LA GUERRA Y LA PAZ EN LA PERSPECTIVA BÍBLICA

KI TETSÉ_DEUTERONOMIO XXI,10 – XXV

El tema primario de nuestra lectura semanal es el de las guerras que invariablemente ocurren periódicamente. En particular, nuestra generación a la que ha tocado ser testigo del exterminio de una tercera parte del pueblo judío, los horrores de Bosnia, y del África Central conoce el sufrimiento y la desesperación, la crueldad y la inhumanidad que son el resultado de la guerra. Porque ein báyit asher ein bo met, no existe hogar judío que no haya sufrido en carne propia el Holocausto que los nazis cometieron. 

Por lo tanto, una de las características esenciales de la era mesiánica, que es sinónimo de armonía y de convivencia, de entendimiento y de amor entre los seres humanos, es la ausencia de conflictos bélicos. Estas son las palabras del profeta Yeshayahu: Vehayá beajarit hayamim…, vejitetú jarvotam leitim vajaninotehem lemazmerot, lo yisá goi el goi jérev veló yilmedú od miljamá; que quiere decir, “y ocurrirá al fin de los días…, y convertirán sus espadas en arados, y sus lanzas en hoces, ninguna nación levantará espada contra otra nación, ni aprenderán más la guerra”. En nuestros días, que son anteriores a esta era mesiánica, debemos estudiar el texto bíblico que contiene una serie de ordenanzas cuyo objetivo es el de mitigar el drama de toda guerra.

La conquista inicial de la tierra de Canaán se lleva a cabo luchando y derramando sangre. En la tradición judía estas guerras se ubican bajo el rubro de Miljémet mitsvá, un concepto que se puede traducir como el de una guerra ordenada por la Divinidad en el primer período de nuestra historia colectiva. Desde luego que la noción de una guerra sancionada u ordenada por Dios colide con una de nuestras ideas básicas sobre la deidad. 

El texto de la bendición de los Kohanim, por ejemplo, concluye implorando que Dios nos otorgue la paz. La palabra Shalom que significa paz, es utilizada para el saludo diario destacando de esta manera nuestro anhelo constante de armonía y tranquilidad. La fe auténtica en Dios debe resultar en una especie de paz interna. En fin, no podemos concebir al Creador sin que ello implique a la noción de paz. En el Kadish, que se ha transformado en una oración por los fallecidos, afirmamos, Osé shalom bimeromav, Hu yaasé shalom alenu, que quiere decir, “Quien hace la paz en las alturas, El nos otorgará la paz (en la tierra)”.

En busca de respuesta a la dificultad planteada, podemos subrayar que el momento histórico al cual hacemos referencia, se caracteriza por los sacrificios humanos y las más grandes aberraciones en el comportamiento social. Por lo tanto, los efectos de la conquista pueden considerarse como un castigo para los pueblos conquistados. Sin embargo, se puede señalar que había opciones diferentes. Posiblemente, el camino a seguir debía haber sido el didáctico. En lugar de exterminar a los residentes de la tierra prometida de Canaán, existía la opción de que nuestros antepasados les enseñaran la verdad descubierta por el patriarca Avraham

Está claro, por ejemplo, que los Aséret hadibrot, que son los Diez Mandamientos, podían haber sido utilizados para diseminar una nueva ley moral en esas tierras. Otra posibilidad podía haber sido la insistencia en el cumplimiento de las Sheva mitsvot debenei Nóaj, que son las siete leyes básicas de la época de Nóaj. De esta manera, los residentes de Canaán se hubieran podido incorporar a la gran familia monoteísta que se estaba creando en el seno de la humanidad. Pero existía el enorme peligro que el pueblo judío también pudiera sucumbir a la idolatría.

Las investigaciones científicas de la historia y de la arqueología nos llevan a la conclusión de que en el pasado hubo personajes extraordinarios que concibieron la noción de un solo Dios. El célebre Faraón Ikhnaton, por ejemplo, era esencialmente monoteísta. No obstante, ninguno de estos descubrimientos religiosos sobrevivió en la sociedad. Fueron intentos fugaces, destellos de luz que se consumen instantáneamente. Su corta duración se deba, tal vez, al hecho de que aparecen en medio del politeísmo reinante y no pueden resistir ni a su embate constante ni al reto del facilismo y del placer característico de la idolatría. 

Es curioso observar que el politeísmo se distingue por su tolerancia. Los griegos que concentraron a sus múltiples dioses en el Monte Olimpo podían concebir la existencia de deidades adicionales. Por tanto, cuando conquistaban tierras nuevas, acostumbraban a rendir homenaje a la deidad local, porque consideraban que éste los había ayudado en su victoria. En cambio, el monoteísmo, es muy celoso. No permite que el Dios único otorgue espacio vital alguno a otro dios. Existe un solo Dios y nadie más.

Es muy probable que el judaísmo también hubiera sucumbido ante la idolatría que reinaba por doquier. La historia nos enseña que durante el período del primer Beit HaMikdash, el Templo de Jerusalem, la idolatría y su concomitante casta sacerdotal a veces se involucraban en ritos ajenos, lo que constituía un problema fundamental para el desarrollo espiritual de nuestro pueblo. Por lo tanto, era necesario erradicar, en lo posible, todo vestigio de la atractiva y contagiosa idolatría que fomenta la licencia sexual y la ciega embriaguez religiosa.

Además de la mencionada guerra de conquista de la Tierra Prometida, nuestra tradición considera dos tipos adicionales de guerra. En el caso de agresión externa se debe responder con miljémet jová, que quiere decir una guerra obligada. El Mélej, que es el rey de Israel, no requiere del consentimiento de ningún cuerpo deliberante para enfrentar una agresión bélica de esta naturaleza. En cambio, en el caso de Miljémet reshut, que hace referencia a una guerra optativa cuyo propósito sea el de agrandar los límites del país, se necesita la aprobación previa del Sanhedrín, el cuerpo de setentiún notables religiosos. 

Después las fuerzas armadas deben ser informadas sobre el propósito de la guerra. (En el período de la guerra de Vietnam, nos encontramos con el hecho que la nación norteamericana desconocía al propósito y el alcance del conflicto. Esta fue una de las razones por las que el gobierno no obtuvo el apoyo mayoritario de su pueblo). Nuestro texto inicial que reza, Ki tetsé lamiljamá al oiveja, quiere decir que cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, argumenta para que nuestros Jajamim exijan que se compruebe que realmente se trata de Oiveja, que significa tus enemigos.

De acuerdo con las instrucciones de nuestro texto, los oficiales tenían que hablarle al pueblo señalando, Mi haish asher baná báyit jadash veló janajó yelej veyashov leveitó…, “qué hombre hay que haya construido una casa y no la haya estrenado, que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la guerra y otro estrene su casa”. El haber plantado una viña y el haber esposado una mujer y no haber convivido, eran igualmente razones suficientes para no tener que participar en la guerra. Igualmente podían abstenerse de ir a la guerra Hayaré veharaj levav, “el temeroso y el de corazón débil”.

Primero se le debe ofrecer al adversario la posibilidad de la paz, según el Talmud. La aceptación por el enemigo de las leyes básicas de Nóaj, es una razón suficiente para no matar a ningún ser viviente. En tal caso, se puede imponer la servidumbre y exigir el pago de ciertos impuestos. Cuando se establece un sitio a una ciudad debe descuidarse la vigilancia de uno de los lados del perímetro, para permitir que escape quien desee salvarse. No se deben cortar los árboles que dan frutos comestibles y hay que permitir la entrada del agua necesaria.

En el Talmud nos encontramos con la siguiente observación: Kol zemán sheIsrael mistaklín klapei maalá hem mitgabrim, veim lav noflim, que quiere decir que mientras (el pueblo de) Israel tiene su mirada fijada hacia el cielo es victorioso; si no, la caída es inevitable. Esta enseñanza hace alusión al mérito relativo del propósito de las guerras las que deben tener metas y beneficios sociales importantes. Desde luego que hay quienes argumentan que toda guerra es diabólica, aun sí se toma en cuenta la posibilidad de que algunos de sus objetivos tengan una intención noble. Los países latinoamericanos, por ejemplo, prefieren sus propias dictaduras frente a la alternativa, por ejemplo, de una intervención armada norteamericana. La actual situación política de Venezuela y Nicaragua son ejemplos de esa conducta.

No obstante, las instrucciones contenidas en nuestro texto que fueron interpretadas ampliamente por nuestros Jajamim para atenuar los desastres de los conflictos bélicos, nuestras aspiraciones y deseos tienen como norte el entendimiento y la armonía entre los pueblos. Jarvotam leitim, la conversión de las espadas en arados es el símbolo y el lema para una mayor humanización de nuestro conflictivo globo terráqueo.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 27 MITSVOT POSITIVAS Y 47 PROHIBICIONES

  1. Deuteronomio 21:11 Ley referente a la mujer bella capturada en la guerra
  2. Deuteronomio 21:14 No vender la mujer bella capturada en la guerra
  3. Deuteronomio 21:14 No obligar a trabajar como esclava a la mujer bella capturada en la guerra después de haber tenido relaciones con ella
  4. Deuteronomio 21:22 Colgar a la persona ejecutada cuando así es indicado
  5. Deuteronomio 21:23 No dejar al ahorcado que trasnoche en la horca y no permitir que un cadáver trasnoche en su hogar, a menos que sea en su honor
  6. Deuteronomio 21:23 Enterrar al que fue sentenciado por la corte a morir, o cualquier otra persona el mismo día de su muerte
  7. Deuteronomio 22:1 Devolver la propiedad perdida a su dueño
  8. Deuteronomio 22:3 No evitar la vista de un objeto perdido
  9. Deuteronomio 22:4 No ignorar al animal caído tu prójimo por el peso de su carga
  10. Deuteronomio 22:4 Ayudar a levantar una carga pesada de un judío
  11. Deuteronomio 22:5 La mujer no debe vestir ropa de hombre
  12. Deuteronomio 22:5 El hombre no debe vestir ropa de mujer
  13. Deuteronomio 22:6 No apoderarse del ave madre mientras los huevos o los polluelos están en el nido
  14. Deuteronomio 22:7 Ahuyentar al ave madre del nido antes tomar los huevos o polluelos
  15. Deuteronomio 22:8 Construir un pretil alrededor de un techo u hoyo peligrosos
  16. Deuteronomio 22:8 No dejar un techo u hoyo peligrosos sin pretil
  17. Deuteronomio 22:9 No sembrar una mezcla de semillas en un viñedo en la Tierra de Israel
  18. Deuteronomio 22:9 No comer el producto de una mezcla de semillas en un viñedo de la Tierra de Israel
  19. Deuteronomio 22:10 No trabajar con animales de especie diferente juntos
  20. Deuteronomio 22:10 No vestir tela de lino y lana
  21. Deuteronomio 22:13 La mitsvá de Kidushín (esposar una mujer)
  22. Deuteronomio 22:19 El hombre que disemina un informe maligno sobre la inmoralidad de su esposa permanecerá con ella por siempre 
  23. Deuteronomio 22:19 El hombre que disemina un informe maligno sobre la inmoralidad de su esposa no puede divorciar esa mujer
  24. Deuteronomio 22:24 La Corte debe lapidar la persona así sentenciada
  25. Deuteronomio 22:26 No castigar a la persona que ha sido obligada a transgredir
  26. Deuteronomio 22:29 El violador debe casarse con su víctima
  27. Deuteronomio 22:29 El violador no puede divorciar a su víctima
  28. Deuteronomio 23:3 El hombre esterilizado no debe casarse con una joven judía
  29. Deuteronomio 23:4 El bastardo, producto de una unión adúltera o incestuosa no debe casarse con una joven judía
  30. Deuteronomio 23:6 Una persona perteneciente a los pueblos de Amón o Moav no debe casarse con una joven judía
  31. Deuteronomio 23:7 No hacer las paces con las naciones Amón o Moav antes de una guerra
  32. Deuteronomio 23:9 Un descendiente de Esav no puede casarse con una persona judía incluso después de haberse convertido al judaísmo, ni puede hacerlo su hijo o hija
  33. Deuteronomio 23:8 Un egipcio no puede casarse con una persona judía incluso después de haberse convertido al judaísmo, ni puede hacerlo su hijo o hija
  34. Deuteronomio 23:11 La persona ritualmente impura no debe ingresar el campo (Monte del Templo) de los Levitas
  35. Deuteronomio 23:13 Preparar un lavatorio fuera del campo durante la guerra
  36. Deuteronomio 23:14 Preparar una pala para cada persona en el ejército para que pueda tapar su excremento
  37. Deuteronomio 23:16 No devolver a la Tierra de Israel a un esclavo que huyó a la diáspora
  38. Deuteronomio 23:18 No oprimir a un esclavo que huyó de su amo en la diáspora hacia la Tierra de Israel
  39. Deuteronomio 23:11 No tener relaciones con una mujer fuera del matrimonio
  40. Deuteronomio 23:19 No llevar como ofrenda al Templo la paga de una prostituta o el precio-valor de un perro
  41. Deuteronomio 23:20 No prestar dinero con intereses de un judío 
  42. Deuteronomio 23:21 Cobrar intereses al no-judío
  43. Deuteronomio 23:22 No postergar el voto de hacer una ofrenda, ni postergar la ofrenda de un animal consagrado para las Tres Festividades
  44. Deuteronomio 23:24 Cumplir las promesas y juramentos
  45. Deuteronomio 23:25 Permitir que el obrero coma ciertos productos mientras trabaja
  46. Deuteronomio 23:25 El obrero no debe mayor cantidad de los productos que le son permitidos
  47. Deuteronomio 23:26 Un obrero no debe comer de la cosecha de su empleador durante su trabajo
  48. Deuteronomio 24:1 Quien desea divorciar a su esposa debe hacerlo a través de un Get (documento de divorcio)
  49. Deuteronomio 24:4 El divorciado no puede casarse con la mujer que divorció después de que ésta se haya casado y divorciado nuevamente con otro o enviudado
  50. Deuteronomio 24:5 El recién casado no debe separarse de su esposa durante el primer año de matrimonio
  51. Deuteronomio 24:5 El recién casado debe permanecer con su esposa durante el primer año de matrimonio
  52. Deuteronomio 24:6 No empeñar objetos con los que se prepara alimentos para el sustento
  53. Deuteronomio 24:8 No arrancar marcas de tsaráat
  54. Deuteronomio 24:10 No agarrar por fuerza una prenda de empeño del deudor
  55. Deuteronomio 24:12 No retener una prenda de empeño de su dueño cuando la necesite
  56. Deuteronomio 24:13 Devolver la prenda de empeño cuando su dueño la necesite
  57. Deuteronomio 24:15 Pagar al obrero en el día que trabajó
  58. Deuteronomio 24:16 Una persona no puede dar testimonio en un juicio sobre un familiar cercano
  59. Deuteronomio 24:17 No pervertir la justicia en el caso de un converso o un huérfano 
  60. Deuteronomio 24:17 No tomar una prenda de empeño de una viuda
  61. Deuteronomio 24:19 Dejar las gavillas olvidadas para los pobres
  62. Deuteronomio 24:19 No agarrar las gavillas de granos o la fruta olvidadas
  63. Deuteronomio 25:2 Azotar a la persona que transgrede ciertas prohibiciones
  64. Deuteronomio 25:3 No dar azotes adicionales ni pegar a un judío
  65. Deuteronomio 25:4 No ponerle bozal a un animal doméstico mientras trabaja
  66. Deuteronomio 25:5 La viuda sin hijos no debe casarse con otra persona sino con el hermano de su difunto esposo
  67. Deuteronomio 25:5 La viuda sin hijos debe casarse con el hermano del esposo difunto
  68. Deuteronomio 25:9 La mitsvá de jalitsá (libera a la mujer de casarse con el hermano de su difunto esposo)
  69. Deuteronomio 25:12 Salvar a la persona perseguida por un asesino, atacando al asesino
  70. Deuteronomio 25:12 No tener piedad de un asesino que persigue
  71. Deuteronomio 25:13 No mantener balanzas o pesas imprecisas, aún cuando no estén en uso
  72. Deuteronomio 25:17 Recordar lo que hizo Amalek al pueblo judío cuando salió de Egipto
  73. Deuteronomio 25:19 Erradicar los descendientes de Amalek
  74. Deuteronomio 25:19 No olvidar lo que hizo Amalek al pueblo judío cuando salió de Egipto