MÁS ALLÁ DE LA MITSVÁ

Parashá VAETJANÁN

La Torá contiene 613 mitsvot, instructivos que regulan todos los aspectos del comportamiento humano. Ser observante,ortodoxo, implica vivir de acuerdo con estos imperativos como un conjunto indivisible. Está claro que cuando se cumple con las leyes de Shabat pero se desatienden las leyes de Kashrut, por ejemplo, simplemente no se está practicando la ortodoxia. Ser observante implica dar la misma importancia a la Mitsvá Jamurá, el imperativo de severidad, comoa la Kalá, la mitsvá que aparenta ser intrascendente, así enseña la Mishná.

No obstante lo antedicho, el judaísmo ciertamente implica algo más que el cumplimiento de las mitsvot: incluye categóricamente vivir de acuerdo con el “espíritu” de la Torá, que va más allá del cumplimiento individual de las mitsvot. En este sentido cabe destacar los Diez Mandamientos, repetidos en estos capítulos, que la Torá denomina Devarim: palabras o enunciados. De tal manera que se puede ofrecer una lectura diferente de estos mandamientos y proponer que no se trata de diez imperativos, sino de diez aseveraciones. Al postular, tal como lo indica Maimónides, que el enunciado “Anojí HaShem Eloheja asher hotsetija meérets Mitsráyim”, “Yo soy HaShem tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto”, es en realidad una afirmación de fe acerca de la existencia de Dios, se puede concluir que los siguientes mandamientos son en efecto testimonios, en el sentido de que la persona que tiene fe en Dios no mata ni roba. Mejordicho, “no matarás” no es una mitsvá en sí, sino una característica de las personas que creen en Dios. Por lo tanto, quien asesina o roba, demuestra con ese acto que no tiene fe en la existencia de Dios.

Nuestro texto también exhorta: “Veasita hayashar vehatov beeinei HaShem Eloheja”, “y harás lo que es recto y bueno en los ojos de HaShem, tu Dios”. Si el cumplimiento de las 613 mitsvot implica o es sinónimo de “hacer lo que es recto y bueno a los ojos de HaShem”, esta admonición sería superflua y el judaísmo postula que no hay una sola palabra innecesaria en el texto de la Torá. Según la interpretación de Rashí, este versículo enseña que hay que ir más allá de lo que la Torá exige. Rambán amplía el comentario de Rashí al señalar que, aun en aquellos casos en que la Torá no ha señalado el camino a seguir, el judaísmo exige que la persona se comporte de acuerdo con el “espíritu” del judaísmo, que resulta de una vida regida por el concepto de la mitsvá. Dado que es imposible que un código incluya todas las eventualidades para cualquier época, “Veasita hayashar vehatov” implica que, incluso en los casos que no están previstos en la Torá, el individuo debe plantear cuál es el comportamiento que la Torá recomendaría en esta situación.

En el libro de Vayikrá, la Torá exhorta “Kedoshim tihyú”, “Sean ustedes consagrados”. Así como Dios es Santo, de igual manera el hombre debe ser santo. ¿Qué quiere decirsanto, en el caso humano? Si se obtiene la característica de santidad mediante el cumplimiento de las mitsvot, nuevamente nos encontramos con un imperativo superfluo: ¿por qué la mención de santidad debe hacerse de manera aparte? Rambán explica que el individuo logra la santidad cuando se aleja de la inmoralidad que se manifiesta a través del exceso, incluso de las cosas que están permitidas de acuerdo con la Torá. Aunque la Torá permite la complacencia de los deseos –tanto en cuanto a los apetitos carnales como en cuanto a las necesidades emocionales–, rechaza los excesos, especialmente, cuando la satisfacción de los deseos se convierte en el norte de las actividades de la persona. Yosef recibió el apelativo de Tsadik cuando se negó a cometer adulterio con la esposa de su amo, Potifar. El Talmud cita a Rabí Yojanán: “Yerushalayim fue destruida porque (la gente) actuó de acuerdo con la letra de la Torá y no fueron más allá”. Está claro que para descifrar cuál es el más allá de la letra del texto bíblico se requiere un estudio constante que conduzca a una mayor comprensión de la infinita sabiduría contenida en la ‘Palabra de Dios’ entregada a la Humanidad, ‘Palabra’ fijada en los rollos de la Torá.