La mayoría de los eventos, probablemente, son cotidianos y aparentan ser banales, sólo el ojo penetrante y la inteligencia sabia puede diferenciarlos.
Existen hechos, sin embargo, que cambian el rumbo de la Historia, mientras que otros eventos logran postergar el efecto negativo de algunos sucesos. También están los aciertos, los hechos fructíferos que marcan un hito, porque dan inicio a una nueva etapa de progreso para la humanidad.
De acuerdo a Thomas Friedman, ensayista del New York Times, hacia los finales de los años 70 del siglo pasado, dos líderes realizaron un viaje histórico. El presidente Anwar Sadat viajó de Egipto a Israel y el Ayatola Khomeini abandonó París para dirigirse a Teherán. Las últimas décadas dan testimonio de la visión, tan diferente, de estos dos personajes.
De acuerdo a Sadat, se debía abrir una página totalmente nueva en la relación entre Israel y el mundo árabe. El mundo árabe tenía que abrir sus puertas de ancho en ancho para incorporar los avances vertiginosos de la cultura occidental. La paz con Israel no era solo una posibilidad, era una necesidad para la convivencia, el desarrollo de la región y la tranquilidad del mundo. El futuro tenía que enterrar al pasado.
Para Khomeini, el enfrentamiento con Israel era un elemento genuino de la identidad del Islam que no podía tolerar un ente extraño en un territorio que había sido conquistado por la fe en Alá. En efecto, la cultura occidental era la mayor amenaza para el renacer del Islam en el escenario mundial. La modernidad era el mayor peligro en el afán de perpetuar la obediencia de la Sharía, la ley del Islam, en las nuevas generaciones la. El pasado tenía que enterrar al futuro.
En la actualidad, el presidente Barak Obama está empeñado en reiniciar el proceso de paz entre Israel y los palestinos. Una tarea ardua debido a las posiciones polarizadas. Mientras que Israel concibe la posibilidad de la creación de un estado palestino ni armado ni beligerante, el mundo árabe sigue sin estar dispuesto a admitir la existencia de un estado soberano judío dentro de sus actuales fronteras.
Ya han pasado varias décadas, y todavía no se ha decidido, ¿cuál de las dos visiones toma mayor fuerza? No hay duda que el Irán de Khomeini, con su actual Ayatola Khomenei que impuso la segunda presidencia de Ahmadenijad después de una internacionalmente cuestionada elección y calificada como fraudulenta, el presidente Ahmadenijad y sus cohortes se han convertido en la mayor amenaza para la integridad física del Estado de Israel, para la tranquilidad del Medio Oriente y la paz del mundo.
Irán continúa aceleradamente con la elaboración de dispositivos nucleares en nuevas instalaciones clandestinas que pueden causar horrores nunca vistos. ¿En qué momento se podrá afirmar que no se podrá tolerar más esta situación? ¿Cuándo será demasiado tarde para prevenir que el fanatismo religioso enrumbe al pueblo iraní en el sendero del asesinato en masa, de posiblemente millones de seres humanos y al mismo tiempo, pueda ser la causa de su propia destrucción?
El presidente Donald Trump considera que el acuerdo firmado por el presidente anterior Barack Obama “is a bad deal”, un acuerdo fallido. El primer ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, insiste en destacar el peligro mortal que representa para Israel un Iran agresivo, que en más de una oportunidad ha expresado su deseo de borrar al Estado Judío del mapa de la tierra.
Cuando se habla de millones de muertos, a veces se despoja esa terrible imagen de su esencia humana. ¿Cómo se contabiliza millones de seres humanos? Se ha señalado que no fueron solamente los dos Batei Mikdash que fueron destruidos, porque cada hogar judío es un Mikdash Meat, un pequeño santuario. Millones de tales hogares fueron destruidos por los Cruzados, por la expulsión de España y en diferentes épocas, de los diferentes condados y principados de Europa. Y en la actualidad somos testigos de un renacer del antisemitismo en Europa, en casi la totalidad de los países que integran ese continente.
Se debe recordar que cada hogar es un todo, que cada vida humana es sagrada y la extinción de un solo ser humano equivale espiritualmente a la destrucción total de la humanidad. Por ello, dice la Mishná, Dios creó al principio un solo hombre. Adam representaba a toda la humanidad.
El ex Congresista Americano Eric Cantor citó en una alocución que se había planteado la pregunta a Claude Lanzmann quien produjo el film Shoah, una película de 9 horas de duración. ¿Por qué hizo la película? Recuerdo que en un viaje a Europa tuve la buena fortuna de toparme con Lanzmann, por casualidad, y no desperdicié la ocasión para preguntarle acerca de lo que había aprendido del proceso de la filmación, porque había sido una tarea de años. Lanzmann respondió que su propósito fundamental había sido analizar en qué punto de los sucesos, estos sobrevivientes del Holocausto habían pensado que era demasiado tarde. ¿Cuándo llegaron a reconocer cuál era la verdadera y diabólica intención de los nazis?
¿Acaso llegaron a esa conclusión después de las leyes discriminatorias de Nuerenberg? ¿Después de 1936? Unos años atrás conocí a Ytzhak Unna, ex embajador de Israel en África del Sur. Estábamos en Hamburgo, ciudad natal de mi esposa y de Unna también. El embajador Unna contó que a principios de los años 30 no se permitió más que jóvenes judíos participaran en las actividades deportivas de los liceos, hecho que enfureció a su difunto padre, un distinguido médico. Pero cuando unos meses más tarde, desde el balcón de la casa, escucharon a un grupo nutrido de camisas pardas, marchar por la calle cantando: “Cuán bueno es ver sangre judía correr por las alcántaras”, el doctor Unna decidió que ya era tarde, la familia emigró a la Palestina de aquel entonces, a Medinat Israel de hoy.
Martin Gray escribió el libro “For those I loved”: “Por quienes amé” donde describe su escape de Treblinka. Huyó hacia la frontera Suiza en su afán de escapar a los nazis, sin saber que no era fácil pasar la frontera. Desde la distancia, un día percibió la presencia de un grupo de reos que estaban realizando trabajos forzados supervisados por apenas dos guardias nazis. Cuál no fue su sorpresa cuando los guardias fueron recogidos en un camión para ir a almorzar, mientras que un oficial advertía a los prisioneros que no cesasen en su trabajo porque quería ver el progreso cuando regresara. Gray se acercó al grupo y les contó acerca de la suerte de los prisioneros en Treblinka y en otros campos donde les aguardaba la muerte. Súbitamente, uno del grupo le preguntó cuál era su origen porque su pronunciación del alemán tenía un acento diferente. “Nací en Polonia”, respondió Gray. La reacción del grupo fue que eran diferentes, a ellos no les pasaría nada porque eran alemanes de nacimiento. Obviamente, no comprendían que los nazis no harían diferencia alguna entre judíos. Todos estaban destinados al extereminio.
Cuando le preguntaron a Primo Levy qué había aprendido de la Segunda Guerra Mundial respondió: “cuando alguien con pistola en mano te dice te voy a matar, créele”. Cuando Ahmadinejad anuncia que va a borrar Israel del mapa, ¿se le debe creer?
Cuándo es demasiado tarde para hacer un cambio en la vida personal. Tienes 51 años y nunca fuiste a una universidad. ¿Es demasiado tarde para aprender? No te colocaste los Tefilín ni una sola vez después de tu Bar Mitsvá, y ya eres el padre de dos niños, ¿puedes acaso recuperar el tiempo perdido? Tiene sentido ponerse Tefilín después de años de no hacerlo.
Le preguntaron al Jafets Jayim acerca de un caso particular ? Un grupo de soldados rusos había ingresado a una aldea y una familia ofreció comida kasher a unos soldados judíos. Cuál no fue su sorpresa cuando vieron que después de haber ingerido la comida judía casera kasher se habían sentado alrededor de un tablón con sus compañeros no judíos para comer carne de ternera y jamón. ¿Había obrado bien en ofrecerles comida kasher? Eso era una afrenda, los soldados se estaban burlando de la generosidad del judío. El Jafets Jayim respondió que cada acción es independiente y tiene mérito propio. Ofrecer comida es una mitsvá. Comer comida kasher también es una mitsvá. Comer carne no kasher, constituye para un judío una averá. Cada evento es independiente.
¿Tiene sentido tener una casa kasher cuando mi estómago no lo es fuera del hogar? Si tomamos en cuenta la opinión del Jafets Jayim, cada evento tiene trascendencia por sí mismo. Si he dicho una mentira, ¿puedo continuar haciéndolo o es cada pronunciamiento un evento independiente y diferente? ¿Qué quiere decir libre albedrío sino la oportunidad de cambiar, no obstante cualquier antecedente? No estamos condenados a un comportamiento en particular por el comportamiento anterior. En todo momento podemos alterar nuestro destino.
El ex presidente del Congreso de los Estados Unidos, Newt Gingrich, en una reciente alocución afirmó que la sociedad americana y su vitalidad descansan sobre 3 principios fundamentales: seguridad, prosperidad y libertad.
El Estado de Israel muestra una visible y palpable prosperidad y quienes la hemos visitado recientemente podemos dar testimonio de ello. Carente de recursos naturales en el subsuelo, con escasez de lluvia, Israel enseña que el ser humano es el recurso natural más importante y determinante para la prosperidad y el desarrollo tecnológico, cultural y espiritual. Sus habitantes y visitantes pueden transitar libremente sus calles, protestar y aplaudir, sin interferencia. Se proclama la libertad en su tierra, tal como reza el texto bíblico.
Sin embargo, el factor seguridad no ha sido consolidado. Y por ello está bajo amenaza el progreso y la libertad que se respira en el aire israelí. Israel insiste en este punto, porque en la ausencia de la integridad física, cualquier otro valor carece de significación.
Un tema fundamental para nuestro yishuv es la seguridad. Nuestra integridad física es el tema prioritario. Y dada nuestra cercana identificación con el pueblo y el Estado de Israel, cada manifestación anti israelí debe ser considerada como una expresión anti judía, antisemitismo puro, no obstante pronunciamientos al contrario de quienes falsamente acusan a Israel de genocida. Sostengo firmemente que cada atropello, toda agresión debe ser respondida nacional e internacionalmente. Nunca debemos agacharnos frente al ataque, cualquiera que sea su origen. Porque está claro que las expresiones antisemitas son el resultado de consideraciones políticas que nada tienen que ver con nuestra conducta ciudadana ejemplar.
En esta noche y día sagrado de Yom Kipur debemos recordar que hay un Ser Supremo que guía este mundo. ¿Quién hubiera apostado que surgiría el Estado de Israel después de la catástrofe más horrible de nuestra historia? El Dios que sacó a nuestros antepasados de Egipto seguramente está velando por nosotros y por nuestros hermanos en todas partes del mundo. Tal como Hamán de la narrativa de Purim, los enemigos actuales de nuestro pueblo serán vencidos y son ellos quienes serán borrados de los anales de la Historia. Hemos sobrevivido a Hitler y sobreviviremos a todos quienes nos utilizan para el mal, desean deshonrar nuestro nombre, negar nuestras virtudes y minimizar nuestro aporte al desarrollo de la humanidad. No en vano es el himno de Israel: Hatikvá, porque jamás perderemos la esperanza, jamás miraremos con pesimismo el futuro, porque la justicia y la verdad están de nuestro lados y más temprano que tarde todos los tiranos verán su poderío desaparecer para que reine nuevamente la hermandad y la concordia entre todos.
Jatimá tová, sea nuestro destino de salud, bienestar y paz sellado firmemente en este día.
Bravo Rabino. Jatima Tová