LA AUSENCIA DE MOSHÉ EN LA HAGADÁ

PÉSAJ

La figura humana que domina la Torá es, sin duda, la de Moshé. Miguel Ángel lo eternizó en mármol y, al contemplar la obra terminada, supuestamente exclamó: “¿Por qué no hablas?”. Moshé, el gran legislador y líder máximo del pueblo, combinó el vigor mental con la sensibilidad emotiva, castigó verbalmente a los hebreos por sus periódicas desviaciones, pero imploró que Dios no los castigara. Incluso estuvo dispuesto a someterse a ser borrado de los anales de la historia si fuese necesario para obtener el perdón divino para el pueblo. 

Atendiendo el llamado de Dios en el episodio del Sné, la zarza ardiente, volvió a Egipto, donde era buscado como un criminal. Arriesgó su vida para cumplir con el mandato de Dios: liberar al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia. Asistido por su hermano mayor, Aharón, se presentó en el palacio del Faraón en varias ocasiones para solicitar la libertad de culto para su pueblo y, valiéndose de los poderes que Dios había concedido, lanzó 10 plagas sobre los egipcios, las cuales finalmente convencieron al Faraón de que permitiera el éxodo.

La Torá insiste en que el relato de estos sucesos debe ser repetido a las nuevas generaciones: vehigadetá levinejá, y “relatarás a tus descendientes los detalles de los eventos que condujeron a la liberación de los esclavos, tus antepasados”, así reza la Hagadá, la narrativa formal que data del segundo Beit HaMikdash.

Rabí Yosí el Galileo dice: “¿Cómo sabemos que los egipcios fueron castigados con 10 plagas en Egipto? … Cuando estaban en el mar, se dice: “Y cuando Israel vio el maravilloso poder que el Señor desató sobre los egipcios, la gente temió del Señor, tuvieron fe en el Señor y en su siervo Moshé”. Este versículo de la Torá es la única mención de Moshé en la Hagadá y, más aún, existen versiones del texto que omiten este versículo. 

Está claro que, en el transcurso de este relato que se repite la noche del Séder, la figura de Moshé podía haber aparecido en diversas oportunidades. Se recitan las 10 plagas, una por una, y se derrama una gota de vino que simboliza posiblemente una lágrima por el daño que cada una de ellas causó. Esta recitación debía haber incluido el nombre de Moshé, quien dio comienzo a las plagas cuando se presentó de madrugada ante el Faraón y convirtió las aguas del Nilo en sangre, impidiendo que el monarca se bañara en ellas.

¿Por qué está ausente el nombre de Moshé del relato de la Hagadá? No puede ser coincidencia, porque Moshé es ubicuo en el texto sagrado. Si se intentara expurgar su nombre del Pentateuco, éste quedaría totalmente acéfalo y mutilado. El autor de la Hagadá hace hincapié en el hecho de que Dios no utilizó ni un ángel ni un emisario para extraer al pueblo: sólo Él mismo en toda su gloria y majestad se ocupó de sacarlos de Egipto. 

Tal vez la intención fue señalar que la libertad es una condición esencial del ser humano y Dios optó por no delegar su logro para destacar su condición de valor fundamental. Porque la centella divina que reside encada ser humano es una referencia a la libertad. Al crear al hombre a Su imagen y semejanza, Dios lo había hecho libre, porque el atributo cardinal de Dios es ser absolutamente libre, sin condicionamientos.

Durante el episodio del Éguel Hazahav, el Becerro de Oro, el pueblo intentó deificar a Moshé. Porque el Éguel era, en realidad, un sustituto de Moshé, quien estaba temporalmente ausente. Danzaron frenéticamente alrededor de la estatua de oro y exclamaron: “Ésta es la Divinidad, Israel, que te extrajo de Egipto”. Es posible especular que el autor de la Hagadá trató de evitar la confusión entre Dios y hombre. Moshé fue el más grande de los hombres porque habló con Dios “cara a cara”; sin embargo, continuó siendo hombre. Un hombre grande y excepcional, dotado de talentos nunca igualados, pero siempre un hombre. Y aunque el nombre de Moshé no esté explícitamente mencionado por el autor de la Hagadá, no hay duda que fue el héroe del Éxodo de Egipto que celebramos en Pésaj.

MANIFESTACIÓN CUTÁNEA DE LA CALUMNIA

METSORÁ_LEVÍTICO XIV:1-XV:33

El gran expositor bíblico y defensor de la ortodoxia, HaRav Samson Raphael Hirsch de Alemania, insistió que no se debe confundir Tsaráat, la aflicción que ocupa la atención del texto bíblico, con la lepra. En el caso de la lepra se debe acudir al médico; en cambio, para la cura del Tsaráat–que también se presenta como una lesión de la piel–, la persona indicada para examinar la herida es el Kohén, quien luego dispone cuál es el remedio para su curación. Porque, de acuerdo con el Talmud, Tsaráat es una manifestación externa de un mal espiritual interno. Según los Jajamim, el vocablo Tsaráat proviene de Lashón HaRá, (Lehotsí ra) el uso perverso del lenguaje para injuriar al prójimo. 

No se trata de inventar una calumnia, sino la propagación de alguna deficiencia real del prójimo, una característica negativa de la persona. O sea, contar una verdad que presenta a la otra persona desde una perspectiva negativa. Si alguien miente, contarle al prójimo este hecho constituye Lashón Hará. No obstante, si alguien está por contratar a una persona para un cargo que requiere confianza en su palabra, es menester advertir que esa persona miente.

La facultad del uso de la palabra es tal vez la mayor distinción del ser humano por encima de las otras criaturas que habitan la tierra. El lenguaje permite la abstracción mental, la construcción de modelos para describir la naturaleza. Es el medio a través del cual Dios se comunica con el hombre. Pero, así como suele ser el medio más eficaz para el desarrollo, también es el instrumento más eficiente para la destrucción. Con una palabra, bien colocada, se puede ayudar a una persona para que consiga un puesto de trabajo, mientras que con una calumnia se puede destruir una reputación que duró décadas para ser consolidada.

Si el Kohén determinaba que la lesión cutánea era efectivamente Tsaráat, expulsaba al afligido de la comunidad por un período de 7 días, lapso en el cual la persona tenía que salir del campamento. Ese período de siete días tenía también el propósito de permitir que la persona hiciera un examen de su comportamiento, durante su travesía por el desierto. La intención era que pudiera reconocer dónde estaba el error que había cometido y cuál era el daño que su calumnia había ocasionado. Porque la cura de la lesión se producía a través de la Teshuvá, el reconocimiento de la injuria contra el prójimo y la decisión firme de no repetir el error en el futuro.

Cabe destacar que la oración de mayor recogimiento en el día de Yom Kipur se denomina Kol Nidrei, afirmación que no es una plegaria, sino una promesa de no incurrir en el incumplimiento de una promesa en el futuro. Nuevamente se subraya la importancia de la palabra, la promesa empeñada pero incumplida.

El Talmud relata que uno de los Tanaim le pidió a su sirviente que fuese al mercado y le trajera el manjar más delicioso que encontrara. Fielmente, el sirviente retornó con la lengua de un animal. Cuando al día siguiente le pidió que esta vez le trajera la peor comida, el sirviente nuevamente trajo a casa una lengua. La obvia moraleja es que con la lengua se puede componer versos, hacer la paz entre litigantes; pero al mismo tiempo se puede calumniar y destruir la reputación de una persona honrada.

En otros capítulos de la Torá se destacará la importancia de cumplir con la promesa. Los primeros capítulos de la Torá testimonian que Dios creó el universo con la palabra. Dios dijo y se hizo. Expresó Su Voluntad, que se convirtió en hechos físicos que el hombre puede apreciar con sus sentidos. La Torá consiste en palabras: la palabra de Dios y los Diez Mandamientos reciben la designación de Aséret HaDiberot, las Diez Palabras. La condición de Tsaráat enseña que la palabra mal utilizada tiene una consecuencia real, una lesión sobre la piel que puede ser apreciada por todos.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 11 MITSVOT POSITIVAS

  1. Levítico 14:2 Ritual de purificación por tsaráat
  2. Levítico 14:9 Afeitar al afectado por tsaráat en el séptimo día (parte del ritual de purificación)
  3. Levítico 14:9 Inmersión del individuo impuro en un mikvé para su purificación ritual
  4. Levítico 14:10 La ofrenda del individuo con tsaráat cuando es curado de su aflicción
  5. Levítico 14:35 Leyes de impureza ritual de una casa contaminada con tsaráat
  6. Levítico 15:2,3 Leyes de impureza ritual de la persona que tiene emisiones, zav, quien es objeto y causa de su impureza ritual 
  7. Levítico 15:13,14 Ofrenda del zav cuando es curado de las emisiones
  8. Levítico 15:16 Leyes sobre la impureza ritual del semen, que es ritualmente impuro y causa impureza ritual
  9. Levítico 15:19 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual
  10. Levítico 15:25 Leyes de impureza ritual de la persona que está menstruando de manera anormal que adquiere impureza ritual y causa impureza ritual
  11. Levítico 15:28,29 Ofrenda de la mujer zavá, que está menstruando de manera anormal después de haber sido ritualmente purificada

CUTANEOUS MANIFESTATION OF SLANDER

METSORA_LEVITICUS XIV:1-XV:33

The great biblical expositor and defender of orthodoxy, HaRav Samson Raphael Hirsch of Germany, insisted that Tsara’at, the affliction that occupies the attention of the biblical text, should not be confused with leprosy. In the case of leprosy, you should go to a physician; on the other hand, for the cure of the Tsara’at – which is also presented as a skin lesion – the person indicated to examine the wound is the Kohen, who decides on the remedy for its healing. Because, according to the Talmud, Tsara’at is an outward manifestation of an inner spiritual evil.  According to the Chachamim, the word Tsara’at comes from Lashon Hara, (Lehotsi ra) the perverse use of language to slander one’s neighbor. 

It is not a question of inventing slander, but rather the propagation of some deficiency of the neighbor, a negative characteristic of the person. That is, to tell a factual truth that shows the other person in a negative light. If someone lies, telling others about this fact constitutes Lashon Hara. However, if someone is about to hire a person for a position that requires trust in their word, it is necessary to warn that that person has lied.

The faculty of the use of words is perhaps the most salient distinction of the human being above the other creatures that inhabit the earth. Language allows for mental abstraction, and the construction of models to describe nature. It is the means through which God communicates with man. But just as it is often the most effective means for development, it is also the most efficient instrument for destruction. With a word, well placed, you can help a person to get a job, while with slander you can destroy a reputation that took decades to establish.

If the Kohen determined that the skin lesion was indeed Tsara’at, he expelled the afflicted from the community for a period of 7 days, during which time the person had to be outside the camp. This seven-day period was also intended to allow the person to examine his behavior while in the desert. The intention was that he recognizes where the mistake was made and what damage his slander had caused. Because the cure of the injury occurred through the Teshuvah, the recognition of the insult against the neighbor and the firm decision not to repeat the mistake in the future.

It should be noted that the prayer of greatest recollection on the day of Yom Kippur is called Kol Nidrei, an affirmation that is not a prayer, but a promise not to incur the breach of a promise in the future. Once again, we underline the importance of the word, the promise pledged but unfulfilled.

The Talmud relates that one of the Tanaim asked his servant to go to the market and bring him the most delicious delicacy he could find. Faithfully, the servant returned with the tongue of an animal. When the next day he asked him to bring him the worst food this time, the servant again brought home a tongue. The obvious moral is that with the tongue you can compose verses, and make peace between litigants; but at the same time, you can slander and destroy the reputation of an honest person.

Other chapters of the Torah will emphasize the importance of keeping a promise. The first chapters of the Torah testify that God created the universe by use of the word. God said, and it was done. He expressed His Will, which became a physical fact that man can appreciate with his senses. The Torah consists of words: the word of God, and the Ten Commandments receive the designation of Aseret HaDiberot, the Ten Words. The Tsara’at ‘s condition teaches that the misused word has a real consequence, an injury to the skin that can be appreciated by all.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 11 POSITIVE MITSVOT

  1. Leviticus 14:2 Ritual of purification by Tsara’at
  2. Leviticus 14:9 Shaving the affected by Tsara’at on the seventh day (part of the purification ritual)
  3. Leviticus 14:9 Immersion of the impure individual in a Mikveh for ritual purification
  4. Leviticus 14:10 The offering of the individual’s with Tsara’at when he is healed of his affliction
  5. Leviticus 14:35 Laws of ritual impurity of a house contaminated with Tsara’at
  6. Leviticus 15:2,3 Laws of ritual impurity of the person who has emissions, Zav, who is the cause of his ritual impurity
  7. Leviticus 15:13,14 Offering of the Zav when cured of emissions
  8. Leviticus 15:16 Laws on the ritual impurity of semen, which is ritually impure and causes ritual impurity
  9. Leviticus 15:19 Laws of ritual impurity of the person who is menstruating that acquires ritual impurity and causes ritual impurity
  10. Leviticus 15:25 Laws of ritual impurity of the person who is menstruating abnormally that acquires ritual impurity and causes ritual impurity
  11. Leviticus 15:28,29 Offering of the Zava woman, who is menstruating abnormally after being ritually purified

ON PURITY AND IMPURITY IN JUDAISM

TAZRIA_LEVITICUS XII:1-XIII:59

In the Parashah Shemini we are taught about the animals that are allowed and those whose meat should not be ingested. All this is framed within the set of Laws about impurity and ritual purity, which is the fundamental theme of our chapters. Contact with certain animals, especially their carcasses, introduced the person into a state of impurity that at the time of Beit HaMikdash had important consequences. 

The Kohanim had been warned to refrain from personal contact with the corpse of a human being, which constitutes the greatest source of impurity. The reasoning is that the passage from holiness to impurity is proportional, that is, that the being that can acquire the highest degree of holiness is the being that produces the most intense degree of impurity. However, it should be noted that caring for a deceased is a very important Mitsvah, despite the fact that the people who take care of the deceased enter afterwards into a state of impurity. 

At present, it is considered that everyone is in a state of impurity, because in the absence of the Beit HaMikdash this situation that requires the sacrifice of the Parah Adumah, the red heifer from whose ashes the indispensable element for purification was obtained, is not available presently. This is an additional reason that makes it impossible to rebuild the Beit HaMikdash, an activity that demands purity that cannot be obtained today. 

Considering that the burial of a person is a Mitsvah, it can be concluded that there is no prohibition against the acquisition of the state of ritual impurity. During the existence of the Beit HaMikdash these Laws were observed with great care, because the “impure” person did not have access to the sacred enclosure that was the center of ritual activity for Judaism. 

This fact introduced divisions within society and the scholars refrained from eating in the homes of those who ignored the details of the Law, assuming that they had probably not given to the Kohen and Levi the corresponding Terumah and Ma’aser, that is, they had not separated a percentage of the harvest for the maintenance of those who dedicated their labors to worship in the Beit HaMikdash.

In ancient times, the Essenes took great care of these laws and therefore stood apart. The Mishnah teaches that “the garments” of the ignorant were considered impure to the Pharisees, whose garments, in turn, were impure to those who ingested Terumah. Even the garments of those who ate Kodesh were impure for those who dealt with the ‘purification waters’. Yose ben Yo’ezer was very pious, and yet his apron was impure for Kodesh.” 

The aforementioned Mishnah implies that there were levels of holiness and purity, which in turn implied a separation between the different groups of the society of the time. At present, there is a parallel with Kashrut. Different levels have been created, which include the famous Glat Kasher, which means that there was never any doubt about the kashrut of the animal that demanded the ruling of the Shochet, who decides if the meat is suitable for human consumption.

According to the Talmud, the Schools of Hillel and Shama’i had serious differences regarding the Laws of Purity. “Some describe as impure the cases that the others had purified.” This discussion had an academic character, because in practice they exchanged kitchen utensils. In this way, the difference of opinion between these two great Schools never produced a de facto division in society. 

In general, this is the attitude of the Talmud, which reflects differences of opinion, although Halachah issues a verdict that reflects a single opinion. Judaism has always stimulated the divergence of opinions in the intellectual field, but, at the same time, it shown a specific path that must be followed by all.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 5 POSITIVE MITSVOT AND 2 PROHIBITIONS

  1. Leviticus 12:2,5 The ritual impurity of a woman after giving birth
  2. Leviticus 12:4 The ritually impure person does not ingest Sacred Sacrifices
  3. Leviticus 12:6 The offering that a woman brings after giving birth
  4. Leviticus 13:2 The ritual impurity of the person who has Tsara’at (manifested with a rash on the skin)
  5. Leviticus 13:33 Do not cut the hair of a Netek (type of Tsara’at) lesion
  6. Leviticus 13:45 – The person who has Tsara’at or anyone who can transmit ritual impurity to others should not cut his hair and leave his clothes torn.
  7. Leviticus 13:47 Laws pertaining to the garment of the Tsara’at

SOBRE PUREZA E IMPUREZA EN EL JUDAÍSMO

TAZRÍA_LEVÍTICO XII:1-XIII:59

En la Parashá Sheminí se advierte acerca de los animales que están permitidos y aquellos cuya carne no se debe ingerir. Todo ello está enmarcado dentro del conjunto de leyes acerca de la impureza y pureza ritual, que es el tema fundamental de nuestros capítulos. El contacto con ciertos animales, especialmente con sus cadáveres, introducía a la persona en un estado de impureza que en la época del Beit HaMikdash se convertía en un impedimento importante. 

Los Kohanim habían sido advertidos de que debían abstenerse de tener contacto personal con el cadáver de un ser humano, que constituye la mayor fuente de impureza. El razonamiento es que el pase de la santidad a la impureza es proporcional, o sea, que el ser que puede adquirir al mayor grado de santidad es el ser que produce la impureza más intensa. Sin embargo, se debe destacar que atender a un fallecido es una Mitsvá importantísima, pese a que las personas que se ocupan del fallecido entran en un estado de impureza. 

En la actualidad, se considera que todos están en un estado de impureza, porque en la ausencia del Beit HaMikdash no se puede remediar esta situación que exige el sacrificio de la Pará Adumá, la vaca bermeja de cuyas cenizas se obtenía el elemento indispensable para la purificación. Esta es una razón adicional que imposibilita la reconstrucción del Beit HaMikdash, actividad que exige la pureza que no se puede obtener en la actualidad. 

Al tomar en cuenta que el entierro de una persona es una Mitsvá, se puede concluir que no existe una prohibición contra la adquisición del estado de impureza ritual. Durante la existencia del Beit HaMikdash se observaban con mucho esmero estas leyes, porque la persona “impura” no tenía acceso al recinto sagrado que era el centro de la actividad ritual del judaísmo. 

Este hecho introdujo divisiones dentro de la sociedad y los eruditos se abstenían de comer en los hogares de los que ignoraban los detalles de la ley, asumiendo que probablemente no habían entregado al Kohén y al Leví la Terumá y el Maaser correspondientes, o sea, no habían separado un porcentaje de la cosecha para el mantenimiento de quienes dedicaban sus labores al culto.

En la antigüedad, los Esenios cuidaban estas leyes en especial y por ello se mantenían aparte. La Mishná enseña que “las vestimentas” del ignorante eran consideradas impuras para los fariseos, cuyas vestimentas, a su vez, eran impuras para quienes ingieren Terumá, siendo las vestimentas de éstos impuras para quienes ingerían Kódesh, las partes del animal sacrificado que no eran consumidas por el fuego del altar. Incluso las vestimentas de quienes comían Kódesh eran impuras para quienes se ocupaban de las ‘aguas de purificación’.Yosé ben Yoézer era muy piadoso y, sin embargo, su delantal era impuro para Kódesh”. 

La citada Mishná implica que existían niveles de santidad y pureza, que a su vez implican una separación entre los diferentes grupos de la sociedad de la época. En la actualidad, existe un paralelismo con el Kashrut. Se han creado diferentes niveles, los cuales incluyen el famoso Glat Kasher, que quiere decir que nunca hubo duda acerca del kashrut del animal que exigió el fallo del Shojet, quien decide si la carne es apta para el consumo humano.

Según el Talmud, las escuelas de Hillel y Shamai tuvieron serias diferencias con respecto a las leyes de pureza. “Los unos califican de impuros los casos que los otros habían purificado”. Esta discusión tuvo un carácter académico, porque en la práctica intercambiaban los utensilios de cocina. De esta manera, la diferencia de opinión entre estas dos grandes escuelas nunca produjo una división de facto en la sociedad. 

En general, ésta es la actitud del Talmud, que recoge las diferencias de opiniones, aunque la Halajá emite un veredicto que refleja una sola opinión. El judaísmo siempre ha estimulado la divergencia de opiniones en el campo intelectual, pero, al mismo tiempo, ha señalado un camino específico que se debe seguir en el quehacer diario.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 2 PROHIBICIONES

  1. Levítico 12:2,5 La impureza ritual de la mujer después de dar a luz
  2. Levítico 12:4 La persona ritualmente impura no de ingerir Sacrificios Sagrados
  3. Levítico 12:6 La ofrenda que trae la mujer después de dar a luz
  4. Levítico 13:2 La impureza ritual de la persona que tiene tsaráat (se manifiesta con una erupción en la piel)
  5. Levítico 13:33 No cortar el pelo de una lesión nétek (tipo de tsaráat)
  6. Levítico 13:45 La persona que tiene tsaráat o cualquiera que puede transmitir impureza ritual a otros, no debería cortar su pelo y dejar sus prendas de vestir rasgadas
  7. Levítico 13:47 Leyes pertinentes a tsaráat de prendas de vestir

SEPARATION OF POWERS

SHEMINI_LEVITICUS IX:1-XI:47

At the conclusion of the seven days of preparation, Aharon and his sons proceeded with the sacrifices for the dedication of the Tabernacle, the Mishkan on the eighth day. Even in this episode, as a central figure of the Torah, Mosheh transmits instructions about the Korbanot to his brother Aharon, the Kohen Gadol. Mosheh also instructs: “Kerav el hamizbeach va’aseh“: “come near to the altar and act”, at the hesitancy of Aharon

Aharon probably did not feel sure of himself, perhaps because of the tragedy that happened with his sons Nadav and Avihu on that day, as we will read in the ninth chapter of the Sefer Vayikra. They died while engaged in an offering, they were consumed by a heavenly flame. Aharon thought that God would also not be willing to accept his offering because he did not possess the ethical attributes necessary to approach the Creator on behalf of the Hebrew people. Moses’ words stimulated him. S

Humility was one of the characteristics of Kohen who from youth received training for the service of God and the community. In addition to officiating at the Beit HaMikdash, the Kohen was the teacher who imparted the knowledge of the tradition to new generations. Since he was not a landowner, the Kohen subsisted thanks to the parts of the Korbanot that he was allowed to consume and the Terumah, the contribution he received from the crops. 

The Kohen was the true religious leader, while the king was the secular and political leader of society. And the separation of powers had to be maintained. This separation was violated at the time of the Chashmona’im, who while being Kohanim also assumed the mantle of the monarchy, according to the events that led to the celebration of Chanukkah.

According to Ramban, the period of the Chashmona’im ended in disgrace due to that lack of division between administrative and secular power on the one hand and religious power. There are those who point out that the absence of a volume of the Talmud on Chanukkah, unlike Purim, which is explained in the Treaty of Megillah, is due to the fact that the Chachamim maintained reservations regarding the actions of the Chashmona’im.

In analyzing the role of leadership in the Jewish tradition, we go back to the time of the patriarchs. There is no doubt that after the death of the third patriarch Yaacov, the son who had the best preparation to assume the mantle of leadership was Yosef who stood out as a great statesman in pharaoh’s court. Had it not been for their administrative gifts, which consisted in part of storing the excesses of the period of abundance for the seven years of “the lean cows,” the Egyptians and neighboring peoples would have perished.

Why did Yaakov exclaim on his deathbed “Lo yasur shevet miYehudah,” “the scepter of command should not be set apart from Yehudah“? Why didn’t Yaakov choose Yosef, instead of appointing his fourth son, Yehudah, to be the progenitor of the kings of the Jewish people?

The great scholar Harav Aharon Soloveichik z’l, brother of my late teacher, explained that the reason Yosef was not chosen was because he was perfect in all his performances. Unlike Yehudah who had a dubious relationship with Shua’s daughter and then fathered twins with his daughter-in-law Tamar, Yosef, on the other hand, did not succumb to the sexual advances of Potiphar’s wife. The leader of a people cannot be a person of flawless moral characteristics that society cannot identify with him or her, and then conclude that he or she will not be able to attain that degree of perfection. The leader must be perfectible, but not perfect.

It is possible that similar reasoning prevented the Kohen from exercising administrative leadership of the community. The strict training of the biblical Kohen prepared him for a life of detachment from material goods and an exclusive dedication to the spiritual well-being of the people, facts that made him an almost heavenly or angelic being. Both the spiritual leader and the political leader serve as models of behavior for society, so their choice is critical to inculcate the spiritual and social values necessary for the moral health and material well-being of the new generations.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 6 POSITIVE MITSVOT AND 11 PROHIBITIONS

  1. Leviticus 10:6 – Kohanim are not to enter the Temple with long hair
  2. Leviticus 10:6, 21:10 The Kohanim are not to enter the Temple with torn clothing
  3. Leviticus 10:7 The Kohanim are not to leave the Temple during the Holy Service
  4. Leviticus 10:9 – The Kohanim are not to enter the Temple after drinking wine, nor should they pronounce judgment when intoxicated
  5. Leviticus 11:2,3 Obligation to examine the signs of domestic and wild animals (to determine if they are kosher)
  6. Leviticus 11:4-7 Do not eat domestic or wild animals that are non-kosher
  7. Leviticus 11:9 Obligation to examine the signs of fish (to determine if they are kosher)
  8. Leviticus 11:11 Do not eat fish that are non-kosher
  9. Leviticus 11:13 Do not eat non-kosher birds
  10. Leviticus 11:21 Obligation to examine insect signs (to determine if they are kosher)
  11. Leviticus 11:29,30 Laws governing the ritual impurity of the 8 animals that walk on land
  12. Leviticus 11:34 Laws about ritual impurity of food
  13. Leviticus 11:39 Laws concerning the ritual impurity of animal carcasses
  14. Leviticus 11:41 Do not eat animals that crawl on land
  15. Leviticus 11:42 Do not eat diminutive insects that accompany grains and fruits
  16. Leviticus 11:43 Do not eat small creatures that inhabit the waters
  17. Leviticus 11:44 Do not ingest insects that form from decaying matter