VAETJANÁN

DEUTRONOMIO III:23-VII:11

LA AFIRMACIÓN BÁSICA DEL JUDAÍSMO

El nombre de estos capítulos refleja el desánimo de Moshécuando Dios le comunicó que no conduciría al pueblo de Israel a la Tierra Prometida. Aunque estaba consciente de que no se podía alterar la voluntad Divina, Moshé oró, porque la oración es un reconocimiento del individuo de que su destino depende de Dios. Incluso cuando se piensa que no existe el mérito para la reconsideración, la persona debe orar, porque el acto de orar en sí mismo, cuando está acompañado de la sinceridad y del arrepentimiento, debe producir una alteración en la personalidad del individuo de tal manera que, después de la oración, debido al cambio que ésta causa, podría ser merecedor de una sentencia diferente.

Otro aspecto básico de la lectura semanal es el texto del Shemá Israel. Cuando le preguntaron a Rabí Akivá cuál era el gran concepto fundamental de la Torá, opinó que la frase Veahavtá lereajá kamoja, “Y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, era la enseñanza cardinal. No hay duda que ésta expresión condensa un principio fundamental del judaísmo, lección que Hillel utilizó en su versión alterna cuando respondió a la persona que quería aprender la base del judaísmo mientras estaba de pie, apoyado en una sola pierna: “No hagas a tu prójimo lo que para ti es odioso”.

No obstante lo antedicho, la frase Shemá Israel encarna el mensaje ideológico y teológico esencial del judaísmo en contraposición a un entorno idólatra. Este principio es la existencia de un solo Dios, afirmación que incluye la hermandad existencial de los seres humanos, porque implica que fuimos creados por el mismo Dios, el Dios único.

El Midrash testimonia que los primeros en enunciar esta frase fundamental de la tradición judía fueron los hijos del tercer patriarca, Yaacov. Cuando Yaacov estaba próximo a morir, no podía descansar porque temía que sus hijos olvidaran después sus enseñanzas. Por ello los interrogó acerca de sus creencias y ante esa pregunta respondieron: Shemá Israel (nombre alterno del patriarca), HaShem es nuestro Dios, HaShem es único. Después de escuchar esta afirmación inequívoca de fe, Yaacovse despidió de este mundo para reunirse con su padre y su abuelo: los patriarcas Avraham y Yitsjak.

En este sentido, Rambam hace una reflexión importante. Mientras las cosas materiales se pueden fraccionar porque siempre existe algo que es más pequeño, hecho que se demostró con la división del átomo que se está compuesto de partes o partículas cada vez más pequeñas y difíciles de medir. En cambio, señala Rambam, la frase HaShem ejad, que afirma que Dios es uno o único, implica que es indivisible. Dios es un todo que no se puede fraccionar ni partir. Si consideramos que la singularidad del ser humano radica en que Dios le insufló su espíritu, siendo este el ingrediente espiritual que lo separa de las otras criaturas que fueron creadas por Dios, se puede asumir que este espíritu o alma es indivisible. Que tanto la inclinación por el mal como la tendencia a hacer el bien forman parte de un todo, son un elemento integral del alma. Tal vez la diferencia entre el bien y el mal –que son una manifestación de la misma fuente, el alma que tiene un origen Divino– es parte de una energía espiritual singular que se manifiesta de manera positiva o negativa solamente por su uso, debido a la conducta ética o inmoral que se escoge.

Así sentenció el rabino jasídico cuando le preguntaron cuál era la distancia entre el Mizraj y Maarav, el Este y el Oeste. El rabino respondió: ninguna. Basta con dar una vuelta de 180 grados sobre el mismo sitio para cambiar diametralmente la dirección de la mirada del individuo.

A fin de cuentas, la escogencia entre una conducta moral que se atiene a los imperativos indispensables para la convivencia en sociedad y un comportamiento que es indiferente al conjunto de leyes contenidas en la Torá, las Mitsvot, depende del individuo. La proximidad de una era en la que la Humanidad reconocerá la existencia del Dios único es una consecuencia de la voluntad de la persona que se debe traducir a una conducta moral y ética, en la que impere el amor por el prójimo, de acuerdo con Rabí Akivá.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 8 MITSVOT POSITIVAS Y 4 PROHIBICIONES

416. Deuteronomio 5:18 No desear lo que pertenece a otro judío

417. Deuteronomio 6:4 Creer en la unidad de Dios

418. Deuteronomio 6:5 Amar a Dios

419. Deuteronomio 6:7 Estudiar la Torá

420. Deuteronomio 6:7 Recitar Shemá Israel cada mañana y cada noche

421. Deuteronomio 6:8 Amarrar los tefilín sobre el brazo

422. Deuteronomio 6:8 Colocar los tefilín sobre la cabeza

423. Deuteronomio 6:9 Apostar una mezuzá sobre la jamba de nuestros hogares

424. Deuteronomio 6:16 No poner a prueba de manera irrazonable a un profeta auténtico

425. Deuteronomio 7:2 Eliminar las 7 naciones que ocuparon la Tierra de Israel

426. Deuteronomio 7:2 No tener sentimientos positivos por idólatras

427. Deuteronomio 7:3 No casarse con los idólatras

VAETCHANAN

DEUTRONOMY III:23-VII:11

THE BASIC AFFIRMATION OF JUDAISM

The name of these chapters reflects Moshe’s (Moses’)disappointment when God told him that he would not lead the people of Israel into the Promised Land. Although he was aware that the Divine will could not be altered, Moshe prayed, because prayer is an individual’s acknowledgment that his destiny depends on God. Even when it is thought that there is no merit for reconsideration, the person should pray, because the act of praying, when accompanied by sincerity and repentance, should produce an alteration in the personality of the individual in such a way that, after prayer, because of the change it causes, he could be deserving of a different sentence.

Another basic aspect of the weekly reading is the text of the Shema Israel. When Rabbi Akiva was asked  what the great fundamental concept of the Torah was, he opined that the phrase Veahavta lereacha kamocha, “And you shall love your neighbor as yourself,” was the cardinal teaching. There is no doubt that this expression encapsulates a fundamental tenet of Judaism, a lesson that Hillel used in its alternate version when he responded to the person who wanted to learn the basics of Judaism while standing on one leg: “Do not do to your neighbor what is hateful to you.”

Notwithstanding the above, the phrase Shema Israel embodies the essential ideological and theological message of Judaism as opposed to an idolatrous environment. This principle is the existence of only one God, a statement that includes the existential brotherhood of human beings, because it implies that we were created by the same God, the one God.

The Midrash testifies that the first to enunciate this fundamental phrase of Jewish tradition were the sons of the third patriarch, Yaakov (Jcob). When Yaakov was about to die, he could not rest because he feared that his sons would later forget his teachings. So he questioned them about their beliefs and to that question they answered: Shema Israel (alternate name of the patriarch), HaShem is our God, HaShem is unique. After hearing this unequivocal affirmation of faith, Yaakov took leave of this world to be reunited with his father and grandfather – the patriarchs Avraham (Abraham) and Yitschak (Isaac).

In this sense, Rambam makes an important reflection. While material things can be fractioned because there is always something that is smaller, a fact that was demonstrated with the division of the atom that is composed of parts or particles that are increasingly smaller and more difficult to measure. Instead, Rambam points out, the phrase HaShem echad, which states that God is one, and unique, implies that He is indivisible. God is a whole that cannot be broken up or split. If we consider that the uniqueness of the human being lies in the fact that God breathed his spirit into him, this being the spiritual ingredient that separates him from the other creatures that were created by God, it can be assumed that this spirit or soul is indivisible. That both the evil inclination and the tendency to do good are part of a whole, they are an integral element of the soul. Perhaps the difference between good and evil—which are a manifestation of the same source, the soul that has a Divine origin—is part of a unique spiritual energy that manifests positively or negatively only by its use, because of the ethical or immoral behavior that is chosen.

This is how the Hasidic rabbi said when asked what the distance was between Mizrach and Maarav, East and West. The rabbi replied: none. It is enough to make a 180-degree turn over the same place to diametrically change the direction of the individual’s gaze.

In the end, the choice between moral conduct that abides by the norms indispensable for coexistence in society and behavior that is indifferent to the set of regulations contained in the Torah, the Mitsvot, depends on the individual. The approach of an era in which humanity will recognize the existence of the one God is a consequence of the will of the person that must be translated into moral and ethical conduct, in which love for one’s neighbor prevails, according to Rabbi Akiva.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 8  POSITIVE MITSVOT AND 4 PROHIBITIONS

416. Deuteronomy 5:18 Do not desire what belongs to another Jew

417. Deuteronomy 6:4 Believe in the unity of God

418. Deuteronomy 6:5 Love God

419. Deuteronomy 6:7 Study the Torah

420. Deuteronomy 6:7 Recite Shema Israel every morning and every night

421. Deuteronomy 6:8 Tie the tefillin on the arm

422. Deuteronomy 6:8 Placing tefillin on one’s head

423. Deuteronomy 6:9 To place a mezuzah on the doorbell of our homes

424. Deuteronomy 6:16 Do not unreasonably test an authentic prophet

425. Deuteronomy 7:2 Wipe out the 7 nations that occupied the Land of Israel

426. Deuteronomy 7:2 Not having positive feelings because of idolaters

427. Deuteronomy 7:3 Do not marry idolaters

DEVARIM

DEUTERONOMY I:1-III:22

TOWARDS THE PROMISED LAND

The fifth book of the Pentateuch, the Chumash, collects Moshe’s (Moses’) speeches and admonitions  to the collective. God had ruled that this leader would not lead the people in the conquest of the Promised Land and Moshe knew that his days were numbered. A sober evaluation of their performance and a sincere examination of the behavior of the Hebrew people during the years of their journey through the desert was imperative. A period that highlights the difficulties of our ancestors to accept the yoke of the Law, because they did not have to govern their actions in Egypt by any moral imperative. They would have to recognize that only with the fulfillment of a set of rules, the Mitsvot, could they live together in harmony, form a society that would eventually become a sovereign people on a land of their own.

The spies who were sent to examine whether the Promised Land was suitable for the development of the people and to assess the possibility of its conquest returned with a discouraging report, for they observed that its inhabitants were gigantic, and its cities were fortified. Why didn’t they trust in the God who had redeemed them from Egyptian slavery, who parted the waters of the sea so that they could be saved from the Egyptian chariots that pursued them?

The explorers who reported negatively on the Promised Land did not deny the feats God had performed in the past. But they were aware that the conquest would have to be carried out by the efforts of the people, who would have to demonstrate that they would know how to administer the sovereignty that they would assume with the establishment of an independent State. God would be an observer at this stage. While in the Egyptian story the Bible reads HaShem yilachem lacheveatemtacharishun, “God will battle for you and you must remain silent,” this time the people would have to fight the battles while God observed and evaluated Israel’s behavior.

We make a parenthesis to point out that these chapters of Devarim (Deuteronomy) are generally read on the Shabbat that precedes Tisha B’Av, the commemorative date of the destruction of the 2 Temples of Jerusalem. Several commentators ask the question of whether during the existence of the second BeitHaMikdash there was fasting on Tisha B’Av. The question is pertinent, because if the date recalls the destruction, the rebuilding of the Temple should have been a sufficient cause for rejoicing. On the contrary, Tisha B’Av should have become a holiday, because the tragedy perpetrated by the Babylonians who destroyed the first Beit HaMikdash had been corrected. 

Perhaps there were reasons to continue the fast, because the second Beit HaMikdash never equaled the glory of the first Temple. The Tablets of the Law had disappeared as well as some other items of religious worship. But there is an additional reason of greater significance. The destruction of the first BeitHaMikdash was a demonstration that the House of God did not offer permanent protection: it was not indestructible. Apparently, the decisive factor was human behavior, the fulfillment of the Mitsvot, and not a building. 

“What is the use of his offerings when human conduct is not governed by the instructions contained in the Torah?” is the divine reflection according to the words of the prophet. The destruction of the first Beit HaMikdash occurred due to the presence of idolatry within the people. The second BeitHaMikdash was destroyed by the gratuitous enmity that existed in Jewish society. The Tisha B’Av fast is reminiscent of the physical destruction of the House of God, but more than that, it testifies to the failure to follow ordinances, disloyalty to God, and insincerity to one’s neighbor.

The reconstruction of the third Beit HaMikdash can only take place by means of an exceptional act that depends on Divine intervention. But for the miracle to take place, it is necessary for man to correct his behavior, to reconcile himself with Mitzvah, love for one’s neighbor that excludes enmity and hatred, inviting mutual respect and harmonious coexistence.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 2 PROHIBITIONS

414. Deuteronomy 1:17 Do not appoint a judge who is not a Torah scholar, even if he is a scholar in other matters

415. Deuteronomy 1:17 The judge should not fear a wicked man during a trial

DEVARIM

DEUTERONOMIO I:1-III:22

HACIA LA TIERRA PROMETIDA

El quinto libro del Pentateuco, el Jumash, recoge los discursos y admoniciones de Moshé al colectivo. Dios había dictaminado que este líder no conduciría al pueblo en la conquista de la Tierra Prometida y Moshé sabía que sus días estaban contados. Era impostergable una evaluación sobria de su actuación y un examen sincero del comportamiento del pueblo hebreo durante los años de su travesía por el desierto. Un período que destaca las dificultades de nuestros antepasados para aceptar el yugo de la ley, porque no habían tenido que regir su actuación en Egipto por ningún imperativo moral. Tendrían que reconocer que sólo con el cumplimiento de un conjunto de reglas, las Mitsvot, podrían convivir en armonía, formar una sociedad que eventualmente se convirtiera en un pueblo soberano en una tierra propia.

Los espías que fueron enviados a examinar si la Tierra Prometida era apropiada para el desarrollo del pueblo y evaluarla posibilidad de su conquista regresaron con un informe desalentador, porque observaron que sus habitantes eran gigantescos y sus ciudades estaban fortificadas. ¿Porqué no confiaron en el Dios que los había redimido de la esclavitud egipcia, que partió las aguas del mar para que pudieran salvarse de las carrozas egipcias que los perseguían? 

En realidad, los exploradores que informaron negativamente sobre la Tierra Prometida no negaron las proezas que Dios había realizado en el pasado. Pero estaban conscientes de que la conquista tendría que ser efectuada por el esfuerzo del pueblo, que debería demostrar que sabría administrar la soberanía que asumiría con el establecimiento de un Estado independiente. Dios sería un observador en esta etapa. Mientras que en la zaga egipcia la Biblia reza HaShem yilajem lajem veatem tajarishún, “Dios batallará por ustedes y ustedes deben permanecer en silencio”, esta vez el pueblo tendría que librar las batallas mientras Dios observaba y evaluaba el comportamiento de Israel.

Hacemos un paréntesis para señalar que estos capítulos de Devarim se leen generalmente en el Shabat que precede a Tishá BeAv, fecha conmemorativa de la destrucción de los 2 Templos de Jerusalén. Varios comentaristas formulan la interrogante de si durante la existencia del segundo Beit HaMikdash se ayunaba en Tishá BeAv. La pregunta es pertinente, porque si la fecha recuerda la destrucción, la reconstrucción del Templo debía haber sido un motivo suficiente para el regocijo. Al contrario, Tishá BeAv debía haberse convertido en una fecha festiva, porque se había corregido la tragedia perpetrada por los babilonios que destruyeron el primer Beit HaMikdash

Tal vez había razones para continuar con el ayuno, porque el segundo Beit HaMikdash nunca igualó la gloria del primer Templo. La Tablas de la Ley habían desaparecido al igual que algunos otros enseres del culto religioso. Pero hay una razón adicional de mayor significación. La destrucción del primer Beit HaMikdash fue una demostración de que la Casa de Dios no ofrecía protección permanente: no era indestructible. Aparentemente, el factor decisivo era el comportamiento humano, el cumplimiento de las Mitsvot, y no una edificación. 

“¿De qué sirven sus ofrendas cuando la conducta humana no se rige por los instructivos contenidos en la Torá?”, es la reflexión divina de acuerdo con las palabras del profeta. La destrucción del primer Beit HaMikdash se produjo debido a la presencia de la idolatría en el seno del pueblo. El segundo Beit HaMikdashfue destruido por la enemistad gratuita que existió en la sociedad judía. El ayuno de Tishá BeAv recuerda la destrucción física de la Casa de Dios pero, más que ello, testimonia el incumplimiento de las ordenanzas, la deslealtad con Dios y la insinceridad con el prójimo.

La reconstrucción del tercer Beit HaMikdash sólo puede producirse por medio de un acto excepcional que depende de la intervención Divina. Pero para que se realice el milagro, es menester que el hombre corrija su comportamiento, que se reconcilie con la Mitsvá, el amor por el prójimo que excluye la enemistad y el odio, invitando al respeto mutuo ya la convivencia armónica.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 2 PROHIBICIONES

414. Deuteronomio 1:17 No designar un juez que no es estudioso de la Torá, aunque sea un erudito en otras materias

415. Deuteronomio 1:17 El juez no debe temer a un malvado durante un juicio

MASE’I

NUMBERS XXXIII:1-XXXVI:13

POSSIBILITY OF AMENDMENT

With these chapters concludes Bemidbar, the fourth book of the Torah. The long journey through the desert underscored the dependence of the Hebrew people on God. The desert is a hostile environment and survival would have been impossible without Divine providence. But Divine help will also be needed in the process of conquering the Promised Land that will begin after the death of Moshe (Moses), who led the people to the border.

The possibility of annulling a promise, the establishment of cities of refuge and the verdict in the case of the daughters of Tselofchad are the main themes of the sacred text. In some way, each of these issues and situations reflects the need to have confidence in Divine Providence. The Torah takes into consideration a person’s weaknesses and points out how he or she acts with a lack of responsibility on various occasions. 

A basic teaching is the existence of Teshuvah, the possibility of making amendments to modify a person’s character. According to Jewish tradition, Adam is the father of Teshuvah, he repented after eating the fruit of the forbidden tree.’

This weekly reading considers the case of the person who kills another person without intending to do so. In this case, the crime was caused by the metal part of the axe. While a person was chopping wood, the metal part of his axe came off, causing the death of another person who was in the area. It is clear that there was no intention to kill, however, the person is not free of responsibility. When using a tool that can potentially cause death, special care must be taken in its handling and ensure the physical functionality of the instrument.

The Torah commands the construction of Arei Miklat, cities of refuge for the person who killed without intending to do so. In this way, the person is out of reach of the Goel Hadam, the relative of the dead who could take revenge. The refugee in anIr Miklat must remain there until the death of the Kohen Gadol(High Priest, a fact that according to Harav Soloveitchik causes the trepidation of the population due to the death of the great spiritual leader of the Jewish people, a fact that in turn leads to introspection and Teshuvah.

In the case of the Neder, the promise, the Torah allows the father to annul the promise of his young daughter and empowers the spouse to render invalid the promise of his spouse. Many times, in a state of euphoria or anger, of excessive joy or resentment, the person makes a resolution through a promise that later turns out to be inappropriate, but that he made due to the exaltation of the moment. The Torahmakes it possible to cancel any such promise made in a moment of euphoria, which is then unacceptable to the person.

The third case, which concerns the Benot Tselofchad, also highlights the way to remedy a situation so that the paternal inheritance does not leave the environment of the tribe, in this case that of Menashe. It is explained first that daughters are also heirs, but that it is essential that they later marry members of their tribe, in order that the estate would remain in it. A common denominator of the cases referred to, is the possible solution to remedy a situation. 

The Torah strives to resolve every problem. Sometimes the person is part of the problem, because of an improper action, and in other cases, the difficulty is the consequence of an event in which the person has no role, as in the case of the death of the father of the Benot Tselofchad

When the infraction is the result of a deliberate transgression, the consequence is punishment; but when the person acts out of carelessness or the fervor of the moment without affecting the well-being of others, the Torah offers a path to redemption which, in the case of the death of another person, results in “symbolic imprisonment” in one of the Arei Miklat.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 2  POSITIVE MITSVOT AND 4 PROHIBITIONS

408. Numbers 35:2 To provide cities for the Levites who also served as Cities of Refuge

409. Numbers 35:12 Failure to execute a person found guilty before trial

410. Numbers 35:25 Forcing the person who unintentionally killed to go to a City of Refuge

411. Numbers 35:30 The witness in a capital case cannot judge the event

412. Numbers 35:31 Not accepting a redemption payment to save a murderer from the death penalty

413. Numbers 35:32 Not accepting a redemption payment to free a person from having to go to a City of Refuge

MAS’EI

NÚMEROS XXXIII:1-XXXVI:13

POSIBILIDAD DE LA ENMIENDA

Con estos capítulos concluye Bemidbar, el cuarto libro de la Torá. La larga travesía por el desierto subrayó la dependencia del pueblo hebreo de Dios. El desierto es un ambiente hostil y la supervivencia hubiera sido imposible sin la providencia Divina. Pero también será necesaria la ayuda Divina en el proceso de conquista de la Tierra Prometida que se iniciará después de la muerte de Moshé, quien conduce al pueblo hasta la frontera.

La posibilidad de anular una promesa, el establecimiento de ciudades de refugio y el fallo en el caso de las hijas de Tselofjadson los temas principales del texto sagrado. De alguna manera, cada uno de estos temas y situaciones refleja la necesidad de tener confianza en la Providencia Divina. La Torá toma en consideración las debilidades de la persona y señala cómo en diversas oportunidades actúa con falta de responsabilidad. 

Una enseñanza básica es la existencia de la Teshuvá, la posibilidad de hacer enmiendas para modificar el carácter de la persona. De acuerdo con la tradición judía, Adam es el padre de la Teshuvá, se arrepintió después de comer del fruto del árbol prohibido.’

Esta lectura semanal considera el caso de la persona que mata a otra sin intención de hacerlo. En este caso, el crimen fue causado por la parte metálica del hacha. Mientras una persona estaba cortando leña, se desprendió la parte metálica de su hacha, causando la muerte de otra persona que se encontraba en el área. Está claro que no había intención alguna de matar, sin embargo, la persona no está libre de responsabilidad. Cuando se utiliza una herramienta que potencialmente puede causar la muerte, se debe tener cuidado especial en su manejo y asegurar la integridad física del instrumento.

La Torá ordena la construcción de Arei Miklat, ciudades de refugio para la persona que mató sin intención de hacerlo. De esta manera, la persona queda fuera del alcance del Goel Hadam, el pariente del muerto que podría tomar venganza. El refugiado en el Ir Miklat debe permanecer allí hasta la muerte del Kohén Gadol, hecho que según Harav Soloveitchik causa el recogimiento de la población por la muerte del gran líder espiritual del pueblo judío, hecho que a su vez conduce a la introspección y a la Teshuvá.

En el caso del Néder, la promesa, la Torá l permite al padre anular la promesa de su hija joven y faculta al esposo para dejar sin validez la promesa de su esposa. Muchas veces, en un estado de euforia o de ira, de excesiva alegría o rencor, la persona toma una resolución a través de una promesa que luego resulta ser inapropiada, pero que hizo debido a la exaltación del momento. La Torá facilita la posibilidad de anular cualquier tal promesa hecha en un momento de euforia, que luego resulta inaceptable para la persona.

El tercer caso que se refiere a las Benot Tselofjad también destaca la manera de remediar una situación para que la herencia paterna no salga del entorno de la tribu de Menashé. Se explica primero que las hijas también son herederas, pero que es indispensable que luego se casaran con miembros de su tribu, a fin de que el patrimonio permaneciera en la misma. Un denominador común de los casos referidos es el posible tratamiento para remediar una situación. 

La Torá se esmera por encontrar una solución para todo problema. A veces la persona forma parte del problema, por causa de una actuación indebida, y en otros casos, la dificultad es el producto de un evento en el cual la persona no tiene injerencia, como en el caso de la muerte del padre de las Benot Tselofjad

Cuando la infracción es el resultado de una trasgresión deliberada, la consecuencia es el castigo; pero cuando la persona actúa por descuido o el fervor del momento sin afectar el bienestar del prójimo, la Torá ofrece una vía para la redención que, en el caso de la muerte de otra persona, resulta en “cárcel simbólica” en la una de las Arei Miklat.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ

CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS Y 4 PROHIBICIONES

408. Números 35:2 Proveer ciudades para los Levitas que también servían como Ciudades de Refugio

409. Números 35:12 No ejecutar una persona considerada culpable antes del juicio

410. Números 35:25 Obligar a la persona que mató sin intención a ir a una Ciudad de Refugio

411. Números 35:30 El testigo en un caso capital no puede juzgar el evento

412. Números 35:31 No aceptar un pago de redención para salvar a un asesino de la pena de muerte

413. Números 35:32 No aceptar un pago de redención para liberar a una persona de tener que ir a una Ciudad de Refugio

PINCHAS

NUMBERS XXV:10-XXX:1

MOSHE PLACED HIS HANDS ON JEHOSHUA’S HEAD

Moshe (Moses) did not achieve all of his goals. In addition to freeing the Jewish people from the chains of slavery, Moshewas intended to lead them triumphantly to the Promised Land. He had prepared the people spiritually at Mount Sinai, where they heard the Aseret HaDibrot (Ten Words of God) that frame human behavior indispensable to both personal happiness and the success of society.

God had fought battles for the Hebrew people, as the biblical text says: HaShem yilachem lacheveatem tacharishun. He would surely do it again when the people will find themselves on the borders of the Promised Land: Canaan. The divine design was different. The conquest of Canaan required a different leadership. Moreover, from that moment on, the people would have to fight their own battles. The Aseret HaDibrot of God at Sinai had revealed to them the secret of overcoming, confidence in their own spiritual energy because of an orderly life, respectful of the rights of others. 

Our biblical text describes the case of Tselofchad’s daughters, who wanted to inherit from their father. Moshe presents the question to God, who answers that in the absence of sons, daughters inherit from the father, but they must marry a member of the same tribe so that the patrimony does not pass to another tribe. Moshe thought that the case of Tselofchad‘sdaughters  was propitious for clarifying the succession in his personal case. Shouldn’t his own sons inherit the rule? Why would Yehoshua (Joshua) be selected  for the conquest of Canaan? 

A very important lesson was given. While material goods are passed from generation to generation, the world of spirituality and command is not governed by this simple rule. Each person must personally acquire knowledge through study and dedication. Command requires a personality with special characteristics: empathy for the fate of others and the need to gain the trust of the collective.

At the time of the transmission of command, Moshe “placed his hands on the head” of Yehoshua,  a Semicha (ordination) ritual  that will be used for the appointment of rabbis. According to the Midrash, this Semicha can be compared to lighting a candle by using an already lit candle. Another version compares it to the spillage of a liquid into another receptacle.

An examination of the examples cited highlights one difference: while lighting a candle does not diminish the flame of the first, spilling a liquid reduces the contents of the first receptacle. The second example perhaps refers to social, economic or political command: the leader cedes part or all of his power to whoever succeeds him. On the other hand, in the case of spiritual leadership, the transmission of command does not diminish the inherent quality of the giver, it is like the flame that, when it lights another light, does not lose its energy or effectiveness. On the contrary, the teacher advances intellectually thanks to each disciple he instructs.

In the case of the priesthood, the Kohen inherits the clerical condition from his father. Of course, the Kohen must prepare to assume spiritual leadership, but since it is not an indispensable condition, there were initially cases in history of people not prepared to assume the position of Kohen Gadol (High Priest). In fact, in certain cases, the appointment responded to the political needs of the moment.

Although Yehoshua eventually assumed the position of leadership that had been occupied by Moshe, unlike MosheYehoshua was not a Kohen. Although Aharon had been selected by God for the priesthood, his brother Moshe had held that role at times. So, Moshe did not have to consult with Aharon, because he also had the characteristic of KohenYehoshua, on the other hand, had a lesser leadership than Moshe, because he had to consult with the Urim veTumim carried  by EleazarAharon’s successor as Kohen Gadol.

MITZVAH: ORDINANCE OF THE TORAH IN THIS PARSHA

CONTAINS 6 POSITIVE MITSVOT

400. Numbers 27:8 – Laws of inheritance.

401. Numbers 28:2 The daily cremated offering.

402. Numbers 28:9 The additional Shabbat offering .

403. Numbers 28:11-15 The additional offering Rosh Chodesh.

404. Numbers 28:26 The additional offering of Shavuot.

405. Numbers 29:1 Blowing the Shofar on Rosh Hashanah.

PINJÁS

NÚMEROS XXV:10-XXX:1

MOSHÉ COLOCÓ SUS MANOS SOBRE LA CABEZA DE YEHOSHÚA

Moshé no logró todas sus metas. Está claro que, además deliberar al pueblo judío de las cadenas de la esclavitud, tenía el propósito de conducirlo triunfalmente a la Tierra Prometida. Había preparado al pueblo espiritualmente en el monte Sinaí, donde escucharon las Diez Palabras de Dios que dan marco al comportamiento humano indispensable tanto para la dicha personal como para el éxito de la sociedad.

Dios había librado batallas por el pueblo hebreo, tal como reza el texto bíblico: HaShem yilajem lajem veatem tajarishún. Seguramente lo haría de nuevo cuando el pueblo se encontrará en las fronteras de la Tierra Prometida: Canaán.´Pero no sería así. El diseño divino era diferente. La conquista de Canaán exigía un liderazgo diferente. Más aún, de ese momento en adelante, el pueblo tendría que librar sus propias batallas. Las Diez Palabras de Dios en el Sinaí les había revelado el secreto de la superación: confianza en su propia energía espiritual como resultado de una vida ordenada, respetuosa de los derechos del prójimo. 

Nuestro texto bíblico reseña el caso de las hijas de Tselofjad, que querían heredar de su padre. Moshé presenta el interrogante ante Dios, quien responde que en la ausencia de hijos varones las hijas heredan al padre, pero tienen que casarse con un miembro de la misma tribu para que el patrimonio no pase a otra tribu. Moshé pensó que el caso de las hijas de Tselofjad era propicio para aclarar la sucesión en su caso personal. ¿Acaso no deberían heredar el mando sus propios hijos? ¿Por qué se seleccionaría a Yehoshúa para la conquista de Canaán? 

Se estaba dando una lección muy importante. Mientras que los bienes materiales pasan de generación en generación, el mundo de la espiritualidad y del mando no se rige por esta simple regla. Cada persona tiene que adquirir personalmente el conocimiento por medio del estudio y la dedicación. El mando exige una personalidad con características especiales: empatía por la suerte del prójimo y la necesidad de ganar la confianza del colectivo.

BALAK

NÚMEROS XXII:2-XXV:9

LA FUERZA RESIDE EN LA UNION

Balak, rey de Moav, da nombre a estos capítulos; sin embargo, el personaje dominante del relato es Bil’am, el profeta gentil de estatura espiritual comparable a la de Moshé Rabenu.Lapresencia de este profeta impide que otros pueblos justifiquen sus errores y aleguen que, de haber tenido un líder espiritual comparable al del pueblo hebreo, hubieran alcanzado niveles más elevados.

Nuestro texto cuenta que Bil’am fue invitado por Balak para maldecir al pueblo hebreo, después de haber concluido que la manera tradicional de enfrentar un adversario no podía ser aplicada en el caso hebreo. En este sentido, otros pueblos habían fracasado al batallar con armas. Balak concluyó que la energía de los hebreos tenía una calidad espiritual, por lo tanto, era en este campo que se debía conducir el enfrentamiento. Balak quedó desengañado de Bil’am, quien, en lugar de maldecir, bendijo al pueblo hebreo. Al observar al pueblo desde la cima de un monte, Bil’am no pudo evitar su admiración por el campamento hebreo y se vio obligado a exclamar: “Ma tovúohaleja Yaacov, mishkenoteja Israel”, “Cuán buenas son tus tiendas, Yaacov, tus habitaciones, Israel”, frase que se utiliza para comenzar las plegarias diarias matutinas.

Está claro que la intención de Bil’am era maldecir al pueblo, utilizar sus poderes para herir a los hebreos. ¿Por qué los bendijo? Tal vez, porque como hombre inspirado por Dios, no pudo cambiar lo que veía y debió aplaudir la vida pacífica y armoniosa que reinaba en el campamento hebreo.

De acuerdo con el Midrashohaleja y mishkenoteja se refiere a las sinagogas y casas de estudio. Bil’am tuvo que reconocer que estaba en presencia de un grupo humano que había roto los esquemas de la idolatría y que estaba escalando niveles de espiritualidad hasta entonces desconocidos. Los padres transmitían a sus hijos los valores que Moshé había inculcado. 

El Rebe de Slonim, autor de Netivot Shalom, sugiere que el poder nefasto de Bil’am sólo podía tener efecto sobre un individuo, pero era ineficaz frente al colectivo. Cuando Bil’amvisualizó a la comunidad hebrea en su totalidad y observó el espíritu de armonía y entendimiento entre la gente, sus poderes para maldecir quedaron anulados. La obvia moraleja es que frente a la unidad y la coincidencia en los valores no existe enemigo o adversidad que sean invencibles. 

Por lo antedicho, Bil’am aconsejó a los moavitas que enviaran a sus doncellas para seducir sexualmente al pueblo, para conducirlos a través del adulterio a la idolatría. La idea era dividir al pueblo hebreo entre quienes sucumbieran a la tentación y quienes la resistieran. El texto bíblico afirma que 24,000 hebreos no pudieron resistir los avances de las mujeres moavitas. Con este comportamiento se separaron del pueblo y lo debilitaron.

La historia judía da testimonio de lo antedicho. La solidaridad y la unión que reinó en el seno del pueblo permitieron que éste sobreviviera a todos los atentados en su contra. Si se toma en cuenta la diversidad, resultado de la dispersión del pueblo judío por los confines de la tierra, se puede concluir que la coincidencia y la armonía reinante en el seno del pueblo tienen una raíz filosófica o espiritual. El texto bíblico es probablemente el cemento que convierte a un grupo disperso en una unidad. 

Así lo expresó Bialik en su célebre poema Im yesh et nafshejáladáat. De acuerdo con Bialik, la casa de estudio es la “fuente” de la energía excepcional del pueblo judío. El místico Arizalsostiene que las almas de quienes fueron atrapados por la seducción de las mujeres moavitas transmigraron a los 24,000 estudiantes que perecieron en la época de Rabí Akivá y en cuya memoria se observa el período de luto del Ómer. De acuerdo con la tradición, su muerte se debió a la inexistencia del respeto por el prójimo. La desunión fue su pecado. Y cuando la unión se fractura, el pueblo judío se torna vulnerable.

BALAK

NUMBERS XXII:2-XXV:9

STRENGTH LIES IN UNITY

Balak, king of Moav, gives his name to these chapters; however, the dominant character of the account is Bil’am, the Gentile prophet of spiritual stature comparable to that of Moshe Rabbenu (Moses). The presence of this prophet prevents other peoples from justifying their mistakes and claiming that, if they had had a spiritual leader comparable to that of the Hebrew people, they would have reached higher levels.

Our text tells us that Bil’am was invited by Balak to curse the Hebrew people, after he had concluded that the traditional way of facing an adversary could not be applied in the Hebrew case. In this sense, other peoples had failed to battle with weapons. Balak concluded that the energy of the Hebrews had a spiritual quality, therefore, it was in this field that the confrontation should be conducted. Balak was disillusioned with Bil’am, who, instead of cursing, blessed the Hebrew people. Observing the people from the top of a mountain, Bil’am could not help his admiration for the Hebrew camp and was forced to exclaim: “Ma tovu ohalecha Yaakov, Mishkenotecha Israel“, “How good are your tents, Yaakov, your habitations, Israel“, a phrase used to begin daily morning prayers.

Bil’am’s intention was to curse the people, to use his powers to hurt the Hebrews. Why did he bless them? Perhaps because as a man inspired by God, he could not change what he saw and had to applaud the peaceful and harmonious life that reigned in the Hebrew camp.

According to the MidrashOhalecha and Mishkenotecha refer to synagogues and houses of study. Bil’am had to recognize that he was in the presence of a human group that had broken the schemes of idolatry and was climbing levels of spirituality hitherto unknown. Parents passed on to their children the values that Moshe had instilled. 

The Rebbe of Slonim, author of Netivot Shalom, suggests that the nefarious power of Bil’am could only influence an individual, but was ineffective against the collective. When Bil’am visualized the Hebrew community in its entirety and observed the spirit of harmony and understanding among the people, his cursing powers were nullified. The obvious moral is that in the face of unity and coincidence in values, there is no enemy or adversity that is invincible. 

For this reason, Bil’am advised the Moavites to send their maidens to sexually seduce the people, to lead them through adultery to idolatry. The idea was to divide the Hebrew people into those who succumbed to temptation and those who resisted it. The biblical text states that 24,000 Hebrews could not resist the advances of the Moavite women. With this behavior they separated themselves from the people and weakened them.

Jewish history bears witness to this. The solidarity and unity that reigned within the people allowed them to survive all the attacks against them. If we consider the diversity, the result of the dispersion of the Jewish people to the ends of the earth, we can conclude that the coincidence and harmony that reigns within the people have a philosophical or spiritual root. The biblical text is probably the cement that turns a scattered group into a unit.

This is how Bialik expressed it in his famous poem Im yesh et nafshecha lada’at. According to Bialik, the house of study is the “source” of the Jewish people’s exceptional energy. The mystic Arizal maintains that the souls of those who were caught by the seduction of the Moavite women  transmigrated to the 24,000 students who perished in the time of Rabbi Akiva and in whose memory the period of mourning of the Omer is observed. According to tradition, his death was due to the lack of respect for others. Disunity was their sin. And when the union fractures, the Jewish people become vulnerable.