SUCOT

INVOCANDO LA COSECHA

La festividad de Sucot se distingue por el instructivo de que debemos estar embriagados por la alegría de acuerdo con el texto bíblico: vehayita aj saméaj, “y estarás sustancialmente alegre”. El regocijo debe envolvernos porque Sucot celebra la última cosecha antes del invierno en los países del hemisferio norte, al cual pertenece Israel. El júbilo es manifiesto cuando los graneros están llenos del producto dela tierra. Una de las celebraciones de esta festividad se denomina Simjat Beit Hashoevá, “festividad de la extracción del agua”, que según el Talmud se celebraba con un gusto incomparable, por encima de otros. 

Para una economía agrícola, la que regía a la sociedad en los tiempos bíblicos, uno de los elementos básicos era contar con una fuente de agua confiable y abundante. En los tiempos actuales, no obstante, los avances tecnológicos, el agua dulce que se requiere para la agricultura y otras necesidades de la sociedad, cobra cada vez mayor importancia y se ha convertido en uno de los bienes escasos e imprescindibles para la sobrevivencia de la especie humana. 

La festividad de Sucot se celebra comenzando con el día 15 del mes de Tishrei, mes durante el cual se celebran Rosh HaShaná y Yom Kipur, días que se caracterizan por su solemnidad. La contraposición del Yom Hadín, Día del Juicio, nomenclatura adicional de Rosh HaShaná y Yom Kipur, Día del Perdón, con una festividad que celebra el regocijo y la alegría, implica que la festividad de Sucot también posee elementos de solemnidad, que están relacionados con las otras conmemoraciones del mes. En efecto, la tradición enseña que durante esta celebración culmina el proceso del juicio que se inició en Rosh HaShaná. Más aún, el agua también es juzgada en Sucot

Aparentemente hay una relación entre el juicio de la persona y el juicio del agua, porque el agua es considerada como “vida”: tanto el mundo animal como el humano dependen de este elemento para su subsistencia. La idea del juicio está claramente expresada en las Hoshanot que se recitan en el día de Sucot denominado Hoshaná Rabá, con oraciones en las cuales se invoca la vida y la abundancia del agua que es indispensable para la existencia humana. 

Dado que forma parte de los Shalosh Regalim, las tres festividades anuales relacionadas con el éxodo de Egipto y que tienen un significado conexo con la agricultura, Sucot sirve como un puente con los Yamim NoraimRosh HaShaná y Yom Kipur. La dualidad de significado de Sucot se refleja en el doble número de sacrificios que ordena la Torá para esta festividad. La tradición relaciona estos sacrificios, que suman setenta, con la antigua noción acerca de la existencia de setenta naciones en el mundo. A través de estas ofrendas que representan a todos los pueblos, Sucot adquiere un significado universal, al igual que Rosh HaShaná, día del juicio para todos los seres humanos.

El regocijo de Sucot es una consecuencia de la teshuvá y la introspección de los Yamim Noraim. Habiendo purificado el alma a través del llamado del Shofar al recogimiento en Rosh HaShaná, con la práctica del ayuno y la recitación de las plegarias de Yom Kipur para la obtención del perdón divino, el individuo siente ahora una satisfacción mística y una paz interior, producto de la cercanía a Dios que es indispensable para la obtención del perdón.

Al mismo tiempo, la celebración del “agua” es el reconocimiento de que en el judaísmo no se establece una dicotomía entre lo celestial y lo terrenal. En el mes del Yom Hadín, y los días en los cuales se determina el destino espiritual de la Humanidad, también se presta atención al agua, que simboliza los elementos esenciales, indispensables para la supervivencia.

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