Este próximo Motsaei Shabat, Shabat en la noche, empezaremos a observar Tishá BeAv, un aniversario adicional de la destrucción de ambos Batei Mikdash.
Aún considerando la actual existencia del Estado de Israel, no hay duda que el Beit HaMikdash fue el símbolo de la presencia de Dios en el seno del pueblo Judío, y sirvió como una fuerza unificadora para la diferentes tribus. Incluso en el presente, el Kötel, el Muro Occidental, es un destino espiritual, aún para el no-Judío. No debemos olvidar que la Torá es un documento extraordinariamente democrático, no obstante las numerosas guerras que contempla, promueve derechos iguales para pobre y rico, especialmente ante una corte de justicia.
Promueve el respeto y el amor entre los seres humanos, valora el intelecto por encima de cualquier factor hereditario. Promueve la solidaridad con los menos afortunados, tomando en cuenta que tsedaká, la dádiva, realmente quiere decir un acto de justicia. Es un hecho que la Torá fue, y sigue siendo un Dios revelado documento revolucionario. El Beit HaMikdash, en su versión Mishkán que aparece en la Torá, sirvió desde un principio para destacar la unidad del
pueblo Judío, y no se puede negar que en la actualidad sufrimos por el antagonismo interno entre diferentes sectores del pueblo Judío.
Mientras que la reconstrucción de un nuevo Beit HaMikdash exige la intervención Divina, o sea un evento milagroso, al recordar la destrucción de los dos Batei Mikdash, incorporamos en nuestro recuerdo las numerosas tragedias adicionales que sufrimos. El rezo de las mañanas de Shabat, Av Harajamim, testimonia los brutales y salvajes ataques contra diferentes comunidades judías durante la Edad Media. (Recuerda que en la época de la destrucción del primer Beit HaMikdash, el rey de Israel Tsidkiyahu fue hecho prisionero y obligado a presenciar el asesinato de todos los miembros de su familia antes que se le cegara la vista y obligado a postrarse ante el monarca Babilonio Nevujadnétsar). Y para nosotros hoy en día, incorpora la extrema tragedia que constituyó el Holocausto perpetrado por los Nazis.
No obstante que juramos NUNCA JAMÁS, se asoman nubes de intolerancia, y hay manifestaciones de un auténtico y concreto antisemitismo promovido por el Islam y presente en Europa donde aún se puede oler las cenizas de la quema de carne humana en los crematorios.
No debemos olvidar, y una manera palpable de hacerlo es a través de observar Tishá BeAv que es un ayuno de 24+ horas.
Debemos hacernos presentes y participar en la sinagoga este Shabat en la tarde, a las 9pm, a más tardar, al día siguiente domingo a las 8:30am (Talit y Tefilín se colocarán en la tarde) y para
Minjá a las 7:45pm, horario de Miami FL.
Vivamos para ver como Israel continúa creciendo en seguridad y prosperidad, proporcionando orgullo a la totalidad del pueblo Judío mientras, simultáneamente, sirve como un rayo de luz y esperanza para toda la humanidad.