La transformación de los descendientes del patriarca Yaacov para que pudieran conformar un pueblo, una nación, pasópor tres etapas, fue el resultado de tres eventos fundamentales: el éxodo de Egipto, la revelación en el monte Sinaí y la conquista de la Tierra Prometida. El éxodo ofreció la libertad a los hebreos, requisito indispensable para decidir su futuro, para decidir cuál sería la naturaleza del sendero que escogerían como nación independiente. La aceptación de una constitución, representada por la ley divina que les fue revelada en el Sinaí, permitió que la libertad obtenida no se convirtiera en libertinaje. Después de siglos de esclavitud, el júbilo del momento de la rotura de las opresivas cadenas de la servidumbre podía haber conducido a una actitud de venganza, a una conducta de total irresponsabilidad, al saqueo y a la criminalidad en general. Por lo tanto era indispensable que la naciente nación adoptara un régimen estricto que regulase su comportamiento en todos sus aspectos. Está claro que todo pueblo necesita una tierra propia para desarrollar pacíficamente, sin interferencia, su inclinación nacional, para que se pueda engendrar una serie de parámetros, conducta que se convertirá en tradición; en fin, la consolidación del idioma y todos los rasgos que otorgan un carácter inconfundible a cada nación.
En los primeros dos eventos, el éxodo y la revelación, Dios fue el protagonista y el pueblo hebreo tuvo un papel un tanto pasivo. En cambio, en el momento de la conquista, los papeles cambiaron. Esta vez, el pueblo tenía un rol activo y desmayó. El informe de la mayoría de los exploradores que habían sido enviados fue negativo, sembró la incertidumbre que produjo la cobardía y falta de fe en la promesa divina. Más aún, Moshé culpa al pueblo de que su propio destino fuera alterado por ello: Dios le impidió conducir la conquista de la Tierra Prometida.
El evento en Meribá, cuando Moshé desobedece la instrucción divina y golpea la piedra para que brote el agua, tiene una nueva explicación en nuestros capítulos. Esta vez Moshé alega que debido al pecado de los exploradores, él, Moshé, también fue castigado. Está claro que el episodio de los exploradores o espías reveló la falta de preparación de los hebreos para la conquista. No era sólo una cuestión de adiestramiento militar adecuado, fue una manifestación de falta de seguridad en sí mismos y de una fe insuficiente en la Providencia de Dios.
El llanto que se produjo en el pueblo cuando Dios les informó que continuarían ambulando por la arenas del desierto por treinta y ocho años adicionales, tiempo suficiente para que murieran todos aquellos que salieron de Egipto como adultos, ese llanto se reproducirá anualmente por la destrucción del Beit HaMikdash, hecho que se concretó en la misma fecha: el 9 de Av.
Debido a la falta de fe de los exploradores se produjo luego el episodio en Meribá, porque con el fallecimiento de Miryam desapareció la fuente de agua que los acompañabaen su travesía por el desierto. De acuerdo con Abarbanel, Moshé se excedió en el instructivo que les dio a los exploradores.
En lugar de limitar la orden a la investigación de cuál sería el mejor camino para la conquista, Moshé añadió que investigaran si sus habitantes eran fuertes o débiles y cuál era su número. Aunque el propósito evidente era asegurar una adecuada preparación para la conquista, al mismo tiempo demostraba una falta de confianza total en la promesa de Dios.
Tal vez el error de Moshé consistió en acceder a la petición de enviar a los exploradores: la palabra de Dios debía haber sido suficiente garantía para el pueblo hebreo. Sin tomar en cuenta cuál fue sido la falta real de Moshé, el texto bíblico enseña que para la conquista de la tierra se necesitaba un líder nuevo y un pueblo renovado. Porque está claro que la conquista de la Tierra Prometida fue la tarea más difícil.
Tarea que tendría que ser reproducida en varias oportunidades y que, en nuestros días, se expresa a través del Estado de Israel, todavía tiene la tarea de consolidar su independencia.
Muy buenas tardes Rabí, no soy judía de nacimiento, sin embargo leo y escucho sus enseñanzas de la Torah con mucho respeto, por favor podría ud explicar sobre el calendario empleado, ejm la Fecha citada ( el 9 de Av.)como la del castigo de la deambulación por el desierto coincidente con la destrucción del Templo.
Gracias
Gracias Rab.
Y en mi opinión es la tarea continua de todas las naciones, que se inspiraron en su mayoría en la historia del pueblo hebreo, con algunas variantes, claro está.
Que pronto sea reconstruido el templo externo y el templo interno de cada uno de nosotros.
Cordial Saludo,
Daniel Rodríguez