ÉXODO XXVII:20-XXX:10
LA DEPENDENCIA DEL COLECTIVO
Existe una imprecisión en los capítulos anteriores acerca de quién tenía que hacer qué en la construcción del Mishkán ysus diferentes elementos del culto. En muchas ocasiones, la Torá afirma Veasitá, “Y harás”, instruyendo a Moshé para que se encargara directamente de la elaboración de un objeto, como en el caso de los listones de madera que atravesaban las argollas del Arón para trasladarlo. Incluso la elaboración del Kapóret, la tapa maciza de oro que reposaba sobre el Arón y en cuyos extremos se encontraban los Keruvim, recayó sobre Moshé.
La primera frase de nuestra sección bíblica empieza con el instructivo: Veatá tetsavé, “Y tú (Moshé) instruirás” a los hijos de Israel a fin de que le traigan aceite puro de olivo para que alumbre la luz eterna, ubicada al otro lado del Parójet, la cortina que separaba al Kódesh HaKodashim, el lugar más sagrado del Mishkán. Mucho se ha dicho y escrito acerca de la ausencia del nombre de Moshé en nuestros capítulos, que se puede atribuir al hecho de que es la figura central en la construcción y elaboración del Mishkán, haciendo innecesario nombrarlo. Además, su nombre no aparece debido a la división de las parshiyot que se leen semanalmente, la cual no está contemplada explícitamente en el texto de la Torá.
Hay una tradición que afirma que, dado que Moshe dijo en una oportunidad Mejeni na misiferjá asher katavta,“bórrame del Libro que has escrito”, cuando frente a la posibilidad de la destrucción del pueblo hebreo, debido a esas palabras, su nombre no aparece en esta sección.
En efecto, de acuerdo con otra tradición igualmente antigua, la Torá se leía en un ciclo de 3 años que era totalmente diferente a la división en 54 secciones semanales utilizada en el presente. De acuerdo con los Jajamim, Dios tuvo que mostrar un ejemplar celestial de la Menorá, porque Moshé tenía dificultades con su elaboración. En el caso del lavabo de cobre que utilizaron los Kohanim, está claro que Moshé se ocupó de su fabricación.
Cabe destacar que el pueblo participó en la casi totalidad de la construcción del Mishkán y sus enseres. Y por ello, tal vez, no aparece el nombre de Moshé, para no identificar su persona con el trabajo de manera exclusiva. El Mishkán fue el producto del esfuerzo de Benei Israel, el colectivo que salió de Egipto y que ahora encontraba su destino espiritual, afirmaba la existencia de un solo Dios, cuya presencia terrenal estaba simbolizada por el Mishkán.
Más aún, los Jajamim, cuidadosos ante posibles interpretaciones erróneas, manifestaron que Dios no habitaba en el recinto del Mishkán sino en el seno del pueblo. Así interpretaron el versículo Veasú Li Mishkán veshajantí betojam, “Me harán un Tabernáculo y residiré entre ellos”. Sale a relucir un principio fundamental. Mientras que en Egipto el culto estaba en manos exclusivas del sacerdocio, que celosamente guardaba el secreto de cómo preservar el cuerpo de un difunto, en el judaísmo se exhiben todos los detalles de los sacrificios que realizarán los Kohanim. En el caso de la construcción del recinto sagrado y sus pertenencias, el pueblo entero, los hombres y las mujeres tienen una participación directa en su elaboración.
Lo antedicho es una demostración adicional de una característica del judaísmo que impone el cumplimiento de la Ley a todos sus integrantes. Aunque durante la existencia del Mishkán y del posterior Beit HaMikdash la tribu de Leví tenía obligaciones particulares, en la actualidad no existe obligación alguna diferente para un líder religioso. El pueblo entero, sin distingo, tiene que vivir de acuerdo con la letra y el espíritu de la Ley.
El judaísmo nunca dependió de la suerte de su liderazgo. Cada persona puede dirigir el rezo y leer públicamente la Torá, después de la indispensable preparación para hacerlo. No se requiere de título o personalidad jurídica o religiosa para conducir el culto. Por ello, no obstante, las persecuciones y matanzas perpetradas durante siglos, el judaísmo pudo recuperar su rumbo y destino, que son una función de su fe en Dios y la posibilidad de profundizar en las enseñanzas de la Torá.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ
CONTIENE 4 MITSVOT POSITIVAS Y 3 PROHIBICIONES
98. Éxodo 27:20 Preparar las luminarias de la Menorá(candelabro)
99. Éxodo 27:41 Los Kohanim (sacerdotes) deben prendas especiales
100. Éxodo 28:28 No debe separarse el pectoral (Joshen) del delantal (Efod)
101. Éxodo 28:32 No desgarrar el delantal (Efod)
102. Éxodo 29:33 Comer la carne de la ofrenda de expiación (Jatat) y de la ofrenda de culpa (Asham)
103. Éxodo 30:7 Quemar el incienso
104. Éxodo 30:9 No quemar incienso o ofrendar sacrificios en el Altar de Oro (Mizbéaj Hazahav)