SHOFTIM_DEUTERONOMIO XVI,18 – XXI,9
La Torá ordena el establecimiento de un sistema de administración de justicia para todas las ciudades del país. Nuestro texto exige la ubicación de los Shoftim, que son los jueces, en el sháar, que es el portal de la ciudad. Aparentemente este Sháar no era un simple portón, sino un lugar específico donde se ubicaba un conjunto de entidades comunitarias que ejercían funciones diversas. Entre las funciones que se cumplen en el Sháar se incluye la administración de la justicia. (En el libro bíblico Rut, leemos que Bóaz, el pariente rico de la familia del difunto esposo de Rut, se dirige al Sháar, o sea a las autoridades religiosas que se encuentran en ese lugar) para reclamar su derecho a esposarla.
El concepto de justicia es un factor esencial de la enseñanza bíblica. Nuestros Jajamim en el Talmud se hacen eco de la importancia fundamental de esta idea, al afirmar que el mundo está anclado sobre tres pilares. La justicia es uno de ellos. Para algunos, el énfasis sobre la justicia supone una característica de severidad o de carencia de sentimiento del amor, señalando que el judaísmo es intransigente e inflexible. Los que vivimos en las democracias nacientes donde la justicia no constituye aún un poder enteramente independiente de los otros intereses políticos de la sociedad, sabemos lo comprometidos que pueden ser los fallos y las decisiones. ¿Es que puede haber justicia cuando la igualdad ante la ley, no existe?
Dentro de los cargos directivos numerosas comunidades judías se incluye una comisión de arbitraje que sirve para limar o resolver las divergencias entre sus miembros. Isaac Bashevis Singer se refiere a diversos individuos que acudían al Beit Din shtíbel, la habitación de la casa de su padre, Rabino en Varsovia, que se utilizaba para atender las demandas y quejas de los litigantes. Durante siglos, en aldeas y ciudades los hogares de los Rabinos servían de cortes de justicia.
El bíblico rey Shlomó que se destaca por su aguda inteligencia, es el prototipo del árbitro y del juez que busca la solución justa en situaciones de conflicto. Recordamos la sagacidad de Shlomó en el caso de un recién nacido al que dos madres reclamaban como suyo.
Según el Yalkut Shimoní, uno de los textos pertenecientes al Midrash que recopila comentarios sobre las escrituras sagradas, había seis peldaños frente al trono del rey Shlomó. Cuando Shlomó comenzaba su ascenso al trono, se anunciaba en cada uno de los peldaños una de las ordenanzas de nuestro texto.
Al primer escalón correspondía Lo taté mishpat, que quiere decir, no torcerás el juicio. Según el Talmud, las falsedades y las medias verdades alejan y exilian la Presencia Divina de entre nosotros. Una de las características del Ser Supremo es la verdad, tal como lo afirma nuestra tradición al declarar, Jotamó shel Hakadosh Baruj Hu emet, que significa que el sello de Dios es la verdad. Hay quienes observan que el sello se aplica de una sola vez. Un sello no requiere de un proceso, tal como la escritura o la palabra que tiene un comienzo y un desarrollo en el tiempo, para llegar a su término. Un sello se coloca de una sola vez sobre el papel. Igualmente ocurre con la verdad. Tiene que ser total e inmediata. No existen verdades a medias, que se van revelándose a medida que el tiempo va pasando.
Al subir el segundo peldaño, Shlomó escuchaba la admonición, Lo takir panim, que quiere decir, no harás excepciones entre las personas. Todos tienen que ser iguales ante la ley y ante los jueces. Nuestro folklore cuenta que en una ocasión una mujer le dijo a su marido que iba a llevar a la sirvienta ante el rabino porque sospechaba que estaba robando, el esposo respondió que la acompañaría. La esposa adujo que no hacía falta porque ella sabía defenderse sola; el esposo le respondió que su propósito más bien era proteger a la sirvienta, que podría sentirse intimidada ante la presencia del Rabino.
Algunos recuerdan que en la habitación que utilizaba Rabí Shmelke Nickelsburger para sus decisiones en casos de litigios, en la pared estaban colgados un bastón y un bolso. Estos objetos estaban presentes en todo momento, como evidencia palpable de que el incorruptible Rabí estaba dispuesto a abandonar la ciudad en cualquier instante, antes que permitir que los mercaderes del poder intentaran influir en sus fallos.
Lo tikaj shójad, no admitirás sobornos, era la exhortación en el tercer peldaño. Nuestro texto nos advierte, que ningún juez escapa a las consecuencias del regalo de una de las partes, Ki hashójad yeaver einei Jajamim, porque el soborno ciega los ojos del sabio. (En el Midrash encontramos el dictamen de un juez que recibe Shójad, quiense vuelve ciego antes de morir).
Con referencia a esta aseveración, se relata una anécdota en la que los habitantes de cierta aldea cuestionaron el Midrash porque el juez de la localidad que tenía reputación de actuar en forma dudosa había ensordecido. Esto contradice nuestro Midrash que afirma que el resultado del comportamiento en cuestión es la ceguera, en base al texto bíblico que señala que el soborno ciega los ojos del sabio. Se resolvió la contradicción señalando que nuestro juez no había recibido Shójad; tan sólo se lo habrían prometido). El Talmud sugiere que el vocablo Shójad proviene de la raíz Jad, que quiere decir afilado, con lo cual se insinúa que el Shójad resulta cortante y lacerante tanto para quien lo ofrece como para quien lo recibe.
El ascenso al cuarto peldaño correspondía a la proclamación de Lo titá lejá asherá, que significa, no plantarás (en relación con la idolatría) árbol alguno (junto al altar). Según el tratado del Sanhedrín, que es el volumen del Talmud de donde provienen nuestras citas anteriores, la elección de un juez que no está preparado para desempeñar su función equivale a fomentar la idolatría en la comunidad. En la visión de nuestros Jajamim, la idolatría se identifica con la arbitrariedad y el azar. La Torá en cambio, es la voluntad manifiesta de Dios, es inmutable, no depende de caprichos y no permite la ignorancia. Todo fallo tiene que estar basado en reglas claras y transparentes. La presentación de argumentos contundentes, basados en la Halajá, puede dar lugar a la revisión de cualquier decisión anterior.
Veló takim lejá matsevá, “y no te erigirás estatuas (o monumentos)”, es la exhortación del quinto escalón. Tal vez la moraleja que el juez no puede abstraerse de las condiciones reinantes en la sociedad que lo circunda y ubicarse por encima o fuera de su entorno. Para poder comprender de que trata el litigio, es necesario identificarse y vivir la realidad de su tiempo. En el momento de la adoración del Éguel hazahav, el becerro de oro, Dios le sugiere a Moshé que desde las alturas del Monte Sinaí no puede apreciar la situación real del pueblo hebreo. Dios le ordena, Lej reid, “vete y desciende,” porque únicamente conociendo y viviendo en medio de la situación, podrá, entonces, Moshé decidir que acción a tomar.
En el sexto y último peldaño se anunciaba, Lo tizbaj laShem Eloheja… kol davar ra, que quiere decir, no sacrificarás al Eterno tu Dios… cualquier cosa mala (defectuosa). Esto constituye un llamado de atención para recordar que en la tradición judía el fin no justifica los medios. El fallo no puede ser utilizado para aliviar sufrimientos y dolencias, ni para corregir otros males de la sociedad. Todo juicio tiene que ser enteramente justo y correcto para las partes involucradas.
Nuestros capítulos enumeran diferentes leyes adicionales que son necesarias para regular las relaciones entre los miembros de la comunidad. Aunque la compasión, la comprensión y la sensibilidad ante los males que afligen al prójimo son cualidades morales de primer calibre, la justicia y la equidad no tienen parangón en el ordenamiento y en la jerarquía de los imperativos que son esenciales para la convivencia, la armonía y el desarrollo material y espiritual de toda sociedad.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 14 MITSVOT POSITIVAS Y 27 PROHIBICIONES
- Deuteronomio 16:18 Designar jueces y oficiales en cada comunidad judía
- Deuteronomio 16:21 No plantar un árbol junto al Altar
- Deuteronomio 16:22 No erigir un pilar idólatra
- Deuteronomio 17:1 No ofrendar un animal con tacha, aunque sea tacha temporal
- Deuteronomio 17:10 Acatar lo que dictamine la Corte Suprema Judía en cada generación
- Deuteronomio 17:11 No desobedecer la palabra de la Corte Suprema Judía
- Deuteronomio 17:15 Nombrar un Rey Judío
- Deuteronomio 17:15 No nombrar un Rey Judío a quien no es un nativo Israelita
- Deuteronomio 17:15 Un rey no debe acumular más caballos de los que necesita
- Deuteronomio 17:16 No residir en la Tierra de Egipto
- Deuteronomio 17:17 Un rey no debe tener demasiadas esposas
- Deuteronomio 17:17 Un rey no debe acumular exceso de oro y plata
- Deuteronomio 17:18 Un rey debe escribir una Torá, además de la que cada judío debe escribir
- Deuteronomio 18:1 Los Levitas no deben heredar tierra en la Tierra de Israel
- Deuteronomio 18:1 Los Levitas no deben participar del botín durante la conquista de la Tierra de Israel
- Deuteronomio 18:3 Entregar al Kohén el hombro, la quijada y el estómago final de una ofrenda animal
- Deuteronomio 18:4 Separar Terumá de los productos
- Deuteronomio 18:4 Entregar a los Kohanim la primera esquila
- Deuteronomio 18:4 Los Kohanim deben servir en el Templo de acuerdo con guardias y en épocas de festividades deben servir en unísono
- Deuteronomio 18:10 No practicar adivinaciones
- Deuteronomio 18:10 No practicar brujería
- Deuteronomio 18:10-11 No utilizar amuletos
- Deuteronomio 18:10-11 No consultar un médium
- Deuteronomio 18:10-11 No consultar un yidoní (mago)
- Deuteronomio 18:10-11 No intentar contacto con un muerto
- Deuteronomio 18:15 Escuchar a todo profeta de la generación, a menos que añada o reduzca lo que está en la Torá
- Deuteronomio 18:20 No emitir profecía falsa
- Deuteronomio 18:20 No emitir profecía en nombre de un ídolo
- Deuteronomio 18:22 No dejar de ejecutar a un profeta falso y no temerlo
- Deuteronomio 19:3, 6 Preparar 6 Ciudades de Refugio
- Deuteronomio 19:13, 21 No tener piedad de la persona que asesta un golpe mortal durante un juicio de pena capital
- Deuteronomio 19:14 No mover falsamente tus lindes
- Deuteronomio 19:15 No juzgues basado en la palabra de un solo testigo
- Deuteronomio 19:19 Hacerle al testigo falso lo que intentó hacerle a una víctima con su testimonio
- Deuteronomio 20:3; 7:21 No temer al enemigo en la batalla
- Deuteronomio 20:5-7 Ungir al Kohén para la guerra
- Deuteronomio 20:10 Comportarse en una Guerra Optativa de acuerdo con las reglas de la Torá
- Deuteronomio 20:16 No permitir que vivan ninguna de las 7 naciones que habitaban la Tierra de Israel
- Deuteronomio 21:1 No destruir árboles frutales durante un sitio, ni causar destrucción inútil
- Deuteronomio 21:1 Quebrar el pescuezo del ternero en el cauce del río
- Deuteronomio 21:4 Ni arar ni sembrar en el cauce del río donde el pescuezo del ternero fue quebrado