FALLECIÓ MI AMIGA KLARA PESATE OSTFELD

Desde los primeros días de nuestra llegada a Caracas, procedentes de New York para ocupar el cargo de rabino de la Unión Israelita de Caracas, conocí a la pareja Klara y Hillo Ostfeld.

Para aquel entonces el finado Hillo zl, era el secretario general de la Junta Directiva de la UIC y por ello mantuvimos un contacto directo diario. Eventualmente Hillo ocupó la presidencia de la UIC, de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela, CAIV, HEBRAICA y activó en todos los sectores de la Kehilá. Tenía una personalidad imponente y consumía mucho oxígeno en cualquier reunión. Era un líder nato y ejerció esos dones, además de llegar a ser un industrial importante en Venezuela, no obstante haber llegado al país con escasos recursos materiales.

Los Ostfeld siempre reconocieron las oportunidades que Venezuela les ofreció para rehacer sus vidas con trabajo y logros. Estaban orgullosos de Venezuela, pero al mismo tiempo, tenían una lealtad inquebrantable a Medinat Israel. Adquirieron casa en las playas de Tel Aviv para señalar también que esa tierra, la de Israel, era un hogar para la familia.

La pareja Ostfeld ocupó inicialmente una casa diagonalmente frente a la sede la UIC en la Avenida Marqués del Toro, junto con sus suegros don Josef Pesate y su esposa. Klara era hija única. Don Josef era el Gabai de la sinagoga de la UIC y regía esa tarea con dedicación y sabiduría.

Años más tarde los Ostfeld se mudaron a Valle Arriba, sector preferencial de la ciudad de Caracas.

Hillo fue muy exitoso en todos los ámbitos, pero no el único responsable de ello, porque a su lado tenía el amor de su juventud, una esposa y mujer extraordinaria, Klara zl.

La trayectoria de Klara incluyó sobrevivir la Segunda Guerra Mundial, residenciarse durante varios años en Israel y luego una trayectoria impecable en Caracas hasta casi los últimos años de su vida.

Debido a la guerra, Klara no pudo concluir sus estudios y terminó el bachillerato en Caracas. Pero no descansó. Continuó con estudios universitarios obteniendo títulos y destacó con sus dotes literarios. Entre sus libros: “Luz y sombra de mi vida”, fue traducido a varios idiomas.

Simultáneamente con sus estudios, Klara fue la compañera y esposa de un gran líder, intelectual por mérito propio y una gran ama de casa. Su cocina era legendaria, incluyendo repostería de gran gusto.

Atendiendo el llamado de Hillo, en tiempo récord Klara peparaba cenas y recepciones que compartí en su hogar en innumerables ocasiones. Recuerdo especialmente una cena íntima con Arik Sharon, quien en aquel entonces nos dijo que Irak constituía la mayor amenaza para Israel, y efectivamente luego se logró eliminar sus nefastos planes al destruir Israel el reactor nuclear de Osirak.

Las figuras más destacadas del ámbito político y social de Israel, al igual que lideres de otras comunidades judías del mundo fueron agasajadas en el hogar de los Ostfeld, y Klara fue la organizadora de todos estos eventos que dejaron huella en la comunidad judía de Caracas. 

Klara tenía amigas íntimas, algunas que provenían de la misma región de Europa y que se encontraban en Caracas.

Fue una mujer multifacética, hija leal, extraordinaria esposa y compañera de su esposo, madre ejemplar quien supo también plasmar, al mismo tiempo, su curiosidad intelectual con escritos y libros.

Su vida tuvo luces y sombras, éxito social y material, pero también sufrió el inconmensurable dolor de la pérdida de dos hijos varones. El mayor dolor para cualquier madre y padre, enterrar a hijos. Sin embargo, no permitió que el dolor se apodere de la totalidad de su ser. No reflejó amargura, nunca olvidó la tragedia que guardó en lo profundo de su interior y continuó con la vida.

Su hija Trudy, siempre estuvo a su lado y le dio el apoyo emocional, últimamente tan necesario. Igualmente, su nuera Regina. Klara también estuvo acompañada por nietos y bisnietos a quienes amó y de quienes recibió el cariño y apego que solo seres cercanos y queridos pueden ofrecer.

Antes de cantar el Kidush sobre el vino, en muchos hogares se recita el último capítulo del libro bíblico Proverbios que empieza con la frase: “Éshet jáyil mi yimtsá”, “quien puede encontrar una ‘mujer de valor’”,. 

Klara zl deja un legado de orgullo de pertenencia al pueblo judío, de ser eje de un hogar, querida esposa, adorada madre, abuela y bisabuela. Un ejemplo tangible de” Éshet Jáyil”, “mujer de valor”.

Su memoria es una bendición para quienes tuvimos el privilegio de conocerla.

Nafshá tserurá bitsror hajayim

FAITH IN DIVINE PROMISE

VA’ERA_EXODUS VI:2-IX:35

These chapters relate what happened after Pharaoh enslaved the Hebrews and God instructed Moshe to return to Egypt to gain their freedom. The biblical text explains the development of the events that eventually led to Yetsi’at Mitsrayim, including the plagues that the Egyptians suffered before acceding to the exodus.  Va’era, “and I presented myself, or appeared,” is the first word of this Parsha and refers to the fact that God manifested Himself to the patriarchs under the Name of El Shadai because He had concealed the nomenclature of HaShem (Jehovah).

This statement led some Bible critics to think that, since God had originally used the Name of El Shadai, it can be concluded that the Tora is a composite of two texts. One that identifies God as El Shadai and a second source that calls Him HaShem. Echoing this difficulty, Rashi, in his indispensable commentary on the Tora, opines that the second name was not used because HaShem means “the  God who keeps His word” and since the promises that the Creator had made to the patriarchs had not yet materialized, they only recognized the Divine characteristic implied by the designation El Shadai.

What does El Shadai mean?  It is the God who said “dai“, and “it is enough”, the same word used in the famous chant of Dayeinu, repeated in the Passover Haggada. Perhaps, El Shadai refers to the God who demands that a limit be placed on human desire, one of the foundations of Judaism. Many explain that Judaism teaches the control that a person must exercise over himself. From a certain perspective, almost everything is allowed; what is forbidden is abuse. It’s like that with regard to food and sex, for example. 

Judaism places a framework and describes the boundaries within which the person must act. Judaism does not exalt abstention from food or sex. It regulates the activity: it punishes the glutton in accordance with the law of “Ben sorer umoré” and with the commandment of “Lo tachmod” which forbids cohabitation with the wife of the neighbor. In a world that differentiated only between good and evil, Judaism taught that one of the fundamental problems is excess. 

The Name of HaShem refers to the “essence” of God, to the fact that His word is unchallengeable and always fulfills the commitment He assumes. God had promised the patriarchs that their offspring would inhabit the land of Canaan, and now they were in bondage in Egypt, a strange land with no visible possibility of breaking the chains of slavery. Therefore, Moshe’s task was tortuous. He had to prove that God would fulfill the promise, despite the intolerable slavery imposed by the Egyptians. 

Although the formal instruction Moshe had to fulfill was to get Pharaoh to allow the Hebrews to leave, at the same time, he had to convince enslaved people that salvation was a real possibility.  Moshe had to sow faith in the people, the one God of the patriarchs who would fulfill the promise, as His Name, HaShem, testifies. Because faith is not a blind belief, nor the hope of the realization of an event in the face of the impossibility of its occurrence, faith can become a horizon when a person concludes that there is light at the end of the tunnel. 

Moshe had to restore the people’s self-confidence. He needed to demonstrate the fallibility and fragility of the Egyptian gods. That is why the biblical text will affirm in later chapters “Vayar Israel et hayad hagedola…, vaya’aminu baShem uveMoshe avdo“, “And the people saw the ‘great hand of God’…’ and the people believed in HaShem’ and in His servant Moshe “. 

A theologian of another religious confession exalts: “because it is absurd, I believe”. The people “saw” the “strong hand and outstretched arm of God” because they defeated the Egyptian gods, broke Pharaoh’s will with the 10 plagues, and He parted the waters of the Red Sea. Faith is born and strengthened when the individual concludes that the event in question is a possibility, however distant and difficult its realization may seem.

FE EN LA PROMESA DIVINA

VAERÁ_ÉXODO VI:2-IX:35

Estos capítulos relatan lo que sucedió después que el faraón esclavizara a los hebreos y Dios instruyese a Moshé que retorne a Egipto para conseguir su libertad. El texto bíblico explicará el desarrollo de los sucesos que condujeron finalmente a Yetsiat Mitsráyim, incluyendo las plagas que sufrieron los egipcios ante de acceder al éxodo. Vaerá, “y Me presenté, o aparecí”, es la primera palabra de esta Parashá, y se refiere al hecho de que Dios se manifestó a los patriarcas bajo el Nombre de El Shadai, porque había ocultado la nomenclatura de HaShem (Jehová).

Esta afirmación condujo a algunos críticos de la Biblia a pensar que, dado que originalmente Dios había utilizado el Nombre de El Shadai, se puede concluir que la Torá es un compuesto de dos textos. Uno que identifica a Dios como El Shadai y una segunda fuente que lo denomina HaShem. Haciéndose eco de esta dificultad, Rashí, en su indispensable comentario sobre la Torá, opina que el segundo Nombre no fue utilizado, porque HaShem quiere decir “el Dios que cumple con su palabra” y, dado que las promesas que el Creador había hecho a los patriarcas todavía no se habían concretado, ellos sólo reconocieron la característica Divina que implica la designación El Shadai.

¿Qué quiere decir El Shadai? Es el Dios que dijo “dai”, “es suficiente”, el mismo vocablo utilizado en el célebre canto de Dayeinu, repetido en la Hagadá de Pésaj. Tal vez, El Shadai se refiere al Dios que exige que se ponga un límite al deseo humano, una de las bases del judaísmo. Muchos explican que el judaísmo enseña el control que la persona debe ejercer sobre sí misma. Desde cierta perspectiva, casi todo está permitido, lo que está prohibido es el abuso. Es así con respecto a la comida y al sexo, por ejemplo. 

El judaísmo coloca un marco, describe los límites dentro de los cuales la persona debe actuar. El judaísmo no exalta la abstención en la comida ni en el sexo. Regula la actividad: castiga al glotón de acuerdo con la ley del “Ben sorer umoré” y con el mandamiento de “Lo tajmod” prohíbe cohabitar con la mujer del prójimo. En un mundo que diferenciaba solamente entre lo bueno y lo malo, el judaísmo enseñó que uno de los problemas fundamentales es el exceso. 

El Nombre de HaShem hace referencia a la “esencia” de Dios, al hecho de que su palabra es inviolable, siempre cumple con el compromiso que asume. Dios había prometido a los patriarcas que su descendencia habitaría la tierra de Canaán y ahora se encontraban en la servidumbre en Egipto, una tierra extraña, sin posibilidad visible de romper las cadenas de la esclavitud. Por ello, la tarea de Moshé era tortuosa. Tenía que demostrar que Dios sí cumpliría con la promesa, no obstante, la intolerable esclavitud impuesta por los egipcios. 

Aunque la instrucción formal que Moshé tenía que cumplir era conseguir que el faraón permitiera la salida delos hebreos, al mismo tiempo tenía que convencer a un pueblo esclavizado de que la salvación era una posibilidad real. Moshé tenía que sembrar la fe en el pueblo, fe en el Dios único de los patriarcas que cumpliría con la promesa, tal como lo testimonia su Nombre, HaShem. Porque la fe no es una creencia ciega, ni la esperanza de la realización de un hecho frente a la imposibilidad de que ocurra. La fe puede convertirse en un horizonte cuando la persona llega a la conclusión que sí existe una luz al final del túnel. 

Moshé tenía que devolverle al pueblo la confianza en sí mismo. Era imprescindible que demostrase la falibilidad y fragilidad de los dioses egipcios. Por ello el texto bíblico afirmará en capítulos posteriores “Vayar Israel et hayad haguedolá…, vayaaminu baShem uveMoshé avdó”, “Y el pueblo vio la ‘gran mano de Dios’…’y el pueblo creyó en HaShem’ y en su siervo Moshé”. 

No se trata del dicho que otra confesión religiosa enaltece: “porque es absurdo, creo”. El pueblo “vio” la “mano fuerte y el brazo extendido de Dios”, porque derrotó a los dioses egipcios, doblegó la voluntad del faraón con las 10 plagas y partió las aguas del Mar Rojo. La fe nace y se fortalece cuando el individuo concluye que el evento en cuestión es una posibilidad, por más lejana y dificultosa que pareciera su realización.

LOS ESFUERZOS FÚTILES DEL FARAÓN

SHEMOT_ÉXODO I:1-VI:1

Shemot quiere decir nombres, nomenclatura que destaca la importancia que la Torá otorga al nombre de la persona o del lugar, porque generalmente revela alguna característica fundamental. Por ejemplo, el primer hombre es designado como Adam porque proviene de la tierra, que en hebreo es adamá. La designación Shemot es la primera palabra significativa del texto que empieza con la frase Veele Shemot….

Sin embargo, en el relato del nacimiento de Moshé, la Torá narra que un hombre de la tribu de Leví tomó a una mujer de la misma tribu y describe cómo escondieron durante 3 meses a su recién nacido varón, sin mencionar los nombres de estos tres personajes. Tal vez la intención fue poner la lupa sobre los sucesos, el hecho de que los padres llegaran al extremo de colocar a su bebé en una cesta para que navegara el río y encontrara un destino diferente. 

Aparentemente, el riesgo que revestían las aguas del río era preferible a la sentencia mortal ordenada por el faraón contra los recién nacidos varones. Se desconoce cuál había sido el nombre que los padres dieron a este bebé, porque el nombre Moshé le fue dado por la hija del faraón, cuyo nombre tampoco es mencionado. Varios exégetas suponen que el nombre Moshé es de origen egipcio, porque si se hubiera utilizado el idioma hebreo su nombre debería haber sido Mashui, que quiere decir “sacado” de las aguas. Tal vez el nombre Moshé no se refiere a su rescate de las aguas, sino a su futura trayectoria, que será la de extraer al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia.

La suerte de Moshé fue una consecuencia de las normas que los egipcios impusieron para frenar el crecimiento de la población hebrea, porque temían que, en el momento de una incursión enemiga proveniente del exterior, los hebreos se convirtieran en aliados de los invasores. En este sentido, el faraón esclavizó a los hebreos, pensando que el trabajo forzado también frenaría la procreación, ya que los hombres estarían secuestrados la mayor parte del tiempo en los terrenos donde se erigían las construcciones faraónicas. 

No obstante, los hebreos continuaron multiplicándose de manera exponencial. Según el Midrash, eran muy comunes los nacimientos múltiples. Si el único objetivo hubiese sido frenar el crecimiento poblacional hebreo, habría sido más eficiente eliminar a las mujeres. Pero en la mente de la gente de la época, incluso la del faraón, los hombres representaban la fuerza, los integrantes de un ejército que podría unirse a los posibles invasores.

Frente al continuo incremento del número de hebreos, el faraón exigió que las comadronas que atendían a las mujeres hebreas asesinasen a los varones recién nacidos inmediatamente después del parto. Pero la Torá relata que las comadronas desobedecieron el instructivo y, de esa manera, se convirtieron en las pioneras en desacatar una orden real. Alegaron que las mujeres hebreas daban a luz por sí solas, porque eran muy fuertes. En realidad, mintieron, hecho que merece ser evaluado: ¿acaso la mentira es admisible cuando la supervivencia del colectivo está en peligro? De todas maneras, su valentía fue recompensada, porque de acuerdo con el texto bíblico tuvieron descendencia que formaría parte liderazgo futuro del pueblo. 

El faraón no descansó en su intento de mermar el crecimiento de los hebreos; además, había sido advertido por sus astrólogos de que el “salvador” de los hebreos estaba por nacer. Debido al desacato de las comadronas o su complicidad con las parturientas, el faraón ordenó que los varones fueran arrojados al río inmediatamente después de su nacimiento. Los padres de Moshé pudieron esconder al recién nacido, porque de acuerdo con una antigua tradición, el bebé había nacido unos meses antes de que se completase el período de gestación. Al no poder ocultar más el evento, los padres optaron por colocar al recién nacido en una cesta sobre las aguas del río Nilo.

El relato bíblico demuestra la interacción entre Dios y el hombre. El pueblo hebreo percibe que Etsba Elohim, el “dedo de Dios” está presente en los acontecimientos, pero al mismo tiempo leeremos una instrucción Divina, cuando se advierte el peligro de las hordas egipcias que les persiguieron después del éxodo. Dios instruye: Daber el Benei Israel Veyisáu,“dile al pueblo que emprenda la travesía”. El pueblo no podía apoyarse únicamente en eventos milagrosos, tenía que tomar iniciativas, hecho que sale a relucir en el sobresaliente liderazgo de Moshé.

PHARAOH’S FUTILE EFFORTS

SHEMOT_EXODUS I:1-VI:1

Shemot means names, a nomenclature that emphasizes the importance the Tora attaches to the name of the person or place because it usually reveals some fundamental characteristic. For example, the first man is designated as Adam because he comes from the earth, which in Hebrew is adama. Shemot is the first significant word in the text that begins with the phrase Ve’ele Shemot…

However, in the account of Moshe’s birth, the Tora narrates that a man from the tribe of Levi took a woman from the same tribe and describes how they hid their newborn son for 3 months without mentioning the names of these three characters. Perhaps the intention was to put the magnifying glass on the events, namely that the parents went so far as to place their baby in a basket to navigate the river and find a different destination. 

Apparently, the risk posed by the river waters was preferable to the death sentence ordered by the pharaoh against the male newborns. It is unknown what name the parents gave to this baby because the name Moshe was given to him by Pharaoh’s daughter, whose name is also not mentioned. Several exegetes suppose that the name Moshe is of Egyptian origin because if the Hebrew language had been used, his name should have been Mashui, which means “taken” from the waters. Perhaps the name Moshe does not refer to his rescue from the waters but to his future trajectory, which will be to extract the Hebrew people from Egyptian slavery.

Moshe’s fate was a consequence of the rules the Egyptians imposed to curb the growth of the Hebrew population because they feared that, at the time of an enemy incursion from abroad, the Hebrews would become allies of the invaders. In this sense, Pharaoh enslaved the Hebrews, thinking that forced labor would also slow down procreation since men would be kidnapped most of the time on the grounds where pharaonic constructions were erected. 

Nevertheless, the Hebrews continued to multiply exponentially. According to the Midrash, multiple births were very common. If the only goal had been to slow down Hebrew population growth, eliminating women would have been more efficient. But in the minds of the people of the time, including that of the pharaoh, men represented strength, the members of an army that could join potential invaders.

With the continuous increase in the number of Hebrews, Pharaoh demanded that midwives who cared for Hebrew women kill newborn males immediately after childbirth. But the Tora relates that midwives disobeyed the instruction and thus became the pioneers in flouting a royal command. They claimed that Hebrew women gave birth on their own because they were powerful. Actually, they lied, a fact that deserves to be evaluated: is lying permissible when the survival of the collective is in danger? In any case, their courage was rewarded because, according to the biblical text, they had offspring that would be part of the future leadership of the people. 

Pharaoh did not rest in his attempt to slow the growth of the Hebrews; Moreover, he had been warned by his astrologers that the “savior” of the Hebrews was about to be born. Because of the contempt of midwives or their complicity with the pregnant women, Pharaoh ordered that males be thrown into the river immediately after birth. Moshe’s parents were able to hide the newborn because, according to an ancient tradition, the baby had been born a few months before the gestation period was completed. Unable to hide the baby’s birth anymore, the parents placed the newborn in a basket on the waters of the Nile River.

The biblical account demonstrates the interaction between God and man. The Hebrew people perceived that Etsba Elohim, the “finger of God,” was present in the events. Still, at the same time, we will read a Divine instruction when the danger of the Egyptian hordes that persecuted them after the exodus is warned. God instructs Daber el Benei Yisrael Yeyisa’u, “tell the people to go on the journey.” The people could not rely solely on miraculous events, they had to take the initiative, and they had to go and walk, a fact that comes to light in Moshe’s outstanding leadership.

YAAKOV’S LEGACY

VAYECHI_GENESIS XLVII:28-L:26

The brothers’ reconciliation allowed Yaacov to bid farewell to this world in peace, with the awareness that the seed he sowed through his offspring would flourish and beget a nation in the not-too-distant future. Although adversity can lead to depression, in the case of the patriarch, struggle, and angst, coping, and disappointment become the stepping stones that allowed him to climb to emotional and spiritual maturity. 

He had common traits with Yosef, his favorite son. Just as Esav hated Yaacov and wanted to kill him, so did the brothers hate and try to eliminate Yosef. Yaacov shared with Yosef a penchant for dreams; both were visionaries. But unlike the first patriarchs, he ultimately knew how to keep the family united, being selective with affection and reproach without expelling any child from the paternal home. 

Finally, he gathered his children around his deathbed. He identified the aspirations and shortcomings of each of them in the hope that they could take care of the deficient aspects of their personalities and give birth to a people who would carry the message of monotheism to Humanity. These chapters do not begin with a new paragraph in the written text of the Tora, as is often the case. 

The Chachamim wished to begin with the word Vayechi, “And he lived,” found in the middle of a paragraph, to imply that Yaacov did not really pass away but is still alive. In the case of Avraham and Yitschak, the text states, “And he expired and died.” In the case of Yaacov, on the other hand, the text reads: “And he expired and joined his people.” There is no mention that he died. According to Rabbi Yochanan: “Our father Yaacov did not die. Someone said to him: ‘Then it was in vain that they mourned for him, embalmed him, and buried him?’ Rabbi Yochanan replied that it was an allusive interpretation according to the phrase: ‘And you, fear not, my servant Yaakov…, I will save you from distant places and your descendants from the land of their captivity…”. Drawing a parallel between  Yaacov and his descendants, it can be said that as his offspring live, Yaacov lives. 

According to the Talmud, Yaacov was embalmed because they believed he had died, but in reality, he was still alive. The Chachamim interpreted the phrase Yoshev ohalim: “who resides in tents”, as an allusion to the studies he carried on in the schools of Shem and Ever, the two great scholars of the time. In this sense, tradition teaches that Yaacov transmitted to his descendants the importance of the study, an indication that the Mishna teaches with “Talmud Torah keneged kulam”: “study has preference over other virtues.” This is the great teaching of Yaacov. The second lesson, we suggest, is the value of family integrity. 

However, in the presence of four wives, Yaacov achieved understanding and loyalty among his sons. This effective relationship was preceded by a long trajectory that included envy, jealousy, hatred, and aggressiveness between the brothers. Perhaps the episode of the journey to Egypt in search of food and the confrontation with the Egyptian ruler, who was really their brother Yosef, whom they did not recognize, was the catalytic agent that brought the brothers closer. But above all, it served to make them recognize the mistakes they had made in the past, especially with their brother Yosef. Emotional and spiritual growth demands the courage to face error and sin in biblical language. “Kol Israel arevim ze laze”: “in the collective of Israel, everyone is responsible for others.” This maxim is a corollary of the above. 

Just as Yaacov ended his days in Egyptian exile, his offspring suffered from Galut for millennia. Perhaps, for this reason, having to face the danger of the unknown and the rejection of the native inhabitants of the different lands they inhabited and considered as outsiders even after centuries of permanence, they developed a deep spirit of solidarity that allowed them to face the discrimination and hatred that an intolerant, inexplicable and enigmatic anti-Semitism unleashed against them.

From these qualities that Yaacov left as a legacy to his descendants derives the idea that the patriarch is still alive because they are the fundamental elements that have allowed that, parallel to the disappearance of colossal civilizations, the Jewish people managed to survive all those who tried to exterminate him.

EL LEGADO DE YAACOV

VAYEJÍ_GÉNESIS XLVII:28-L:26

La reconciliación de los hermanos permitió que Yaacov se despidiera de este mundo en paz, con la conciencia de que la semilla que sembró a través de su descendencia florecería y engendraría una nación en un futuro no muy lejano. Aunque la adversidad puede conducir a la depresión, en el caso del patriarca, la lucha y la angustia, el enfrentamiento y la decepción se convierten en los peldaños que le permiten escalar hacia la madurez emocional y espiritual. 

Presenta rasgos comunes con Yosef, su hijo predilecto. Tal como Esav odió a Yaacov y quiso asesinarlo, de igual manera los hermanos odiaron e intentaron eliminar a Yosef. Yaacov compartió con Yosef la inclinación por los sueños, porque ambos eran visionarios. Pero a diferencia de los primeros patriarcas, en última instancia supo mantener unida a la familia, siendo selectivo con el cariño y el reproche, sin llegar a expulsar del hogar paterno a ningún hijo. 

Finalmente, reunió a sus hijos alrededor del lecho de la muerte, identificó las aspiraciones y las deficiencias de cada uno de ellos con la esperanza de que pudieran ocuparse de los aspectos deficientes de sus personalidades, para dar a luz un pueblo que llevará el mensaje del monoteísmo a la Humanidad. Estos capítulos no empiezan con un nuevo párrafo en el texto escrito de la Torá, como suele suceder en otros casos. 

Los Jajamim desearon comenzar con la palabra Vayejí, “Y vivió”, que se encuentra en el medio de un párrafo, para insinuar que Yaacov realmente no falleció, sino que continúa con vida. En el caso de Avraham y Yitsjak, el texto afirma: “Y expiró y murió”. En cambio, en el caso de Yaacov, el texto reza: “Y expiró y se unió a su gente”. No se menciona que murió. De acuerdo con Rabí Yojanán: “Nuestro padre Yaacov no murió. Le preguntaron: ‘¿Entonces fue en vano que se enlutaron por él, lo embalsamaron y enterraron?’. Respondió Rabí Yojanán que se trataba de una interpretación alusiva de acuerdo con la frase: ‘Y tú, no temas, mi siervo Yaacov…, te salvaré de lugares distantes y a tus descendientes de la tierra de su cautiverio…”. Al hacer un paralelismo entre Yaacov y sus descendientes, se puede afirmar que tal como su descendencia vive, igualmente Yaacov vive. 

De acuerdo con el Talmud, Yaacov fue embalsamado porque creían que había muerto, pero en realidad continúa con vida. Los Jajamim interpretaron la frase yoshev ohalim: quien reside en carpas, como una alusión a los estudios que realizó en las escuelas de Shem y Éver, los dos grandes eruditos de la época. En este sentido, la tradición enseña que Yaacov transmitió a su descendencia la importancia del estudio, indicación que recoge la Mishná cuando afirma Talmud Torá kenégued kulam, “el estudio tiene preferencia ante otras virtudes”. Esta es la gran enseñanza de Yaacov. En segundo lugar, sugerimos el valor de la integridad de la familia. 

No obstante, la presencia de cuatro esposas, Yaacov logró el entendimiento y la lealtad entre sus hijos. Está claro que esta relación afectiva fue precedida por una larga trayectoria que incluyó la envidia y los celos, el odio y la agresividad entre los hermanos. Tal vez el episodio del viaje a Egipto en búsqueda de alimentos y la confrontación con el gobernante egipcio que era realmente su hermano Yosef, a quien no reconocieron, fue el agente catalítico para acercar a los hermanos. Pero sobre todo sirvió para que reconocieran los errores que habían cometido en el pasado, especialmente con su hermano Yosef. El crecimiento emocional y espiritual exige la valentía y coraje de enfrentar el error, el pecado en el lenguaje bíblico. Kol Israel arevim ze lazé: en el colectivo de Israel cada uno es responsable por el prójimo. Esta máxima es un corolario de lo antedicho. 

Tal como Yaacov terminó sus días en el exilio egipcio, su descendencia sufrió el Galut durante milenios. Tal vez por ello, por tener que enfrentar el peligro de lo desconocido y el rechazo de los habitantes nativos de las diferentes tierras que habitaron donde fueron considerados como forasteros incluso después de siglos de permanencia, desarrollaron un profundo espíritu de solidaridad que les permitió enfrentar la discriminación y el odio que un intolerante, inexplicable y enigmático antisemitismo desató contra ellos.

De estas cualidades que Yaacov dejó como legado a su descendencia se deriva la idea de que el patriarca aún continúa con vida, porque son los elementos fundamentales que han permitido que, de forma paralela a la desaparición de colosales civilizaciones, el pueblo judío haya logrado sobrevivir a todos quienes intentaron exterminarlo.