos acontecimientos han modificado las estructuras sociales y los patrones culturales de la humanidad. En gran medida, hemos superado la etapa bíblica egipcia de la idolatría, con su culto a los muertos y su obsesión por conocer, de cerca, el Más Allá. Nuestra meta es, sin duda, acercarnos a la sensibilidad social de los neviim, que son los profetas y poder observar de cerca el sublime entorno espiritual en el que un Moshé actuó. 

Se puede argüir y señalar que las características de nuestra época muestran una mayor afinidad con la personalidad de un Bileam. Es cierto que tenemos momentos de exaltación espiritual y visiones proféticas que se traducen en una identificación ocasional con los menos afortunados y con aquellos que son objeto de grandes vejaciones y discriminaciones.

Pero muchas veces nos identificamos con las idolatrías contemporáneas que se manifiestan en la búsqueda constante del placer, en la acumulación de bienes materiales y en la indiferencia frente a la pobreza, al hambre, a las enfermedades y al malestar que afectan a una gran parte de la población de nuestro planeta. 

El Shabat, que es un momento que se ubica fuera de los quehaceres cotidianos del resto de la semana y que ordena la lectura de algunos capítulos de la Torá, junto con las reflexiones que se desprenden de su estudio, puede ser el incentivo para iniciarnos por el sendero auténticamente judío: el de Avraham, Yitsjak y Yaacov. Este es el sendero de Guemilut jasadim, Hakravat korbán y Talmud Torá, que consiste en mantener activa la conciencia social y la disposición de dar de uno mismo además del estudio creativo de las bases espirituales del hombre.

BILEAM: PROPHET AND IDOLATRY

BALAK NUMBERS XXII,2 – XXV,9

Sichon, king of Emor and Og, king of Bashan are defeated and now the people aproaches  Moav, to the terror of their king Balak. How to stop the inexorable march of these Egyptian serfs in their eagerness to conquer new lands and peoples? Balak concludes that it will be futile to confront desperate slave tribes, drunk with enthusiasm because of their recent freedom, with soldiers and weapons. It is impossible, he concludes, to try to stop them by resorting to the use of power, because he realizes that the Hebrew strength is not physical order, but rather lies in a firm conviction and attachment to a new ideology or sense of destiny. 

The invincible courage of these tribes that thrown into the wilderness, shows that ideas and thought are their nourishment, that they are encouraged by words and reflection. Balak concludes that the word must be confronted with the word and that the idea can only be defeated by another idea. In his attempt to stop the advance of these hordes of slaves, Balak turns to the services of the gentile prophet Bileam.

Our text teaches us that the sensibility of Bileam, (characterized in the Jewish tradition as an example of evil, notwithstanding his capacity of direct communication with the Divine through prophecy), is not indifferent to the outstanding harmony that reigns in the Hebrew camp. And when, in response to Balak’s request, he sets out to curse the Hebrews, his verb becomes one of the most beautiful and descriptive commentaries on the structure of the Jewish home. Indeed, his phrase “Mah tovu ohalecha Yaacov, mishkenotecha Israel”, which means, “how beautiful are your tents, Oh Jacob, and your abodes, Oh Israel“, is used to initiate our daily prayers.

It seems ironic that it was not possible to find a Pasuk, (Biblical verse), authentically Jewish and that we had to resort to the eloquence of a Gentile to start our morning religious service. It can be argued that this is a demonstration of our breadth of judgment and, at the same time, of our acumen to recognize the quality of the authentic, without prejudice as to its source.

The story corresponding to our weekly chapters begins with the sending of a delegation of notables to solicit the services of Bileam to curse the Jewish people. Bileam replies that he responds solely to the Creator’s guidelines. The result of a Divine consultation is negative.  Balak decides then to send an entourage composed of higher-level emissaries. After a new night consultation with God, Bileam agrees to the request. According to our text, Bileam incurs the wrath of God for having accepted Balak’s invitation.  

Perhaps the Eternal’s anger is due to Bileam´s spinning a “permission” into a “sacred mission” that turns an “option” into a Mitsvah. Although Bileam constantly repeats that he responds strictly to Divine instructions, one can read between the lines what he is looking for is the right opportunity to satisfy Balak’s request.

One of the essential qualities of every prophet is absolute sincerity when he offers prayer. Prophecy is the supreme moment of honesty and authenticity, when all consideration is set aside for the eventual consequences of words, which can be not only painful but also fatal. How do you explain, for example, the audacity of the prophet Nathan when he confronts the powerful and authoritarian King David for having sent Uriah, the husband of the coveted Bat Sheva, to certain death? Atah haish,” you are the man,” exclaims the prophet Nathan when he accuses King David of the vile crime.

Prophecy causes the prophet to move to a different dimension of reality, where fear and instinct to survive play no role. Prophecy demands and allows a clear view of things that is not nuanced or distorted by personal interests or by personal considerations that may interfere with the correct appreciation of the human condition.

Bileam is, without a doubt, a complex and conflicting personality. He belongs to the world of the Gentiles and identifies personally with Balak’s fears of the apparent might and crushing strength of the freed Hebrew slaves. He knows their exploits and has heard about the victorious trajectory of the Jewish people and therefore anticipates with terror the possible fate of the people of Moav. But at the same time, he has become intellectually independent of sorcery and has abandoned the superstitions that affect the thought of his contemporaries. 

Bileam knows that there is only one God who rules the destiny of the universe. Intellectually and spiritually, Bileam is a prophet, but emotionally he remains bound to concepts and ideas that allow a human being to be regarded as an object, that man can be the property of another human being. He continues in the belief that it is possible and therefore right to try, by means of bribes and praises, to influence the Divine Will and modify it. 

Moses’ prophecy, on the other hand, is neither partial nor circumstantial because his whole being participates in it. In the book of Shemot we found the expression hu Moshe veAharon, “they are the same Mosesand Aron“, a verse that attests to their wholesomeness and total trust in God. At no time do we detect in them any doubt about Providence. The only weakness we can detect in Moshe is a certain hesitation about the will of his people to overcome the difficulties inherent in building a new society and people.

Moshe is unaware of slavery in the flesh because he was educated in the palace of Pharaoh by his sister Miryam and his mother Yocheved. For this reason, Moshe does not substitute his cultural and religious background for that of the Egyptians, as he was not really exposed to them. On the other hand, Bileam stands out because he breaks with his own tradition in order to serve the one and only God of all mankind. I argue, however, that Bileam fails to completely depart from the environment that nurtured him. In his innermost self, there is still room for witchcraft and spells. He still lives in a world that affirms the possibility of influencing divine designs through the offering of sacrificed animals.

Many centuries have passed since and many events have changed the social structures and cultural patterns of humanity. To a large extent, we have overcome the Egyptian biblical stage of idolatry, with its cult of the dead and its obsession with knowing the Hereafter up close. Our goal is, without a doubt, to approach the social sensitivity of the Neviim, the prophets, and to be able to observe closely the sublime spiritual environment in which Moshe acted.

Nevertheless, it can be argued that the characteristics of our time show a greater affinity with the personality of Bileam. At the same time, it is also a fact that we have moments of spiritual exaltation that result in an occasional identification with the less fortunate and with those who are subject to humiliation and discrimination.

But we often identify with contemporary idolatry that manifests itself in the constant pursuit of pleasure, in the accumulation of material goods and in indifference to poverty, hunger, disease and malaise that affect a large part of the population of our planet.

Shabbat, which is a moment that is situated outside the daily chores of the rest of the week and that orders the reading of some chapters of the Torah, along with the reflections that emerge from its study, maybe the incentive to propel us on the authentically Jewish path: that of Avraham, Yitschak and Yaacov. This is the path of Gemilut Chasadim, Hakravat korban, and Talmud Torah, which consists of keeping active social conscience, willingness to give of oneself, in addition to the creative study of the spiritual foundations of man.

LA MITSVÁ: RAZÓN Y REVELACIÓN

JUKAT NÚMEROS XIX – XXII,1

La ley sobre de la Pará adumá, que es una vaca bermeja sin mácula alguna, sobre la cual nunca se puso un yugo, es el tema de la primera parte de nuestra lectura semanal. El título de la Parashá proviene de la palabra Jok, que quiere decir precepto o ley. Encontramos este vocablo en el libro de Éxodo (XV, 25) …Sham sam lo jok umishpat…, que quiere decir, “allí dio al pueblo leyes y estatutos…”. En ese capítulo aprendimos que nuestros antepasados recibieron ciertas leyes fundamentales en el lugar que se denomina Mará, antes de la revelación en el Monte Sinaí. Según Mejiltá, el Midrash que se orienta hacia la parte legal (Halajá) del texto bíblico, el vocablo Jok alude a las leyes de Shabat y a las relaciones sexuales prohibidas. El término Mishpat se refiere a la obligación de honrar a los padres y, entre otras, a las leyes sobre daños y castigos.

Según los Jajamim en el Talmud, el vocablo Mishpat se refiere a las leyes, que, de no haber sido escritas, hubiera sido necesario hacerlo, tales como las prohibiciones de la idolatría, ciertas relaciones sexuales, el asesinato, el robo y la blasfemia. El vocablo Jok se dirige a las prohibiciones de no ingerir la carne de cerdo y de no vestir una combinación de lana y lino. Al igual que la ley de Jalitsá, que se practica en el caso de una viuda sin hijos, con el proceso de purificación del leproso y con la elección del chivo expiatorio. 

Según Rashí, Mishpat tiene que ver con las leyes que son paralelas y cónsonas con nuestro sentido de justicia, o sea, sobre las que hubiéramos legislado si la Torá no nos lo hubiera enseñado. Mientras que Jok comprende aquellas ordenanzas que son cuestionadas por nuestra propia inclinación hacia el mal y por otros pueblos que no logran ver sentido alguno en estas leyes.

Básicamente nos encontramos frente a dos tipos diferentes de Mitsvot. Aquellas que corresponden a un propósito racional que ubicamos bajo el rubro de Mishpat y aquellas para las cuales no podemos encontrar razones válidas y lógicas (de acuerdo con ciertos principios intuitivos de razonamiento que probablemente son imposibles de definir de una manera rigurosa y sostenida) y a las cuales nos referimos bajo el rubro de jok.

Nuestro breve análisis se debe a que en nuestra lectura se ordena que las cenizas de la vaca bermeja se utilicen en la purificación de un Tamé, que es una persona que se encuentra en estado de impureza ritual por haber tenido contacto con algún cadáver, por ejemplo. Al mismo tiempo, nuestro texto afirma que la persona que prepara estas cenizas entra en estado de impureza ritual. La pregunta inmediata: ¿cómo es posible que el contacto con las cenizas de nuestra Pará adumá sirvan para purificar al impuro y provoquen al mismo tiempo, la impureza de quien se ocupa de su preparación. 

La respuesta de los Jajamim es que estamos frente a un Jok, que es un precepto que no admite la indagación lógica humana. Es simplemente el resultado de la voluntad Divina, que se guía de acuerdo con un proceso de raciocinio diferente al nuestro y que está fuera del alcance del intelecto humano. Nuestro punto de vista es que aun aquellas normas que están más allá de nuestra comprensión tienen sentido para la inteligencia superior de Dios. El problema radica en la limitación de nuestro intelecto para comprender el sentido profundo de la Mitsvá en sentido genérico.

De hecho, nos encontramos frente a uno de los dilemas más complejos de toda confesión religiosa. ¿Existe una base lógica para las normas religiosas? Al afirmar que las explicaciones están más allá de nuestra capacidad para entender, ¿no estamos sugiriendo que las leyes carecen de lógica?

Los Jajamim se muestran sensibles a estas dificultades y en numerosas ocasiones ofrecen distintos planteamientos para las diferentes Mitsvot. Un hebreo llegaba a la condición de esclavo por haber robado y por no haber podido restituir el valor o el objeto; o por una decisión de carácter personal. Con el propósito de explicar por qué se hace un agujero en el oído del esclavo que desea permanecer con su amo al término de los seis años obligatorios, dice Rabí Yojanán ben Zakai: “el oído que escuchó en el Monte Sinaí, no robarás y sin embargo desobedeció, que se lo señale con un agujero”. En el caso de su entrada voluntaria a la esclavitud, dice el mismo sabio, “el oído que escuchó en el Monte Sinaí que (los hijos de Israel) son Mis siervos y no siervos de otros siervos, que se lo señale con un agujero”.

En su afán de explicar el judaísmo al mundo intelectual de su época, Filón de Alejandría divide las Mitsvot de acuerdo con los resultados de su cumplimiento. Algunas de las Mitsvot tienen como propósito promover un mejor conocimiento de la Providencia y forman parte del servicio de Dios. Otras Mitsvot tienen la función de guiarnos hacia virtudes tales como la justicia y la rectitud. Para Saadiá Gaón existen dos clases de Mitsvot. Las racionales y las reveladas. 

Aun en el caso de las Mitsvot racionales se hace necesaria la revelación Divina porque nuestro intelecto únicamente podría deducir los principios generales de las mismas. En el caso de las Mitsvot reveladas, nuestro cumplimiento de estas es una manifestación de nuestra sumisión a la voluntad del Creador. En el caso de estas últimas, aunque nunca podremos penetrar en el Intelecto de Dios para conocer Su juicio, tenemos la capacidad de la reflexión y del razonamiento que permiten encontrar un propósito en la vida humana.

Rambam es muy enfático en su opinión de que existe una explicación lógica para todos los mandamientos. Nuestra falla reside en la escasez de conocimientos o en las limitaciones de nuestro intelecto. Por lo tanto, el ser humano debe trazarse como meta una mejor comprensión de todas las leyes Divinas. El propósito de las Mitsvot es el establecimiento de un orden social justo que permita el desarrollo espiritual, emocional y ético del ser humano. Desde esa perspectiva, dice Rambam, debemos estudiar los relatos que encontramos en la Torá porque tienen un propósito didáctico. 

Las leyes de la Torá tienen la finalidad del perfeccionamiento y del bienestar de nuestro espíritu y de nuestro cuerpo. Mientras que el bienestar de nuestro cuerpo es una función de una sociedad justa, el bienestar espiritual se obtiene a través de la fe y de aceptar las opiniones correctas. Según Rambam, el propósito de los Jukim es prevenir la idolatría y salvaguardarnos de las doctrinas y credos falsos. Muchas de estas reglas son una barrera contra la idolatría.

Rashí en cambio, y varios de los Tosafistas, se inclinan hacia una opinión un tanto fundamentalista, alegando que existen Mitsvot que simplemente carecen de explicación racional. Citan, por ejemplo, una ley que requiere retirar a la madre del nido antes de que tome posesión de los polluelos. Según el Talmud, quien aduce que la compasión es el factor que motiva esta ley, está falsificando la intención de esta, simplemente porque la Torá no lo dice así. Rambán sostiene que, a ciertas personalidades privilegiadas de nuestro pasado, tales como Avraham, se les comunicó el por qué de los Jukim.

Es natural que existan Mitsvot cuyo sentido escapa a nuestro intelecto. En realidad, las leyes, una vez promulgadas, son independientes de los razonamientos que llevaron a su promulgación. Sin embargo, en el plano religioso, el cumplimiento de las Mitsvot tiene como propósito nuestra superación en el campo espiritual. Las cosas estarían más a nuestro alcance si conociéramos tanto los antecedentes como los propósitos esenciales de estas leyes. 

Tal vez podríamos concluir nuestra breve incursión en este campo de Taamei hamitsvot, o búsqueda de los propósitos de las leyes, señalando que parte del cumplimiento de estas, reside efectivamente en la indagación constante para alcanzar un mejor entendimiento de sus intenciones. Talmud Torá, que es el estudio y el bien más noble en nuestra tradición, también requiere del anhelo del ser humano de comprender la Voluntad Divina. ¿Y qué mejor manera de acercarse a la comprensión de la voluntad de Dios que a través de las Mitsvot que son la legítima expresión del mandato Divino?

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 3 MITSVOT POSITIVAS

  1. Números 19:2 Leyes que rigen la Pará adumá, “vaca bermeja”
  2. Números 19:14 Leyes sobre impureza ritual por causa de un cadáver
  3. Números 19:19, 21 Leyes acerca de salpicar agua de expiación que purifica al que está ritualmente impuro por causa de un cadáver

THE MITSVAH: REASON AND REVELATION

CHUKAT_NUMBERS XIX – XXII,1

The first part of our weekly reading is about the Law of the Parah adumah, a vermilion cow without any macula, which never had a yoke put on. The title of the Parashah comes from the word Chok, which means precept or law. We find this word in the book of Exodus (XV, 25) … Sham sam lo chok umishpat…, which means, “… there he gave the people laws and statutes…”. In that chapter we learned that our ancestors received certain fundamental laws in a place called Marah, before the revelation at Mount Sinai. According to Mechilta, a Midrash oriented towards the legal part (Halacha) of the biblical text, the word Chok alludes to the laws of Shabbat and to forbidden sexual relations. The term Mishpat refers to the obligation of honoring parents and, among others, to laws on harm done to another and the subsequent punishment received.

According to the Chachamim in the Talmud, the word Mishpat refers to laws, which, had they not been written, we could somehow conceive them, such as prohibitions with regard to idolatry, certain sexual relations, murder, robbery and blasphemy. The word Chok refers to prohibitions such as not eating pork and not wearing a combination of wool and linen. Like the law of Chalitsah, which is practiced in the case of a childless widow, the process of purification of the leper and the selection of the scapegoat. These laws would not be practiced, were it not for their inclusion in the Torah.

According to Rashi, Mishpat has to do with laws that are in consonance with our sense of justice, that is, we would probably have legislated them by ourselves, had the Torah not ordained them. While Chok deals with ordinances questioned by our own inclination toward evil and by other people who fail to see any meaning to these laws.

Basically, we are faced with two different types of Mitsvot. Those that seem to have a rational purpose which we place under the heading of Mishpat and those for which we cannot find valid or logical reasons (according to certain intuitive principles of reasoning that are probably impossible to define in a rigorous and sustained way) and to which we refer under the heading of Chok.

Our brief analysis is due to the instruction about the ashes of the vermilion cow that are to be used in the purification of a Tame, a person who is in a state of ritual impurity for having had contact with a corpse, for example. At the same time, our text states that the person who prepares these ashes also enters a state of ritual impurity. The immediate question: How is it possible that contact with the ashes of our Parah adumah serve to purify the impure and cause at the same time, the impurity of the one who is responsible for its preparation?

The response of the Chachamim is that we are facing a Chok, a precept that does not admit human logical inquiry. It is simply the result of the Divine Will, which is guided according to a process of reasoning entirely different from our own and which is beyond the reach of the human intellect. Our view is that even those norms that are beyond our comprehension make sense to God’s higher intelligence. The problem lies in the limitation of our intellect to understand the deep meaning of a Mitsvah in its generic sense.

In fact, we are faced with one of the most complex dilemmas of any religious denomination. Is there a logical basis for religious norms? By claiming that explanations are beyond our ability to understand, aren’t we suggesting that laws lack logic?

The Chachamim were sensitive to these difficulties and on numerous occasions offer different approaches to these Mitsvot. A Hebrew became a slave because he had stolen and for not having been able to restore the value or the object, or by a personal decision. In order to explain why a hole is made in the ear of the slave who wishes to remain with his master at the end of the obligatory six years, says Rabbi Yochanan ben Zakai: “the ear that heard on Mount Sinai, thrice and yet disobeyed, to be pierced with a hole”. In the case of his voluntary entry into slavery, says the same sage, “the ear that heard on Mount Sinai that (the children of Israel)are My servants and not servants of other servants, let him have his ear pierced with a hole.”

In his eagerness to explain Judaism to the intellectual world of his time, Philo of Alexandria divides the Mitsvot according to the results of their fulfillment. Some of the Mitsvot are intended to promote a better knowledge of Providence and are part of God’s service. Other Mitsvot have the function of guiding us towards virtues such as justice and righteousness. For Saadiah Gaon there are two kinds of Mitsvot. The rational and the revealed. 

Even in the case of the rational Mitsvot, Divine revelation is necessary because our intellect could only deduce the general principles from them. In the case of the revealed Mitsvot, our fulfillment of these is a manifestation of our submission to the Will of the Creator. In the case of the latter, although we will never be able to penetrate the Intellect of God to know His judgment, we have the capacity for reflection and reasoning that allow us to find a purpose in human life.

Rambam is very emphatic in his view that there is a logical explanation for all the commandments. Our fault lies in our insufficient knowledge or in the limitations of our intellect. Therefore, the human being must aim for a better understanding of all divine laws. The purpose of the Mitsvot is the establishment of a just social order that allows for the spiritual, emotional and ethical development of the human being. From that perspective, Rambam says, we must study the stories we find in the Torah because they have a didactic purpose.

The laws of the Torah have the purpose of perfecting our spirit and the well-being of our body. While the well-being of our bodies is a function of a just society, spiritual well-being is obtained through faith and following correct right judgments. According to Rambam, the purpose of the Chukim is to guard against idolatry and safeguard us from false doctrines and creeds. Many of these rules are a barrier against idolatry.

Rashi on the other hand, and several of the Tosafists, lean towards a somewhat fundamentalist view, claiming that there are Mitsvot that simply lack rational explanation. They cite, for example, a law requiring the mother to be removed from the nest before one takes possession of the chicks. According to the Talmud, who argues that compassion is the motivating factor in this law, is falsifying the intention of this law, simply because the Torah does not mention it. Ramban argues that certain privileged personalities of our past, such as Avraham, were told the reason for the Chukim.

There are Mitsvot whose meaning escape our intellect. However, laws, once enacted, are independent of the reasoning that led to their enactment. On a religious level, the fulfillment of Mitsvot is intended for our spiritual.

Perhaps we could conclude our brief foray into this field of Ta’amei hamitsvot, or search for purpose of the laws, by noting that part of the fulfillment of these, lies effectively in the constant inquiry to reach a better understanding of their intentions. Talmud Torah, which is the study and the noblest good in our tradition, also requires the longing of the human being to understand the Divine Will. And what better way to approach the understanding of God’s Will than through the Mitsvot which are the legitimate expression of the Divine mandate.

MITSVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARASHA

CONTAINS 3 POSITIVE MITSVOT

  1. Numbers 19:2 Laws governing the Parah adumah, ” vermilion cow”
  2. Numbers 19:14 Laws on ritual impurity due to contact with a corpse
  3. Numbers 19:19, 21 Laws about splashing water of atonement that purifies the one who is ritually impure due to contact with a corpse

LA REBELIÓN DE KÓRAJ

KÓRAJ_NÚMEROS XVI – XVIII

La rebelión de los príncipes de nuestro pueblo en contra de Moshé y Aharón es el foco de atención de nuestra lectura semanal. Las revoluciones generalmente son encabezadas, por aquellos que no logran el liderazgo a pesar de considerarse aptos y merecedores del mismo. Quien dirige esta sublevación es Kóraj, un primo de Moshé, que pertenece igualmente a la tribu de Leví, ala cual le habían sido encomendadas las labores del culto. Kóraj considera que se ha concentrado demasiado poder en manos de los dos hermanos. 

Los Jajamim estiman que Kóraj era un hombre de gran fortuna y por la posición económica ahora ansía el reconocimiento de la sociedad y busca el poder político que otorga la condición de líder. Kóraj encabeza un grupo de unas dos cientos cincuenta personas, un gran número de los cuales pertenece a la tribu del primogénito Reuvén, que ahora desafían el liderazgo de Moshé y Aharón. Según Ibn Ezra, nos encontramos frente a una rebelión que se dio en el momento (después del episodio del éguel hazahav) cuando los primogénitos fueron sustituidos en el servicio religioso por la tribu de Leví. Para eliminar la sospecha de que ésta fue una decisión personal de Moshé, se pone a prueba la aceptación de los sacrificios por parte de la Divinidad. Kóraj y su gente preparan los sacrificios, tal como anteriormente solían hacerlo por ser primogénitos.

Según el Midrash, Kóraj cuestiona a Moshé acerca de un Talit shekuló tejélet, que es un talit confeccionado totalmente del hilo azul que requiere la Torá únicamente para las esquinas, según el capítulo final de la lectura anterior referente a los Tsitsit. La pregunta de Kóraj es, ¿requiere este Talit que es enteramente de color azul un hilo adicional Tejélet? La respuesta de Moshé es afirmativa. Kóraj reacciona de manera despectiva y con ironía, señalando el razonamiento del que se deduce que no es necesario el hilo azul adicional. Kóraj argumenta: si un solo hilo sirve para cumplir con la ley, es indudable que un Talit confeccionado exclusivamente con ese hilo azul, cumple con el espíritu de esa misma ley. 

Siguiendo esta línea de razonamiento, Kóraj pregunta si una casa que contiene muchos ejemplares de la Torá requiere una Mezuzá en el dintel de la puerta. (La Mezuzá es un pergamino sobre el cual están escritos dos párrafos específicos que de la Torá). La respuesta de Moshé sobre la necesidad de la Mezuzá es tambiénafirmativa. La aparente intención de Kóraj es demostrar que la autoridad de Moshé es auto impuesta y que las leyes que promulga no son de origen Divino porque carecen de toda lógica.

Un Midrash diferente nos presenta a Kóraj como defensor de la viuda y del huérfano. Kóraj plantea el siguiente caso: cuando la viuda y sus dos hijas se disponen a arar su único lote de tierra, Moshé se les presenta advirtiéndoles, “no se debe arar con un buey y un asno juntos”. En el momento de la siembra se les previene con “no se puede sembrar dos tipos de semillas”. En el momento de la cosecha se les recuerda que “no se puede cortar los frutos de las esquinas del campo ni se puede recoger lo olvidado”. Cuando vino la hora de almacenar los granos se les exigió que “apartasen Terumá para el Kohén y el diezmo para el Leví”. 

Desesperada, debido a todas las exigencias anteriores, la viuda vendió el campo y compró dos ovejas para vestirse con la lana y poder alimentarse gracias al producto de los animales. Cuando las ovejas parieron, se presentó Aharón solicitando el primogénito de los recién nacidos. En el momento de esquilar, Aharón exigió las primeras lanas. La viuda no aguantó más y decidió sacrificar las ovejas. Nuevamente se presentó Aharón señalando que le pertenecían los hombros, las quijadas y el estómago. En tal caso, respondió la viuda, que vaya todo para el santuario. Dado que una promesa de palabra con referencia a Hékdesh que son las cosas que le pertenecen al santuario, equivale a una acción contractual en otros casos, Aharón se llevó el animal entero, dejando a la viuda desconsolada.

En nuestro texto de la Torá no aparece ninguno de los detalles arriba mencionados y, por lo tanto, parecen ser fruto de la imaginación de nuestros Jajamim. ¿Cuál es la enseñanza de este Midrash? Nuestros sabios ven en la rebelión de Kóraj el prototipo de majlóket sheená leshem shamáyim, una disputa que no proviene de una auténtica diferencia de opiniones. 

Para nuestros Jajamim, Kóraj está motivado por razones muy personales y solamente utiliza la dialéctica, se aprovecha del caso extremo de una viuda y de sus huérfanos para desacreditar a Moshé a fin de provocar su destitución. Esto crearía un vacío que le daríaa Kóraj, la posibilidad de llegar al poder. Es el estilo de los demagogos que simulan defender los derechos de los menos afortunados en aras de la justicia, pero lo que, en realidad, buscan, es provecho para su propio interés, su cosecha individual. Al llegar al poder olvidan sus promesas cometiendo abusos y atropellos.

Suponiendo, como el Midrash, que las razones que impulsaron a Kóraj al enfrentamiento no eran altruistas, ¿se puede justificar el comportamiento de Moshé y de Aharón en el caso de la viuda en particular? Desde luego, estamos hablando de un caso exagerado y, por lo tanto, no representativo. Sin embargo, por lo menos se puede deducir una enseñanza importante. En diversos capítulos la Torá nos exige desarrollar una sensibilidad especial porel aní, el pobre, y por el guer, el extranjero, que reside en nuestro medio. 

La misma ley de Peá, la que le exige a la viuda abstenerse de recoger la cosecha de la esquina del campo, tiene como objetivo permitir que los pobres se beneficien con el producto de esta. La moraleja parece ser que el pobre que requiere ayuda de la sociedad no puede abstenerse, de participar en la Mitsvá de ayudar a otros pobres. Siempre existe alguien más pobre que uno. Los integrantes de la tribu de Leví que eran los recipientes del Maaser, el diezmo, tenían que apartar una Terumá, un aporte al Kohén.

Existe la posibilidad, aunque remota, que en una casa donde hay numerosos ejemplares de la Torá, no se sienta la presencia Divina. Por ejemplo, hay quienes estudian motivados por la curiosidad intelectual, que es un bien en sí. Hay quienes se interesan por el pasado histórico de los pueblos y aquellos que se empeñan en descubrir el origen de los modelos sociales por los cuales nos regimos. 

En la tradición judía hay diferentes opiniones acerca de la importancia relativa del estudio y sobre la acción. La decisión en este caso se inclinó a favor del estudio, porque éste conduce a la acción. (Hay una interpretación muy original del Netsiv acerca del pronunciamiento de nuestros antepasados de Naasé venishmá, que fue su disposición de cumplir con la Torá aun antes de conocer su contenido. Dice el Netsiv que para cumplir con los preceptos de la Torá se hace indispensable algún conocimiento previo. Naasé venishmá implica entonces, que aun después de aprender lo imprescindible para cumplir con las Mitsvot, nuestros antepasados afirmaron su disposición a seguir estudiando, porque el estudio en si, es un valor, es una Mitsvá).

El requisito de colocar la Mezuzá, que contiene los rollos de la Torá, se deba tal vez a que, desde el punto de vista de nuestros sabios, siempre debemos tener conciencia de la Providencia Divina, incluyendo el momento mismo del estudio. También nos exigieron la recitación de una Berajá antes de emprender únicamente la lectura de la Torá para recalcar que el estudio no es un ejercicio intelectual, sino el compenetrarse con la sabiduría y la Voluntad Divinas. Mejor dicho, el estudio es una actividad religiosa, una expresión muy especial de nuestra fe en el Creador.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 4 PROHIBICIONES

  1. Números 18:4 Cuidar el Templo
  2. Números 18:3 Kohanim no deben hacer el servicio de Levitas y viceversa
  3. Números 18:4, Quien no es Kohén no puede servir en el Templo
  4. Números 18:5 No cesar de cuidar el Templo
  5. Números 18:15 Redimir al varón primogénito
  6. Números 18:17 No redimir el primogénito del animal domesticado
  7. Números 18:23 El servicio de los Levitas en el Templo
  8. Números 18:24 Apartar el primer diezmo para los Levitas

396.   Números 18:26, 28 Los Levitas deben dar al Kohen un diezmo del diezmo que reciben

THE KORACH REBELLION

KORACH NUMBERS XVI – XVIII

The rebellion of the princes of our people against Moshe and Aharon is the focus of our weekly reading. Revolutions are usually spearheaded by those who fail to achieve leadership notwithstanding that they consider themselves fit and worthy of it. The one who leads this uprising is Korach, a cousin of Moshe, who also belongs to the tribe of Levi, to whom the labors of the cult had been entrusted. Korach manifeststhat too much power has been concentrated in the hands of two brothers.

The Chachamim believe that Korach wasa man of great fortune who now craves the recognition of society and seeks the political power of a leader. Korach gathers a group of about two hundred and fifty people, many of whom belong to the tribe of the firstborn Reuven, who defy the leadership of Moshe and Aharon. According to Ibn Ezra, we are facing a rebellion that took place at the time (after the episode of the Egel hazahav, the “Golden Calf”) when the firstborn were replaced for religious service by the tribe of Levi. To eliminate the thesis that this was a personal decision by Moshe, the Divine acceptance of sacrifices was used as a test. Korach andhis people prepare sacrifices, just as they used to do by being the firstborn.

According to the Midrash, Korach questions Moshe about a Talit shekulo techelet, which is a Talit made entirely of the blue thread requiredby the Torah only for the corners of a garment, according to the final chapter of the previous reading concerning Tsitsit. Korach’s question is, does this Talit that it is entirely blue, require an additional Techelet yarn?  Moshe’s answer is yes. Korach reacts ironically, by giving an argument from which it follows that no additional blue thread is necessary. Korach argues: if a single thread serves to comply with the law, it stands to reason that a Talit made exclusively with that blue thread, complies with the spirit of that same law.

Following this line of reasoning, Korach asks if a house containing many copies of the Torah   requires a Mezuzah on the door lintel. (The Mezuzah is a parchment that contains two specific paragraphs from the Torah).  Moshe’s answer to the need for a Mezuzah is also affirmative. Korach’s apparent intention istodemonstrate that Moshe’s authority isself-imposed and that the Laws he enacts are not of Divine origin because they lack all logic.

A different Midrash introduces us to Korach as a defender of the widow and the orphan. Korach raises the following case: when a widow and her two daughters set out to plow their only batch of land, Moshe warns them: “it should not be plowed with an ox and an ass together”. At the time of planting they are told that “two types of seeds cannot be sown”. At the time of harvest, they are reminded that “you cannot cut the fruits from the corners of the field, nor can you collect the forgotten”. When it came time to store the grains they were required to set aside Terumah for the Kohen and tithe for the Levi.” 

Desperate, due to all the above demands, the widow sold the field and bought two sheep to dress with its wool. When the sheep gave birth, Aharon appearedrequesting the firstborn of the animals. At the time of shearing, Aharon demanded the first wools. The widow couldn’t take it anymore and decided to sacrifice the sheep. Aharon again appeared, demanding that the shoulders, jaws and stomach of the animal belonged to him. In such a case, the widow replied, let it all go to the sanctuary. Since a word-promise with reference to Hekdesh, items that belong to the sanctuary, amounts to a contractual action in other cases, Aharon took the whole animal, leaving the widow heartbroken.  

In our text of the Torah not all of the above details appear and, therefore, seem to be the fruit of the imagination of our Chachamim, according to Korach. What is the teaching of this Midrash? Our sages see in the Korach rebellion the prototype of Machloket she´enah leshem shamayim, a dispute that does not come from a genuine difference of opinion.

For our Chachamim, Korach is motivated by very personal reasons and only uses dialectics, takes advantage of the extreme case of a widow and her orphans, to discredit Moshe in order to provoke his dismissal. This would create a void that would give Korach the chance to come to power. It is the style of demagogues who pretend to defend the rights of the less fortunate for the sake of justice, but what they seek is the benefit of their own interest, their individual harvest. When they come to power, they forget their promises and only deliver abuse and outrage.

Assuming, like the Midrash, that the reasons that propelled Korach intoconfrontation were not altruistic, can the behavior of Moshe and Aharon be justified in the case of the widow in particular? Of course, we are talking about an exaggerated and therefore unrepresentative case. However, at least one important lesson can be inferred. In various chapters the Torah demands we develop special sensitivityfor the Ani, the poor, and for the Ger, the foreigner, who resides in our midst.

The same law of Pe´a, which requires the widow to refrain from collecting the harvest from the corner of the field, aims to allow the poor to benefit from the product of the field. The moral seems to be that the poor who require help from society cannot desist from participating in the Mitsvah from helping other poor people. There’s always someone poorer than one. The members of the tribe of Levi whowere the beneficiaries of Maaser, tithing, had to set aside a Terumah, a contribution to the Kohen.

There is a possibility, although remote, that in a house where there are numerous copies of the Torah, the Divine presence nevertheless not be felt. For example, there are those who study motivated by intellectual curiosity, which is a worthy endeavor by itself. There are those who are interested in the historical past of people and those who want to discover the origin of the social models by which we are governed. 

In the Jewish tradition there are different opinions about the relative importance of study and action. The decision in this case was in favor of study because it leads to action. (There is a very original interpretation of Netsiv about the affirmation of our ancestors of Naaseh venishma, which was their willingness to comply with the Torah even before they knew its contents. Netsiv says that in order to comply with the precepts of the Torah, some prior knowledge becomes indispensable. Naaseh venishma implies then that even after learning what is essential to comply with the Mitsvot, our ancestors affirmed their willingness to continue studying, because study itself is also a value, it is a Mitsvah).

The requirement to place the Mezuzah, which contains scrolls of the Torah, is due perhaps because, from the point of view of our sages, we must always be aware of Divine Providence, including at the very moment of study. We were also required to recite a Berachah before undertaking only the reading of the Torah to emphasizethat study is not an intellectual exercise, but to blend in with the Divine Wisdom and Will. Study is a religious activity, a very special expression of our faith in the Creator.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 5 POSITIVE MITSVOT AND 4 PROHIBITIONS

  1. Numbers 18:4 Caring for the Temple
  2. Numbers 18:3 Kohanim should not do Levite service and vice versa
  3. Numbers 18:4, 22 Who is not Kohen cannot serve in the Temple
  4. Numbers 18:5 Not to cease care for the Temple
  5. Numbers 18:15 To redeem the firstborn son
  6. Numbers 18:17 Do not redeem the firstborn of the domesticated animal
  7. Numbers 18:23 The Service of the Levites in the Temple
  8. Numbers 18:24 Set aside the first tithing for the Levites

396.    Numbers 18:26, 28 The Levites must give the Kohen a tithe of the tithing they receive