LA TRANSFORMACIÓN DE YOSEF
VAYIGASH_GÉNESIS XLIV:18-XLVII:27
La narración de los eventos cruciales que ocurrieron entre los hijos de Yaacov es el tema fundamental de los últimos capítulos del libro Bereshit. De esta manera se dibuja el nacimiento de un nuevo pueblo, que surgirá de la descendencia del tercer patriarca. Hay varios personajes claves en esta narrativa, pero por el momento, sobresale la figura de Yosef, quien demostró cómo es posible sobreponerse a obstáculos que parecían imposibles de vencer.
De la condición esclava a la que fue sometido inicialmente en Egipto, Yosef escala ala más alta posición en la corte del faraón. Salen a relucir las características sobresalientes de su carácter, que el anciano Yaacov había reconocido desde su juventud, cuando le compró el Ketónet pasim, la túnica que lo distinguiría como líder de los hermanos. Sin embargo, al repasar los primeros años de la vida de Yosef, encontramos a un joven muy centrado en sí mismo, preocupado por su apariencia física.
Se podría argumentar incluso que las historias acerca del comportamiento negativo de sus hermanos tenían el propósito único de permitir que Yosef destacara por encima de los otros miembros de la familia. ¿Cómo se transforma este joven tan ensimismado en un líder, un estadista capaz de señalar el camino que la nación egipcia debe seguir para superar la crisis provocada por la hambruna?
Yaacov Haber sugiere que la personalidad de Yosef sufre una metamorfosis existencial en la prisión egipcia. Aunque había rechazado los avances amorosos de la esposa de Potifar, Yosef probablemente había dado algunos indicios para que la mujer se atreviera a seducirlo. Una vez en la cárcel, seguramente pasó por un período de auto análisis, de introspección en las profundidades de su alma: ¿porqué había producido tanto odio en el corazón de sus hermanos? ¿Por qué se encontraba ahora en una cárcel rodeado de criminales?
De acuerdo con Haber, Yosef concluye que el motivo de su desdicha es una falla en su personalidad. Piensa sólo en su bienestar personal y se despreocupa de los demás. Es desconsiderado con los demás, no reflexiona acerca de cuál podría ser la reacción de los hermanos después de escuchar el contenido de sus sueños. Sólo le importa su propia gloria.
Yosef pasa por una transformación profunda cuando se encuentra en la cárcel, sin esperanza alguna de escape. Por primera vez escucha a los demás. Atiende a los “sueños” de otros. Quienes sueñan esta vez son el copero y el panadero del faraón. En lugar de dar rienda suelta a su imaginación como antaño, Yosef se convierte en el intérprete de los sueños de otros, hecho que lo conduce a interpretar el sueño del faraón, porque el copero recuerda que un joven hebreo había interpretado correctamente un sueño suyo mientras estaba en la cárcel.
Cuando descifra el sueño del faraón como un aviso divino acerca de siete años de abundancia que serán seguidos por siete años de escasez, Yosef demuestra su preocupación por la suerte de los habitantes de la región. Le sugiere al faraón un plan de almacenamiento para los excedentes alimentarios de los años de las “vacas gordas”, que pueden servir al pueblo durante el largo período de hambruna.
Al reunirse finalmente con Binyamín, su hermano de padre y madre, lo abraza mientras ambos lloran. ¿Por qué lloraron? De acuerdo con el Midrash, Binyamín lloró por la destrucción del Templo de Shiló, que siglos más tarde sería ubicado en las tierras de Yosef, mientras que Yosef llora por la doble destrucción del Beit HaMikdash, que se ubicaría en Yerushaláyim, ciudad que estará incluida en la porción que recibirá Binyamín en la división de la tierra.
Las lágrimas no brotaron por su destino personal, sino por la suerte del hermano. No se debe olvidar que el segundo Beit HaMikdash fue destruido debido a Sinat Jinam, el odio gratuito que se produce cuando la persona sólo piensa en sí misma y deja de preocuparse por el bienestar del prójimo.
El día que Yosef notó que el copero del faraón tenía una apariencia distinta, que revelaba una gran preocupación, y le preguntó: ¿qué te pasa?, ese día en que percibió la angustia de otra persona, comenzó la transformación de Yosef, hecho que dio inicio a una nueva etapa en su vida que le permitió asumir el liderazgo de una nación, ya que el faraón dejó en sus manos el destino del pueblo egipcio.
YOSEF’S TRANSFORMATION
VAYIGASH_GENESIS XLIV:18-XLVII:27
The narration of the crucial events that occurred among the sons of Yaacov is the fundamental theme of the last chapters of the book Bereshit. The birth of a new people is drawn, which will arise from the offspring of the third patriarch. There are several key characters in this narrative. Still, for the moment, the figure of Yosef stands out because he demonstrated how it is possible to confront obstacles that seemed impossible to overcome.
From the slave condition to which he was initially subjected in Egypt, Yosef climbs to the highest position in Pharaoh’s court. The outstanding characteristics of his character come to light, which the elder Yaacov had recognized since his youth when he bought him the Ketonet Pasim. This robe would distinguish him as the leader of the brothers. However, as we review the early years of Yosef’s life, we find a young man very focused on himself, very much concerned about his physical appearance.
It could even be argued that the narrative about his brothers’ negative behavior had the sole purpose of allowing Joseph to stand out above the other family members. How does this self-absorbed young man become a leader, a statesman capable of pointing out the path that the Egyptian nation must follow to overcome the crisis caused by famine?
Yaacov Haber suggests that Yosef’s personality undergoes an existential metamorphosis in the Egyptian prison. Although he had rejected Potiphar’s wife’s amorous advances, Joseph had probably given some indication for the woman to dare seduce him. Once in prison, he surely went through a period of self-analysis, of introspection into the depths of his soul: why had he produced so much hatred in the hearts of his brothers? Why was he now in a prison surrounded by criminals?
According to Haber, Yosef concludes that the reason for his misery is a flaw in his personality. He thinks only about his personal well-being and is unconcerned about others. He is inconsiderate of others, and does not reflect on what the brothers’ reaction might be after listening to the content of his dreams. He only cares about his own glory.
Yosef goes through a profound transformation when he finds himself in prison with no hope of escape. For the first time, he listens to others. Cares for the “dreams” of others. Those who dream this time are the cupbearer and the baker of the Pharaoh. Instead of giving free rein to his imagination as before, Yosef becomes the interpreter of the dreams of others, a fact that leads him to interpret the dream of Pharaoh as well when the cupbearer remembers that a young Hebrew had correctly interpreted a dream of his while in prison.
When he deciphers Pharaoh’s dream as a divine warning about seven years of plenty to be followed by seven years of scarcity, Yosef demonstrates his concern for the fate of the region’s inhabitants. He suggests to Pharaoh a storage plan for the food surpluses of the “fat cow” years, which can serve the people during the long period of famine.
When he is finally reunited with Binyamin, his brother of father and mother, he embraces him while they both cry. Why did they cry? According to the Midrash, Binyamin wept for the destruction of the Shilo Temple, which centuries later would be located in the lands of Yosef. Yosef weeps for the double destruction of the Beit HaMikdash, which would be located in Yerushalayim. This city will be included in the portion that Binyamin will receive in the division of the land.
Tears did not flow for his personal fate but for the brother’s fate. It should not be forgotten that the second Beit HaMikdash was destroyed because of Sinat Chinam, the gratuitous hatred of a person who thinks only of himself and stops caring about the welfare of others.
The day that Yosef noticed that Pharaoh’s cupbearer had a different appearance revealed great concern, and asked him: what is wrong with you, was a sign that he perceived the anguish of another person. Yosef’s transformation began, a fact that gave rise to a new stage in his life that allowed him to assume the leadership of a nation since Pharaoh left the fate of the Egyptian people in his hands.
COMPORTAMIENTO DE REUVÉN Y YEHUDÁ
MIKÉTS_GÉNESIS XLI:1-XLIV:17
La relación entre Yosef y sus hermanos es el pivote sobre el cual gira la narración de estos capítulos que forman una unidad con los capítulos anteriores y los posteriores. La narrativa es fundamental porque nos encontramos en los albores de la conformación de la nación hebrea que se origina en el escenario familiar de la casa del tercer patriarca Yaacov.
No hay duda de que el primer patriarca Avraham fue el gran iconoclasta que trazó una nueva ruta para su descendencia, por medio de su fe en la existencia de un Creador único del universo. Por otro lado, el segundo patriarca, Yitsjak, fue el eslabón que dio continuidad a este proyecto espiritual, si bien tuvo un desempeño menor al de los otros patriarcas. Sin embargo, el hecho de que nunca abandonara la Tierra Prometida destacó la importancia crucial que esta tierra tendrá para el desarrollo del pueblo judío.
A diferencia de su padre y descendientes, Yitsjak tuvo una sola esposa, quien aseguró la continuidad del mensaje a través de Yaacov, el menor de sus gemelos. Pero quien coloca las bases para la creación de un naciente pueblo es el tercer patriarca, Yaacov. Los celos y la rivalidad inicial entre los hermanos finalmente dan curso al entendimiento y al reconocimiento de la causa común que es el bienestar del colectivo, la descendencia del patriarca.
Si apartamos por un momento la personalidad de Yosef, quien se encontraba en la corte egipcia, la rivalidad en el seno de los hermanos se manifestó a través de Reuvén, el primogénito, y Yehudá, el cuarto hijo, quien demostró cualidades excepcionales de liderazgo.
Yonah Bar Maoz contrasta las características de ambos hermanos y sugiere cuáles son sus fortalezas y debilidades. Recordamos que el conflicto entre los hermanos se manifestó de manera hostil y antagónica cuando Yosef los encuentra en Dotán, lugar a donde habían acudido en búsqueda de pasto para sus rebaños. Pensaron tal vez que los perseguía para poder contarle al padre las infidelidades y desaciertos que cometían, porque desconocían que Yosef estaba siguiendo las instrucciones de su padre. Su reacción se torna agresiva ante la presencia de Yosef y deciden acabar, de una vez por todas, con las impertinencias del joven. Su decisión es matarlo.
En ese momento crucial interviene Reuvén con el argumento de que era preferible arrojarlo a un pozo para que la naturaleza se encargara de su muerte y se evitara así que los hermanos tuvieran que manchar sus manos con sangre. No hay duda de que los sueños de grandeza de Yosef tenían como blanco específico a Reuvén. Por su condición de primogénito debería ser el líder natural de los hermanos, posición que Yosef ahora deseaba asumir.
La Torá menciona que la intención de Reuvén había sido la de rescatar a Yosef del pozo y enviarlo al hogar paterno para protegerlo de la ira ilimitada de los hermanos, aunque su muerte hubiera eliminado al retador de su liderazgo. De esta manera, Reuvén se muestra como una persona responsable por la integridad física de Yosef.
Puede ser que esa fuera una manera de congraciarse con el padre por el pecado que había cometido con Bilhá, una de las concubinas de Yaacov. La idea de la “venta” de Yosef proviene más bien del cuarto hermano, Yehudá, quien, en una hábil demostración táctica, da expresión a la furia de los hermanos, pero, al mismo tiempo, salva a Yosef de una muerte segura.
Sin embargo, la esclavitud no constituía una garantía de vida; por el contrario, lo más probable era que la muerte fuese el destino final. Yosef insiste en que Binyamín se haga presente en la próxima visita para la compra de alimentos, y Reuvén no logra convencer al padre, incluso cuando ofrece la vida de sus propios hijos como garantes. En cambio, Yehudá presenta un argumento que obtuvo el consentimiento del anciano padre. Yehudá argumenta que será personalmente responsable por la integridad física de Binyamín, porque su presencia permitirá que la familia continúe con vida y no sucumba frente a la hambruna.
En este sentido, se ofrece como esclavo, cuando Yosef insiste que su hermano menor debe ser encarcelado por hurtar su copa, elemento utilizado en aquellos tiempos para el encanto y la adivinación. Yehudá demostró arrojo y valentía en la presencia de Yosef, quien todavía no había revelado su identidad. Osadía que podría costarle la vida, porque era muy posible que Yosef utilizara esta circunstancia para vengarse de sus hermanos, por el vil trato que había sufrido de ellos.
El drama puede ser visto desde diferentes puntos de vista; en cualquier caso, se puede observar como se agiganta la figura de Yehudá. El paréntesis dramático con la historia de Yehudá yTamar sirve para ilustrar la fortaleza del carácter este hermano, quien asume la responsabilidad por su conducta en el momento en que podía haber ocultado su dudosa actuación. Reconoce que es el padre de la criatura que está en las entrañas de Tamar, quien no debía haber tenido relaciones con otro hombre, porque estaba destinada a ser la mujer del hermano menor de su difunto esposo.
Aunque Yehudá sobresale, Reuvén no es desechado. Por un lado, Yaacov afirmará Lo yasur shévet miYehudá, “el mando no se apartará de Yehudá”, pero también se expresará con Yejí Reuvén veal yamut, que según los exégetas debe interpretarse como Yejí Reuvén, “Reuvén vivirá en este mundo”; Veal yamut, “Y no morirá en el mundo por venir”. “Vivirá” por salvar a Yosef, y “no morirá” por el pecado con Bilhá.
BEHAVIOR OF REUVEN AND YEHUDA
MIKETS_GENESIS XLI:1-XLIV:17
The relationship between Yosef and his brothers is the pivot on which the narrative of these chapters revolves and forms a unit with the previous and subsequent chapters. The narrative is fundamental because we are at the dawn of the formation of the Hebrew nation that originates in the familiar setting of the house of the third patriarch Yaacov.
Undoubtedly, the first patriarch Avraham was the great iconoclast who charted a new route for his offspring through his faith in the existence of a unique Creator of the universe. On the other hand, the second patriarch, Yitschak, was the link that gave continuity to this spiritual project, although he had an apparent lower performance than the other patriarchs. However, the fact that he never left the Promised Land highlighted the crucial importance this territory would have for developing the Jewish people.
Unlike his father and descendants, Yitschak had only one wife, who ensured the continuity of the message through Yaacov, the youngest of his twins. But the one who lays the foundation for the creation of a nascent people is the third patriarch, Yaacov. Jealousy and the initial rivalry between the brothers finally give way to understanding and recognizing the common cause, which is the welfare of the collective.
If we set aside the personality of Yosef, who was in the Egyptian court, the rivalry among the brothers was manifested through Reuven, the firstborn, and Yehuda, the fourth son, who demonstrated exceptional leadership qualities.
Yonah Bar Maoz contrasts the characteristics of both brothers and describes their strengths and weaknesses. We recall that the conflict between the brothers manifested itself in a hostile and antagonistic way when Yosef found them in Dothan, where they had searched for pasture for their flocks. They thought perhaps that he was chasing them so that he could tell the father about the infidelities and mistakes they committed. They did not know that Yosef was following his father’s instructions. Their reaction becomes aggressive in the presence of Yosef, and they decide to end the young man’s impertinence once and for all. Their decision is to kill him.
At that crucial moment, Reuven argues that it was preferable to throw him into a pit so that nature would take care of his death and thus avoid the brothers staining their hands with blood. There is no doubt that Yosef’s dreams of greatness specifically targeted Reuven. Because of his firstborn status, he should have been the natural leader of the brothers, a position that Yosef now wished to assume.
The Tora mentions that Reuven’s intention had been to rescue Yosef from the pit and send him to his father’s home to protect him from the boundless wrath of the brothers. Even though his death would have removed the challenger from his leadership, in this way, Reuven is shown as a responsible individual for the physical integrity of Yosef.
It may be that this was a way of ingratiating himself with the father for the sin he had committed with Bilha, one of Yaacov’s concubines. The idea of Yosef’s “sale” comes rather from the fourth brother, Yehuda, who, in a skillful tactical move, expresses the fury of the brothers but, at the same time, saves Yosef from certain death.
Slavery, however, was not a guarantee of life. On the contrary, death was most likely its final consequence.
Yosef insists that Binyamin be present at the next visit to buy food, and Reuven fails to convince the father, even when he offers the lives of his own children as guarantors. Instead, Yehuda makes an argument that obtains the consent of the elderly father. Yehuda argues that he will be personally responsible for the physical integrity of Binyamin because his presence will allow the family to remain alive and not succumb to famine.
In this sense, he offers himself as a slave when Yosef insists that his younger brother should be imprisoned for stealing his cup, an element used in those times for charm and divination. Yehuda showed boldness and courage in the presence of Yosef, who had not yet revealed his identity. A daring that could cost him his life because it was possible that Yosef would use this circumstance to take revenge on his brothers for the vile treatment he had suffered from them.
The drama can be seen from different points of view; in any case, one can observe how the figure of Yehuda grows. The dramatic parenthesis with the story of Yehuda and Tamar illustrates the strength of this brother’s character, who takes responsibility for his conduct at a time when he could have concealed his dubious performance. He acknowledges that he is the father of the child in Tamar’s belly, who should not have had sex with another man because she was meant to be the wife of her late husband’s younger brother.
Although Yehuda excels, Reuven is not discarded. On the one hand, Yaacov will affirm: “Lo yasur shevet miYehuda”, “the command will not depart from Yehuda“, but he will also says:”Yechi Reuven ve’al yamut”, which according to exegetes should be interpreted as “Yechi Reuven”, “Reuven will live in this world”; “ve’al yamut”, “And he will not die in the world to come.” He will “live” to save Yosef and “not die” for the sin with Bilha.
YOSEF’S TRANSFORMATION
VAYIGASH_GENESIS XLIV:18-XLVII:27
The narration of the crucial events that occurred among the sons of Yaacov is the fundamental theme of the last chapters of the book Bereshit. The birth of a new people is drawn, which will arise from the offspring of the third patriarch. There are several key characters in this narrative. Still, for the moment, the figure of Yosef stands out because he demonstrated how it is possible to confront obstacles that seemed impossible to overcome.
From the slave condition to which he was initially subjected in Egypt, Yosef climbs to the highest position in Pharaoh’s court. The outstanding characteristics of his character come to light, which the elder Yaacov had recognized since his youth when he bought him the Ketonet Pasim. This robe would distinguish him as the leader of the brothers. However, as we review the early years of Yosef’s life, we find a young man very focused on himself, and very much concerned about his physical appearance.
It could even be argued that the narrative about his brothers’ negative behavior had the sole purpose of allowing Joseph to stand out above the other family members. How does this self-absorbed young man become a leader, a statesman capable of pointing out the path that the Egyptian nation must follow to overcome the crisis caused by famine?
Yaacov Haber suggests that Yosef’s personality undergoes an existential metamorphosis in the Egyptian prison. Although he had rejected Potiphar’s wife’s amorous advances, Joseph had probably given some indication for the woman to dare seduce him. Once in prison, he surely went through a period of self-analysis, of introspection into the depths of his soul: why had he produced so much hatred in the hearts of his brothers? Why was he now in prison surrounded by criminals?
According to Haber, Yosef concludes that the reason for his misery is a flaw in his personality. He thinks only about his personal well-being and is unconcerned about others. He is inconsiderate of others and does not reflect on what the brothers’ reactions might be after listening to the content of his dreams. He only cares about his own glory.
Yosef goes through a profound transformation when he finds himself in prison with no hope of escape. For the first time, he listens to others. Cares for the “dreams” of others. Those who dream this time are the cupbearer and the baker of the Pharaoh. Instead of giving free rein to his imagination as before, Yosef becomes the interpreter of the dreams of others, a fact that leads him to interpret the dream of Pharaoh as well when the cupbearer remembers that a young Hebrew had correctly interpreted a dream of his while in prison.
When he deciphers Pharaoh’s dream as a divine warning about seven years of plenty to be followed by seven years of scarcity, Yosef demonstrates his concern for the fate of the region’s inhabitants. He suggests to Pharaoh a storage plan for the food surpluses of the “fat cow” years, which can serve the people during the long period of famine.
When he is finally reunited with Binyamin, his brother of father and mother, he embraces him while they both cry. Why did they cry? According to the Midrash, Binyamin wept for the destruction of the Shilo Temple, which centuries later would be located in the lands of Yosef. Yosef weeps for the double destruction of the Beit HaMikdash, which would be located in Yerushalayim. This city will be included in the portion that Binyamin will receive in the division of the land.
Tears did not flow for his personal fate but for the brother’s fate. It should not be forgotten that the second Beit HaMikdash was destroyed because of Sinat Chinam, the gratuitous hatred of a person who thinks only of himself and stops caring about the welfare of others.
The day that Yosef noticed that Pharaoh’s cupbearer had a different appearance revealed great concern, and asked him: what is wrong with you, was a sign that he perceived the anguish of another person. Yosef’s transformation began, a fact that gave rise to a new stage in his life that allowed him to assume the leadership of a nation since Pharaoh left the fate of the Egyptian people in his hands.
LA TRANSFORMACIÓN DE YOSEF
VAYIGASH_GÉNESIS XLIV:18-XLVII:27
La narración de los eventos cruciales que ocurrieron entre los hijos de Yaacov es el tema fundamental de los últimos capítulos del libro Bereshit. De esta manera se dibuja el nacimiento de un nuevo pueblo, que surgirá de la descendencia del tercer patriarca. Hay varios personajes claves en esta narrativa, pero por el momento, sobresale la figura de Yosef, quien demostró cómo es posible sobreponerse a obstáculos que parecían imposibles de vencer.
De la condición esclava a la que fue sometido inicialmente en Egipto, Yosef escala ala más alta posición en la corte del faraón. Salen a relucir las características sobresalientes de su carácter, que el anciano Yaacov había reconocido desde su juventud, cuando le compró el Ketónet pasim, la túnica que lo distinguiría como líder de los hermanos. Sin embargo, al repasar los primeros años de la vida de Yosef, encontramos a un joven muy centrado en sí mismo, preocupado por su apariencia física.
Se podría argumentar incluso que las historias acerca del comportamiento negativo de sus hermanos tenían el propósito único de permitir que Yosef destacara por encima de los otros miembros de la familia. ¿Cómo se transforma este joven tan ensimismado en un líder, un estadista capaz de señalar el camino que la nación egipcia debe seguir para superar la crisis provocada por la hambruna?
Yaacov Haber sugiere que la personalidad de Yosef sufre una metamorfosis existencial en la prisión egipcia. Aunque había rechazado los avances amorosos de la esposa de Potifar, Yosef probablemente había dado algunos indicios para que la mujer se atreviera a seducirlo. Una vez en la cárcel, seguramente pasó por un período de auto análisis, de introspección en las profundidades de su alma: ¿porqué había producido tanto odio en el corazón de sus hermanos? ¿Por qué se encontraba ahora en una cárcel rodeado de criminales?
De acuerdo con Haber, Yosef concluye que el motivo de su desdicha es una falla en su personalidad. Piensa sólo en su bienestar personal y se despreocupa de los demás. Es desconsiderado con los demás, no reflexiona acerca de cuál podría ser la reacción de los hermanos después de escuchar el contenido de sus sueños. Sólo le importa su propia gloria.
Yosef pasa por una transformación profunda cuando se encuentra en la cárcel, sin esperanza alguna de escape. Por primera vez escucha a los demás. Atiende a los “sueños” de otros. Quienes sueñan esta vez son el copero y el panadero del faraón. En lugar de dar rienda suelta a su imaginación como antaño, Yosef se convierte en el intérprete de los sueños de otros, hecho que lo conduce a interpretar el sueño del faraón, porque el copero recuerda que un joven hebreo había interpretado correctamente un sueño suyo mientras estaba en la cárcel.
Cuando descifra el sueño del faraón como un aviso divino acerca de siete años de abundancia que serán seguidos por siete años de escasez, Yosef demuestra su preocupación por la suerte de los habitantes de la región. Le sugiere al faraón un plan de almacenamiento para los excedentes alimentarios de los años de las “vacas gordas”, que pueden servir al pueblo durante el largo período de hambruna.
Al reunirse finalmente con Binyamín, su hermano de padre y madre, lo abraza mientras ambos lloran. ¿Por qué lloraron? De acuerdo con el Midrash, Binyamín lloró por la destrucción del Templo de Shiló, que siglos más tarde sería ubicado en las tierras de Yosef, mientras que Yosef llora por la doble destrucción del Beit HaMikdash, que se ubicaría en Yerushaláyim, ciudad que estará incluida en la porción que recibirá Binyamín en la división de la tierra.
Las lágrimas no brotaron por su destino personal, sino por la suerte del hermano. No se debe olvidar que el segundo Beit HaMikdash fue destruido debido a Sinat Jinam, el odio gratuito que se produce cuando la persona sólo piensa en sí misma y deja de preocuparse por el bienestar del prójimo.
El día que Yosef notó que el copero del faraón tenía una apariencia distinta, que revelaba una gran preocupación, y le preguntó: ¿qué te pasa?, ese día en que percibió la angustia de otra persona, comenzó la transformación de Yosef, hecho que dio inicio a una nueva etapa en su vida que le permitió asumir el liderazgo de una nación, ya que el faraón dejó en sus manos el destino del pueblo egipcio.
¿Cómo mejorar?
How can I improve?
PRIMOGENITURA DE YOSEF
VAYÉSHEV_GÉNESIS XXXVII:1-XL:23
El drama que se desarrolla entre Yosef y sus hermanos sienta las bases para la consolidación de la familia patriarcal. De esta manera se inicia la historia del pueblo judío, que no es otra cosa que una gran familia. La rivalidad entre hermanos y la disputa por la primogenitura, que en esencia es la lucha por la herencia paterno, es el primer gran tema de la Torá. Aún sin conocer el motivo real del enfrentamiento entre Cayin y Hével, no hay duda de que se trataba de la primogenitura: Cayin no estaba dispuesto compartir con nadie la herencia de Adam.
En este sentido, se puede entender la expulsión de Yishmael del hogar de Avraham, cuya razón está claramente enunciada por su esposa Sará: Lo yirash ben haumá hazot im bení, im Yitsjak, “el hijo de la concubina no heredará junto con mi hijo Yitsjak”. El rechazo final de Esav por parte de Yaacov y Rivká también implica que el heredero será Yaacov.
El hecho de la “venta” de la primogenitura por un plato de lentejas y el disfraz de Yaacov para obtener la bendición paterno son elementos que conducen al desenlace fundamental: el heredero será Yaacov. Eleazar Touitou emplaza a entender la relación entre los hermanos que finalmente conduce a la “venta” de Yosef a la esclavitud egipcia. ¿Qué hechos habían conducido a un odio tan extremo? Aunque Yosef le contó al padre acerca de los deslices de los hermanos, la Torá no testimonia que Yaacov haya tomado medida alguna como consecuencia de estas acusaciones.
Tampoco se puede considerar que el “Ketónet pasim”, la túnica multicolor que Yaacov había obsequiado a Yosef, sea un motivo para que los hermanos deseen asesinarlo. Es menester, tal vez, retomar el tema de la primogenitura que había causado enfrentamientos dentro del seno de la familia patriarcal. Aunque Yosef desempeñaba las labores de pastor con los hijos de Leá, una de las esposas legítimas del patriarca, pasaba las horas de esparcimiento y ocio con los hijos de las concubinas, en una especie de campaña electoral para ser aceptado en el liderazgo, la primogenitura.
Está claro que Yaacov tenía preferencia por Yosef, el primogénito de su querida esposa Rajel, por encima de Reuvén, el primogénito de su “odiada” esposa Leá. Por lo tanto, el “Ketónet pasim” no era visto solamente como un regalo generoso, sino como el “manto de mando” que Yaacov impuso a Yosef.
Probablemente, el golpe de gracia haya sido los sueños de grandeza de Yosef, quien se colocaba en el centro del universo con el sol, la luna y las estrellas que se postraban ante él. Un sueño que incluso molestó al padre pero que, al mismo tiempo, le produjo interés y ansias por ver si se concretaría.
En Egipto, Yosef demostró que efectivamente tenía cualidades de líder al ascender desde la esclavitud a una posición elevadísima en la corte del faraón. Demostró habilidades gerenciales que, no obstante, la discriminación social de los egipcios que no se sentaban a partir el pan con él, fueron admiradas, porque resolvieron el problema alimentario de la población durante los años de hambruna.
La historia de Yaacov y sus hijos se diferencia de las generaciones anteriores en el hecho de que el conflicto entre los hermanos no termina en el destierro o el asesinato, sino en la reconciliación. Los viajes de los hermanos para comprar alimentos en Egipto sirven de escenario para el progresivo acercamiento entre los ellos, el reconocimiento de la culpa de los perpetradores y el eventual perdón del agraviado.
No obstante, la voluntad de Yaacov y la comprobada eficiencia y don de mando de Yosef, el desarrollo de los sucesos conducirá a que la primogenitura, como derecho de jefatura, sea desplazada por características diferentes. Yosef recibirá la primogenitura como herencia, y recibirá una porción doble porque cada uno de sus hijos, Efráyim y Menashé engendrarán una tribu aparte, pero la primogenitura en su característica de mando caerá en las manos de Yehudá, el cuarto hijo de Leá, quien finalmente gana la confianza de todos los hermanos, tal como se verá en los capítulos posteriores de la Torá.