EVALUATING SACRIFICES

VAYIKRA-LEVITICUS I-V

The third of the five books of the Torah receives the name of Vayikra, which is the first word of this text. In Spanish it is known as Leviticus, a name that designates the issues concerning the tribe of Levi, consecrated to the service of the Lord. In Hebrew it is also known as Torat HaKohanim, because its texts describe the service of the sacrifices offered by the descendants of Aharon, Mosheh’s elder brother.

As if the Torah did not wish the worship in the Mishkan, and later on in the Beit HaMikdash, to be the exclusive patrimony of a mysterious caste, it reveals the details of the different sacrifices and describes the possibility of other people participation in some offerings. Although daily prayers include a petition about the restoration of sacrifices, Korbanot, these offerings present intellectual difficulties for contemporary man, who cannot assimilate that the relationship between man and God is accompanied by animal sacrifices. Yehudah HaLevi and Rambam reflected on these Korbanot and proposed two different explanations. For Yehudah HaLeví it is a mystical process that allows ‘the approach of man to the Divinity. The Laws governing the offerings cannot be questioned, because they contain secrets and notions that are beyond the reach of the human intellect.

Saadiá Ga’on divided the Mitsvot between those that are understandable to the human mind, such as “thou shalt not kill”, and those that escape logic, such as the prohibition of wearing clothing made of linen and wool. It can be argued, however, that even the Mitsvot that have an explanation that is reasonable to the human intellect, contain a mystical element that is not based on understanding. Because a man of faith refrains from lying not only because of the damage that his action may cause, because of the intrinsic immorality of his action, but primarily because it is an ordinance of Divine origin.

For Yehudah HaLevi, the sacrificial system is a Divine concession that allows man to approach God in a mystical act, inexplicable, but that reverberates to a spiritual level of greater elevation. The smoke of sacrifice that rises to the heights represents the ascent of the spirit in its eagerness to be close to the Creator. 

Rambam assumes a rationalist position in some of his writings. He considers the Korbanot to be a stage in spiritual development, a superior alternative to the idolatry that reigned at the beginning of the formation of the Hebrew people. This is Hora’at Sha’ah, a Law that is subject to time coordinates that should serve as a bridge of transition from paganism to pure monotheism. This explanation of Rambam is found in his Morh Nevuchim; while, in his Yad Hachazakah he considers Korbanot service to be a permanent element of Judaism.

Centuries later, several commentators tried to explain the reason for the sacrifices. Some leaned towards Rambam suggesting that, in the time of the Messiah, the Mashiach, he will not return to the Korbanot.

Rav Kook, on the other hand, following the line drawn by Yehudah HaLevi, finds that sacrifices contain “mystical realities” not understandable by the intellect, but that they refer to “spiritual truths” and, therefore, this system will be fully restored at some historical moment.

It is interesting to note that, in earlier times, and even in some circles of the present, children begin to study the Torah with the book of Vayikra. Why? Perhaps to teach that life demands sacrifice. Judaism and morality demand that pleasure be postponed in the face of the imperative of duty. Every human relationship calls for sacrifice, to attend to the needs of the less fortunate, of the widow and the orphan in the language of the Torah.

RAZONANDO LOS SACRIFICIOS

VAYIKRÁ_LEVÍTICO I-V

El tercero de los cinco libros de la Torá se denomina Vayikrá, que es la primera palabra de este texto. En español es conocido como Levítico, nombre que designa los temas concernientes a la tribu de Leví, consagrada al servicio del Señor. En hebreo también es conocido como Torat HaKohanim, porque sus textos describen el servicio de los sacrificios ofrendados por los descendientes de Aharón, hermano mayor de Moshé

Como si la Torá no deseara que el culto en el Mishkán y luego en el Beit HaMikdash fuese el patrimonio exclusivo de una casta oculta, revela los detalles de los diferentes sacrificios y describe la posible participación del pueblo en algunas ofrendas. Aunque las oraciones diarias incluyen una petición sobre la restauración de los sacrificios, Korbanot, este culto presenta dificultades intelectuales para el hombre contemporáneo, que no puede asimilar que la relación entre hombre y Dios esté sujeta a sacrificios de animales. Yehudá HaLeví y Rambam reflexionaron acerca de estos Korbanot y proponen dos explicaciones diferentes. Para Yehudá HaLeví se trata de un proceso místico que permite´el acercamiento del hombre a la Divinidad. No se pueden cuestionar las leyes que rigen el culto de los sacrificios, porque encierran secretos y nociones que están más allá del alcance del intelecto humano.

Saadiá Gaón dividió las Mitsvot entre aquellas que son comprensibles por la mente humana, tal como “no matarás”, y aquellas que escapan a la lógica, como la prohibición de usar una vestimenta confeccionada de lino y lana. Se puede argumentar, sin embargo, que incluso aquellas Mitsvot que tienen una explicación que sea razonable para el intelecto humano, contienen un elemento místico que no está basado en la comprensión. Porque el hombre de fe se abstiene de mentir no tan sólo por el daño que su acción pueda causar, por la inmoralidad intrínseca de su acción, sino porque se trata de una ordenanza de origen Divino.

Para Yehudá HaLeví, el sistema de sacrificios es una concesión Divina que permite que el hombre se acerque a Dios en un acto místico, inexplicable, pero que repercute en un nivel espiritual de mayor elevación. El humo del sacrificio que se eleva a las alturas representa el ascenso del espíritu en su afán de cercanía al Creador. 

Rambam asume una posición racionalista, en algunos de sus escritos. Considera que los Korbanot constituyen una etapa en el desarrollo espiritual, una alternativa superior a la idolatría que reinaba en el inicio de la formación del pueblo hebreo. Se trata de Horaat Shaá, una ley que está sujeta a unas coordenadas de tiempo que deben servir como puente de transición del paganismo a un monoteísmo puro. Esta explicación de Rambam se encuentra en su Moré Nevujim; en cambio, en su Yad Hajazaká considera que el servicio de Korbanot es un elemento permanente del judaísmo.

Siglos más tarde, varios comentaristas intentaron explicar el por qué de los sacrificios. Algunos se inclinaron hacia Rambam sugiriendo que, incluso en la época del Mashíaj, no se volverá a los Korbanot

Rav Kook, en cambio, siguiendo la línea trazada por Yehudá HaLeví, encuentra que los sacrificios contienen “realidades místicas” no comprensibles por el intelecto, pero que se refieren a “verdades espirituales” y, por ello, este sistema será totalmente restaurado en algún momento histórico.

Es interesante destacar que, en épocas anteriores, e incluso en algunos círculos del presente, los niños empiezan a estudiar la Torá con el libro de Vayikrá. ¿Por qué? Tal vez para enseñar que la vida exige el sacrificio. El judaísmo y la moral exigen que se postergue el placer frente al imperativo del deber. Toda relación humana llama al sacrificio, a atenderlas necesidades del menos afortunado, de la viuda y el huérfano en el lenguaje de la Torá.

LA CONCLUSIÓN DEL LIBRO SHEMOT

PEKUDEI_ÉXODO XXXVIII:21-XL:38

Con estos capítulos concluimos Shemot, el segundo libro de la Torá, que se puede dividir en tres partes. La primera sección relata los detalles de la servidumbre egipcia y destaca el liderazgo de Moshé, quien logra convencer al faraón para que permita la salida del pueblo hebreo de Egipto. El faraón accedió finalmente a la solicitud de Moshé, porque Dios envió 10 plagas que causaron gran sufrimiento a los egipcios. Solamente cuando una plaga afectó a la casa del faraón, como fue el caso de la última –la muerte de todos los primogénitos egipcios–, se logró doblegar la voluntad del monarca. Decisión que fue luego alterada, porque envió a sus soldados y carrozas para que persiguieran a los hebreos por el desierto, pero estas hordas fueron derrotadas porque se ahogaron en el Mar Rojo.

La segunda parte de Shemot se refiere a la revelación Divina en el monte Sinaí y la tercera describe la construcción del Mishkán, con una información detallada acerca de los elementos que integran este recinto. Aunque no se debe jerarquizar la importancia de los relatos e instructivos bíblicos, a primera vista, en el evento del Sinaí, la revelación de la Voluntad de Dios luce como episodio central. 

No obstante, se puede argumentar que la revelación no estuvo circunscrita al Sinaí: aún en Egipto, los hebreos recibieron un instructivo básico acerca de la importancia del tiempo, en el capítulo que ordena HaJódesh hazé lajem Rosh Jodashim, “este mes será para ustedes el primero de los meses”, una referencia a Nisán, el mes del éxodo. Al mismo tiempo, el pueblo recibió la instrucción de escoger a la oveja que sería sacrificada como Korbán Pésaj, hecho que debía consumarse el día 14 de ese mes y, por ello, la Torá designa a ese día como Pésaj, mientras que la festividad que usualmente denominamos Pésaj recibe usualmente el nombre de Jag HaMatsot.

Cabe destacar que el Korbán Pésaj tenía que ser ofrecido en la tarde del 14 de Nisán y, dado que en la actualidad carecemos del Beit HaMikdash y no se hacen ofrendas, algunos Jasidim insisten en hornear la Matsá para el Séder en la tarde de ese mismo día, porque la Matsá sobresale y debe suplir también al Korbán como una Mitsvá en ausencia del Beit HaMikdash. La Torá también regula la colección del maná en el desierto y ordena observar el Shabat, todo ello antes de la Revelación en el Sinaí. 

De tal manera que la expresión Zajor et Yom HaShabat, el cuarto de los Diez Mandamientos que ordena el descanso semanal durante el séptimo día utiliza adecuadamente la palabra Zajor, recuerda, porque las Leyes del Shabat ya habían sido promulgadas de antemano. 

Después del evento en el Sinaí, el Mishkán sirvió como sede para la promulgación de leyes adicionales, que no fueron reveladas a Moshé en el monte Sinaí. ¿Por qué se distingue la revelación en el Sinaí cuando otros lugares también sirvieron para ese propósito? 

Menachem Ben-Yashar sugiere que la naturaleza pública de esta revelación la diferencia de las otras. Mientras que en el Mishkán Moshé recibía directa y personalmente la instrucción Divina, en el Sinaí todo el pueblo fue testigo de ella, hecho que le dio una validez adicional, permitió que todo el pueblo tuviera una experiencia profética. Además, el grueso de las leyes fue revelado en el Sinaí. 

De tal manera que el Mishkán no era sólo la “residencia” de Dios durante la travesía por el desierto y en los siglos siguientes hasta la construcción del Beit HaMikdash, también era Óhel Moed, el lugar del encuentro entre Moshé y Dios, sitio en el cual fue instruido acerca de un gran número de Mitsvot. De acuerdo con Benno Jacob, el Mishkán fue en realidad un monte Sinaí portátil que acompañó al pueblo durante los años en el desierto. 

El paralelismo entre ambos se evidencia también porque el Mishkán contenía las Dos Tablas de la Ley que Moshé había recibido en el monte Sinaí. Tal como el monte Sinaí estaba cubierto por una “nube de gloria”, de igual manera Moshé tenía que penetrarla “nube de gloria” que envolvía al Mishkán. Antes de entrar en el Mishkán,Moshé tenía que pasar por un período de purificación de 6 días y solamente en el séptimo día podía entrar en el recinto sagrado, mientras que su inauguración se celebró el octavo día.

El éxodo de Egipto tenía el propósito de asegurar el acompañamiento de Dios a través de su presencia dentro del campo de los hebreos en el Mishkán. El libro de Shemot empieza con la esclavitud y la redención de esta, que marca el final del Galut Mitsráyim, y concluye con otra Gueulá: redención, representada por la Presencia de Dios en el Mishkán, en el seno del pueblo hebreo.

THE CONCLUSION OF THE BOOK SHEMOT

PEKUDEI_EXODUS XXXVIII:21-XL:38

With these chapters we conclude Shemot, the Second Book of the Torah, which can be divided into three parts.  The first section recounts the details of Egyptian serfdom and highlights the leadership of Moses, who manages to convince Pharaoh to allow the Hebrew people to leave Egypt. Pharaoh finally agreed to Moses’ request, because God sent 10 plagues that caused great suffering to the Egyptians. Only when a plague affected the house of Pharaoh, as was the case with the last one – the death of all the Egyptian firstborn – was the will of the monarch subdued. A decision that was later altered, because he sent his soldiers and chariots to chase the Hebrews through the desert, but these hordes were defeated because they drowned in the Red Sea.

The second part of Shemot refers to the Divine revelation at Mount Sinai and the third describes the construction of the Mishkan, with detailed information about the elements that made up this enclosure. Although the importance of biblical accounts and instructions should not be hierarchized, at first glance, in the event of Sinai, the revelation of the Will of God looks like a central episode. 

However, it can be argued that the revelation was not circumscribed to Sinai: even in Egypt, the Hebrews received basic instruction about the importance of time, in the chapter that commands HaChodesh hazeh lachem Rosh Chodashim, “this month will be for you the first of the months”, a reference to Nisan, the month of the exodus. At the same time, the people were instructed to choose the sheep that would be sacrificed as the Korban Pesach, and its meat was to be consummated on the 14th of that month. Therefore, the Torah designates that day as Pesach (Passover), while the holiday we usually designate as Passover is refered to as Chag HaMatsot in the Torah.

It should be noted that the Korban Pesach had to be offered on the evening of the 14th of Nisan and, since at present we lack the Beit HaMikdash and no offerings are made, some Chassidim insist on baking the Matsa for the Seder in the afternoon of that same day. Considering the Matsah should also represent the Korban as a Mitsvah in the absence of the Beit HaMikdash. The Torah also regulates the collection of manna in the wilderness and commands observance of Shabbat, all before the Revelation at Sinai. 

So the expression Zachor et Yom HaShabat, the fourth of the Ten Commandments that ordains weekly rest during the seventh day properly uses the word Zachor, remember, because the Shabbat Laws had already been promulgated beforehand. 

After the event at Sinai, the Mishkan served as the venue for the enactment of additional laws, which were not revealed to Moses at Mount Sinai. Why is revelation at Sinai celebrated especially when other places also served that purpose? 

Menachem Ben-Yashar suggests that the public nature of this Revelation sets it apart from the others. While in the Mishkan Moses directly and personally received divine instruction, at Sinai all the people witnessed it, a fact that gave it additional validity, allowing all to have a prophetic experience. In addition, the bulk of the Laws were revealed at Sinai. 

The Mishkan was not only the “residence” of God during the journey through the desert and in the following centuries until the construction of the Beit HaMikdash, it was also Ohel Mo’ed, the place of the encounter between Moses and God, site in which he was instructed about a large number of Mitsvot. According to Benno Jacob, the Mishkan was basically a portable Mount Sinai that accompanied the people during the years in the desert. 

The parallelism between the two is also evident because the Mishkan contained the Two Tablets of the Law that Moses had received at Mount Sinai. Just as Mount Sinai was covered by a “cloud of glory,” in a similar manner Moses had to penetrate the “cloud of glory” that enveloped the Mishkan. Before entering the Mishkan, Moses had to go through a 6-day purification period and only on the seventh day could he enter the sacred precinct, while it’s inauguration was held on the eighth day.

The exodus from Egypt was intended to ensure God’s accompaniment through His Presence within the camp of the Hebrews in the Mishkan. The book of Shemot begins with slavery and its redemption, which marks the end of Galut Mitsrayim, and concludes with another Ge’ulah: redemption, represented by the presence of God in the Mishkan, in the bosom of the Hebrew people.

UN TEMPLO EN EL ESPACIO

VAYAKHEL_ÉXODO XXXV:1-XXXVIII:20

Aunque el tema fundamental de estos capítulos es el Mishkán, el Tabernáculo, abriendo un paréntesis, la Torá exhorta a observar el día de descanso semanal Shabat. ¿Cuál es la relación entre el Mishkán y Shabat? Los Jajamim señalan que Shabat no puede ser violado, incluso para la construcción del Mishkán. Pese a que Shabat no interrumpirá la ofrenda del Korbán Tamid, el sacrificio diario, el día Shabat no puede ser violado para la construcción del Santuario. 

Ha sido señalado que el Shabat puede ser considerado como un “Santuario en el tiempo” mientras que el Mishkán es un “Santuario en el espacio”. La Torá da preferencia al “Santuario en el tiempo”, porque incluso ante la posibilidad de que el pueblo sea exiliado, en cuya circunstancia no podrá acceder al Mishkán por encontrarse fuera de ese “espacio”, la Tierra de Israel, el Shabat siempre los acompañará, ya que el “tiempo” rige por igual en todas latitudes. 

Cabe destacar nuevamente que el Shabat es el único día sagrado mencionado en los capítulos que describen la creación del universo. Dios creó el universo en seis días y descansó en el séptimo día; por ello instruyó que el ser humano y todo ser viviente que lo rodea también descanse ese día. Este hecho indica que el día semanal de descanso es inviolable, tal como si el universo dependiera de ese día para su continua existencia. El rey Shelomó reflexionó sobre la naturaleza del Mishkán durante el día de la inauguración del Beit HaMikdash, al cuestionar la posibilidad de que Dios fuese confinado a una casa, incluso a una Casa Sagrada como el Beit HaMikdash.

¿Acaso no se encuentra presente Dios en todo el universo y ni siquiera este ilimitado espacio no puede contenerlo? Uno de los nombres para designar a Dios es Makom y comentan los Jajamim que Dios es el Makom (“lugar”) del universo y no viceversa, porque nada puede contener a Dios. ¿Cómo puede entonces el Mishkán ser la residencia de Dios?

El Midrash, consciente de la aparente contradicción entre estos conceptos, sugiere que tal como el mar puede llenar con su líquido una cueva formada dentro de una roca que se introduce en las aguas sin disminuir por ello el caudal de sus aguas, de igual manera Dios puede residir en el Mishkán sin simultáneamente mermar su Presencia en todos los confines del universo y más allá del mismo.

Nuestras dificultades son de carácter estructural y genérico, porque intentamos entender a un Ser Infinito con las limitaciones finitas del lenguaje e intelecto humano. Tal vez debemos recordar el comentario de los Jajamim que refleja el mensaje de varios versículos de la Torá: Dios no se encuentra en un recinto, sino Betoj Benei Israel, dentro del pueblo de Israel. Una respuesta similar fue ofrecida por un rabino jasídico quien, ante la interrogante de dónde se encuentra Dios, respondió: “Donde lo dejan entrar, está en los corazones que se abren ante su Presencia”. 

El Mishkán y su sucesor, el Beit HaMikdash, se han convertido en objetivos que aparentan ser inalcanzables en el presente. Esto es así cuando consideramos a la “Casa de Dios” como un lugar físico, una “estructura espacial”. Pero cuando interiorizamos su significado, la necesidad de estar dispuestos al sacrificio por el bien de la sociedad, la idea del Korbán, la ofrenda, adquiere un sentido de actualidad.

Para la construcción del Mishkán se exigió de cada uno la contribución de Majtsit haShékel, la mitad de la moneda Shékel. El pobre no podía contribuir menos y el rico no podía exceder esta contribución específica. La Torá explica que la contribución es para Lejaper al nafshoteijem, expiar sus almas. La idea es paralela a la de Yom Kipur, el Día del Perdón, que invita a expiar los errores y pedir perdón por los pecados y transgresiones.

¿Cuál es el pecado que debe expiar la contribución para la construcción del Mishkán? Mientras que Yom Kipur es el día en el cual cada persona intercede individualmente ante Dios –Quien nos examina tal como un pastor revisa su rebaño, según la expresión de la liturgia–, el Majtsit haShékel tal vez apunta hacia los pecados comunitarios, porque el Mishkán representaba a la comunidad. 

Las ofrendas diarias en el Beit HaMikdash tenían que ver con el bienestar del colectivo. No existe el Beit HaMikdash en la actualidad, pero al leer estos capítulos bíblicos debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad social. Tal como señalara Rabí Akivá, el amor por el prójimo, la responsabilidad ante la comunidad es el fundamento de la Torá.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 1 PROHIBICIÓN

  1. Éxodo 35:3 Una corte no deberá ejecutar la pena capital en Shabat

A TEMPLE IN SPACE

VAYAKHEL_ EXODUS XXXV:1-XXXVIII:20

Although the fundamental theme of these chapters is the Mishkan, the Tabernacle, opening a parenthesis, the Torah exhorts to observe the weekly day of rest Shabbat. What is the relationship between the Mishkan and Shabbat? The Chachamim point out that Shabbat cannot be violated, even for the construction of the Mishkan.  Although Shabbat will not interrupt the offering of Korban Tamid, the daily sacrifice, the Shabbat day cannot be violated for the construction of the Mishkan

It has been pointed out that the Shabbat can be regarded as a ” Sanctuary in time” while the Mishkan is a ” Sanctuary in space”. The Torah gives preference to the “Sanctuary in time”, because even before the probability of exile, in which circumstance they will not have access to the Mishkan because they are outside that “space”, the Land of Israel, the Shabbat will always accompany them, since “time” rules equally in all latitudes. 

It should be noted again that Shabbat is the only holy day mentioned in the chapters describing the creation of the universe. God created the universe in six days and rested on the seventh day; therefore, He instructed that all human beings and every living creature should also rest on that day. This fact indicates that the weekly day of rest is inviolable, as if the universe depended on that day for its continued existence. King Shelomoh reflected on the nature of the Mishkan during the day of the inauguration of the Beit HaMikdash he built, questioning the possibility that God be confined to a house, even to a Holy House like the Beit HaMikdash.

Isn’t God present in the entire universe and not even this unlimited space can contain Him? One of the names to designate God is Makom and the Chachamim comment that God is the Makom (“place”) of the universe and not vice versa, because nothing can contain God. How then can the Mishkan be the residence of God?

The Midrash, aware of the apparent contradiction between these concepts, suggests that just as the sea can fill with its liquid a cave formed within a rock that enters the waters without diminishing the flow of its waters, in the same way God can reside in the Mishkan without simultaneously diminishing His Presence in all confines of the universe and beyond it.

Our difficulties are structural and generic, because we try to understand an Infinite Being with the finite limitations of human language and intellect. Perhaps we should remember the comment of the Chachamim that reflects the message of several verses of the Torah: God is not in an enclosure, but Betoch Benei Israel, within the people of Israel. A similar answer was offered by a Hasidic rabbi who, when asked where God is, replied, “Where they let Him in, He is in the hearts that open before His Presence.” 

The Mishkan and its successor, the Beit HaMikdash, have become objectives that appear unattainable in the present. This is so when we consider the “House of God” as a physical place, a “spatial structure”. But when we internalize its meaning, the need to be willing to sacrifice for the good of society, the idea of the Korban, the offering, acquires special meaning, including for our times.

For the construction of the Mishkan the contribution of Machtsit haShekel, half of the Shekel coin, was demanded from each. The poor could not contribute less, and the rich could not exceed this specific contribution. The Torah explains that the contribution is for Lechaper al nafshoteichem, to atone for their souls. The idea parallels that of Yom Kippur, the Day of Forgiveness, which invites us to atone for mistakes and ask forgiveness for sins and transgressions.

What is the sin that the contribution to the construction of the Mishkan must atone for? While Yom Kippur is the day on which each person individually intercedes before God—Who examines us just as a shepherd reviews his flock, according to the expression of the liturgy—Machtsit haShekel perhaps points to communal sins, because the Mishkan represented the community. 

The daily offerings at the Beit HaMikdash had to do with the well-being of the collective. There is no Beit HaMikdash today, but as we read these biblical chapters, we must become aware of our social responsibility. As Rabbi Akiva pointed out, love for one’s neighbor, responsibility to the community is the foundation of the Torah.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 1 PROHIBITION

  1. Exodus 35:3 A court should not execute capital punishment on Shabbat

CONTRASTE ENTRE MOSHÉ Y AHARÓN

KI TISÁ_ÉXODO XXX:11-XXXIV:35

El primer tema de estos capítulos se refiere al censo que se realizó después del episodio del Éguel Hazahav, el becerro de oro que los hebreos adoraron cuando Moshé tardó más de lo anticipado en descender del Har Sinai. El relato bíblico continúa con el instructivo dirigido a Moshé para que elabore un receptáculo de cobre que será utilizado para el lavado de las manos y los pies de los Kohanim

La Torá especifica luego cuáles son las especies necesarias para el culto en el Mishkán, siendo uno de ellos Mor Deror, el mirto puro. Esta especie es considerada por el Talmud como una alusión a Mordejai, el héroe de la historia de Purim. De acuerdo con el Rav (Rabbi Josepha B. Soloveitchik) cuando el Talmud cuestiona: Mordejai minHaTorá minayin y responde con Mor Deror, la utilización de un elemento que será utilizado en el Mishkán es para señalar su participación en la reconstrucción del segundo Beit HaMikdash

El episodio del Éguel Hazahav tuvo 4 protagonistas: Dios, el pueblo judío, Aharón y Moshé. La aparente complicidad de Aharón quien intentó apaciguar el ánimo del pueblo seguramente le causó mucha angustia a Moshé, porque de acuerdo con las características de personalidad que la Torá le atribuye, probablemente nunca hubiera cedido a la petición del pueblo.

Mientras que Aharón se aproximaba al pueblo y se identificaba con sus retos y angustias, Moshé luce como un personaje aparte, más cercano a lo celestial que a lo terrenal. En este sentido, explica Rashí la diferencia entre lehaazín y lishmoa, sinónimos del verbo escuchar. Por estar más cercano al cielo Moshé se expresa con Haazinu haShamáyim, mientras´que Yeshayahu afirma Shim’í shamáyim. Lehaazín quiere decir escuchar de cerca, mientras que lishmoa implica cierta distancia entre las partes.

De acuerdo con Ibn Ezra, Moshé es educado en el palacio del faraón, porque desde un prinicipio tenía la postura de un príncipe, para convertirse en el Mélej, el rey del pueblo hebreo. Moshé es único, no hay otro personaje similar en la Biblia. Con la excepción de los relatos del Midrash se desconoce las características de sus hijos, simplemente desaparecen del relato bíblico. Moshé luce como un ser solitario en el universo terrenal porque se sentía más afín con el mundo del espíritu. Fue el único personaje que habló con Dios “cara a cara”. 

La muerte de Moshé antes de la conquista de la Tierra Prometida señala el término de su trayectoria aunque sus logros dejaron una huella por siempre. El caso de Aharón es muy diferente. Siempre se sintió cercano al pueblo y tal vez por ello, comprendió sus debilidades. Además, Aharón es el patriarca de todos los Kohanim que siempre oficiarán en el Beit HaMikdash y serán los maestros del pueblo. Incluso hasta el presente, los hijos de Aharón son los protagonistas de ciertos ceremoniales y tienen preferencia en los rituales de la sinagoga. 

 El culto de Yom Kipur tiene como tema central las actividades del Kohén Gadol en el Beit HaMikdash. Aharón también era un profeta, una persona con penetrante visión para comprender el sentido de la historia. Serán sus descendientes, los Jashmonaim que se rebelarán contra los sirios helenizados para devolver al Beit HaMikdash su gloria anterior y dar inicio a un par de siglos de liberación nacional hasta la destrucción de la Casa de Dios perpetrada por los romanos en el año 70.

Tal vez el liderazgo del pueblo exigió una simbiosis de ambas posiciones. Por un lado, la aparente inflexibilidad de Moshé, indispuesto a cualquier compromiso o alteración de la Voluntad de Dios y por otro lado está la personalidad de Aharón que intuye la debilidad intrínseca del ser humano, su disposición al pecado, pero al mismo tiempo su capacidad de regeneración. La posibilidad de la Teshuvá que aparece como una realidad en la historia del primer hombre Adam. Mientras que Moshé desaparece del escenario, Aharón vive a través de su descendencia, porque solamente gracias a su comprensión y empatía por la fragilidad humana existe la posibilidad de la redención final.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 4 MITSVOT POSITIVAS Y 5 PROHIBICIONES

  1. Éxodo 30:13 Dar anualmente la mitad de un shékel (moneda)
  2. Éxodo 30:19-20 Lavarse las manos y los pies cuando sirviendo en el Templo
  3. Éxodo 30:25 Elaborar aceite para unción

108 Éxodo 30:32 La persona que no está autorizada no debe derramar sobre sí aceite de unción

109 Éxodo 30:32 No elaborar aceite de unción que no ha sido autorizado de acuerdo con la fórmula

  1. Éxodo 30:37 No elaborar incienso que no ha sido autorizado de acuerdo con la fórmula
  2. Éxodo 34: 12,15 Ni comer ni beber de la ofrenda para un ídolo
  3. Éxodo 34:21 Permitir que la tierra descanse en el año de Shemitá (séptimo año)
  4. Éxodo 34:25 No comer carne y leche que han sido cocinados juntos

CONTRAST BETWEEN MOSHEH AND AHARON

KI TISA_EXODUS XXX:11-XXXIV:35

The first theme of these chapters concerns the census that was conducted after the episode of Egel Hazahav, the “Golden Calf” the Hebrews worshiped when Mosheh took longer than anticipated to descend from Har Sinai. The biblical account continues with the instructions addressed to Mosheh to elaborate a copper receptacle that will be used for washing the hands and feet of the Kohanim

The Torah then specifies which species are necessary for worship in the Mishkan, one of them being Mor Deror, pure myrtle. This species is considered by the Talmud as an allusion to Mordechai, the hero of the Purim story. According to the Rav (Rabbi Joseph B. Soloveitchik) when the Talmud questions: Mordechai min HaTorah minayin and responds with Mor Deror, the use of an element that will be used in the Mishkan is to signal his participation in the reconstruction of the second Beit HaMikdash

The Egel Hazahav episode had 4 protagonists: God, the Jewish people, Aharon and Mosheh. The apparent complicity of Aharon who tried to appease the mood of the people surely caused Mosheh much anguish because according to the personality characteristics attributed to him by the Torah, he would probably never have yielded to the people’s request.

While Aharon approached the people and identified with their challenges and anxieties, Mosheh appears closer to the heavenly than to the earthly. In this sense, Rashi explains the difference between leha’azín and lishmo’a, synonyms of the verb to listen. By being closer to heaven Mosheh expresses himself with Ha’azinu haShamayim, while Yeshayahu says Shim’í shamáyim. Leha’azín means to listen closely, while lishmo’a implies some distance between the parties.

According to Ibn Ezra, Mosheh is educated in the palace of Pharaoh, because at the beginning he had the position of a prince, to become the Melech, the king of the Hebrew people.  Mosheh is unique, there is no other similar character in the Bible. With the exception of the Midrash accounts, the characteristics of his children are unknown, they simply disappear from the biblical account.  Mosheh looks like a lonely being in the earthly universe because he felt more akin to the world of the spirit. He was the only human who spoke to God “face to face.” 

Mosheh’s death before the conquest of the Promised Landmarks the end of his career although his achievements left a mark forever. The case of Aharon is very different. He always felt close to the people and perhaps because of that, he understood their weaknesses. In addition, Aharon is the patriarch of all the Kohanim who will always officiate at the Beit HaMikdash and will be the teachers of the people. Even to the present, the sons of Aharon are the protagonists of certain ceremonials and have a preference in the rituals of the synagogue. 

The celebration of Yom Kippur has as its central theme the activities of the Kohen Gadol in the Beit HaMikdashAharon was also a prophet, a person with penetrating vision who could understand the meaning of History. It will be his descendants, the Chashmonaim who will rebel against the Hellenized Syrians to return the Beit HaMikdash to its former glory and begin some two centuries of national liberation until the destruction of the House of God perpetrated by the Romans in the year 70.

Perhaps the leadership of the people demanded a symbiosis of both positions. On the one hand, the apparent inflexibility of Mosheh, unwilling to any commitment or alteration of the Will of God and on the other hand is the personality of Aharon who senses the intrinsic weakness of the human being, his disposition to sin, but at the same time his capacity for regeneration. The possibility of Teshuvah appears as a reality in the story of the first man Adam. While Mosheh disappears from the stage, Aharon lives through his offspring, because only thanks to his understanding and empathy for human frailty is there the possibility of final redemption.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH

CONTAINS 4 POSITIVE MITZVOT AND 5 PROHIBITIONS

  1. Exodus 30:13 Give half a Shekel (coin) annually
  2. Exodus 30:19-20 Wash your hands and feet when serving in the Temple
  3. Exodus 30:25 Making Oil for Anointing

108 Exodus 30:32 The person who is not authorized should not pour anointing oil on himself.

109 Exodus 30:32 Do not make anointing oil that has not been authorized according to the specific formula

  1. Exodus 30:37 Do not make incense that has not been authorized according to the specific formula
  2. Exodus 34:12,15 Neither eating nor drinking from the offering for an idol
  3. Exodus 34:21 Allow the earth to rest in the year of Shemitah (seventh year)
  4. Exodus 34:25 Do not eat meat and milk that have been cooked together

THE DEPENDENCE OF THE COLLECTIVE

TETSAVEH_EXODUS XXVII:20-XXX:10

There is an imprecision in the previous chapters about who had to do what in the construction of the Mishkan and its different elements. On many occasions, the Torah states Veasita, “And you shall make,” instructing Mosheh to take direct charge of the elaboration of an object, as in the case of the wooden slats that crossed the rings of the Aron to move it. Even the elaboration of the Kaporet, the solid gold lid that rested on the Aron and at whose ends were the Keruvim, fell on Moses.

The first sentence of our Biblical section begins with the instructive: Veatah tetsaveh, “And you (Moses) shall instruct” the children of Israel to bring pure olive oil to feed the eternal light, located on the other side of the Parochet, the curtain that separated the Kodesh HaKodashim, the holiest place in the Mishkan. Much has been said and written about the absence of the name Mosheh in our chapters, which can be attributed to the fact that he is the central figure in the construction and elaboration of the Mishkan, and, therefore, making it unnecessary to name him. In addition, his name does not appear due to the division of the parshiyot that are read weekly, which is not explicitly contemplated in the text of the Torah.

Indeed, according to another equally ancient tradition, the Torah was read in a 3-year cycle that was totally different from the division into 54 weekly sections used in the present. 

According to the Chachamim, God had to show a heavenly specimen of the Menorah, because Mosheh had difficulties with its elaboration. In the case of the copper basin used by the Kohanim, it is also clear that Mosheh took care of its manufacture. 

It should be noted that the people participated in almost all the construction of the Mishkan and its belongings. And therefore, perhaps, Mosheh’s name does not appear, so as not to identify his person with the work exclusively. The Mishkan was the product of the effort of Benei Israel, the collective that left Egypt and now found its spiritual destiny, affirmed the existence of one God, whose earthly presence was symbolized by the Mishkan.

Moreover, the Chachamim, wary of possible misinterpretations, stated that God did not dwell in the Mishkan compound but in the bosom of the people. Thus, they interpreted the verse Ve’asu Li Mishkan veshachanti betocham, “They will make me a Tabernacle and I will reside among them”. A fundamental principle comes to light. While in Egypt worship was in the exclusive hands of the priesthood, who jealously guarded the secret of how to preserve the body of a deceased, in Judaism all the details of the sacrifices to be made by the Kohanim are exhibited. In the case of the construction of the sacred enclosure and its belongings, the entire people, men, and women, had a direct participation in its elaboration. 

The above is a further demonstration of a characteristic of Judaism that imposes the fulfillment of the Law on all its members. Although during the existence of the Mishkan and the latter Beit HaMikdash the tribe of Levi had definitive duties, today there are no different obligations for a religious leader. Everyone, without distinction, must live according to the letter and spirit of the Law.

Judaism never depended on the fate of its leadership. Each person can lead the prayers and publicly read the Torah, after the indispensable preparation to do so. No legal or religious title or personality is required to conduct worship. Therefore, despite the persecutions and massacres perpetrated over centuries, Judaism was able to recover its course and destiny, because every Jew was a member of Mamlechet Kohanim and Goi Kadosh, “a Kingdom of Priests and Holy People.

MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARSHAAH

CONTAINS 4 POSITIVE MITSVOT AND 3 PROHIBITIONS

  1. Exodus 27:20 Prepare the luminaries of the Menorah (chandelier)
  2. Exodus 27:41 The Kohanim (priests) wear special garments
  3. Exodus 28:28 – The pectoral (Choshen) should not be separated from the apron (Ephod
  4. Exodus 28:32 Do Not Tear the Apron (Ephod)
  5. Exodus 29:33 Eating the flesh of the Atonement Offering (Chatat) and the Guilt Offering (Asham)
  6. Exodus 30:7 Burn the incense
  7. Exodus 30:9 Do not burn incense or offer sacrifices on the Golden Altar (Mizbeach Hazahav)