FALLECIÓ MI AMIGO FRED PRESSNER ZIJRONÓ LIVRAJÁ

Screen Shot 2020-04-18 at 9.35.36 PMRecuerdo a la familia: Josef zl y su bella esposa Silvia zl quienes residían frente al portón de la Unión Israelita de Caracas, al lado del Hotel Ávila.

Josef Pressner era un hombre recto y ejemplar que había sobrevivido la Shoá al igual que su esposa Silvia. Su ‘ben yajid’, hijo único Fred, nació terminada la guerra. En aquellos días no era fácil pensar en un futuro, en familia, después de la tragedia sufrida en carne propia y haberse cerciorado  del exterminio de la mayoría de los miembros de la familia. Siempre hubo recuerdo diario del horror, pero no se sembró el odio en la mente de Fred.

Fred pasó la gran parte de su juventud y vida adulta en la comunidad judía de Caracas, donde destacó en la comunidad y en la empresa.

Presidió la Unión Israelita de Carcas, Hebraica y la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), instituciones claves de la comunidad judía en las cuales ejerció con liderazgo, brillo y acierto.

Equipado con los valores de rectitud y honradez que recibió del seno de su familia, estuvo al lado del entendimiento rechazando la confrontación. Buscó y encontró una solución amigable y justa a cualquier situación. Nunca fue parte del problema. La controversia no era parte de su personalidad, sino el entendimiento y la cooperación.

La situación social y política de Venezuela de las últimas décadas lo obligó a emigrar a la ciudad de New York donde se reinventó en el mundo de los bienes raíces. Pero su corazón y sentimientos estaban anclados en Venezuela e Israel.

Junto con Irene, su esposa de casi medio siglo formó una bella familia con 3 hijas: Yaeli, Margaret y Tatiana, y numeroso nietos.

Años atrás publicamos una Agadá Sefaradí para Pésaj con traducción al Ladino y el arte extraordinario de Irene, quien para aquel entonces ya era una reconocida y talentosa artista.

Fred fue arrebatado por el COVID-19 que también atacó a Irene quien gracias a Dios sobrevivió y se encuentra en recuperación en casa.

Un virus venció a Fred, pero su sonrisa, constancia, sinceridad, lealtad, devoción por el pueblo Judío, por Venezuela e Israel quedaron grabadas en los corazones de todos quienes lo conocimos, apreciamos y valoramos.

Difícil pensar sobre Fred en términos pretéritos. Por haber sido un activista incansable lo creíamos invencible a los avatares de la vida, siempre superando obstáculos y resolviendo situaciones.

Su memoria es una bendición y fuente de estímulo para seguir su ejemplo: familia y trabajo por comunidad, amor por el pueblo Judío.

Nafshó tserurá bitsror hajayim.