MATOT_ NÚMEROS XXX:2-XXXII:42
Nuestros capítulos reseñan la solicitud que presentaron ante Moshé las tribus de Reuvén y Gad, más la mitad de los integrantes de la tribu de Menashé. Deseaban ocupar la orilla oriental del Yardén pero, al mismo tiempo, estaban dispuestos a acompañar a las otras tribus en la conquista de Canaán. A tal efecto construyeron casas para sus mujeres e hijos y corrales para los animales, mientras que sus hombres cruzarían el Yardén para ayudar en la conquista de la Tierra Prometida.
Como parte de la colonización de la orilla oriental, Dios exigió la construcción de 3 ciudades de refugio, a las cuales podrían acudir aquellas personas que mataran a otro ser humano sin la intención de hacerlo. Porque el Goel Hadam, el “redentor de la sangre derramada” y protector de la familia, tenía el derecho, o tal vez la obligación, de vengar la sangre de su deudo muerto. Tal como si la sangre derramada exigiese venganza y sólo quedara satisfecha con la muerte del asesino o con su destierro en una de las ciudades de refugio. Incluso la tierra que bebió la sangre del asesinado exige redención. Como relata el Génesis, que recoge las palabras severas de Dios a Caín: “Clama la voz de la sangre de tu hermano desde la tierra”. Según la Torá, la sangre produce la polución, corrompe la tierra, hecho que sólo puede remediarse con la sangre del asesino.
Según Hayyim Borgansky, mientras la tierra exige la sangre del asesino intencional, se satisface con el destierro del asesino que cometió el crimen sin la intención de hacerlo. De esta manera, las ciudades de refugio adquieren una cualidad especial, como si fueran extraterritoriales de la Tierra Prometida. La Torá establece una relación de mutualidad entre el comportamiento humano y la naturaleza. En Shemá Israel leemos que la abundancia o falta de lluvia, elemento fundamental para toda sociedad agrícola, es una función de la actuación de la gente. Al observar las Mitsvot causamos que los cielos se abran para que descienda la bendición representada por la lluvia abundante.
El asesinato de Abel fue motivo para que Dios sentenciara que, cuando Caín arase la tierra, ésta no respondiera con su fruto. En efecto, la tierra no toleraría la presencia de Caín, quien tendría que andar errante por el resto de su vida. O sea que, al apartar ciudades de refugio no sólo se respondía a la necesidad de escape de la ira del Goel Hadam. Las ciudades de refugio eran una exigencia de la tierra, que no toleraba que la pisara un asesino. Al considerar que Dios creó al hombre y le insufló Su espíritu, el asesinato constituye un atentado contra Dios. Por ello, la naturaleza creada por Dios también reacciona ante la muerte del individuo y no tolera en su entorno la presencia del asesino.
La Torá no establece una relación panteísta entre tierra y hombre. La Torá nunca confunde a Dios con lo que ha sido creado. Sin embargo, otorga cierta “personalidad” a la naturaleza, no permite que sea violada o violentada por la persona. Exige el “descanso” periódico de la tierra cada 7 años y proclama el año 50, como año jubilar, cuando las tierras vuelven a sus dueños originales. Más aún, Dios proclama: ki Li kol haarets, la tierra le pertenece a Dios, el hombre sólo puede cultivarla y alimentarse con su fruto.
Tal vez el destierro a una ciudad de refugio sirve para ofrecerle la oportunidad del arrepentimiento y recogimiento a quien perpetró el crimen, que probablemente es culpable del descuido y de no considerar el posible efecto de su actuación. Por ello, tal vez, la Torá también sentencia que, con la muerte del Kohén Gadol de la época, se da por terminado el período del destierro.
Según Harav Soloveitchik, la muerte de un Tsadik produce un ambiente que estimula la Teshuvá, la reflexión y el arrepentimiento, razón fundamental para el destierro del asesino.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARSHÁ
CONTIENE 1 MITSVÁ POSITIVA Y 1 PROHIBICIÓN
- Números 30:3 Ley sobre anular promesas
- Números 30:3 No incumplir una promesa
POSIBILIDAD DE LA ENMIENDA
MAS’EI_NÚMEROS XXXIII:1-XXXVI:13
Con estos capítulos concluye Bemidbar, el cuarto libro de la Torá. La larga travesía por el desierto subrayó la dependencia del pueblo hebreo de Dios. El desierto es un ambiente hostil y la supervivencia hubiera sido imposible sin la providencia Divina. Pero también será necesaria la ayuda Divina en el proceso de conquista de la Tierra Prometida que se iniciará después de la muerte de Moshé, quien conduce al pueblo hasta la frontera.
La posibilidad de anular una promesa, el establecimiento de ciudades de refugio y el fallo en el caso de las hijas de Tselofjad son los temas principales del texto sagrado. De alguna manera, cada uno de estos temas y situaciones refleja la necesidad de tener confianza en la Providencia Divina. La Torá toma en consideración las debilidades de la persona y señala cómo en diversas oportunidades actúa con falta de responsabilidad.
Una enseñanza básica es la existencia de la Teshuvá, la posibilidad de hacer enmiendas para modificar el carácter de la persona. De acuerdo con la tradición judía, Adam es el padre de la Teshuvá, se arrepintió después de comer del fruto del árbol prohibido.’
Esta lectura semanal considera el caso de la persona que mata a otra sin intención de hacerlo. En este caso, el crimen fue causado por la parte metálica del hacha. Mientras una persona estaba cortando leña, se desprendió la parte metálica de su hacha, causando la muerte de otra persona que se encontraba en el área. Está claro que no había intención alguna de matar, sin embargo, la persona no está libre de responsabilidad. Cuando se utiliza una herramienta que potencialmente puede causar la muerte, se debe tener cuidado especial en su manejo y asegurar la integridad física del instrumento.
La Torá ordena la construcción de Arei Miklat, ciudades de refugio para la persona que mató sin intención de hacerlo. De esta manera, la persona queda fuera del alcance del Goel Hadam, el pariente del muerto que podría tomar venganza. El refugiado en el Ir Miklat debe permanecer allí hasta la muerte del Kohén Gadol, hecho que según Harav Soloveitchik causa el recogimiento de la población por la muerte del gran líder espiritual del pueblo judío, hecho que a su vez conduce a la introspección y a la Teshuvá.
En el caso del Néder, la promesa, la Torá l permite al padre anular la promesa de su hija joven y faculta al esposo para dejar sin validez la promesa de su esposa. Muchas veces, en un estado de euforia o de ira, de excesiva alegría o rencor, la persona toma una resolución a través de una promesa que luego resulta ser inapropiada, pero que hizo debido a la exaltación del momento. La Torá facilita la posibilidad de anular cualquier tal promesa hecha en un momento de euforia, que luego resulta inaceptable para la persona.
El tercer caso que se refiere a las Benot Tselofjad también destaca la manera de remediar una situación para que la herencia paterna no salga del entorno de la tribu de Menashé. Se explica primero que las hijas también son herederas, pero que es indispensable que luego se casaran con miembros de su tribu, a fin de que el patrimonio permaneciera en la misma. Un denominador común de los casos referidos es el posible tratamiento para remediar una situación.
La Torá se esmera por encontrar una solución para todo problema. A veces la persona forma parte del problema, por causa de una actuación indebida, y en otros casos, la dificultad es el producto de un evento en el cual la persona no tiene injerencia, como en el caso de la muerte del padre de las Benot Tselofjad.
Cuando la infracción es el resultado de una trasgresión deliberada, la consecuencia es el castigo; pero cuando la persona actúa por descuido o el fervor del momento sin afectar el bienestar del prójimo, la Torá ofrece una vía para la redención que, en el caso de la muerte de otra persona, resulta en “cárcel simbólica” en la una de las Arei Miklat.
MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ
CONTIENE 2 MITSVOT POSITIVAS Y 4 PROHIBICIONES
- Números 35:2 Proveer ciudades para los Levitas que también servían como Ciudades de Refugio
- Números 35:12 No ejecutar una persona considerada culpable antes del juicio
- Números 35:25 Obligar a la persona que mató sin intención a ir a una Ciudad de Refugio
- Números 35:30 El testigo en un caso capital no puede juzgar el evento
- Números 35:31 No aceptar un pago de redención para salvar a un asesino de la pena de muerte
- Números 35:32 No aceptar un pago de redención para liberar a una persona de tener que ir a una Ciudad de Refugio