CONSTRUCCIONES EN LA TORÁ

TSAV_LEVÍTICO VI:1-VIII:36

Estos capítulos describen la manera de hacer las diferentes ofrendas y cuál era el propósito o la función de cada una de ellas. Los numerosos detalles que se mencionan sirven para destacar que los Korbanot, los sacrificios, no constituían un culto oculto, un misterio que solamente los Kohanim conocían, hecho que proporcionase a la casta sacerdotal algún poder velado sobre el colectivo. 

Está claro que el Korbán era la razón básica para la construcción del Mishkán y del Beit HaMikdash en una época posterior. Por un lado, el Mishkán era la “residencia” Divina en la tierra; aunque la Torá insiste en que Dios no está restringido a un lugar geográfico específico, Dios reside betojam, en medio del pueblo. Al mismo tiempo, el Korbán era el vehículo para el acercamiento del hebreo a la Divinidad. Al ofrendar aprendía que toda relación significativa e importante exige colaborar y dar. De esta manera se incorporó al espíritu del pueblo el deber de compartir con el pobre y el menos afortunado. 

La Torá menciona varias construcciones y edificaciones. En los primeros tiempos, en un intento de retar la soberanía de Dios, el hombre inició la construcción de una torre que serviría de punto de referencia para evitar que se dispersara la población, pero al mismo tiempo deseó alcanzar las alturas del cielo para entablar una lucha y, posiblemente, derrotara la deidad. 

Una segunda construcción tiene que ver con el intento del hombre de salvarse de la furia de la naturaleza: el arca de Nóaj le permitirá salvarse del diluvio. Esta vez, la construcción de la nave no es una acción del colectivo. Un individuo, Nóaj, reconoce que la sociedad ha llegado a un punto sin retorno, el irrespeto por la propiedad ajena se ha convertido en lugar común. 

Habiendo sido advertido de que Dios destruirá a la Humanidad, incluso al mundo animal, Nóaj emprende una construcción que le tomará 120 años, tiempo suficiente para que quienes lo observen tengan la oportunidad de cambiar su comportamiento y evitar el desenlace fatal. La Tevá, el arca de Nóaj, simboliza el esfuerzo espiritual del individuo por sobreponerse al ambiente viciado que lo rodea, esfuerzo que se traduce en su alejamiento de la sociedad para centrar su interés en su persona yen el bienestar de sus seres más cercanos: esposa e hijos.

El Mishkán y los Korbanot representan una filosofía diferente. El Mishkán no es solamente el “hábitat” de Dios. El Mishkán tiene las puertas abiertas para todo aquel que quiere compartir y ayudar al prójimo. De acuerdo con el profeta, el Beit HaMikdash es Ki Beití Beit Tefilá, yikaré lejol haamim, “Mi casa (el Beit HaMikdash) es una casa para la oración, una Casa para todos los pueblos”. Mientras que la Tevá de Nóaj representa la “propiedad privada”, el Mishkán es el “hogar de la comunidad”, incluso más allá de las fronteras del pueblo hebreo, de acuerdo con el pronunciamiento del profeta.

Se puede señalar una progresión en el sentir humano, comenzando con la Torre de Babel, que constituyó un intento de lucha contra la Deidad. Continúa con Nóaj, quien opta por la redención individual en vista de que el resto de la Humanidad no desea seguir su ejemplo. Luego se arriba a una tercera etapa: el Mishkán que incluye al colectivo. Porque los sacrificios no eran la vía del acercamiento del Kohén a Dios. El Kohén era el oficiante, el delegado del pueblo, el Shalíaj tsibur, “emisario del colectivo”. El sacrificio diario se realizaba en nombre de todo el pueblo, hecho que sale a relucir por la colecta de Majtsit Hashékel, la mitad de una moneda que tenían que aportar tanto el pobre como el rico, para crear un fondo que será utilizado la obtención del animal que deberá ofrendarse en nombre de la comunidad.

La progresión del desarrollo espiritual que representan el Arca de Nóaj y el Mishkán-Beit HaMikdash también se expresa en el hecho de que la primera construcción fue puntual, sirvió un propósito particular en un momento específico de la historia de la Humanidad. El Mishkán-BeitHaMikdash es una construcción “LeDorot”, que servirá por siempre, no obstante, su ausencia temporal en el presente. Su razón de ser, la comunicación entre ser humano y Dios está vigente y tiene validez en todo momento.

Aunque el Kohén era el oficiante principal, existía la posibilidad de hacer ofrendas individuales, tal como en el caso de los Shelamim, la ofrenda de la paz y agradecimiento. La ausencia del Beit HaMikdash en los últimos 2 milenios ha convertido la Tefilá, la oración, en instrumento para el acercamiento del hombre a Dios. En este caso, ya no se trata de una construcción física, porque incluso la sinagoga no es indispensable para entablar una “conversación” con Dios. La relación entre el hombre y la Divinidad se establece a través del sentimiento y la palabra, Bejol Makom, desde cualquier lugar y hora, parámetros que no están circunscritos a una coordenada geográfica.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 9 MITSVOT POSITIVAS Y 9 PROHIBICIONES

  1. Levítico 6:3 Levantar las cenizas (del Altar)
  2. Levítico 6:6 A diario prender el fuego sobre el Altar
  3. Levítico 6:6 No apagar el fuego del Altar
  4. Levítico 6:9 Comer el restante de la ofrenda Minjá 
  5. Levítico 6:10 No leudar el restante de la ofrenda Minjá
  6. Levítico 6:13 La ofrenda Minjá diaria del Kohén Gadol (Sumo Sacerdote)
  7. Levítico 6:16 La ofrenda Minjá de un Kohén no es consumida
  8. Levítico 6:18 El procedimiento con la ofrenda Jatat (por pecado)
  9. Levítico 6:23 No comer la carne de la ofrenda Jatat cuya sangre es salpicada dentro (del Santuario
  10. Levítico 7:1 El procedimiento con la ofrenda Asham (por culpa)
  11. Levítico 7:11 El procedimiento con la ofrenda Shelamim (por la paz)
  12. Levítico 7:15 No dejar ninguna carne de la ofrenda Todá (agradecimiento) pasado el tiempo asignado para su consumo 
  13. Levítico 7:17 La obligación de quemar los remanentes de las ofrendas sagradas
  14. Levítico 7:18 No comer de la ofrenda Pigul, ofrenda con intenciones incorrectas
  15. Levítico 7:19 No comer la carne de ofrendas sagradas convertidas impuras
  16. Levítico 7:19 La obligación de quemar carne sagrada convertida impura
  17. Levítico 7:23 No comer Jélev (grasa prohibida de la ofrenda)
  18. Levítico 7:26 No ingerir la sangre de cualquier animal o ave

BUILDINGS IN THE TORA

TSAV_LEVITICUS VI:1-VIII:36

These chapters describe how to make the different offerings and the purpose or function of each. The numerous details mentioned emphasize that the Korbanot, the sacrifices, did not constitute a hidden cult, a mystery that only the Kohanim knew, a fact that provided the priestly caste with some veiled power over the collective. 

The Korban was the basic reason for constructing the Mishkan and the Beit HaMikdash later. On the one hand, the Mishkan was the Divine “residence” on earth; However, the Tora insists that God is not restricted to a specific geographical location, God resides betocham, among the people. At the same time, the Korban was the vehicle for the Hebrews to approach Divinity. It is axiomatic that every meaningful and important relationship requires collaboration and giving. In this way, the duty to share with the poor and the less fortunate was incorporated into the spirit of the people. 

The Torah mentions various constructions and buildings. In the early days, to challenge the sovereignty of God, the man initiated the construction of a tower that would serve as a reference point to prevent the population from dispersing. Still, at the same time, they hoped to reach the heights of heaven to engage in a struggle and, possibly, defeat the deity. 

A second construction has to do with man’s attempt to save himself from nature’s fury: Noah’s ark, which will allow him to save himself from the flood. This time, the ship’s construction is not an act of the collective. One individual, Noah, recognizes that society has reached a point of no return; disrespect for the property of others has become commonplace. 

Having been warned that God will destroy humanity, including the animal world, Noah undertakes the construction of an arc that will take him 120 years, enough time for those who observe him to have the opportunity to change their behavior and avoid the fatal outcome. The Teva, the ark of Noah, symbolizes the spiritual effort of the individual to overcome the vicious environment that surrounds him, an effort that translates into his distancing from society to focus his interest on the well-being of his closest ones: his wife and children.

The Mishkan and the Korbanot represent a different philosophies. The Mishkan is not only God’s “habitat.” The Mishkan is open to anyone who wants to share and help others. According to the prophet, the Beit HaMikdash is Ki Be’iti Beit Tefilla, yikare lechol haamim, “My house (the Beit HaMikdash) is a house for prayer, a house for all peoples.” While the Teva of Noah represents “private property,” the Mishkan is the “home of the community,” even beyond the borders of the Hebrew people, according to the prophet’s pronouncement. 

A progression in human feeling can be noted, beginning with the Tower of Babel, which constituted an attempt to fight the Deity. It continues with Noah, who opts for individual redemption because the rest of humanity does not wish to follow his example. Then we reach a third stage: the Mishkan, which includes the collective because sacrifices were not how the Kohen approached God. The Kohen was the officiant, the people’s delegate, the Shali’ach tsibur, “emissary of the collective.” The daily sacrifice was carried out in the name of the whole people. This fact comes to light by the collection of Machtsit Hashekel, half of a coin that both the poor and the rich had to contribute equally to create a fund that will be used to obtain the animal that must be offered on behalf of the community.

The progression of spiritual development represented by Noah’s Ark and Mishkan-Beit HaMikdash is also expressed in the fact that the first construction was punctual and served a particular purpose at a specific time in human history. The Mishkan-Beit HaMikdash is a “LeDorot” construction, which will forever, notwithstanding its temporary absence, serve as a vehicle of communication between the human being and God and is valid for all times.

Although the Kohen was the chief officiant, there was the possibility of making individual offerings, as in the case of the Shelamim, the offering of peace and thanksgiving. The absence of the Beit HaMikdash in the last two millennia has turned Tefilla, prayer, into an instrument for man’s approach to God. In this case, it is no longer a physical construction because even the synagogue is not indispensable to engaging in a “conversation” with God. The relationship between man and Divinity is established through feeling and word, Bechol Makom, from any place and time, parameters that are not circumscribed to a geographical coordinate.

MITSVA: TORA ORDINANCE IN THIS PARSHA

CONTAINS 9 POSITIVE MITZVOT AND 9 PROHIBITIONS

  1. Leviticus 6:3 Raise the ashes (from the Altar).
  2. Leviticus 6:6 Daily light the fire on the Altar.
  3. Leviticus 6:6 Do not extinguish the fire of the Altar.
  4. Leviticus 6:9 Eat the remainder of the Mincha offering.
  5. Leviticus 6:10 Do not leaven the remainder of the Mincha offering.
  6. Leviticus 6:13 The daily Mincha offering of the Kohen Gadol (High Priest).
  7. Leviticus 6:16 The Mincha offering of a Kohen is not consumed.
  8. Leviticus 6:18 The procedure with the offering Chatat (for sin).
  9. Leviticus 6:23 Do not eat the flesh of the Chatat offering whose blood is splashed within (of the sanctuary).
  10. Leviticus 7:1 The procedure with the Asham offering (for guilt).
  11. Leviticus 7:11 The procedure with the Shelamim (for peace) offering.
  12. Leviticus 7:15 Leave no meat of the offering Toda (thanksgiving) after the time allotted for its consumption.
  13. Leviticus 7:17 The obligation to burn the remnants of sacred offerings.
  14. Leviticus 7:18 Do not eat of the Pigul offering, offering with wrong intentions.
  15. Leviticus 7:19 Do not eat the flesh of sacred offerings converted impure.
  16. Leviticus 7:19 The obligation to burn sacred flesh converted unclean.
  17. Leviticus 7:23 Do not eat Chelev (forbidden fat of offering).
  18. Leviticus 7:26 Do not ingest the blood of any animal or bird.

THE KORBAN IS A VEHICLE TO APPROACH THE ALMIGHTY

VAYIKRA_LEVITICUS I-V

Kohen and Korban are the fundamental themes of Vayikra, the third book of the Tora. Unlike the mystery that usually involves the performance of priests who practice some idolatrous cult, the Tora describes in detail how the Mishkan that served as a model for the Beit HaMikdash should be built and what elements should be included inside. 

It also specifies the vestments of the Kohen, the priest who will officiate the offerings, and the nature of these offerings. In this way, the Tora moves away from the occult, from the mystery, to point out that the worship of the one God is not based on chance, craving, or the emotional disposition of the deity. The rules are clear, and the Decalogue, The Ten Commandments, proves it.

It is appropriate to emphasize that the Korban, as its name implies, had the purpose of cementing the rapprochement between the person and God, between the person and his family. The word Korban comes from the Hebrew root, meaning to approach, to come near. 

For example, the Passover holiday, which is now represented primarily by Matza, had a fundamental element at the time of Beit HaMikdash, which was the Korban Pesach, “the Passover sheep.” The famous Afikoman, which consists of half of the middle Matsa that is saved from being used at the conclusion of the festive meal, in olden times consisted of a piece of the meat of the Korban Pesach. No other celebration insists on family unity around a table, such as the Passover Seder. Even though other sacrifices culminated in the entire family sharing Korban meat. On the one hand, there was the person’s approach to God, to Jewish tradition. But at the same time, the union between the different members of the family was being fostered.

The case of Korban Chatat was different because only the Kohen could benefit from the flesh of this offering of atonement. In this case, it should be noted that the Korban could not be used as a remedy for sin; that is, through the offering, the person could always obtain Divine forgiveness after committing a misdeed. It should be emphasized first that the Korban could be offered only in case of an involuntary or unconscious fault, never to cleanse the sin done with intent. 

Second, Korban Chatat had to be preceded by repentance, teshuvah. Without acknowledging guilt and a firm decision to avoid sinning again, the sacrifice was ineffective on its own. To repair the error, a physical act is insufficient because sin is the result of moral failure; it arises due to the person’s disinterest in the welfare of the neighbor, of the lack of will and character not to fall into temptation. 

The offering of the Korban becomes a symbolic way to assume responsibility for actions. At the same time, the practical process of redemption has as its starting point the act of contrition, intellectual reflection about what happened, empathy for the suffering of others, and awareness of the harm caused to others.

The idea of the offering for the idolatrous world obeys other parameters that usually have to do with the conquest of the will of the deity. Its purpose is to influence the decisions of occult powers. It is the bribe that should serve to alter the decision of the totem.

The offering as a tool for approaching God and as a symbolic instrument for recognizing error are ideas belonging to patriarchal monotheism. It is hypothesized that there is no such thing as a perfect personality because even the Kohen Gadol, the High Priest, had to apologize for his mistakes. The biblical Moshe cannot undertake the conquest of the Promised Land because he disobeyed God’s word at some point.

Why didn’t God create a universe free from sin? The Divine intention included this notion because the history of mankind begins with the sin of the first couple. Considering sin is necessary for repentance, we can perhaps conclude that error stimulates the moral growth of man, who must overcome his evil inclination. In doing so, he comes to know himself better, creating a platform from which he can reach a higher level of spirituality.

MITSVA: TORA ORDINANCE IN THIS PARSHA

CONTAINS 11 POSITIVE MITZVOT AND 5 PROHIBITIONS

  1. Leviticus 1:3 The sacrifice Olá (fiery offering).
  2. Leviticus 2:1,5,7 The Mincha offering (vegetable offering).
  3. Leviticus 2:11 Do not offer leaven or honey on the Altar.
  4. Leviticus 2:13 Do not offer sacrifice without salt.
  5. Leviticus 2:13 Obligation to salt the offering.
  6. Leviticus 4:14 Offering of the Sanhedrin (court composed of 71) if they err in a judgment.
  7. Leviticus 4:27 Chatat (sin) offering of the individual who unintentionally violated a prohibition that, if committed with intent, would be punished with Karet.
  8. Leviticus 5:1 Obligation to bear witness.
  9. Leviticus 5:1,6 Variable offering for sinning.
  10. Leviticus 5:8 Do not separate the head of the bird offered Chatat.
  11. Leviticus 5:11 Do not pour olive oil on the Mincha of a sinner with no intention of erring.
  12. Leviticus 5:11 Do not put incense in the Mincha of a sinner without intent to err.
  13. Leviticus 5:15,16 The obligation to add one-fifth of the value of what is ingested from sacred food or having derived some benefit from its use.
  14. Leviticus 5:17,18 The Asham talui sacrifice, doubtful guilt offering.
  15. Leviticus 5:21 The Asham vadai sacrifice, offering of certain guilt.
  16. Leviticus 5:23 Return stolen goods.

EL KORBÁN COMO VEHÍCULO PARA EL ACERCAMIENTO AL CREADOR

VAYIKRÁ_LEVÍTICO I-V

El Kohén y el Korbán son los temas fundamentales de Vayikrá, el tercer libro de la Torá. A diferencia del misterio que usualmente envuelve la actuación de los sacerdotes que practican algún culto idólatra, la Torá describe con todo detalle cómo se debía construir el Mishkán que sirvió de modelo para el Beit HaMikdash y cuáles eran los elementos que se debía incluir en su interior. 

Asimismo, especifica cuáles eran las vestimentas del Kohén, el sacerdote que oficiará las ofrendas y de que naturaleza eran esas ofrendas. De esta manera, la Torá se aleja de lo oculto, del misterio, para señalar que el culto al Dios único no está basado en la casualidad, el antojo o la disposición anímica de la deidad. Las reglas son claras y allí está el Decálogo para demostrarlo.

Es oportuno destacar que el Korbán, tal como su nombre lo indica, tenía el propósito de cimentar el acercamiento entre la persona y Dios, entre la persona y su familia. El vocablo Korbán proviene de la raíz hebrea que quiere decir acercar, aproximar. 

La festividad de Pésaj, por ejemplo, que en la actualidad está representada especialmente por la Matsá, tenía un elemento fundamental en la época del Beit HaMikdash que era el Korbán Pésaj, “la oveja pascual”. El célebre Afikomán, que consiste en el presente en la mitad de una Matsá que se guarda para ser utilizada a la conclusión de lacena, anteriormente consistía en un trozo de la carne del Korbán Pésaj. No existe otra celebración que insista en la unidad familiar alrededor de una mesa, tal como el Séder de Pésaj. Incluso otros sacrificios culminaban con la familia completa compartiendo la carne del Korbán. Por un lado, estaba el acercamiento de la persona a Dios, a la tradición judía. Pero al mismo tiempo se estaba fomentando la unión entre los diferentes miembros de la familia.

El caso del Korbán Jatat era diferente, porque solamente el Kohén podía tener algún beneficio de la carne de esta ofrenda de expiación. En este caso se debe resaltar que el Korbán no podía ser utilizado como un remedio para el pecado, o sea que la persona, a través de la ofrenda, siempre podía obtener el perdón Divino después de cometer una fechoría. Se debe destacar primero que el Korbán podía ser ofrendado únicamente en caso de una falta involuntaria o inconsciente, nunca para limpiar el pecado hecho con toda la intención. 

Segundo, el Korbán Jatat tenía que ser precedido por el arrepentimiento, la Teshuvá. Sin el reconocimiento de culpa, sin una firme decisión de evitar pecar nuevamente, el sacrificio era ineficaz por sí solo. Está claro que, para reparar el error, un acto físico es insuficiente porque el pecado es el resultado de una falla moral, surge debido al desinterés de la persona por el bienestar del prójimo, por la falta de voluntad y carácter para no caer en la tentación. 

La ofrenda del Korbán se convierte en una vía simbólica para asumir la responsabilidad por las acciones, mientras que el proceso efectivo de redención tiene como punto de partida el acto de contrición, la reflexión intelectual acerca lo sucedido, la empatía por el sufrimiento ajeno, la conciencia del daño que se causa al prójimo.

La idea de la ofrenda para el mundo idólatra obedece a otros parámetros que tienen que ver usualmente con la conquista de la voluntad de la deidad. Su propósito es influenciar las decisiones de los poderes ocultos. Es el soborno que debe servir para alterar la decisión del tótem. 

La ofrenda como una herramienta para el acercamiento a Dios y como instrumento simbólico para el reconocimiento del error son ideas que pertenecen al monoteísmo patriarcal. Se plantea la hipótesis de que no existe la personalidad perfecta, porque incluso el Kohén Gadol, el Sumo Sacerdote, tiene que pedir perdón por sus errores. El bíblico Moshé no puede emprender la conquista de la Tierra Prometida, porque desobedeció la palabra de Dios en algún momento.

¿Por qué no creó Dios un universo libre del pecado? Está claro que la intención Divina incluía esta noción porque la historia de la Humanidad comienza con el pecado de la primera pareja. Al considerar que el pecado es necesario para el arrepentimiento, podemos concluir tal vez que el yerro estimula el crecimiento moral del hombre, quien tiene que superar su inclinación por el mal, y en el proceso de hacerlo, llega a conocerse mejor a sí mismo, creando una plataforma desde la cual puede alcanzar a un nivel más elevado de espiritualidad.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 11 MITSVOT POSITIVAS Y 5 PROHIBICIONES

  1. Levítico 1:3 El sacrificio Olá (ofrenda ígnea).
  2. Levítico 2:1,5,7 La ofrenda Minjá (ofrenda vegetal).
  3. Levítico 2:11 No ofrendar levadura o miel sobre el Altar.
  4. Levítico 2:13 No ofrendar sacrificio sin sal.
  5. Levítico 2:13 Obligación de salar la ofrenda.
  6. Levítico 4:14 Ofrenda del Sanhedrín (corte integrada por 71) si erran en un juicio.
  7. Levítico 4:27 Ofrenda Jatat (pecado) del individuo que sin intención violó una prohibición que si fuera cometida con intención sería castigado con Karet.
  8. Levítico 5:1 Obligación de dar testimonio.
  9. Levítico 5:1,6 Ofrenda variable por cometer un pecado.
  10. Levítico 5:8 No separar la cabeza del ave ofrendada Jatat.
  11. Levítico 5:11 No derramar aceite de oliva sobre la Minjá de un pecador sin intención de errar.
  12. Levítico 5:11 No poner incienso en la Minjá de un pecador sin intención de errar.
  13. Levítico 5:15,16 La obligación de añadir una quinta parte del valor de lo ingerido de la comida sagrado o al haber obtenido algún beneficio de su uso.
  14. Levítico 5:17,18 El sacrificio Asham talui, ofrenda de culpa dudosa.
  15. Levítico 5:21 El sacrificio Asham vadai, ofrenda de culpa certera.
  16. Levítico 5:23 Restituir los bienes robados.

EL MISHKÁN Y EL MONTE SINAÍ

VAYAKHEL_ÉXODO XXXV:1-XXXVIII:20 – PEKUDEI_ÉXODO XXXVIII:21-XL:38

¿Cuándo recibió el pueblo hebreo la orden de construir el Mishkán, el Tabernáculo que los acompañaría durante la travesía por el desierto? De acuerdo con Rashí y con la mayoría de los comentaristas, el Mishkán fue una respuesta a la adoración del Éguel Hazahav, el “Becerro de Oro” que los hebreos fabricaron como un sustituto de Moshé, quien tardó más de lo anticipado en retornar del monte Sinaí. Según Rambán, la construcción del Mishkán está relacionada con la revelación en el monte Sinaí, siendo el Kódesh HaKodashim el lugar más sagrado de este recinto, porque contenía el Arca que guardaba las dos Tablas de la Ley donde estaban grabados los Diez Mandamientos.

Al asumir la idea de Rashí se debe pensar que el Mizbéaj, el altar sobre el cual se hacían las ofrendas era el lugar central del Mishkán, porque su función era la obtención del perdón Divino por las transgresiones. Esta idea se desprende del hecho de que el pecado relacionado con el “Becerro de Oro” fue el motivo para la construcción de esta Casa de Dios. 

Rambán destaca que la Torá repite la orden de la construcción del Mishkán. La primera vez, como mencionamos, precedió al episodio del “Becerro de Oro” y su finalidad estaba conectada con la Ley que los hebreos recibieron en el Sinaí. Este instructivo se repite nuevamente en la Torá, para señalar que Dios le había perdonado la trasgresión al pueblo hebreo después del pecado del Éguel Hazahav. Más aún, el Mishkán servirá para la obtención del perdón en el futuro también.

No obstante, para Rambán el Mishkán no era solamente una respuesta al problema del pecado. E l Mishkán permitía revivir el momento de la revelación en el Sinaí, cuando el pueblo hebreo contrajo un Brit, hizo un pacto con Dios. Por otro lado, la Torá antecede al Sinaí, porque en Egipto los hebreos ya habían recibido ciertos instructivos con respecto al conteo de los meses, o sea, acerca de cómo valorar el tiempo que será consagrado especialmente con la celebración semanal del Shabat, el día de descanso, que también antecede a la revelación en el Sinai. De otra manera, la formulación Zajor et Yom HaShabat lekadshó, “Recuerda que debes santificar el día Shabat”, no sería correcta. 

En Mará, los hebreos habían sido instruidos con referencia al Shabat y varias leyes adicionales. O sea que el contenido legal de la Torá fue revelándose progresivamente durante la travesía por el desierto. El Mishkán era el lugar escogido para esta enseñanza continua de la Ley contenida en la Torá. Siguiendo el pensamiento de Rambán, el Mishkán era una continuación del Sinaí, porque Dios se comunicaba allí con Moshé, quien a su vez transmitía Su Voluntad al pueblo hebreo. Tal como la sinagoga se convirtió en un Mikdash Me’at, una “pequeña Casa de Dios” que acompañó al pueblo judío en la diáspora después de la destrucción del Beit HaMikdash de Yerushaláyim, de manera similar, el Mishkán representó al monte Sinaí.

De acuerdo con Benno Jacob, la revelación Divina en el monte Sinaí fue una preparación para la “presencia continua” de Dios en el Mishkán, en medio del campamento hebreo en el desierto. El Mishkán era una especie de monte Sinaí itinerante. Acentúa esta idea el hecho de que el Kódesh HaKodashim, el lugar más sagrado de este recinto contenía las Dos Tablas de la Ley que se habían recibido en el monte Sinaí.

El libro de Shemot puede ser dividido en tres partes. La primera sección relata los eventos en Egipto, el período de la esclavitud que culminó con el éxodo. La segunda parte narra los eventos que condujeron al monte Sinaí y el otorgamiento de la Torá. La tercera sección se refiere a la construcción del Mishkán y la consagración de los Kohanim con sus vestimentas especiales, el tema de nuestros capítulos.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 1 PROHIBICIÓN

114 Éxodo 35:3 Una corte no deberá ejecutar la pena capital en Shabat.

LA CONCLUSIÓN DEL LIBRO SHEMOT

PEKUDEI_ÉXODO XXXVIII:21-XL:38

Con estos capítulos concluimos Shemot, el segundo libro de la Torá, que se puede dividir en 3 partes. La primera sección relata los detalles de la servidumbre egipcia y destaca el liderazgo de Moshé, quien logra convencer al faraón de que permita la salida del pueblo hebreo de Egipto. El faraón accedió finalmente a la solicitud de Moshé porque Dios envió diez plagas que causaron gran sufrimiento a los egipcios. Solamente cuando la plaga afectó la casa del faraón–como fue el caso de la última, la muerte de todos los primogénitos egipcios– se logró doblegar la voluntad del monarca. Decisión que fue luego alterada, porque el faraón envió a sus soldados y carrozas para que persiguieran a los hebreos por el desierto, pero estas hordas fueron derrotadas cuando se ahogaron en el mar Rojo.

La segunda parte de Shemot se refiere a la revelación Divina en el monte Sinaí y la tercera describe la construcción del Mishkán con información detallada acerca de los elementos que integraron este recinto. Aunque no se debe jerarquizar la importancia de los relatos e instructivos bíblicos, a primera vista el evento en el Sinaí, la revelación de la Voluntad de Dios, luce como el episodio central. No obstante, se puede argumentar que la revelación no estuvo circunscrita al Sinaí. 

Aún cuando en Egipto, los hebreos recibieron un instructivo básico acerca de la importancia del tiempo en el capítulo que ordena Hajódesh hazé lajem rosh jodashim, “este mes será para ustedes el primero de los meses”, una referencia a Nisán, el mes del éxodo. Al mismo tiempo, el pueblo recibió la instrucción de escoger a la oveja que sería sacrificada como Korbán Pésaj, hecho que debía consumarse el día 14 de ese mes y, por ello, la Torá designa ese día como Pésaj, mientras que la festividad que usualmente denominamos Pésaj recibe usualmente el nombre de Jag HaMatsot. Cabe destacar que el Korbán Pésaj tenía que ser ofrecido en la tarde del 14 de Nisán y, dado que en la actualidad carecemos del Beit HaMikdash y no se hacen ofrendas, algunos Jasidim insisten en hornear la Matsá para el Séder en la tarde de ese mismo día, porque la Matsá sobresale y debe suplir también al Korbán como una Mitsvá en la ausencia del BeitHaMikdash.

La Torá también regula la recolección del Maná en el desierto y ordena observar el Shabat, todo ello antes de la revelación en el Sinaí. De tal manera que la expresión Zajor et Yom HaShabat, el cuarto de los Diez Mandamientos que ordena el descanso semanal durante el séptimo día utiliza adecuadamente la palabra Zajor, “recuerda”, porque las leyes del Shabat ya habían sido promulgadas de antemano.

Después del evento en el Sinaí, el Mishkán sirvió como la sede para la promulgación de leyes adicionales que no fueron reveladas a Moshé en el monte Sinaí. ¿Por qué se distingue la revelación en el Sinaí si otros lugares también sirvieron para ese propósito? Menachem Ben-Yashar sugiere que la naturaleza pública de esta revelación la diferencia de las otras. Mientras que en el Mishkán Moshé recibía directa y personalmente la instrucción Divina, en el Sinaí todo el pueblo fue testigo de ella, hecho que le dio una validez adicional y permitió que todo el pueblo tuviera una experiencia profética. 

Además, el grueso de las leyes fue reveladas en el Sinaí. De tal manera que el Mishkán no era sólo la “residencia” de Dios durante la travesía por el desierto y en los siglos siguientes hasta la construcción del Beit HaMikdash, también era Óhel Moed, el lugar del encuentro entre Moshé y Dios, sitio en el cual fue instruido acerca de un gran número de Mitsvot

De acuerdo con Benno Jacob, el Mishkán fue en realidad un monte Sinaí portátil que acompañó al pueblo durante los años en el desierto. El paralelismo entre ambos se evidencia también porque el Mishkán contenía las dos Tablas de la Ley que Moshé había recibido en el monte Sinaí. Tal como el monte Sinaí estaba cubierto por una “nube de gloria”, de igual manera Moshé tenía que penetrarla “nube de gloria” que envolvía al Mishkán. Antes de entrar en el Mishkán, Moshé tenía que pasar por un período de purificación de seis días y solamente al séptimo día podía introducirse dentro de este recinto sagrado, mientras que su inauguración se celebró el octavo día. 

El éxodo de Egipto tenía el propósito de asegurar el acompañamiento de Dios a través de su presencia dentro del campo de los hebreos en el Mishkán. El libro de Shemot empieza con la esclavitud y la redención de la misma, que señala el final del Galut Mitsráyim, “el exilio en Egipto”y concluye con la Gueulá: “la redención”, representada por la presencia de Dios en el Mishkán, en el seno del pueblo hebreo.

THE MISHKAN AND MOUNT SINAI

VAYAKHEL_EXODUS XXXV:1-XXXVIII:20 – PEKUDE’I_EXODUS XXXVIII:21-XL:38

When did the Hebrew people receive the order to build the Mishkan, the Tabernacle that would accompany them during the desert journey? According to Rashi and most commentators, the Mishkan was a response to the worship of the Egel Hazahav, the “Golden Calf” that the Hebrews manufactured as a substitute for Moshe, who took longer than anticipated to return from Mount Sinai. According to Ramban, the construction of the Mishkan is related to the revelation at Mount Sinai. The Kodesh HaKodashim is the holiest place in this enclosure because it contains the Ark that kept the two Tablets of the Law where the Ten Commandments were engraved.

In assuming the idea of Rashi, one must think that the Mizbeach, the altar on which the offerings were made, was the central place of the Mishkan because its function was to obtain Divine forgiveness for transgressions. This idea follows from the fact that the sin related to the “Golden Calf” was the apparent motive for constructing this House of God. 

Ramban points out that the Tora repeats the order to construct the Mishkan. The first time, as we mentioned, preceded the episode of the “Golden Calf” and its purpose related to the Law that the Hebrews received at Sinai. This instruction is repeated in the Tora to point out that God had forgiven the transgression of the Hebrew people after the sin of Egel Hazahav. Moreover, the Mishkan will also serve to obtain forgiveness in the future.

For Ramban, however, the Mishkan was not only an answer to the problem of sin. The Mishkan allowed experience the moment of revelation again in Sinai when the Hebrew people contracted a Brit and made a covenant with God. On the other hand, the Tora precedes Sinai because, in Egypt, the Hebrews had already received specific instructions regarding the counting of the months, that is, about how to value the time that will be consecrated, especially with the weekly celebration of Shabbat, the day of rest, which also precedes the revelation in Sinai. Otherwise, the formulation Zachor et Yom HaShabbat lekadsho, “Remember to keep Shabbat day holy,” would not be correct. 

At Mara, the Hebrews had been instructed with reference to Shabbat and several additional laws. In other words, the legal content of the Tora was progressively revealed during the desert journey. The Mishkan was the place chosen for this continuous teaching of the Law contained in the Tora. Following Ramban’s thought, the Mishkan was a continuation of Sinai because God communicated there with Moshe, who transmitted His Will to the Hebrew people. Just as the synagogue became a Mikdash Me’at, a “little House of God” that accompanied the Jewish people in the Diaspora after the destruction of Yerushalayim’s Beit HaMikdash, similarly, the Mishkan represented Mount Sinai.

According to Benno Jacob, the Divine revelation at Mount Sinai was a preparation for God’s “continued presence” in the Mishkan, in the middle of the Hebrew camp in the wilderness. The Mishkan was a kind of itinerant Mount Sinai. This idea is accentuated by the Kodesh HaKodashim, the holiest site in this enclosure, containing the Two Tablets of the Law received at Mount Sinai.

The book of Shemot can be divided into three parts. The first section recounts the events in Egypt, the period of slavery that culminated in the exodus. The second part narrates the events leading up to Mount Sinai and the bestowal of the Tora. The third section concerns the construction of the Mishkan and the consecration of the Kohanim with their special garments, the theme of our chapters.

MITZVAH: TORA ORDINANCE IN THIS PARSHA

CONTAINS ONE PROHIBITION

114 Exodus 35:3 A court shall not carry out capital punishment on Shabbat.

THE CONCLUSION OF THE BOOK SHEMOT

PEKUDE’I_EXODUS XXXVIII:21-XL:38

With these chapters, we conclude Shemot, the second book of the Tora, which can be divided into three parts. The first section recounts the details of Egyptian serfdom and highlights the leadership of Moshe, who manages to convince Pharaoh to allow the Hebrew people to leave Egypt. Pharaoh finally acceded to Moshe’s request because God sent ten plagues that caused great suffering to the Egyptians. Only when the plague affected the house of the Pharaoh – as was the case with the last, the death of all the Egyptian firstborns – was it possible to bend the monarch’s will. A decision that was later altered because Pharaoh sent his soldiers and chariots to chase the Hebrews through the desert, but these hordes were defeated when they drowned in the Red Sea.

The second part of Shemot refers to the Divine revelation at Mount Sinai. The third describes the construction of the Mishkan with detailed information about the elements that made up this structure. Although the importance of biblical accounts and instructions should not be hierarchized, the event at Sinai, the revelation of God’s Will, looks like the central episode at first glance. However, it can be argued that the revelation was not confined to Sinai

Even though in Egypt, the Hebrews received basic instruction about the importance of time in the chapter commanding Hachodesh haze lachem rosh chodashim, “this month shall be for you the first of the months,” a reference to Nisan, the month of the exodus. At the same time, the people were instructed to choose the sheep to be sacrificed as Korban Pesach, the Passover sacrifice, a fact that was to be consummated on the 14th of that month. Therefore, the Tora designates that day as Passover, while the holiday that we usually call Passover is usually called Chag HaMatsot. It should be noted that the Korban Pesach had to be offered on the evening of the 14th of Nisan and, since at present we lack the Beit HaMikdash and no offerings are made, some Chassidim insist on baking the Matsa for the Seder in the afternoon of that same day, because the Matsa stands out and can take the place of the Korban as a Mitsva in the absence of Beit HaMikdash.

The Tora also regulates the gathering of manna in the wilderness and commands the observance of Shabbat, all before the revelation at Sinai. So, the expression Zachor et Yom HaShabat, the fourth of the Ten Commandments that commands weekly rest on the seventh day, properly uses the word Zachor, “remember,” because the Laws of Shabbat had already been promulgated beforehand.

After the event in Sinai, the Mishkan served as the venue for enacting additional laws that were not revealed to Moshe at Mount Sinai. Why is revelation distinguished at Sinai if other places also served that purpose? Menachem Ben-Yashar suggests that the public nature of this revelation sets it apart from the others. While in the Mishkan, Moshe received direct and personal Divine instruction, in Sinai, all the people witnessed it, which gave it additional validity and allowed all the people to have a prophetic experience. 

Moreover, the bulk of the laws were revealed at Sinai. So, the Mishkan was not only the “residence” of God during the journey through the desert and in the following centuries until the construction of the Beit HaMikdash, but it was also Ohel Mo’ed, the place of the encounter between Moshe and God, site in which he was instructed about a large number of Mitzvot