Nacer de nuevo
Antisemitismo Hoy
ON PURITY AND IMPURITY IN JUDAISM
TAZRIA_LEVITICUS XII:1-XIII:59
In the Parashah Shemini we are taught about the animals that are allowed and those whose meat should not be ingested. All this is framed within the set of Laws about impurity and ritual purity, which is the fundamental theme of our chapters. Contact with certain animals, especially their carcasses, introduced the person into a state of impurity that at the time of Beit HaMikdash had important consequences.
The Kohanim had been warned to refrain from personal contact with the corpse of a human being, which constitutes the greatest source of impurity. The reasoning is that the passage from holiness to impurity is proportional, that is, that the being that can acquire the highest degree of holiness is the being that produces the most intense degree of impurity. However, it should be noted that caring for a deceased is a very important Mitsvah, despite the fact that the people who take care of the deceased enter afterwards into a state of impurity.
At present, it is considered that everyone is in a state of impurity, because in the absence of the Beit HaMikdash this situation that requires the sacrifice of the Parah Adumah, the red heifer from whose ashes the indispensable element for purification was obtained, is not available presently. This is an additional reason that makes it impossible to rebuild the Beit HaMikdash, an activity that demands purity that cannot be obtained today.
Considering that the burial of a person is a Mitsvah, it can be concluded that there is no prohibition against the acquisition of the state of ritual impurity. During the existence of the Beit HaMikdash these Laws were observed with great care, because the “impure” person did not have access to the sacred enclosure that was the center of ritual activity for Judaism.
This fact introduced divisions within society and the scholars refrained from eating in the homes of those who ignored the details of the Law, assuming that they had probably not given to the Kohen and Levi the corresponding Terumah and Ma’aser, that is, they had not separated a percentage of the harvest for the maintenance of those who dedicated their labors to worship in the Beit HaMikdash.
In ancient times, the Essenes took great care of these laws and therefore stood apart. The Mishnah teaches that “the garments” of the ignorant were considered impure to the Pharisees, whose garments, in turn, were impure to those who ingested Terumah. Even the garments of those who ate Kodesh were impure for those who dealt with the ‘purification waters’. Yose ben Yo’ezer was very pious, and yet his apron was impure for Kodesh.”
The aforementioned Mishnah implies that there were levels of holiness and purity, which in turn implied a separation between the different groups of the society of the time. At present, there is a parallel with Kashrut. Different levels have been created, which include the famous Glat Kasher, which means that there was never any doubt about the kashrut of the animal that demanded the ruling of the Shochet, who decides if the meat is suitable for human consumption.
According to the Talmud, the Schools of Hillel and Shama’i had serious differences regarding the Laws of Purity. “Some describe as impure the cases that the others had purified.” This discussion had an academic character, because in practice they exchanged kitchen utensils. In this way, the difference of opinion between these two great Schools never produced a de facto division in society.
In general, this is the attitude of the Talmud, which reflects differences of opinion, although Halachah issues a verdict that reflects a single opinion. Judaism has always stimulated the divergence of opinions in the intellectual field, but, at the same time, it shown a specific path that must be followed by all.
MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH
CONTAINS 5 POSITIVE MITSVOT AND 2 PROHIBITIONS
- Leviticus 12:2,5 The ritual impurity of a woman after giving birth
- Leviticus 12:4 The ritually impure person does not ingest Sacred Sacrifices
- Leviticus 12:6 The offering that a woman brings after giving birth
- Leviticus 13:2 The ritual impurity of the person who has Tsara’at (manifested with a rash on the skin)
- Leviticus 13:33 Do not cut the hair of a Netek (type of Tsara’at) lesion
- Leviticus 13:45 – The person who has Tsara’at or anyone who can transmit ritual impurity to others should not cut his hair and leave his clothes torn.
- Leviticus 13:47 Laws pertaining to the garment of the Tsara’at
SOBRE PUREZA E IMPUREZA EN EL JUDAÍSMO
TAZRÍA_LEVÍTICO XII:1-XIII:59
En la Parashá Sheminí se advierte acerca de los animales que están permitidos y aquellos cuya carne no se debe ingerir. Todo ello está enmarcado dentro del conjunto de leyes acerca de la impureza y pureza ritual, que es el tema fundamental de nuestros capítulos. El contacto con ciertos animales, especialmente con sus cadáveres, introducía a la persona en un estado de impureza que en la época del Beit HaMikdash se convertía en un impedimento importante.
Los Kohanim habían sido advertidos de que debían abstenerse de tener contacto personal con el cadáver de un ser humano, que constituye la mayor fuente de impureza. El razonamiento es que el pase de la santidad a la impureza es proporcional, o sea, que el ser que puede adquirir al mayor grado de santidad es el ser que produce la impureza más intensa. Sin embargo, se debe destacar que atender a un fallecido es una Mitsvá importantísima, pese a que las personas que se ocupan del fallecido entran en un estado de impureza.
En la actualidad, se considera que todos están en un estado de impureza, porque en la ausencia del Beit HaMikdash no se puede remediar esta situación que exige el sacrificio de la Pará Adumá, la vaca bermeja de cuyas cenizas se obtenía el elemento indispensable para la purificación. Esta es una razón adicional que imposibilita la reconstrucción del Beit HaMikdash, actividad que exige la pureza que no se puede obtener en la actualidad.
Al tomar en cuenta que el entierro de una persona es una Mitsvá, se puede concluir que no existe una prohibición contra la adquisición del estado de impureza ritual. Durante la existencia del Beit HaMikdash se observaban con mucho esmero estas leyes, porque la persona “impura” no tenía acceso al recinto sagrado que era el centro de la actividad ritual del judaísmo.
Este hecho introdujo divisiones dentro de la sociedad y los eruditos se abstenían de comer en los hogares de los que ignoraban los detalles de la ley, asumiendo que probablemente no habían entregado al Kohén y al Leví la Terumá y el Maaser correspondientes, o sea, no habían separado un porcentaje de la cosecha para el mantenimiento de quienes dedicaban sus labores al culto.
En la antigüedad, los Esenios cuidaban estas leyes en especial y por ello se mantenían aparte. La Mishná enseña que “las vestimentas” del ignorante eran consideradas impuras para los fariseos, cuyas vestimentas, a su vez, eran impuras para quienes ingieren Terumá, siendo las vestimentas de éstos impuras para quienes ingerían Kódesh, las partes del animal sacrificado que no eran consumidas por el fuego del altar. Incluso las vestimentas de quienes comían Kódesh eran impuras para quienes se ocupaban de las ‘aguas de purificación’.Yosé ben Yoézer era muy piadoso y, sin embargo, su delantal era impuro para Kódesh”.
La citada Mishná implica que existían niveles de santidad y pureza, que a su vez implican una separación entre los diferentes grupos de la sociedad de la época. En la actualidad, existe un paralelismo con el Kashrut. Se han creado diferentes niveles, los cuales incluyen el famoso Glat Kasher, que quiere decir que nunca hubo duda acerca del kashrut del animal que exigió el fallo del Shojet, quien decide si la carne es apta para el consumo humano.
Según el Talmud, las escuelas de Hillel y Shamai tuvieron serias diferencias con respecto a las leyes de pureza. “Los unos califican de impuros los casos que los otros habían purificado”. Esta discusión tuvo un carácter académico, porque en la práctica intercambiaban los utensilios de cocina. De esta manera, la diferencia de opinión entre estas dos grandes escuelas nunca produjo una división de facto en la sociedad.
En general, ésta es la actitud del Talmud, que recoge las diferencias de opiniones, aunque la Halajá emite un veredicto que refleja una sola opinión. El judaísmo siempre ha estimulado la divergencia de opiniones en el campo intelectual, pero, al mismo tiempo, ha señalado un camino específico que se debe seguir en el quehacer diario.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 5 MITSVOT POSITIVAS Y 2 PROHIBICIONES
- Levítico 12:2,5 La impureza ritual de la mujer después de dar a luz
- Levítico 12:4 La persona ritualmente impura no de ingerir Sacrificios Sagrados
- Levítico 12:6 La ofrenda que trae la mujer después de dar a luz
- Levítico 13:2 La impureza ritual de la persona que tiene tsaráat (se manifiesta con una erupción en la piel)
- Levítico 13:33 No cortar el pelo de una lesión nétek (tipo de tsaráat)
- Levítico 13:45 La persona que tiene tsaráat o cualquiera que puede transmitir impureza ritual a otros, no debería cortar su pelo y dejar sus prendas de vestir rasgadas
- Levítico 13:47 Leyes pertinentes a tsaráat de prendas de vestir
SEPARATION OF POWERS
SHEMINI_LEVITICUS IX:1-XI:47
At the conclusion of the seven days of preparation, Aharon and his sons proceeded with the sacrifices for the dedication of the Tabernacle, the Mishkan on the eighth day. Even in this episode, as a central figure of the Torah, Mosheh transmits instructions about the Korbanot to his brother Aharon, the Kohen Gadol. Mosheh also instructs: “Kerav el hamizbeach va’aseh“: “come near to the altar and act”, at the hesitancy of Aharon.
Aharon probably did not feel sure of himself, perhaps because of the tragedy that happened with his sons Nadav and Avihu on that day, as we will read in the ninth chapter of the Sefer Vayikra. They died while engaged in an offering, they were consumed by a heavenly flame. Aharon thought that God would also not be willing to accept his offering because he did not possess the ethical attributes necessary to approach the Creator on behalf of the Hebrew people. Moses’ words stimulated him. S
Humility was one of the characteristics of Kohen who from youth received training for the service of God and the community. In addition to officiating at the Beit HaMikdash, the Kohen was the teacher who imparted the knowledge of the tradition to new generations. Since he was not a landowner, the Kohen subsisted thanks to the parts of the Korbanot that he was allowed to consume and the Terumah, the contribution he received from the crops.
The Kohen was the true religious leader, while the king was the secular and political leader of society. And the separation of powers had to be maintained. This separation was violated at the time of the Chashmona’im, who while being Kohanim also assumed the mantle of the monarchy, according to the events that led to the celebration of Chanukkah.
According to Ramban, the period of the Chashmona’im ended in disgrace due to that lack of division between administrative and secular power on the one hand and religious power. There are those who point out that the absence of a volume of the Talmud on Chanukkah, unlike Purim, which is explained in the Treaty of Megillah, is due to the fact that the Chachamim maintained reservations regarding the actions of the Chashmona’im.
In analyzing the role of leadership in the Jewish tradition, we go back to the time of the patriarchs. There is no doubt that after the death of the third patriarch Yaacov, the son who had the best preparation to assume the mantle of leadership was Yosef who stood out as a great statesman in pharaoh’s court. Had it not been for their administrative gifts, which consisted in part of storing the excesses of the period of abundance for the seven years of “the lean cows,” the Egyptians and neighboring peoples would have perished.
Why did Yaakov exclaim on his deathbed “Lo yasur shevet miYehudah,” “the scepter of command should not be set apart from Yehudah“? Why didn’t Yaakov choose Yosef, instead of appointing his fourth son, Yehudah, to be the progenitor of the kings of the Jewish people?
The great scholar Harav Aharon Soloveichik z’l, brother of my late teacher, explained that the reason Yosef was not chosen was because he was perfect in all his performances. Unlike Yehudah who had a dubious relationship with Shua’s daughter and then fathered twins with his daughter-in-law Tamar, Yosef, on the other hand, did not succumb to the sexual advances of Potiphar’s wife. The leader of a people cannot be a person of flawless moral characteristics that society cannot identify with him or her, and then conclude that he or she will not be able to attain that degree of perfection. The leader must be perfectible, but not perfect.
It is possible that similar reasoning prevented the Kohen from exercising administrative leadership of the community. The strict training of the biblical Kohen prepared him for a life of detachment from material goods and an exclusive dedication to the spiritual well-being of the people, facts that made him an almost heavenly or angelic being. Both the spiritual leader and the political leader serve as models of behavior for society, so their choice is critical to inculcate the spiritual and social values necessary for the moral health and material well-being of the new generations.
MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH
CONTAINS 6 POSITIVE MITSVOT AND 11 PROHIBITIONS
- Leviticus 10:6 – Kohanim are not to enter the Temple with long hair
- Leviticus 10:6, 21:10 The Kohanim are not to enter the Temple with torn clothing
- Leviticus 10:7 The Kohanim are not to leave the Temple during the Holy Service
- Leviticus 10:9 – The Kohanim are not to enter the Temple after drinking wine, nor should they pronounce judgment when intoxicated
- Leviticus 11:2,3 Obligation to examine the signs of domestic and wild animals (to determine if they are kosher)
- Leviticus 11:4-7 Do not eat domestic or wild animals that are non-kosher
- Leviticus 11:9 Obligation to examine the signs of fish (to determine if they are kosher)
- Leviticus 11:11 Do not eat fish that are non-kosher
- Leviticus 11:13 Do not eat non-kosher birds
- Leviticus 11:21 Obligation to examine insect signs (to determine if they are kosher)
- Leviticus 11:29,30 Laws governing the ritual impurity of the 8 animals that walk on land
- Leviticus 11:34 Laws about ritual impurity of food
- Leviticus 11:39 Laws concerning the ritual impurity of animal carcasses
- Leviticus 11:41 Do not eat animals that crawl on land
- Leviticus 11:42 Do not eat diminutive insects that accompany grains and fruits
- Leviticus 11:43 Do not eat small creatures that inhabit the waters
- Leviticus 11:44 Do not ingest insects that form from decaying matter
SEPARACIÓN DE PODERES
SHEMINÍ_LEVÍTICO IX:1-XI:47
A la conclusión de los siete días preparativos, Aharón y sus hijos procedieron con los sacrificios para la dedicación del Tabernáculo, el Mishkán en el octavo día. Incluso en este episodio, como figura central de la Torá, Moshé transmite las instrucciones acerca de los Korbanot a su hermano Aharón, el Kohén Gadol. Más aún exclama “Kerav el hamizbéaj vaasé”: “acércate al altar y actúa”, ante la inamovilidad de Aharón.
Aharón probablemente no se sintió seguro de sí mismo, tal vez por la tragedia que aconteció con sus hijos Nadav y Avihú en ese día, tal como leeremos en el noveno capítulo del Séfer Vayikrá. Fallecieron en el momento de la ofrenda, fueron consumidos por una llama celestial. Aharón pensó que Dios tampoco estaría dispuesto a aceptar su ofrenda porque no poseía los atributos éticos necesarios para acercarse al Creador en representación del pueblo hebreo. Las palabras de Moshé lo estimularon.S
La humildad era una de las características del Kohén quien desde la juventud recibía el entrenamiento para el servicio de Dios y de la comunidad. Además de oficiar en el Beit HaMikdash, el Kohén era el maestro que impartía los conocimientos de la tradición a las nuevas generaciones. Como no era poseedor de tierras, el Kohén subsistía gracias a las partes de los Korbanot que podía consumir y de la Terumá, el aporte que recibía de las cosechas.
El Kohén era el auténtico líder religioso, mientras que el rey era el líder laico y político de la sociedad. Y se debía mantener la separación de los poderes. Esta separación fue violada en la época de los Jashmonaim, quienes siendo Kohanim asumieron también el manto de la monarquía, de acuerdo con los acontecimientos que condujeron a la celebración de Januká.
De acuerdo con Rambán, el período de los Jashmonaim terminó en la desgracia debido a esa falta de división entre el poder administrativo y laico por un lado y el poder religioso. Hay quienes señalan que la ausencia de un volumen del Talmud sobre Januká, a diferencia de Purim que es explicado en el tratado de Meguilá, se debe a que los Jajamim mantuvieron reservas con referencia a la actuación de los Jashmonaim.
Al analizar el rol del liderazgo en la tradición judía nos remontamos a la época de los patriarcas. No hay duda de que después de la muerte del tercer patriarca Yaacov, el hijo que tenía la mejor preparación para asumir el manto del liderazgo era Yosef quien se había destacado como un gran estadista en la corte del faraón. ¿Acaso no había salvado a la humanidad de la época de una muerte segura por el período de hambruna? De no haber sido por sus dotes administrativos que consistieron en parte, en almacenar los excesos del período de abundancia para los siete años de “las vacas flacas”, los egipcios y los pueblos vecinos hubieron perecido.
¿Por qué exclamó Yaacov en el lecho de la muerte “Lo yasur shévet miYehudá”, “el cetro del mando no debe ser apartado de Yehudá”? ¿Por qué no escogió Yaacov a Yosef, en lugar de designar a su cuarto hijo, Yehudá, para ser el progenitor de los reyes del pueblo judío?
El gran erudito Harav Aharón Soloveichik z’l, hermano de mi difunto maestro, explicó que la razón por la cual Yosef no fue escogido era porque era perfecto en todas sus actuaciones. A diferencia de Yehudá quien tuvo una relación dudosa con la hija de Shúa y luego procreó mellizos con su nuera Tamar, Yosef, en cambio, no sucumbió a los avances sexuales de la esposa de Potifar. El líder de un pueblo no puede ser una persona de tales características morales que la sociedad no pueda identificarse con él o ella, para luego concluir que no podrá alcanzar ese grado de perfección. El líder deber ser perfectible, más no perfecto.
Es posible que un razonamiento similar impidiera que el Kohén ejerciera el liderazgo administrativo de la comunidad. El estricto entrenamiento del Kohén bíblico lo preparaba para una vida de desprendimiento de los bienes materiales y a una dedicación exclusiva al bienestar espiritual del pueblo, hechos que lo convertían en un ser casi celestial o angelical. Tanto el líder espiritual como el líder político sirven como modelos de comportamiento para la sociedad, por ello su escogencia es crítica para inculcar los valores espirituales y sociales necesarios para la salud moral y el bienestar material de las nuevas generaciones.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 6 MITSVOT POSITIVAS Y 11 PROHIBICIONES
- Levítico 10:6 Los Kohanim no deben entrar al Templo con pelo largo
- Levítico 10:6, 21:10 Los Kohanim no deben entrar al Templo con ropa rasgada
- Levítico 10:7 Los Kohanim no deben salir del Templo durante el Sagrado Servicio
- Levítico 10:9 Los Kohanim no deben entrar al Templo después de beber vino, ni deben pronunciar juicio cuando embriagados
- Levítico 11:2,3 Obligación de examinar las señales de los animales domésticos y salvajes (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:4-7 No comer animales domésticos o salvajes que son no-kasher
- Levítico 11:9 Obligación de examinar las señales de los peces (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:11 No comer peces que son no-kasher
- Levítico 11:13 No comer aves no-kasher
- Levítico 11:21 Obligación de examinar las señales de insectos (para determinar si son kasher)
- Levítico 11:29,30 Leyes que rigen la impureza ritual de los 8 animales que andan sobre tierra
- Levítico 11:34 Leyes acerca de la impureza ritual de alimentos
- Levítico 11:39 Leyes acerca de la impureza ritual de cadáveres de animales
- Levítico 11:41 No comer animales que se arrastran sobre tierra
- Levítico 11:42 No comer insectos diminutivos que acompañan granos y frutas
- Levítico 11:43 No comer criaturas pequeñas que habitan las aguas
- Levítico 11:44 No ingerir los insectos que se forman de la materia en descomposición
LA HERENCIA DEL KOHÉN
TSAV_LEVÍTICO VI:1-VIII:36
El tema central de estos capítulos es la figura del Kohén, el sacerdote que oficiará en el ofrecimiento de los sacrificios. En etapas posteriores, después de la conquista de la Tierra Prometida durante el período del Beit HaMikdash, la casta de los Kohanim condujo el culto que se centró en el recinto de esta Casa Sagrada. Mientras que el título de Rav, “maestro”, depende del estudio sostenido de las Sagradas Escrituras –y en especial de la Torá Oral representada por el Talmud–, la Kehuná, la condición de Kohén, tiene un origen genético. Los descendientes de Aharón, el hermano de Moshé, acceden al derecho a la Kehuná por razón de nacimiento.
Más aún, el Kohén no puede renunciar a su naturaleza sacerdotal, condición que es sólo afectada por ciertos defectos biológicos o por el matrimonio prohibido contraído por su progenitor. La Torá prohíbe que el Kohén se case, por ejemplo, con una mujer divorciada. En el caso del Kohén Gadol, jefe de los Kohanim, esta prohibición incluye a la viuda. Quien desciende de tal unión vedada recibe la designación de Jalal, Kohén inhabilitado para oficiar. Asimismo, serán calificados los descendientes de este Jalal.
Tal como señala Rachel Lifshitz, el Kohén tenía privilegios y obligaciones. Especialmente durante la existencia del Beit HaMikdash, el Kohén tenía una posición de privilegio que incluía la obtención gratuita de algunas partes del animal ofrendado y recibía la contribución denominada Terumá, que incluso los otros miembros de la tribu de Leví tenían que ofrecer. Aunque la Torá no estipula el monto del aporte, el Talmud sugiere una cantidad no menor de una cincuentava parte de la renta anual.
La Mishná enseña que el Kohén Gadol era retenido en el ámbito del Beit HaMikdash durante los 7 días previos a Yom HaKipurim con el propósito de que pudiera repasar el orden del servicio de ofrendas del Día del Perdón. La obtención del perdón divino dependía de las labores del Kohén Gadol, quien no podía desviarse del orden que los Jajamim habían establecido de acuerdo con su interpretación del texto sagrado. Esto era necesario, porque se habían dado situaciones de Kohanim que no eran doctos en la tradición. Más aún, los Jajamim querían asegurar que el Kohén siguiera la opinión de los Perushim y no la de los Tsedukim en los casos en que había divergencia de opinión.
El Kohén Gadol se introducía en el Kódesh HaKodashim solamente en Yom HaKipurim para pedir el perdón divino por sus pecados personales, los errores de sus familiares y de todo el pueblo. En la actualidad después de la destrucción del Beit HaMikdash, este día sagrado es celebrado principalmente por medio de rezos y oraciones y la abstención de comida y bebida.
Durante el período de la exstencia física del Beit HaMikdash, el culto se centraba en las ofrendas que realizaba el Kohén Gadol, el sorteo de los animales para seleccionar al “chivo expiatorio” que cargaría, simbólicamente sobre sí, los pecados del pueblo judío. El momento crucial, sin embargo, era cuando el Kohén Gadol ingresaba en el interior del Kódesh HaKodashim. El pueblo aguardaba con ansiedad para observar si el Kohén Gadol salía con vida de ese recinto, señal de que sus peticiones por el perdón habían sido aceptadas.
Después de la destrucción del Beit HaMikdash, el Kohén ha quedado limitado a ciertos privilegios tales como oficiar en el Pidyón Habén, la redención del primogénito; ser llamado a la primera sección de la lectura de la Torá, y recitar la “triple bendición” durante la repetición de la Amidá.
Tal vez por encima de la figura del Kohén, el Rav, el Talmid jajam, maestro, tiene especial relevancia en el presente. En ausencia del Beit HaMikdash, el estudio de la Torá y del Talmud han adquirido supremacía y el estudio se ha convertido en el vehículo preferido para asegurar la continuidad y desarrollo espiritual del judaísmo.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 9 MITSVOT POSITIVAS Y 9 PROHIBICIONES
- Levítico 6:3 Levantar las cenizas (del Altar)
- Levítico 6:6 A diario prender el fuego sobre el Altar
- Levítico 6:6 No apagar el fuego del Altar
- Levítico 6:9 Comer el restante de la ofrenda Minjá
- Levítico 6:10 No leudar el restante de la ofrenda Minjá
- Levítico 6:13 La ofrenda Minjá diaria del Kohén Gadol (Sumo Sacerdote)
- Levítico 6:16 La ofrenda Minjá de un Kohén no es consumida
- Levítico 6:18 El procedimiento con la ofrenda Jatat (por pecado)
- Levítico 6:23 No comer la carne de la ofrenda Jatat cuya sangre es salpicada dentro (del Santuario
- Levítico 7:1 El procedimiento con la ofrenda Asham (por culpa)
- Levítico 7:11 El procedimiento con la ofrenda Shelamim (por la paz)
- Levítico 7:15 No dejar ninguna carne de la ofrenda Todá (agradecimiento) pasado el tiempo asignado para su consumo
- Levítico 7:17 La obligación de quemar los remanentes de las ofrendas sagradas
- Levítico 7:18 No comer de la ofrenda Pigul, ofrenda con intenciones incorrectas
- Levítico 7:19 No comer la carne de ofrendas sagradas convertidas impuras
- Levítico 7:19 La obligación de quemar carne sagrada convertida impura
- Levítico 7:23 No comer Jélev (grasa prohibida de la ofrenda)
- Levítico 7:26 No ingerir la sangre de cualquier animal o ave
THE HERITAGE OF THE KOHEN
TSAV_LEVITICUS VI:1-VIII:36
The central subject of these chapters is the Kohén, the priest who will officiate in the offering of the sacrifices. In later stages, after the conquest of the Promised Land during the period of the Beit HaMikdash, the Kohanim class led the cult that focused on the precinct of this Sacred House. While a Rabbi title, “teacher,” depends on the sustained study of the Holy Scriptures—and especially the Oral Torah represented by the Talmud—the Kehunah, the Kohen’s situation, has a genetic origin. The descendants of Aharon, the brother of Mosheh, accede to the right to the Kehunah by reason of birth.
Moreover, the Kohen cannot renounce his priestly nature, a condition that is only affected by certain biological defects or by a forbidden marriage contracted by his father. The Torah forbids the Kohen from marrying, for example, a divorced woman. In the case of the Kohen Gadol, head of the Kohanim, this prohibition includes a widow. Whoever descends from such a forbidden union receives the designation of Chalal, a Kohen disqualified from officiating. Likewise, the descendants of this Chalal will also be disqualified.
As Rachel Lifshitz points out, the Kohen had privileges and obligations. Especially during the period of the existence of the Beit HaMikdash, the Kohen had a privileged position that included obtaining some parts of the offered animal free of charge and receiving the contribution called Terumah, which even the other members of the tribe of Levi had to offer. Although the Torah does not stipulate the amount of the contribution, the Talmud suggests an amount of not less than one-fiftieth of the annual income.
The Mishnah teaches that the Kohen Gadol was held in one of the precincts of the Beit HaMikdash for the 7 days prior to Yom HaKipurim so that he could review the order of sacrifices of the Day of Forgiveness. Obtaining divine forgiveness depended on the activities of the Kohen Gadol, who could not deviate from the order that the Chachamim had established according to their interpretation of the sacred text. This was necessary because there had been situations of Kohanim that were not learned in these traditions. Moreover, the Chachamim wanted to ensure that the Kohen followed the opinion of the Perushim and not that of the Tsedukim in cases where there was a divergence of opinion.
The Kohen Gadol was introduced into the Kodesh HaKodashim only in Yom HaKipurim to ask divine forgiveness for his personal sins, the errors of his relatives and of the entire people of Israel. Today after the destruction of the Beit HaMikdash, this Holy Day is celebrated mainly through prayers and fast, the abstention from food and drink.
During the period of the physical existence of the Beit HaMikdash, the sacred service focused on the offerings made by the Kohen Gadol, the drawing of animals to select the “scapegoat” that would carry, symbolically on himself, the sins of the Jewish people. The crucial moment, however, was when the Kohen Gadol entered the interior of the Kodesh HaKodashim, the Holy of Holies. The people waited anxiously to see if the Kohen Gadol would come out of that enclosure alive, a sign that his requests for forgiveness had been accepted.
After the destruction of the Beit HaMikdash, the Kohen has been limited to certain privileges such as officiating at the Pidyon Haben, the redemption of the firstborn; being called to the first section of the Torah reading; and reciting the “triple blessing” during the repetition of the Amidah.
Perhaps above that of the Kohen, the figure of the Rav, the Talmid Chacham, the erudite, has special relevance in the present. In the absence of the Beit HaMikdash, the study of the Torah and the Talmud have acquired supremacy and study has become the preferred vehicle for ensuring the continuity and spiritual development of Judaism.
MITSVAH: TORAH ORDINANCE IN THIS PARASHAH
CONTAINS 9 POSITIVE MITSVOT AND 9 PROHIBITIONS
- Leviticus 6:3 Lifting the ashes (from the Altar)
- Leviticus 6:6 Daily light the fire on the Altar
- Leviticus 6:6 Do not put out the fire of the Altar
- Leviticus 6:9 Eat the remainder of the Minchah offering
- Leviticus 6:10 Do not leaven the remainder of the Minchah offering
- Leviticus 6:13 The daily Minchah offering of the Kohen Gadol (High Priest)
- Leviticus 6:16 The Minchah offering of a Kohen is not consumed
- Leviticus 6:18 The procedure with the Chatat offering (for sin)
- Leviticus 6:23 Do not eat the flesh of the Chatat offering whose blood is sprinkled inside (the Sanctuary)
- Leviticus 7:1 The procedure with the Asham offering (by guilt)
- Leviticus 7:11 The Procedure with the Shelamim Offering (for peace)
- Leviticus 7:15 Do not leave any flesh from the Todah (thanksgiving) offering after the time allotted for its consumption
- Leviticus 7:17 The Obligation to Burn the Remnants of Sacred Offerings
- Leviticus 7:18 Do not eat from the Pigul offering, offering with incorrect intentions
- Leviticus 7:19 Do not eat the flesh of impure converted sacred offerings
- Leviticus 7:19 The Obligation to Burn Sacred Flesh turned Impure
- Leviticus 7:23 Do not eat Chelev (forbidden fat from the offering)
- Leviticus 7:26 Do not ingest the blood of any animal or bird
LA HERENCIA DEL KOHÉN
TSAV_LEVÍTICO VI:1-VIII:36
El tema central de estos capítulos es la figura del Kohén, el sacerdote que oficiará en el ofrecimiento de los sacrificios. En etapas posteriores, después de la conquista de la Tierra Prometida durante el período del Beit HaMikdash, la casta de los Kohanim condujo el culto que se centró en el recinto de esta Casa Sagrada. Mientras que el título de Rav, “maestro”, depende del estudio sostenido de las Sagradas Escrituras –y en especial de la Torá Oral representada por el Talmud–, la Kehuná, la condición de Kohén, tiene un origen genético. Los descendientes de Aharón, el hermano de Moshé, acceden al derecho a la Kehuná por razón de nacimiento.
Más aún, el Kohén no puede renunciar a su naturaleza sacerdotal, condición que es sólo afectada por ciertos defectos biológicos o por el matrimonio prohibido contraído por su progenitor. La Torá prohíbe que el Kohén se case, por ejemplo, con una mujer divorciada. En el caso del Kohén Gadol, jefe de los Kohanim, esta prohibición incluye a la viuda. Quien desciende de tal unión vedada recibe la designación de Jalal, Kohén inhabilitado para oficiar. Asimismo, serán calificados los descendientes de este Jalal.
Tal como señala Rachel Lifshitz, el Kohén tenía privilegios y obligaciones. Especialmente durante la existencia del Beit HaMikdash, el Kohén tenía una posición de privilegio que incluía la obtención gratuita de algunas partes del animal ofrendado y recibía la contribución denominada Terumá, que incluso los otros miembros de la tribu de Leví tenían que ofrecer. Aunque la Torá no estipula el monto del aporte, el Talmud sugiere una cantidad no menor de una cincuentava parte de la renta anual.
La Mishná enseña que el Kohén Gadol era retenido en el ámbito del Beit HaMikdash durante los 7 días previos a Yom HaKipurim con el propósito de que pudiera repasar el orden del servicio de ofrendas del Día del Perdón. La obtención del perdón divino dependía de las labores del Kohén Gadol, quien no podía desviarse del orden que los Jajamim habían establecido de acuerdo con su interpretación del texto sagrado. Esto era necesario, porque se habían dado situaciones de Kohanim que no eran doctos en la tradición. Más aún, los Jajamim querían asegurar que el Kohén siguiera la opinión de los Perushim y no la de los Tsedukim en los casos en que había divergencia de opinión.
El Kohén Gadol se introducía en el Kódesh HaKodashim solamente en Yom HaKipurim para pedir el perdón divino por sus pecados personales, los errores de sus familiares y de todo el pueblo. En la actualidad después de la destrucción del Beit HaMikdash, este día sagrado es celebrado principalmente por medio de rezos y oraciones y la abstención de comida y bebida.
Durante el período de la exstencia física del Beit HaMikdash, el culto se centraba en las ofrendas que realizaba el Kohén Gadol, el sorteo de los animales para seleccionar al “chivo expiatorio” que cargaría, simbólicamente sobre sí, los pecados del pueblo judío. El momento crucial, sin embargo, era cuando el Kohén Gadol ingresaba en el interior del Kódesh HaKodashim. El pueblo aguardaba con ansiedad para observar si el Kohén Gadol salía con vida de ese recinto, señal de que sus peticiones por el perdón habían sido aceptadas.
Después de la destrucción del Beit HaMikdash, el Kohén ha quedado limitado a ciertos privilegios tales como oficiar en el Pidyón Habén, la redención del primogénito; ser llamado a la primera sección de la lectura de la Torá, y recitar la “triple bendición” durante la repetición de la Amidá.
Tal vez por encima de la figura del Kohén, el Rav, el Talmid jajam, maestro, tiene especial relevancia en el presente. En ausencia del Beit HaMikdash, el estudio de la Torá y del Talmud han adquirido supremacía y el estudio se ha convertido en el vehículo preferido para asegurar la continuidad y desarrollo espiritual del judaísmo.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 9 MITSVOT POSITIVAS Y 9 PROHIBICIONES
- Levítico 6:3 Levantar las cenizas (del Altar)
- Levítico 6:6 A diario prender el fuego sobre el Altar
- Levítico 6:6 No apagar el fuego del Altar
- Levítico 6:9 Comer el restante de la ofrenda Minjá
- Levítico 6:10 No leudar el restante de la ofrenda Minjá
- Levítico 6:13 La ofrenda Minjá diaria del Kohén Gadol (Sumo Sacerdote)
- Levítico 6:16 La ofrenda Minjá de un Kohén no es consumida
- Levítico 6:18 El procedimiento con la ofrenda Jatat (por pecado)
- Levítico 6:23 No comer la carne de la ofrenda Jatat cuya sangre es salpicada dentro (del Santuario
- Levítico 7:1 El procedimiento con la ofrenda Asham (por culpa)
- Levítico 7:11 El procedimiento con la ofrenda Shelamim (por la paz)
- Levítico 7:15 No dejar ninguna carne de la ofrenda Todá (agradecimiento) pasado el tiempo asignado para su consumo
- Levítico 7:17 La obligación de quemar los remanentes de las ofrendas sagradas
- Levítico 7:18 No comer de la ofrenda Pigul, ofrenda con intenciones incorrectas
- Levítico 7:19 No comer la carne de ofrendas sagradas convertidas impuras
- Levítico 7:19 La obligación de quemar carne sagrada convertida impura
- Levítico 7:23 No comer Jélev (grasa prohibida de la ofrenda)
- Levítico 7:26 No ingerir la sangre de cualquier animal o ave