LEVITICO XIX – XX
PODEMOS SER SANTOS
La Torá ordena que seamos “santos” porque Dios es Santo. ¿Qué quiere decir que Dios es Santo? ¿Y cómo podemos los seres humanos, de carne y hueso, con habilidades limitadas imitar a Dios?
El comentarista Rashí afirma que ser santo quiere decir estar apartado. En el caso de Dios sería entonces que Él no forma parte del universo creado. Él es enteramente diferente, apartado totalmente de todo lo existente. ¿Podemos deducir entonces que, en el caso humano, santo quiere decir ser un ermitaño, vivir aparte, en una especie de monasterio?
La tradición judía enseña lo contrario. En efecto, Dios mismo dictaminó: Lo tov heyot haadam levadó: “no es bueno que el hombre esté solo?” y por ello creó a la mujer, la pareja del hombre, para que no estén solos.
Encontramos que muchísimos preceptos exigen la presencia de un Minyán, un agregado de seres humanos. Para recitar Kadish y Kedushá se requiere la presencia de al menos 10 hombres. La soledad aparentemente no debe ser el desiderátum para el individuo.
Cuando leemos nuestro texto bíblico vemos que los versículos siguientes se refieren a la relación con los padres, a ciertos sacrificios, a dejar algunas porciones de la cosecha para los pobres: Léket, Shikjá, Peá. No robar, no mentir y no jurar en falso, continua el texto. Tienes que pagar el mismo día la labor de quien trabaja por días. Siguiendo con la lectura del texto está la instrucción de no maldecir al sordo y no colocar un tropiezo delante del ciego, y tal vez sobre todo juzgar con la verdad, con lo que realmente es justo sin tomar en cuenta la situación personal de los litigantes. No odies en tu corazón a tu hermano, aconséjalo para el bien cuando está por cometer un error.
Aparentemente, ser santo tiene que ver con tu comportamiento con el otro, con tu hermano, con tu amigo, con tu vecino. Es una cualidad transitiva que requiere la presencia de otro ser humano. Se trata de una relación y no de un proyecto de auto mejoramiento.
Se podría especular que la santidad se obtiene a través tal vez de la negación de placeres personales, o tal vez del estudio para profundizar el entendimiento de las Mitsvot. Pero de lo antedicho, la santidad no se obtiene al apuntar los esfuerzos de uno sobre sí mismo, perfeccionando y profundizando sus conocimientos. No se trata de ejercicios espirituales personales.
Santidad se obtiene cuando uno se relaciona de manera justa y positiva con otros seres humanos. Al dar la pesa correcta nos enrumbamos en el sendero de la santidad.
Al cumplir con las leyes que regulan la actividad sexual se obtiene santidad. Nuestro texto contiene un listado de relaciones tales que son prohibidas, como lo son las relaciones con hermanos y otros familiares cercanos.
Es interesante notar que además de Nóaj, el héroe del diluvio quien es calificado por la Torá como Tsadik, santo, el único miembro del pueblo hebreo que recibe esta apelación es Yosef, tal vez porque no sucumbió a los avances de la esposa de su amo Potifar.
Es probable que la santidad sea una característica que recibe la persona, la transformación del individuo porque practica y cumple una relación sana y justa con el prójimo.
Nuestro texto proclama que no se debe guardar rencor contra otro, sino más bien practicar Veahavtá lereajá kamoja: “Y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y Rabí Akivá consideró que éste era el “gran lema” de la Torá.
Mejor dicho, si amas al prójimo como a ti mismo, tu ser completo entrará en un proceso de crecimiento y transformación para convertirte en santo, o al menos en un aspirante a la santidad.
¿Qué quiere decir entonces, según esta reflexión que Dios es Santo? Podemos especular que el hecho que Dios creó un ser humano con quien comparte la conciencia de la existencia del universo y de lo que contiene, es una manifestación de la Santidad de Dios. Dios comparte con nosotros el universo e incluso nos pide que lo perfeccionemos. Porque solamente el ser humano posee el “soplo Divino” que Dios infuso al primer hombre que le da la característica de apreciar lo existente y que incluye un compás moral para guiar su vida. “El ser humano es la única criatura con la cual Dios puede jugar ajedrez”.
Y ese compás de moralidad probablemente precede a la entrega de la Torá que a su vez regula y legisla cómo debe expresarse esa moralidad en diferentes situaciones.
Desde esa óptica, la ética y la moral forman parte del ADN del ser humano desde su creación.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 13 MITSVOT POSITIVAS Y 38 PROHIBICIONES
1. Levítico 19:3 Temer al padre y a la madre
2. Levítico 19:4 No volverse hacia idolatría en pensamiento, ni verbalizando, incluso presenciando
3. Levítico 19:4 No fabricar un ídolo para uso personal o para otros
4. Levítico 19:6,8 No comer carne restante de ofrenda después del tiempo prescrito para ello
5. Levítico 19:10 Dejar parte del campo sembrado para el pobre
6. Levítico 19:9 No cosechar hasta el límite del campo
7. Levítico 19:10 Dejar espigas para el pobre
8. Levítico 19:9 No recoger espigas caídas durante la cosecha
9. Levítico 19:10 Dejar un límite del viñedo para el pobre
10. Levítico 19:10 No cosechar los límites del viñedo
11. Levítico 19:10 Dejar sobre la tierra las uvas caídas en el viñedo para el pobre
12. Levítico 19:10 No recoger las uvas caídas del viñedo
13. Levítico 19:11 No robar
14. Levítico 19:11 No negar la posesión de un objeto perteneciente a otra persona
15. Levítico 19:11 No jurar en falso acerca de un objeto de valor
16. Levítico 19:12 No jurar en falso
17. Levítico 19:13 No retener propiedad ajena
18. Levítico 19:13 No cometer el robo
19. Levítico 19:13 No postergar el pago de un obrero asalariado
20. Levítico 19:14 No maldecir un judío, ni hombre, ni mujer
21. Levítico 19:14 No conduzcas al yerro a un individuo dándole consejo equívoco
22. Levítico 19:15 No pervertir la justicia, en un juicio civil
23. Levítico 19:15 No dar honores especiales en el juicio a un individuo eminente
24. Levítico 19:15 El juez debe emitir un juicio correcto
25. Levítico 19:16 No difamar (chismear)
26. Levítico 19:16 No permanecer indiferente ante la sangre de otro
27. Levítico 19:17 No odiar a otro judío
28. Levítico 19:17 Reprochar al judío que no se conduce de manera apropiada
29. Levítico 19:17 No colocarás a otro judío en una situación incómoda
30. Levítico 19:18 No te vengarás
31. Levítico 19:18 No guardarás rencor
32. Levítico 19:18 Amar a otro judío
33. Levítico 19:19 No aparees animales de diferentes especies
34. Levítico 19:19 No sembrar juntas semillas de diferentes especies en la Tierra de Israel, igualmente con árboles de diferentes especies
35. Levítico 19:23 No comer el fruto del árbol los primeros 3 años
36. Levítico 19:23, 24 Leyes acerca del fruto del árbol en el cuarto año
37. Levítico 19:26 No comer ni beber como un glotón
38. Levítico 19:26 No practicar la adivinación
39. Levítico 19:26 No conjurarás (magia)
40. Levítico 19:27 No quitarás el pelo de las patillas de la cara
41. Levítico 19:27 No destruirás los extremos de tu barba
42. Levítico 19:28 No harás un tatú sobre tu carne (piel)
43. Levítico 19:30 Respetar el Templo
44. Levítico 19:31 No actuar como un espiritista (especie de magia)
45. Levítico 19:31 No practicar Yidón (especie de magia)
46. Levítico 19:32 Honrar a los estudiosos de la Torá
47. Levítico 19:35 No engañar con medidas
48. Levítico 19:36 Crear balanzas exactas, pesas y medidas
49. Levítico 20:9 No maldecir ni al padre ni a la madre de uno
50. Levítico 20:14 Incinerar a la persona que ha sido sentenciada morir por fuego
51. Levítico 20:23 No seguir el comportamiento de los idólatras