NIVELES DE ENTENDIMIENTO DE LA TORÁ

JUKAT_NÚMEROS XIX:1-XXII:1

El nombre de esta Parashá apunta hacia la irracionalidad–desde el prisma humano– de ciertas Mitsvot, tal como la Pará Adumá, la “vaca bermeja” que se utiliza para purificar a los impuros, mientras que quienes se ocupan del proceso adquieren impureza ritual. La incógnita se centra en el hecho de que la misma sustancia purifica a unos mientras contamina a otros. En realidad, muchos eventos que lucen “normales” a primera vista son resultado de una intervención milagrosa, como el universo, cuya continua existencia depende del Creador. Aparentemente, el texto bíblico no permite una diferenciación prístina entre el suceso que es resultado de Yad Jazaká, la “mano fuerte” de Dios –como en el caso del éxodo de Egipto–, y los eventos que el hombre protagoniza. En última instancia, sin la providencia Divina no hay existencia. 

Los Jajamim señalaron que la Torá “habla con el lenguaje humano”, o sea que utiliza un idioma que es accesible y, por ello, en muchas oportunidades, tropezamos con expresiones antropomórficas, que atribuyen cualidades humanas a Dios. Esto es necesario para que todas las personas puedan comprender el mensaje del texto bíblico. Al mismo tiempo, se plantea la existencia de diferentes niveles de comprensión, niveles que surgen del mismo texto escrito pero que dependen de la erudición y espiritualidad del lector. Porque la lectura o el estudio de un texto es, en realidad, una interacción entre el autor y el lector. 

Así, incluso la Mitsvá que responde directamente a la lógica humana, puede ser vista desde un prisma diferente que le da un alcance y sentido más profundos. Entre los episodios que sobresalen en estos capítulos está la desobediencia de Moshé y Aharón, quienes desperdiciaron una oportunidad para “santificar” el Nombre de Dios en el caso del agua que brotó de una piedra. Esta desobediencia produjo el castigo de Moshé, y le impidió que condujera al pueblo hebreo hasta el final de la conquista de la Tierra Prometida. 

Se puede palpar la desilusión de Moshé cuando Dios le instruye que suba al monte desde el cual podrá ver la tierra que no podrá pisar. Morirá y será enterrado en un lugar desconocido para que, tal vez, su sepultura no se convierta en un lugar de peregrinaje y veneración, para que no se confunda al ser humano que alcanzó el mayor nivel de espiritualidad con el Creador, el Ser único y totalmente diferente de todo lo que fue creado.

De acuerdo con Rabenu Jananel, el pecado de Moshé consistió en haber utilizado una expresión que podía crear cierto grado de confusión. Daba la impresión de que quien hizo brotar el agua de la piedra fue Moshé y, por lo tanto, no había sido necesaria la intervención directa de Dios. Otros comentaristas sugieren que el pecado de Moshé consistió en haberse referido a los hebreos como “rebeldes”, calificativo inconsistente con el rol del conductor del destino del pueblo. Aparentemente cuando se coloca el comportamiento humano bajo una lupa, se pueden percibir errores, incluso en el caso de un gigante espiritual como Moshé

La enseñanza bíblica que se desprende es una alerta al cuidado que debe ejercer la persona, sobre todo en el uso del lenguaje, que puede conducir a consecuencias serias e imprevistas. 

Otro episodio resaltante de estos capítulos se refiere a las serpientes venenosas que acosaron al pueblo. ¿Cómo se eliminó esta plaga? Dios le instruyó a Moshé que elaborara una serpiente de cobre que debía ser colgada en un poste: todo aquel que elevaba su mirada hacia esta efigie quedaba curado. El Talmud cuestiona la efectividad de una “serpiente de cobre”, porque este hecho entra en conflicto directo con la firme actitud del judaísmo contra la idolatría. La respuesta que se ofrece es que no era la serpiente, en sí misma, la que curaba, sino el mirar hacia arriba. O sea que, al elevarla vista hacia lo celestial, el pueblo reconocía la soberanía de Dios. El castigo de las serpientes venenosas se debió a una falta en este sentido.

Vemos que la cura para la mordida de una serpiente venenosa involucra la representación de otra serpiente. De manera que, el antídoto para la palabra agresiva, por ejemplo, se encuentra probablemente en otra palabra, la palabra cariñosa y afectiva.

MITSVÁ: ORDENANZA DE LA TORÁ EN ESTA PARASHÁ

CONTIENE 3 MITSVOT POSITIVAS

  1. Números 19:2 Leyes que rigen la Pará adumá, “vaca bermeja”
  2. Números 19:14 Leyes sobre impureza ritual por causa de un cadáver
  3. Números 19:19, 21 Leyes acerca de salpicar agua de expiación que purifica al que está ritualmente impuro por causa de un cadáver