SHEMOT

EXODUS I:1-VI:1

PHARAOH’S FUTILE EFFORTS

Shemot means names, a nomenclature that emphasizes the importance that the Torah attaches to the name of the person or place, because it usually reveals some fundamental characteristic. For example, the first man is designated as Adambecause he comes from the earth, which in Hebrew is adama. The designation Shemot is the first significant word in the text that begins with the phrase Veele Shemot….

However, in the account of Moses’ birth, the Torah narrates that a man from the tribe of Levi took a woman from the same tribe and describes how they hid their newborn male for 3 months, without mentioning the names of these three characters. Perhaps the intention was to put the magnifying glass on the events, the fact that the parents went to the extreme of placing their baby in a basket so that he could navigate the river and find a different destination. 

Apparently, the risk posed by the waters of the river was preferable to the death sentence ordered by Pharaoh against newborn boys. It is unknown what the name of this baby was given by the parents, because the name Moses was given to him by Pharaoh’s daughter, whose name is also not mentioned. Several exegetes suppose that the name Moses is of Egyptian origin, because if the Hebrew language had been used his name should have been Mashui, which means “drawn” from the waters. Perhaps the name Moses does not refer to his rescue from the waters, but to his future path, which will be to extract the Hebrew people from Egyptian slavery.

Moshe’s fate  was a consequence of the rules that the Egyptians imposed to curb the growth of the Hebrew population, because they feared that, at the time of an enemy incursion from abroad, the Hebrews would become allies of the invaders. In this sense, the pharaoh enslaved the Hebrews, thinking that forced labor would also curb procreation, since men would be kidnapped most of the time on the land where the pharaonic constructions were erected. 

Nevertheless, the Hebrews continued to multiply exponentially. According to the Midrash, multiple births were very common. If the only objective had been to curb the Hebrew population growth, it would have been more efficient to eliminate women. But in the minds of the people of the time, including that of the pharaoh, men represented strength, the members of an army that could join would-be invaders.

Faced with the continuous increase in the number of Jews, the pharaoh demanded that the midwives who attended to the Hebrew women murder the newborn males immediately after childbirth. But the Torah relates that the midwives disobeyed the instructions and, in this way, became the pioneers in disobeying a royal order. They claimed that Hebrew women gave birth on their own, because they were so strong. They lied, a fact that deserves to be evaluated: is lying admissible when the survival of the collective is in danger? In any case, their courage was rewarded, because according to the biblical text they had offspring who would be part of the future leadership of the people. 

Pharaoh did not rest in his attempt to slow the growth of the Hebrews; moreover, he had been warned by his astrologers that the “savior” of the Hebrews was about to be born. Because of the midwives’ contempt or complicity with the women in labor, Pharaoh ordered the boys to be thrown into the river immediately after their birth. Moses’ parents  were able to hide the newborn, because according to an ancient tradition, the baby was born a few months before the gestation period was completed. Unable to hide the event any longer, the parents chose to place the newborn in a basket on the waters of the Nile River.

The biblical account demonstrates the interaction between God and man. The Hebrew people perceive that Etsba Elohim, the “finger of God” is present in the events, but at the same time we will read a Divine instruction, when the danger of the Egyptian hordes that persecuted them after the exodus is realized. God instructs: Daber el Benei Yisrael Veyisau, “tell the people to undertake the journey.” The people could not rely solely on miraculous events, they had to take initiatives, a fact that comes to light in Moses’ outstanding leadership.

SHEMOT

ÉXODO I:1-VI:1

LOS ESFUERZOS FÚTILES DEL FARAÓN

Shemot quiere decir nombres, nomenclatura que destaca la importancia que la Torá otorga al nombre de la persona o del lugar, porque generalmente revela alguna característica fundamental. Por ejemplo, el primer hombre es designado como Adam porque proviene de la tierra, que en hebreo es adamá. La designación Shemot es la primera palabra significativa del texto que empieza con la frase Veele Shemot….

Sin embargo, en el relato del nacimiento de Moshé, la Toránarra que un hombre de la tribu de Leví tomó a una mujer de la misma tribu y describe cómo escondieron durante 3 meses a su recién nacido varón, sin mencionar los nombres de estos tres personajes. Tal vez la intención fue poner la lupa sobre los sucesos, el hecho de que los padres llegaran al extremo de colocar a su bebé en una cesta para que navegara el río y encontrara un destino diferente. 

Aparentemente, el riesgo que revestían las aguas del río era preferible a la sentencia mortal ordenada por el faraón contra los recién nacidos varones. Se desconoce cuál había sido el nombre que los padres dieron a este bebé, porque el nombre Moshé le fue dado por la hija del faraón, cuyo nombre tampoco es mencionado. Varios exégetas suponen que el nombre Moshées de origen egipcio, porque si se hubiera utilizado el idioma hebreo su nombre debería haber sido Mashui, que quiere decir “sacado” de las aguas. Tal vez el nombre Moshé no se refiere a su rescate de las aguas, sino a su futura trayectoria, que será la de extraer al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia.

La suerte de Moshé fue una consecuencia de las normas que los egipcios impusieron para frenar el crecimiento de la población hebrea, porque temían que, en el momento de una incursión enemiga proveniente del exterior, los hebreos se convirtieran en aliados de los invasores. En este sentido, el faraón esclavizó a los hebreos, pensando que el trabajo forzado también frenaría la procreación, ya que los hombres estarían secuestrados la mayor parte del tiempo en los terrenos donde se erigían las construcciones faraónicas. 

No obstante, los hebreos continuaron multiplicándose de manera exponencial. Según el Midrash, eran muy comunes los nacimientos múltiples. Si el único objetivo hubiese sido frenar el crecimiento poblacional hebreo, habría sido más eficiente eliminar a las mujeres. Pero en la mente de la gente de la época, incluso la del faraón, los hombres representaban la fuerza, los integrantes de un ejército que podría unirse a los posibles invasores.

Frente al continuo incremento del número de hebreos, el faraón exigió que las comadronas que atendían a las mujeres hebreas asesinasen a los varones recién nacidos inmediatamente después del parto. Pero la Torá relata que las comadronas desobedecieron el instructivo y, de esa manera, se convirtieron en las pioneras en desacatar una orden real. Alegaron que las mujeres hebreas daban a luz por sí solas, porque eran muy fuertes. En realidad, mintieron, hecho que merece ser evaluado: ¿acaso la mentira es admisible cuando la supervivencia del colectivo está en peligro? De todas maneras, su valentía fue recompensada, porque de acuerdo con el texto bíblico tuvieron descendencia que formaría parte liderazgo futuro del pueblo. 

El faraón no descansó en su intento de mermar el crecimiento de los hebreos; además, había sido advertido por sus astrólogos de que el “salvador” de los hebreos estaba por nacer. Debido al desacato de las comadronas o su complicidad con las parturientas, el faraón ordenó que los varones fueran arrojados al río inmediatamente después de su nacimiento. Los padres de Moshé pudieron esconder al recién nacido, porque de acuerdo con una antigua tradición, el bebé había nacido unos meses antes de que se completase el período de gestación. Al no poder ocultar más el evento, los padres optaron por colocar al recién nacido en una cesta sobre las aguas del río Nilo.

El relato bíblico demuestra la interacción entre Dios y el hombre. El pueblo hebreo percibe que Etsba Elohim, el “dedo de Dios” está presente en los acontecimientos, pero al mismo tiempo leeremos una instrucción Divina, cuando se advierte el peligro de las hordas egipcias que les persiguieron después del éxodo. Dios instruye: Daber el Benei Israel Veyisáu,“dile al pueblo que emprenda la travesía”. El pueblo no podía apoyarse únicamente en eventos milagrosos, tenía que tomar iniciativas, hecho que sale a relucir en el sobresaliente liderazgo de Moshé.

VAYEJÍ

GÉNESIS XLVII:28-L:26

YAACOV Y LA ARMONÍA ENTRE ESPÍRITU Y MATERIA

El iconoclasta que hizo un rompimiento total con el pasado idólatra fue Avraham, el primer patriarca. Su hijo Yitsjak se convirtió en el factor de la continuidad del ideal monoteísta, a través de una conducta que destacó su desprendimiento del entorno terrenal y que se manifestó al descubierto cuando no reconoció la identidad del hijo que le trajo comida

para recibir la bendición paternal.

Aunque Yaacov es el tercero de los patriarcas, representa una posición intermedia: no niega la validez del mundo terrenal, pero está consciente de que la tarea del hombre es elevar lo mundano hacia lo celestial. De ser así, ¿por qué creó Dios al hombre con un contenido material, del polvo de la tierra? Podría haberlo creado como un ser netamente espiritual,

tal como en el caso de los ángeles celestiales. Está claro que el propósito era demostrar que existe un ingrediente espiritual en lo que percibimos como mundo material.

Tomemos prestado un concepto de la física: existe una ecuación, una relación entre materia y energía, tal como lo demostró el ilustre descendiente de los patriarcas, Albert Einstein y que en el campo espiritual sería la tarea de Yaacov. La tarea del hombre es la búsqueda de esta relación: destapar las capas que impiden ver porque ocultan el ingrediente espiritual que es la energía fundamental de la materia. En el caso de Yaacov, esta concepción está representada por el sueño de la escalera que uno tierra y cielo: el propósito es subir, peldaño por peldaño, hacia las alturas.

Al seguir de cerca las peripecias del tercer patriarca, nos percatamos de que la mayoría de los eventos que signaron su vida tienen que ver con las pasiones, el engaño y la lealtad, con el agravante de que en los últimos años de su vida se desarrolla el drama de los celos y la envidia entre sus hijos.

¿Acaso el patriarca estuvo ocupado en exceso con el conflicto entre los hombres en lugar de prestar atención al espacio espiritual?

Los exégetas bíblicos señalaron que el conflicto que la matriarca Rivká sintió en sus entrañas durante el embarazo con sus hijos mellizos era simbólico de la diferencia de orientación que tomarían sus respectivas vidas. Esav se convirtió en el hombre del campo y caza, con el acento sobre el mundo material, en tanto que Yaacov se encaminó por el sendero de la espiritualidad. ¿Cómo podemos explicar el hecho aludido, la preocupación del patriarca por los sucesos

cotidianos, hechos similares a los que muchos tienen que afrontar?

Yaacov representa la etapa de la conciliación entre el mundo físico y el universo del espíritu. Mientras que la personalidad de Yitsjak se orienta exclusivamente hacia el espíritu, Yaacovrepresenta el diálogo entre cuerpo y alma, la armonía entre los elementos. Porque si Dios deseaba que el hombre fuese una criatura totalmente espiritual, ¿para qué le dio entonces un cuerpo con apetitos carnales?

Si consideramos que Yitsjak representa el rechazo de la materia para optar por el espíritu, Yaacov representa la complementación entre estos dos conceptos. La actitud de Yaacov

se manifiesta en la Berajá que se pronuncia antes de comer el pan, por ejemplo. No sólo se reconoce a Dios como el factor determinante en la elaboración de los alimentos por intermedio de la energía que la tierra provee para el desarrollo del trigo, la Berajá es una vía para elevar un acto biológico al rango de una Seudá shel mitsvá, una comida consagrada.

La utilización del producto de la vid para el Kidush es otro ejemplo de la utilización de un elemento que proviene de la naturaleza para la santificación del día más sagrado: el Shabat.

Yaacov luchó contra un hombre-ángel antes del encuentro con su hermano Esav, después de una ausencia de veinte años. Ki sarita im Elohim veim anashim vatujal, “pues luchaste con Dios y con hombres y venciste” es la bendición que recibe el patriarca, señal que Yaacov es el enlace entre Dios y hombre, cielo y tierra.

Ahora Yaacov yace sobre el lecho de la muerte y reflexiona acerca de cada uno de sus hijos. Probablemente, su pensamiento fundamental es si acaso han aprendido, quienes serán los progenitores de las doce tribus de Israel, la lección básica que es el propósito de su liderazgo, el acercamiento de a la divinidad, la conversión de la mesa del hogar en un altar a través de la Berajá.

A diferencia de los primeros patriarcas, la Torá no menciona que Yaacov murió. El título de la lectura es Vayejí: “vivió”. Si el patriarca continúa con vida, depende del comportamiento de sus descendientes, si es cónsono con la enseñanza del patriarca.

¡Cada generación tiene que responder si Yaacov continúa con vida!

VAYECHI

GENESIS XLVII:28-L:26

YAAKOV AND THE HARMONY BETWEEN SPIRIT AND MATTER

The iconoclast who made a complete break with the idolatrous past was Avraham, the first patriarch. His son Yitschak (Isaac)became the factor in the continuity of the monotheistic ideal, through a behavior that highlighted his detachment from the earthly environment and that was revealed when he did not recognize the identity of the son who brought him food

to receive the paternal blessing.

Although Yaakov (Jacob) is the third of the patriarchs, he represents an intermediate position: he does not deny the validity of the earthly world, but he is aware that man’s task is to elevate the mundane to the heavenly. If so, why did God create man with a material content, from the dust of the earth? I could have created him as a purely spiritual being, just as in the case of the heavenly angels. The purpose was to demonstrate that there is a spiritual ingredient in what we perceive as the material world.

Let’s borrow a concept from physics: there is an equation, a relationship between matter and energy, as demonstrated by the illustrious descendant of the patriarchs, Albert Einstein, and that in the spiritual field would be Yaacov’s task. Man’s task is to search for this relationship: to uncover the layers that prevent us from seeing because they hide the spiritual ingredient that is the fundamental energy of matter. In Yaakov’s case, this conception is represented by the dream of the ladder that connects earth and sky: the purpose is to climb, step by step, to the heights.

By closely following the adventures of the third patriarch, we realize that most of the events that marked his life have to do with passions, deceit and loyalty, with the aggravating factor that in the last years of his life the drama of jealousy and envy develops among his children.

Was the patriarch overly busy with conflict between men instead of paying attention to spiritual space?

Biblical exegetes pointed out that the conflict that the matriarch Rivkah (Rebecca) felt in her womb during pregnancy with her twin sons was symbolic of the difference in orientation that their respective lives would take. Esav (Esau) became the man of the field and hunting, with the emphasis on the material world, while Yaakov set out on the path of spirituality. How can we explain the detail alluded to, the patriarch’s concern for events and facts, similar to those that many have to face?

Yaakov represents the stage of the reconciliation between the physical world and the universe of the spirit. While Yitschak’spersonality  is oriented exclusively towards the spirit, Yaakov represents the dialogue between body and soul, the harmony between the elements. For if God desired man to be a wholly spiritual creature, why then did He give him a body with carnal appetites?

If we consider that Yitschak represents the rejection of matter toopt for spirit, Yaakov represents the complementarity between these two concepts. Yaakov’s attitude is manifested in the Berachah (blessing) that is pronounced before eating bread, for example. Not only is God recognized as the determining factor in the preparation of food through the energy that the earth provides for the development of wheat, the Berachah is a way to elevate a biological act to the rank of a Seudah shel mitsvah, a consecrated meal.

The use of the product of the vine for Kiddush is another example of the use of an element that comes from nature for the sanctification of the holiest day: Shabbat.

Yaakov fought an angel-man before the encounter with his brother Esav, after a twenty-year absence. Ki sarita im Elohim veim anashim vatuchal, “for you fought with God and with men and conquered” is the blessing that the patriarch receives, a sign that Yaakov is the link between God and man, heaven and earth.

Now Yaakov lies on his deathbed and reflects on each of his children. Probably, his fundamental concern is whether they have learned the basic lesson that is the purpose of their leadership, the approach to divinity. The turning of the dining room table of the home into an altar through the Berachah.

Unlike the early patriarchs, the Torah does not mention that Yaakov died. The title of the reading is Vayechi: “lived”. Whether the patriarch is still alive depends on the behavior of his descendants, whether it is in accordance with the patriarch’s teaching.

Every generation must answer if Yaakov is still alive!

VAYIGASH

GENESIS XLIV:18-XLVII:27

IDENTIFICATION WITH THE PAIN OF OTHERS

The younger brother, Binyamin (Benjamin), was accused of stealing Yosef’s (Jospeh’s) cup  and was to be imprisoned for it. Yehuda (Judah) took up the defense of the young man and implored for his fate, even offering to personally carry out the punishment imposed on Binyamin, because he had guaranteed his father’s safety. The older brother, Reuven (Ruben), had wanted to take responsibility for Binyamin, placing the lives of his own children as insurance. Yaakov (Jacob) rejected Reuven’soffer because he could not avenge any accident that occurred with Binyamin by doing harm to his own grandchildren.

Why does Yaakov agree  to entrust Yehuda with the security of BinyaminYehuda offers no security other than his own honor: to be a sinner in front of his father for the rest of his days. The Midrash suggests that Yehuda promises his portion in the Hereafter if anything should happen to Binyamin. Returning to the biblical narrative, we read that when the brothers inform the elderly father Yaakov that they must bring Binyamin next time as proof of the truth of their words, the patriarch asks why they informed the Egyptian hierarch about their brother? Were not the difficulties and misfortunes that had befallen him so far enough? Alai hayu kulana, “everything has fallen on me,” Yaakov exclaims. 

The word “alai” had been used by Rivkah (Rebecca) when she induced her son Yaakov to disguise himself as Esav (Esau). When Yaakov replied that if the father discovered the stratagem, disaster might occur, to appease him, Rivkah said to him: alai kilelatecha beni, “may the curse be turned away to me.”

Like the mother, Yaakov also uses the word “alai,” and considering that he had lost his favorite son Yosef, now that he hears that he must risk Binyamin, the word “alai” highlights his anguish and deep pain.

The Midrash suggests that the word “alai” is spelled with the letters “ayin,” “lamed”, and “yod”, a reference to three characters who caused Yaakov anxiety: EsavLavan (Laban)and Yosef

The rivalry with Esav is well known, a competition that began when the brothers were still in their mother’s womb. Hatred and confrontation generally occur between people who are close and live together, but at the same time they produce suffering.

In the home of his uncle LavanYaakov had to learn to defend his interests, because from the first day he was deceived. First, when they changed his wife, placing Leah in Rachel’place. Then his uncle tried to cheat him out of the remuneration for his work. The deception that Yaakov had perpetrated against his father Yitschak (Isaac) and that which he had plotted against his brother Esav, in a symbolic way, were being settled. Lavan was the brother of his mother Rivkahand although Yaakov would have preferred to have an affectionate family relationship with his uncle, he suffered from not being able to do so.

The greatest pain for a father is the loss of a child, it goes against nature. That is why Yaakov never forgot Yosef’sdisappearance. He probably had doubts about what happened, because it was an ironic act when the brothers presented Yosef’sbloody robe to the father so that he could recognize it. It was the same robe that had produced the zeal among the brothers for the preferential treatment that Yosef received from the father. “Surely he was devoured, a bad beast swallowed him,” was the father’s reaction. But one cannot underestimate the whirlwind of doubts that overwhelmed the patriarch. Perhaps it crossed his mind that the brothers themselves were to blame for Yosef‘s disappearance. Therefore, there was no consolation. Who could identify with the pain of the loss of a child?

Yehuda could relate to Yaakov’s grief because he had lost two sons, Er and Onan, who, married successively Tamar, and died for sinning before God. According to Bible commentators, in his intimate relations with TamarEr prevented her from  becoming pregnant so that the pregnancy would not disfigure her. Onan did the same, because he thought that the son that Tamar would have would  be considered the son of her deceased brother.

Yaakov entrusted the care of Binyamin to Yehuda, because he thought that he was the only son who had empathy for him and could feel his inconsolable grief over the loss of Yosef.

VAYIGASH

GÉNESIS XLIV:18-XLVII:27

LA IDENTIFICACIÓN CON EL DOLOR DEL PRÓJIMO

El hermano menor, Binyamín, fue acusado de robar la copa de Yosef y por ello iba a ser encarcelado. Yehudá asumió la defensa del joven e imploró por su suerte, incluso ofreció

cumplir personalmente el castigo impuesto a Binyamín, porque había garantizado su seguridad al padre. En realidad, el hermano mayor, Reuvén, había querido asumir la responsabilidad por Binyamín, colocando como seguro la vida de sus propios hijos. Yaacov rechazó la oferta de Reuvén porque no podría vengar cualquier accidente que ocurriera con Binyamín haciéndoles algún daño a sus propios nietos.

¿Por qué accede Yaacov a encomendar a Yehudá la seguridad de BinyamínYehudá no ofrece más seguridad que su propio honor: ser un pecador frente a su padre por el resto de sus días. El Midrash sugiere que Yehudá promete su porción en el Más Allá si algo pasara con Binyamín. Al retornar a la narración bíblica, leemos que cuando los hermanos informan al anciano padre Yaacov que tienen que traer a Binyamín la próxima vez como prueba de la veracidad de sus palabras, el patriarca cuestiona ¿por qué le informaron al jerarca egipcio acerca de su hermano? ¿Acaso no eran suficientes las dificultades y desdichas que le habían ocurrido hasta el momento? Alai hayú julana, “todo ha caído sobre mí”, exclama Yaacov. 

La palabra “alai” había sido utilizada por Rivká cuando indujo a su hijo Yaacov a disfrazarse como si fuera Esav. Cuando Yaacovrespondió que si el padre descubría la estratagema podía ocurrir un desastre, para apaciguarlo, Rivká le dijo: alai kilelatejá bení, “que la maldición se desvíe hacia mí”.

Al igual que la madre, Yaacov también utiliza la palabra “alai”, y al tomar en cuenta que había perdido a su hijo predilecto Yosef, ahora que escucha que debe arriesgar a Binyamín, la palabra “alai” destaca su angustia y profundo dolor.

El Midrash sugiere que la palabra “alai” se escribe con las letras “ayin”, “lámed” y “yod”, es una referencia a tres personajes que produjeron zozobra a YaacovEsavLaván y Yosef

Es conocida la rivalidad con Esav, competencia que empezó cuando los hermanos aún se encontraban en las entrañas de la madre. El odio y el enfrentamiento se dan generalmente entre las personas que son cercanas y conviven, pero al mismo tiempo producen el sufrimiento.

En el hogar de su tío LavánYaacov tuvo que aprender a defender sus intereses, porque desde el primer día fue engañado. Primero, cuando le cambiaron a la esposa, colocando a Leá en el lugar de Rajel. Luego su tío trató de engañarlo con la remuneración por su trabajo. El engaño que Yaacov había perpetrado contra su padre Yitsjak y el que fraguó contra su hermano Esav, de manera simbólica, estaban siendo saldados. Laván era el hermano de su madre Rivká y aunque Yaacovhubiera preferido tener una relación familiar afectuosa con su tío, sufrió por no poder hacerlo.

El mayor dolor para un padre es la pérdida de un hijo, va contra la naturaleza. Por ello, Yaacov nunca olvidó la desaparición de Yosef. Probablemente tenía dudas acerca de lo sucedido, porque fue un acto lleno de ironía cuando los hermanos presentaron al padre la túnica ensangrentada de Yosef para que la reconociera. Era la misma túnica que había producido el celo entre los hermanos por el trato preferencial que Yosef recibía del padre. “Seguramente fue devorado, una fiera mala lo tragó”, fue la reacción del padre. Pero no se puede subestimar el torbellino de dudas que embargó al patriarca. Tal vez pasó por su mente que los propios hermanos eran culpables de la desaparición de Yosef. Por ello, no había consuelo. ¿Quién podía identificarse con el dolor de la pérdida de un hijo?

Yehudá podía identificarse con el dolor de Yaacov porque había perdido a dos hijos: Er y Onán, quienes, casados sucesivamente con Tamar, murieron por pecar ante Dios. Según los comentaristas bíblicos, en sus relaciones íntimas con TamarErevitaba que saliera encinta para que el embarazo no la desfigurara. Onán también hizo lo mismo, porque pensaba que el hijo que tendría Tamar sería considerado hijo de su fallecido hermano.

Yaacov encomendó el cuidado de Binyamín a Yehudá, porque pensó que era el único hijo que tenía empatía por él y podía sentir su dolor inconsolable por la pérdida de Yosef.

MIKÉTS

GÉNESIS XLI:1-XLIV:17

EL MILAGRO EN EL JUDAÍSMO

Nuestros capítulos coinciden con la festividad de Januká, fecha que celebra el nes, el milagro que Dios hizo para que los pocos pudieran vencer a los muchos, los débiles pudieran dominar a los fuertes. Se debe destacar que el nes no es un evento dominante en el judaísmo. Al contrario, la intervención divina a través del milagro constituye una interrupción del orden de la naturaleza. Descomunal, por ejemplo, es el hecho de que el sol salga y se ponga todos los días; eso constituye el nes, el milagro. Por lo tanto, cuando Yehoshua exclamó shémesh

beguivón dom, al implorar que el sol no cayera para permitir que sus ejércitos obtuvieran la victoria gracias a la luz del día, estaba comprometiendo la ley de la naturaleza. 

Al postular la existencia de un solo Dios, el judaísmo afirma que existe una voluntad única que rige el comportamiento de la naturaleza, regula la trayectoria celestial de los astros, determina que el caballo procree otro caballo y no una vaca, que el manzano produzca manzanas y no peras. Mientras que el milagro manifiesta la preocupación divina por el destino del hombre a quien libera de un aprieto a través del hecho extraordinario, extra-natura, al mismo tiempo surge el riesgo de que la persona se apoye en el milagro en el futuro, deje de trabajar y producir y presuponga que Dios solucionará el problema.

La “mano” de Dios está presente en el desarrollo del drama entre Yosef y sus hermanos, el tema fundamental del texto bíblico semanal. Sin embargo, luce con absoluta prominencia

la inteligencia de Yosef. No obstante, que ahora se encuentra bajo el yugo de la esclavitud, no sucumbe ni menosprecia sus talentos: los utiliza para la construcción.

Mientras que en el pasado el sueño había sido la causa que condujo al conflicto y produjo el odio de sus hermanos, ahora aprovecha sus capacidades para salir del apuro del encarcelamiento y logra luego una posición clave en la corte del faraón.

El milagro es un trampolín que promueve una respuesta humana a una situación. No es la solución. A fin de cuentas, la persona tiene que enfrentar la situación. El drama de los hermanos conduce ineluctablemente al encuentro después de años de separación. El odio tendrá que ser resuelto por ellos, ningún milagro lo eliminará: tendrán que pasar

por un proceso de remordimiento, teshuvá por el crimen que habían cometido.

El nes de Januká ocurre como una culminación de los años de lucha, por no claudicar frente al poderoso ejército sirio. El milagro auténtico de Januká es que Matityahu y sus hijos, los Jashmonaim, no perdieron la esperanza en la victoria porque estaban seguros de la justicia de su causa. El hecho de que el aceite de la Menorá no se agotara para dar tiempo suficiente para producir nuevas cantidades bajo la mirada de los Kohanim, sirvió para profundizar la fe, otorgó

mayor confianza en la proeza de Yehudá HaMacabí y sus hermanos, que devolvieron la soberanía al pueblo judío. El nesno fue estipulado por el judaísmo como un sustituto de la acción humana. El milagro puede ser una solución momentánea cuando no se avizora una solución.

Durante el trágico período del Holocausto, las víctimas oraban por algún milagro que produjera una respuesta contundente humana, el despertar de una conciencia universal que

reaccionara frente a la inhumanidad nazi. El milagro es una respuesta insuficiente. No obstante que Dios hizo llover manádel cielo para alimentar a los hebreos durante su travesía por el desierto, el pueblo se quejó por no tener carne. El maná impidió que sucumbieran por el hambre, pero no satisfizo el apetito. La milagrosa partición de las aguas del Mar Rojo permitió el escape de la persecución de las hordas del faraón.

Faltarían aún cuarenta años en el desierto, período de conflicto y peligros, incertidumbre y luchas internas que forjaron el carácter de una nación. El nes hizo posible el desarrollo futuro que fue el resultado del empeño y la perseverancia del colectivo.

MIKETS

GENESIS XLI:1-XLIV:17

THE MIRACLE IN JUDAISM

Our chapters coincide with the holiday of Hanukkah, a date that celebrates the Nes, the miracle that God performed so that the few could overcome the many, the weak could dominate the strong. It should be noted that the Nes is not a dominant event in Judaism. On the contrary, divine intervention through miracles constitutes a disruption of the order of nature. Huge, for example, is the fact that the sun rises and sets every day; That is the Nes, the miracle. Therefore, when Yehoshuaexclaimed Shemesh Begivon Dom, by imploring that the sun would not go down to allow his armies to gain victory thanks to daylight, was compromising the law of nature. 

By postulating the existence of a single God, Judaism affirms that there is a single will that governs the behavior of nature, regulates the celestial trajectory of the stars, determines that the horse produces another horse and not a cow, that the apple tree produces apples and not pears. While the miracle manifests the divine concern for the destiny of man whom he frees from a predicament through the extraordinary, extra-natural event, at the same time there is a risk that the person will rely on the miracle in the future, stop working and producing, and presuppose that God will solve the problem.

The “hand” of God is present in the unfolding of the drama between Yosef (Josepht) and his brothers, the fundamental theme of the weekly biblical text. However, it allows to shinewith absolute prominence the intelligence of YosefYosef, who is now under the yoke of slavery, does not succumb or despise his talents: he uses them for construction.

While in the past, dreams had been the cause that led to the conflict and produced the hatred of his brothers, now he takes advantage of his abilities in this area, to get out of the predicament of imprisonment and then achieves a key position in the court of the pharaoh.

The miracle is a springboard that promotes a human response to a situation. It is not the solution. At the end of the day, the person must face the situation. The drama of the brothers leads ineluctably to the meeting after years of separation. Hatred will have to be resolved by them, no miracle will eliminate it: they will have to pass from a process of remorse to Teshuvah(repentance) for the crime they committed.

The Nes of Hanukkah occurs as a culmination of the years of struggle, not to give in to the powerful Syrian army. The real miracle of Hanukkah is that Matityahu and his sons, the Hashmonaim, did not lose hope in victory because they were sure of the justice of their cause. The fact that the oil of the Menorah (Candelabrum) was not exhausted to allow sufficient time to produce new quantities under the gaze of the Kohanim(Priests), served to deepen the faith, granted greater confidence in the feat of Yehuda HaMaccabi and his brothers, who restored sovereignty to the Jewish people. The Nes was not stipulated by Judaism as a substitute for human action. The miracle can be a momentary solution when no solution is in sight.

During the tragic period of the Holocaust, victims prayed for some miracle that would produce a forceful human response, the awakening of a universal conscience that would react to Nazi inhumanity. The miracle is an insufficient answer. Even though God rained Man (manna) from heaven to feed the Hebrews during their journey through the wilderness, the people complained that they had no meat. The Man prevented them from succumbing to hunger, but it did not satisfy their appetite. The miraculous parting of the waters of the Red Sea allowed escape from the pursuit of Pharaoh’s hordes, but they later had to fight Amalek.

Forty years would still be left in the desert, a period of conflict and danger, uncertainty and internal strife that forged the character of a nation. The Nes made possible the future development that was the result of the commitment and perseverance of the collective.

VAYÉSHEV

GÉNESIS XXXVII:1-XL:23

EL ETERNO COMBATE ENTRE EL AMOR Y EL ODIO

La visión profética inspirada en la revelación de la voluntad divina está entrelazada con el desarrollo de los eventos, que, a su vez, pronostica la inevitabilidad de los sucesos. Este

hecho colide con el libre albedrío del hombre, quien tiene que caminar de acuerdo con una trayectoria trazada de antemano.

Al vaticinarle Dios a Avraham “Tu simiente y los hijos de tus hijos serán extraños, desconocidos en una tierra ajena donde serán esclavizados y oprimidos durante cuatrocientos años”, esta predicción obliga a que suceda una serie de eventos que conducirán a la esclavitud egipcia. Dentro de este escenario, ¿dónde se ubica el libre albedrío? Tal vez en la calidad y especificidad de los sucesos, aunque éstos tengan que ocurrir en el escenario anticipado.

El destino trazado para el exilio se cumple por medio del tema central de nuestros capítulos, que es la relación colmada de celos y rivalidad entre Yosef y sus hermanos. Relación que se alimenta por el excesivo amor y preferencia de Yaacov por Yosef en detrimento de sus otros hijos. Sin embargo, el elemento que hilvana la sucesión de los hechos será los sueños: los sueños de grandeza de Yosef, los sueños de quien le servía la copa de vino al faraón y de su panadero y, finalmente, el sueño crucial del faraón.

El texto bíblico recopila el desarrollo progresivo de la relación fraternal. Uno de los primeros episodios bíblicos describe el asesinato de Hével perpetrado por Kayin. Luego viene el destierro de Yishmael para que no ejerza una influencia negativa sobre su hermano Yitsjak. Seguido por la rivalidad de Esav con Yaacov que se manifiesta a través del engaño que produce la amenaza del asesinato. Culmina con la envidia y los celos de los hermanos hacia Yosef, el primogénito de Rajel, la más amada esposa de Yaacov.

Dado que por decisión divina el desarrollo de los hechos obligatoriamente tiene que conducir al destierro de la Tierra Prometida, también sirve para destacar la psicología y la conducta humana en circunstancias de crisis. Los celos producen un odio insondable que ciega a la persona e impide que reconozca la enormidad de la injusticia de su comportamiento posterior. La profesora Yael Shemesh señala que la Torá relata que, después de arrojar a Yosef a una muerte segura en un pozo, los hermanos se sientan a comer, indiferentes a sus súplicas y llanto. 

Siglos más tarde, Ajashverosh y Hamán también participarán de una comida después de decidir la muerte de los judíos a través de un sorteo. Tal como se señala, la intensidad del odio es mucho mayor que la profundidad del amor. Habrán de pasar muchos años después de tener que postrarse ante Yosef para obtener las provisiones de alimentos; recién entonces nacerá el sentimiento de remordimiento de los hermanos, quienes reconocerán la gran falta que cometieron contra Yosef.

Desde cierta perspectiva, la saga de Yosef y sus hermanos es una enseñanza moral sobre la retribución: el castigo que ineluctablemente recibe la persona por cometer una inmoralidad. Pero hay otra enseñanza: el crimen no produce el resultado deseado. Aunque la “venta” de Yosef lo hace desaparecer del escenario familiar, no se produce el anticipado acercamiento de Yaacov a los hermanos. Al contrario, el padre centra ahora sus sentimientos en el dolor y el luto por la pérdida de Yosef, no puede borrarlo de su memoria, porque el porte y la “belleza” de este hijo están directamente unidos al recuerdo de su preferida, Rajel. Sin estar presente, Yosef continúa siendo el hijo preferido. Pese al favoritismo que Yaacov demuestra, Yosefno es una figura que, en sus años de juventud, pueda admirarse con facilidad. Es claramente engreído, enamorado de sí mismo, un joven que informa al padre acerca de las debilidades de sus hermanos para acentuar las grietas de sus caracteres.

La educación de Yosef y el afinamiento del temple de su fibra moral exigen el alejamiento de la protección paternal. Tiene que ir al destierro y aprender a valerse por sí mismo, aprovechar su ingenio para evolucionar moralmente. Egipto se convierte en el laboratorio personal de Yosef.

La tentación de la esposa de Potífar y la pasantía por las cárceles del faraón servirán de yunque para los golpes que le inflige el destino. La inseguridad y el peligro, la incertidumbre y las incógnitas, no producen la desesperación del joven mimado. Al contrario, sale a relucir el refinado carácter de su personalidad que había estado sumido en la vanidad. Incluso, cuando reconoce a sus hermanos, que tienen que postrarse ante él y rogar por el sustento indispensable en los años de hambruna que había azotado a toda la región, no permite que el deseo de venganza se apodere de sus sentimientos. Comprende que los eventos se desarrollaron por la voluntad de Dios: era necesario el destierro para que naciera un pueblo, era necesario el exilio del hogar paternal para que él, Yosef, pudiera convertirse en el primogénito real, padre de dos tribus de Israel: Efráyim y Menashé.

VAYESHEV

GENESIS XXXVII:1-XL:23

THE ETERNAL COMBAT BETWEEN LOVE AND HATE

The prophetic vision inspired by the revelation of the divine will is intertwined with the unfolding of events, which, in turn, foretells the inevitability of events. This fact collides with the free will of man, who must walk according to a trajectory traced in advance.

As God foretells Avraham (Abraham) “Your seed and your children’s children will be strangers, unknown in a foreign land where they will be enslaved and oppressed for four hundred years,” this prediction forces a series of events to take place that will lead to Egyptian slavery. Within this scenario, where does free will stand? Perhaps in the quality and specificity of the events, even if they must occur in the anticipated scenario.

The destiny laid out for exile is fulfilled through the central theme of our chapters, which is the jealousy and rivalry relationship between Yosef (Joseph) and his brothers. A relationship that is fueled by Yaakov’s (Jacob’s) excessive love and preference for Yosef to the detriment of his other sons. However, the element that weaves together the succession of events will be dreams: Yosef’s dreams of grandeur, the dreams of the one who served Pharaoh’s cup of wine and his baker and, finally, Pharaoh’s crucial dream.

The biblical text compiles the progressive development of the brotherly relationship. One of the earliest biblical episodes describes the murder of Hevel (Abel) by Kayin (Cain). Then comes the banishment of Yishmael (Ishmael) so that he will not exert a negative influence on his brother Yitschak (Isaac).Followed by Esav’s (Esau’s) rivalry with Yaakov that manifests itself through deception that produces the threat of murder. It culminates in the brothers’ envy and jealousy of Yosef, the firstborn of RachelYaakov’s most beloved wife.

Since by divine decision the development of events must necessarily lead to banishment from the Promised Land, it also serves to highlight psychology and human behavior in circumstances of crisis. Jealousy produces an unfathomable hatred that blinds the person and prevents him from recognizing the enormity of the injustice of his subsequent behavior. Professor Yael Shemesh notes that the Torah (Pentateuch) relates that, after throwing Yosef to certain death in a well, the brothers sit down to eat, indifferent to his pleas and weeping. 

Centuries later, Achashverosh (Ahasuerus) and Haman(Hamman) will also partake of a meal after deciding the death of the Jews through a lottery, as told in the Purim story. As noted, the intensity of hatred is far greater than the depth of love. Many years will pass after having to prostrate themselves before Yosef to obtain food supplies; only then will the feeling of remorse be born of the brothers, who will recognize the great fault they committed against Yosef.

From a certain perspective, the saga of Yosef and his brothers is a moral teaching about retribution: the punishment that ineluctably receives a person for committing an immorality. But there is another lesson: crime does not produce the desired result. Although the “sale” of Yosef makes him disappear from the family scene, Yaakov’s anticipated approach to the brothers does not occur. On the contrary, the father now focuses his feelings on the pain and mourning for the loss of Yosef, he cannot erase it from his memory, because the bearing and “beauty” of this son are directly linked to the memory of his favorite, Rachel. Without being present, Yosef continues to be the favorite son. Despite the favoritism that Yaakovdemonstrates, Yosef is not a figure who, in his younger years, can be easily admired. He is clearly conceited, in love with himself, a young man who informs his father about the weaknesses of his brothers to accentuate the cracks in their characters.

Yosef’s education and the refinement of the temper of his moral fiber demand he moves away from parental protection. He mustgo into exile and learn to fend for himself, to take advantage of his ingenuity to evolve morally. Egypt becomes Yosef’s personal laboratory.

The temptation of Potiphar’s wife  and the internship in Pharaoh’s prisons will serve as an anvil for the blows inflicted on him by fate. Insecurity and danger, uncertainty and unknowns, do not produce the desperation of the spoiled young man. On the contrary, the refined character of his personality that had been sunk in vanity comes to light. Even when he recognizes his brothers, who must prostrate themselves before him and beg for the indispensable sustenance in the years of famine that had struck the entire region, he does not allow the desire for revenge to take hold of his feelings. He understands that events unfolded by God’s will: banishment was necessary for a people to be born, exile from the parental home was necessary so that he, Yosef, could become the royal firstborn, father of two tribes of Israel: Efrayim (Ephraim) and Menashe(Manasseh).