No es de extrañar que mucha gente busque anclaje en la religión, un norte en la fe que ofrece bienestar y paz interior a quienes se comportan de acuerdo con ciertos principios. La tradición judía se convierte en una especie de Mezuzá que protegerá el hogar en el nuevo entorno.
Caso único es el de la familia observante de la tradición judía, porque al afiliarse a una sinagoga, consigue de inmediato una familia nueva y ampliada. En el caso de la sinagoga ortodoxa, la costumbre es la de acoger con fraternidad y cariño a una nueva familia, hecho que se traduce en invitaciones para compartir una comida de Shabat, por ejemplo.
Al ser inscritos en un colegio judío integral los niños inmediatamente tendrán nuevas amistades, compañeros que comparten sus valores judaicos y sus padres tendrán la oportunidad de hacer nuevas amistades en la comunidad.
En última instancia, el denominador común para el pueblo judío es su tradición religiosa. Se leen los mismos capítulos de la Torá semanalmente tanto en Caracas como en Panamá, en Bogotá y Miami. La emigración se torna menos extraña porque el servicio en la sinagoga utiliza el mismo hebreo y los textos de los rezos son similares.
Me hace recordar de un letrero que
Está claro, quieres aliviar la transición, hacer el cambio de residencia menos traumático? ¡Afíliate a una sinagoga!
Son realmente profundos estos comentarios Jajam, son realmente para reflexionar sobre cuál es el buen camino que el hombre debe elegir; yo soy un gentil soy un goy con muchas fallas con muchos defectos, sin embargo mi alma siente esa necesidad de la teshuvah de la tefilah, de lo que es la Torah y el Talmud esa riqueza espiritual que da vida realmente, no se de alguna forma Ha-Shem revela a los seres humanos su camino de alguna forma en determinados momentos de la vida y es ahi donde el alma debe buscar conectarse a la fuente de su origen.